He publicado la segunda parte de la experiencia cornuda relatada en primera persona por Luis, el marido cabrón. También podía haberla titulado así "La transformación de la pareja" pero la que he elegido me parece más plástica.
Voy a seguir contándote el crecimiento de mis cuernos. Como fui, poco a poco, perdiendo mi postura de virilidad con Laura para entregarle mi absoluta colaboración en su disfrute de los distintos amantes que han ido pasando en estos poco años por nuestras vidas.
Tras Eduardo, que como sabes es su amante principal, y nuestro jefe actual, Laura tuvo una pléyade de distintos hombres con los que se fue acostando. Su segundo amante, en cuanto a espacio temporal, fue un ingeniero, omitiré su nombre por ser un hombre casado y con hijos. Es un chico que vive en Madrid y con el que tuvo encuentros muy románticos. Dejó de verlo porque él tenía miedo de que sus correrías amenazasen su matrimonio, pero sus encuentros fueron sexualmente muy intensos. Ambos encontraban en el otro lo que no tenían en casa. El, una hembra hambrienta de sexo y siempre dispuesta, y Laura un macho joven, fuerte y bien dotado que era capaz de satisfacerla llegando a lo más profundo de su ser.
El ingeniero y Eduardo convivieron como amantes de Laura durante meses. Eduardo venía a Murcia a cepillarse a mi esposa en mi casa y de tanto en tanto se la llevaba a algún viaje de negocios. Mientras Laura hacía conmigo rápidos viajes a Madrid de 24 horas donde se veía con el ingeniero en hoteles.
En esta época, Alberto, mi esposa llevó a cabo su amenaza: “Espero que tengas la polla en la mano, ese es el único sexo que tendrás de ahora en adelante, cabronazo y quiero que te acostumbres”. (Recordaréis que tras su primero encuentro con Eduardo, Laura dejó claro a Luis –el marido cornudo- que su relación ya no volvería a ser como antes y que se iba a convertir en un pajillero muy activo. Ver la primera entrada de “marido bueno”) Laura, de manera metódica, consumo en mi la transformación de marido a cornudo pajillero, nunca antes me la había cascado tanto, nunca antes había estado sin tener sexo con mi esposa ni con ninguna otra mujer.
Alberto, tú sabes que Laura está realmente buena, lo pudiste comprobar en persona, y follar con ella es siempre una tentación incluso para un cornudo como yo que sabe cual es su papel. Me satisfacía con los pajotes pero echaba de menos tener sexo con ella, al fin y al cabo soy el padre de sus hijos y eso sólo se hace de una forma si no se pasa por el laboratorio, con esto quiero decir que nuestra vida sexual antes de nuestra transformación era la de una pareja normal.
Alberto, tú sabes que Laura está realmente buena, lo pudiste comprobar en persona, y follar con ella es siempre una tentación incluso para un cornudo como yo que sabe cual es su papel. |
Laura me ponía ya los cuernos con Eduardo y con el ingeniero de manera espaciada, entre dos y tres semanas, en los períodos en los que no había encuentros yo intentaba follármela pero comprobé que era verdad, ya no me permitiría una penetración más a no ser que eso pudiera suponer una clara humillación hacia mi. Laura si me permitía, y aún me lo sigue permitiendo de tarde en tarde, que la masturbe o le haga el sexo oral. Te puedes imaginar Alberto el placer que siento al relamer el chocho de Laura bien follado por Eduardo o por alguno de sus amantes. Ella sólo accede a estimular mis pelotas hasta obligarme a que me haga el pajote de turno. En aquellos inicios eso para mi era insuficiente y aunque ahora te cueste creerlo, llegué a quejarme pero no sirvió de nada.
Ante mis quejas, Laura decidió comprar un montón de películas porno, también nos apuntamos a varías páginas de descargas. El espectáculo visual pornográfico estaba por toda mi casa, llegué a temer que alguno de nuestros hijos se diera cuenta. Lo cierto es que el porno era para mi consumo aunque Laura también lo disfrutaba para evitar tener sexo conmigo. Siempre que estábamos solos ella ponía películas en todos los monitores de la casa, tabletas, pc. Era una incitación para que yo me masturbara. Pero su método no acababa en el porno, siempre que estábamos a solas, Laura se vestía de modo sexy, siempre muy corta, siempre escotada, con altos tacones y muy arreglada. Me excitaba al máximo pero me excitaba aún más cuando me subrayaba que pretendía buscar más amantes.
