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Corneador Alcalá: “un corneador debe saber escuchar los deseos de la pareja y, sobre todo, generar confianza”

No siempre es fácil encontrar a auténticos corneadores que quieran compartir sus experiencias y a la vez publicitar sus atributos, sus tácticas… Como os podéis imaginar recibimos muchos correos que desde el primer momento van a la papelera porque pretenden engañar o suplantar personas. El principal objetivo de este humilde blog es que todo lo que se cuente sea verdad, por supuesto, con la discrección y confidencialidad necesaria. Este es nuestro principal activo.


Aquí tenéis la entrevista y alguna de las fotos que este amigo nos ha enviado y en plena acción con alguna de las mujeres bandera a las que cornea, eso sí, con el conocimiento pleno y completo de sus respectivos maridos cornudos. No quiere que hagamos público su nombre verdadero, que como es lógico respetamos, prefiere que nos refiramos a él, como “corneador Alcalá”. Si enredáis por facebook seguro que lo podéis localizar sin problemas y si alguna esposa abierta quiere contactar con este amigo, podéis enviarnos algún correo, enviar algún comentario… que se lo haremos llegar.


Corneador Alcalá, ya sabes que hay diferentes tipos de corneadores, desde el dominante hasta el que es amigo del marido, pasando por el hiperactivo que se ventila al matrimonio completo e incluso a la hermana de la mujer. ¿Tú donde te sitúas?
CA. Digamos que me gusta conocer las inquietudes de la pareja y en función de lo que deseemos los tres así es el rol que desempeño. A mí, sobre todo, me gusta ser amigo del matrimonio o pareja. 


¿Desde cuándo eres corneador?
CA. Mi primera cornada es de 2005 y la verdad es que la recuerdo con mucho cariño, porque se la realice a una pareja con la que llevaba manteniendo una relación de trío desde hacía un tiempo.


Podrías darnos más detalles de esa primera experiencia, cómo surgio y cómo se desarrolló.
CA. Yo ya había realizado varios tríos. Ya sabes los típicos tríos normales con una pareja. La verdad es que los tres teníamos una relación, digamos estable. El marido, por no caer en la rutina, me propuso que me follase a su mujer, en su casa y en la cama donde habitualmente hacíamos los trios pero sin que el participara. Esa fue mi primera experiencia. Como ves fue una evolución de un trío convencional. 
La verdad es que guardo un grato recuerdo, no había nervios ni dudas ya que nos conocíamos desde hacía tiempo. 


¿Estaba el marido presente en ese encuentro?
Sí, estaba en la habitación, nos miraba y nos dirigía… ya sabes, nos daba instrucciones, cómele la polla o cómele el coño, y lo pasamos en grande. 



Cuál es el tipo ideal de mujer casada o comprometida a la que te gusta cornear.
CA. Para un corneador todas las mujeres son ideales, todas tienen su “puntito” de morbo. Yo he mantenido relaciones con mujeres casadas y con mujeres emparejadas, pero si me tengo que quedar con alguna, me quedo con las casadas de más de 35 años, la verdad es que ellas saben lo que quieren y por norma general el marido está convencido del paso y asume a la perfección el rol de cornudo consentidor. 


En tu opinión qué papel debe jugar el cornudo.
CA. Alberto, el cornudo tiene un papel fundamental, date cuenta que sin él muchas veces las esposas no harían nada. La primera cornada suele ser por amor, ya que su marido lo desea y ella accede para complacerle. El cornudo, y te cuento mi experiencia, me gusta que diga ahora haz esto o haz lo otro, muchas veces la esposa es la que me dice quiero que hoy juegue este rol o quiero que hoy haga esto o aquello. El cornudo es un elemento más de la fantasía que debe tener su papel, más allá que el de simple marido. 



¿Te gusta que el cornudo participe, es decir, actúe de mamporrero, te coma el rabo delante de su esposa... o prefieres que esté fuera del polvo, con una actitud de testigo pasivo?
CA. Me encanta que participe, que me diga cosas y me encanta decírselas, si quiere hacer de mamporrero genial, es otra forma de cumplir la fantasía y qué es un corneador sino una persona que ayuda a cumplir esas fantasías 

¿Te gusta que la mujer casada humille verbalmente al cornudo mientras la enrrabas? 
CA. Eso lo dejo a su elección, normalmente en la primera cita no ocurre, ya que suele haber nervios por parte de los dos pero siempre se evoluciona.

La lefa tiene una papel importante en las fantasías cuckold. Un buen corneador debe tener abundante cantidad. ¿