Día tras día se fue convirtiendo en un hábito. Una mañana cuando regresó de un viaje con Eduardo y los niños estaban en casa de mis suegros, yo estaba frente al televisor cascándomela. Ella entro y me dio un largo beso en la boca y se puso a acariciarme las pelotas. Yo quería hablarle de que hacía más de diez meses de nuestro último coito... y entonces me dijo que había entregado su culo a Eduardo. No me lo podía creer. En ocasiones habíamos hablado del sexo anal y siempre me había dicho que yo sería el primero al menos para practicar ella conmigo. Su mentira se enterró profundamente dentro de mí. Sentía que los cuernos adquirían una nueva dimensión, pues era el primer engaño que me había dicho de manera descarada en su vida. Mi mano machacó mi pene con mayor intensidad. Ella sonrió... y supe que ser cornudo es también ser engañado.
Aquel día me desveló el resto de su plan. Como sabes Laura es enfermera y tiene muy claro lo que significan las adiciones para las personas. “Ya veo que te gusta que te engañe, cabrón, y observo que estás lo suficientemente adaptado a las pajas”, me dijo. Siguió con una frase que me dejó perplejo, “los adictos a la masturbación tienen problemas de eyaculación precoz y para mantener la erección durante una penetración y bueno, no son los mejores amantes porque no tienen practica pero en tu caso no sería una novedad”.
Empecé a emitir los gemidos previos al orgasmo mientras ella me acariciaba los huevos suavemente y me animaba, "así, cornudo, sigue... más rápido... ooooh! como te gusta, eh?... cabrón!! .... quieres correrte ¿Si?... córrete porque sabes que no eres capaz de penetrarme ni por delante ni por detrás pero no te corras, no aún, dime que no me intentarás follar más, cornudo, confiesa que quieres ser aún más pajillero, dímelo y dejaré que te corras.
SI... grite, solo pajas!! Solo quiero hacerme pajas!! Por favor!!!!
Córrete, cielo... así rápido, si te lo has ganado mi vida y te pondré muchos cuernos.
AAAAAh!!!
Recuerdo un orgasmo, largo. fuerte... inolvidable como si a la vez que saliera mi semilla, se abrieran paso unos cuernos de búfalo en mi cabeza. Fue por ese mes cuando se incorporaron varios hombres más a la lista de machos que transitaban por mi casa cepillándose a Laura. Primero fue un bombero de Alicante y casi a continuación varios padres del colegio de mis hijos.
A partir de entonces Laura me corneaba dos veces por semana. Tenía varios machos a su disposición, si fallaba uno había dos o tres más dispuestos. En esos días ya no había duda de cuales iban a ser nuestros papeles en el futuro, ella reputa y yo un cornudo consentidor. Cuando yo llegaba los chicos se acababan de ir y me solía encontrar la cama revuelta y a Laura en la ducha. Yo siempre me pajeaba sobre la cama donde Laura había terminado de cometer su adulterio pero como comprenderás, para un cornudo, esa situación no es satisfactoria.
Me empecé a quejar a Laura de que no me sentía completo como cornudo. Ella no quería que yo estuviese presente durante sus puteos porque ninguno de sus amantes era realmente proveniente del mundo cornudo y temía que mi presencia los espantase o que montase un numerito de celos después de todo. Y ahí fue donde entraste tú, Alberto y te doy las gracias por ello. Te pedí que me ayudaras y al final convencí a Laura de que acudiera a la cita. Quizás pensaste que estaba poco entregada aquel día, pero estaba calculando la situación. Aunque solo le metiste mano en el bar y la besaras varias veces delante de mí, ese simple hecho bastó para convencerla de que aceptaría situaciones mucho más humillantes.
Cuando volvimos a casa aceptó tener una cita con un tremendo semental argentino, Luciano. Un chico que yo había propuesto como candidato para que me la cubriera en varias ocasiones y que está acostumbrado a los modos de este mundo cornudo. Es por decirlo de algún modo un joven, aunque experto corneador profesional. Con un cuerpo fuerte, cultivado en el gimnasio, lo que realmente destaca de él es su poderoso miembro. Alberto, no te miento, 25 cm y grueso como un vaso de tubo. Lo que toda hembra querría entre las piernas. Quedamos en un hotel cercano a Callao en Madrid. Laura lo esperó en el hotel, vestida con un conjunto de dos piezas, falda, tipo cinto ancho y top que dejaba descubierto un hombro y realzaba sus pechos y por supuesto zapatos de tacón.
Cuando llegó Luciano eran las cinco de la tarde. Me esperó en la cafetería y yo bajé a buscarle. Laura temblaba como una cordera, sabiendo lo que le esperaba. Yo también. Mi erección era evidente. Laura me hizo ponerme un pantalón de lino beis sin ropa interior. Yo sabía lo que iba a ocurrir, sabía que tras tantos meses iba a ser finalmente testigo de mis cuernos. Cuando Luciano entró, Laura estaba sentada con las piernas cruzadas y algo ladeada, mostrando sus hermosas y larguísimas piernas. Luciano dominaba la habitación con su presencia. Laura se puso de pie, y se entregó a él. Se fundieron en un beso y abrazo sexual, como si yo no estuviera. Duró algunos minutos. Yo permanecía empalmado cerca de la puerta. Ella abrió los ojos y me vio. Me hizo una señal para que empezara a pajearme y me sentara en uno de los sillones de la habitación. Yo obedecí al instante. Me senté, me baje los pantalones y empecé mi trabajo sin perder detalle. Ella se arrodilló y sacó del pantalón su enorme polla y se la intentó meter en la boca. Era enorme. Se la chupaba por parte, los huevos, el prepucio, el perineo... Su dureza era increíble, ella le daba golpecitos y aquellos parecían golpear el hierro.
Cuando Luciano se sintió listo, puso a Laura a cuatro patas sobre la cama y empezó a comerle el coño y el ojete. Laura bufaba y suspiraba de placer. Nunca la había visto así. De vez en cuando me miraba y sonreía. Entonces me fijé en que sus manos hacían el signo de los cuernos mientras agarraba la sabana de la cama "Eres un cornudo de mierda"... "y más que lo vas a ser a partir de ahora cabrón"... Yo aceleré mi mano y ella me dijo entre gruñidos: "Para, coño, no te corras aún". Yo seguí moviendo mi mano algo más despacio. Nunca había visto un preparación de una hembra igual para ser cubierta. Podía ver como los fluidos de mi esposa y la saliva del macho resbalaban por los muslos de Laura. Ella suplicaba ser empalada ya por el enorme miembro de su amante. El macho se puso en posición y su polla se deslizó suavemente, un grito de placer salió de la boca de mi esposa... OOOHH! SIIII!!.
Lentamente Luciano fue acelerando las embestidas sobre Laura, taladrándola con fuerza. Laura empezó a llorar de placer en un instante... repetía, "estoy llena, estoy entera, que feliz soy! Entonces me di cuenta que la vida que habíamos empezado hace un año tenía mucho más sentido de lo que la sociedad en general piensa.
La situación que estaba viendo, en la que Laura, hermosa e inteligente, deportista y con todos los atributos físicos que hacen deseable a una mujer (ojos azules, larga melena rubia, cuerpo firme y atlético, largas piernas y 100 cm de pecho) se apareaba con un hombre muy dotado, fuerte y atractivo, hábil a la hora de complacer a una hembra y que desprende virilidad, se me aparecía como la consecuencia natural y lógica de la selección de especies. Yo bastante tenía con compartir su vida. Mi rol es estar a su lado, cubrir sus necesidades materiales y espirituales para que esté en la mejor disposición de disfrutar de la vida, pero no me merecía reproducirme con ella.
La relación como siempre hace ella era sin preservativo pues tiene puesto un DIU hormonal. En aquel momento deseé que no lo llevara puesto y que cuando la semilla del macho se derramara dentro de ella, la preñara. Estaba seguro que los hijos engendrados por ellos serían mucho más fuertes dotados inteligentes y preparados para el mundo que los que yo mismo había tenido con Laura.
Luciano fue provocando orgasmos de manera sucesiva a Laura, controlando perfectamente su eyaculación. Las posturas se sucedían colmando de placer a Laura y a mí de asombro por su fuerza y plasticidad. Serían las siete y media de la tarde, estaban descansando tras su cuarto orgasmo, cuando Laura me dijo: "Súbete los pantalones y vete a dar una vuelta cornudo, quiero estar a solas con Luciano". Intenté protestar, pero entonces fue Luciano quien me lo dijo "anda cornudo, salte!"... "vuelve a las 9 dijo ella".
Salí de la habitación con una pequeña tienda de campaña en el pantalón. Atravesé recepción y salí a la calle sin dejar de pensar en lo que estaría haciendo Laura con ese HOMBRE. Sobre mi pantalón, en la punta de la montañita marcada por mi pene se adivinaba una pequeña marca húmeda. Me estaba volviendo loco... mi amor estaba con una bestia del sexo y ni siquiera me podía pajear. Busqué un sex-shop con desesperación, pero me dirigí sorprendentemente al de la calle Atocha 80, que está algo alejado. Subí a la planta de arriba, pero vi el bar con chicas que tienen en esa misma planta. Estaba bastante vacío a esa hora. Entré y me senté en una de las mesas. Enseguida una preciosa chica rubia se me acercó. "¿Me puedo sentar contigo?", "Claro", dije yo. Las mesas eran bajas y las sillas muy pegadas entre sí. Eso me obligaba a abrir mucho las piernas, y dada mi excitación, mi erección era evidente. Una camarera se acercó para que pidiéramos de beber. Yo acepté invitar a Irina (así se llamaba) por 30 euros. Cuando la camarera se alejó su mano me acarició el prepucio suavemente. "¿Qué te pasa?", me dijo con sonrisa pícara. Yo le relaté de forma somera mi condición de cornudo y pajillero y que estaba pasando en ese momento. Su mano me rozaba la polla de vez en cuando mientras yo hablaba. Al terminar me dijo "Ojalá hubiera muchos como tu... eres lo que una chica como yo necesita"... no sabía que contestar. Ella me dijo: "te hago una paja cornudo por 120 euros"... Yo dije, "es que no me puedo correr"; "Ja ja,... déjalo de mi mano". Fue una paja sin orgasmo deliciosa, durante la que ella me preguntaba detalles de mi matrimonio, mientras reía deliciosamente. A los 20 min, paró. Yo me di cuenta que eran casi las nueve así que me fui. Me habían soplado 150 euros de repente y estaba aún más excitado. Cogí un taxi y fui al hotel. Se estaban despidiendo besándose en la puerta de la habitación. Laura estaba desnuda. Me vio y me saludo en voz alta "pasa cielo, ya hemos terminado". Al cruzarme con Luciano le di las gracias por lo que le había hecho a mi mujer. El me dio la mano y me dijo que volvería a repetir siempre que Laura quisiera.
Cuando entré en la habitación, Laura me beso. Su boca sabía a semen de su amante. Fue un beso largo y ella pasó mucha saliva a mi boca. Posteriormente se sentó en la cama, "quítate el pantalón", me dijo. Obedecí. Sus manos empezaron a acariciar mis testículos. "Pajeate ahora para mi"... lo hice, sin contemplaciones. No tardé ni un minuto en correrme... Ella empezó a reír. "Así, muy bien, cielo, así cariño,... no te dejaré mientras lleves cuernos mi vida... y te los pondré enormes"... me corrí sobre sus pechos. Fue abundante, largo, pero apenas emití un ruido agudo. Esa fue la primera vez que vi mis cuernos en directo. Luego vendrían más, pero es caso de otra historia que te contaré oportunamente.
Muchas gracias por todo Alberto.
Impactante sin duda. La siguiente entrada será una entrevista, en carne viva, a Laura. Seguro que no os deja indiferente. Si queréis repasar la primera parte de la experiencia de Laura y Luis os dejo el enlace a continuación:
Incleible e impresionante relato.
ResponderEliminaruna buena descripcion de la introduccion al mundo cornudo.creo que no es habitual que sea la esposa quien lleve la batuta y marque los ritmos,pero eso le da un morbo especial sin duda.
ResponderEliminaren mi caso fui yo quien la fui introduciendo poco a poco en este mundo,hasta que conocimos a mi amo y corneador y al poco ya fue el quien se hizo cargo del adiestramiento de los dos.
felicidades y esperamos nuevos capitulos.
saludos
casi me olvido saludazos vajilla2000 me alegro ver que sigues activo.
ResponderEliminarUna pasada de relato y una maravilla de mujer!!!! Luis eres un gran afortunado.
ResponderEliminarmi mujer empezo a excitarse con peliculas porno de negros dotadisimos y me dijo que queria probar una asi en e trabajo tengo un amigo que aunque no es negro tiene fama de ser dotado le comente que mi esposa queria probar el me dijo no hay problema lo lleve a la casa nos tomamos unos tragos mi esposa se excito y yo le dije que lo tenia grande aunque ella queria negro le dije me voy al baño dejate cariciar y se lo ves si te gusta hacemos el trio cuando sali encontre a mi mujer desnuda mamondo verga me di cuenta que era grande y gruesa mi mujer al verme me dijo si me gusta esta verga te gusta que se la mame a lo que le dije si porque me di cuenta que tenia una ereccion formidable nos fuimos al cuarto y la follamos rico lo mas excitante fue cuando mi esposa me dijo mamame el clitoris que me la quiero meter en el culo y es grandota esa verga ahora se volvio adicta y me gusta hay oportunidades que por trabajo no puedo salir con ellos y ella se va con pablo y un amigo negro que tiene el y cuando regresa me enseña el video y me cuenta lo que hizo y follamos rico
ResponderEliminarcontinuando con el relato el dia que mi esposa salio con pablo tomo un video de lo que gozo me animo a que saliésemos los cuatro porque queria verme pajeando mientras ella se goza las dos pollas y asi lo hice hasta que le hicieron doble penetracion y me llamo porque queria mamarmelo lo cual hizo l con pasion lo que he notado que mi esposa se pone mas puta la otra tarde me llamo y me dijo vente a la casa y subes al cuarto lo cual hice y la encontre con pablo al entrar me dijo ve como me trago toda esta polla pero lo mas extraño es que tengo unas magnificas ereccione
ResponderEliminarMuy interesante y excitante el relato me ha encantado, solo los que tenemos la fortuna de llevar a cabo la fantasia de ver a nuestras esposos con otros sabemos realmente el deseo y la lujuria que sentimos en esos momento
ResponderEliminarMuy Buen relato... Me encantan los cornudos asi.
ResponderEliminarCorneadorff@gmail.com
QRO SER UN KORNUDO SOY DL PASO TX USA
EliminarSoy amante de la vida liberal y mi sueño es ver mi esposa bien follada por otros en trio, respeto la opinion y el deseo de cada quien, sin embargo creo que esto es una forma de esclavitud humillacion enfermiza para los dos, estar casado con una persona que no te quiere para nada, no quiere estar contigo, y solo lo utilizas para que te provea cosas y estatus es sin duda esclavitud mental me da lastima la verdad, aunque se que es feliz asi es de pena, es tal como las mujeres q se dejan pegar por sus esposos es mi opinion.
ResponderEliminarTú lo has dicho más que bien, Anónimo. Si no fuera porque creo que nada de todo esto es verdad y que es producto de la calenturienta mente del autor del blog, sentiría pena por los hijos de estos dos desquiciados, Luis y Laura. ¿Te imaginas lo que iban a sentir por sus padres a partir del momento en que se enteraran de todo...?
Eliminarclaro ojala sea fruto de la fantasia q es valido, pero si no es asi pobre de ellos y sus hijos q en algun momento seran victima de este comportamiento tan humillante y psicologicamente negativo creo en la vida liberal creo que es rico compartir tu mujer pero el amor el respeto y el compartir en pareja es lo mejor del mundo
EliminarEs una historia real, conozco a ese matrimonio.
ResponderEliminarEres afortunado
EliminarNos encantarían más relatos y fotos de la pareja que nos causa más morbo de la red, sois increíbles.
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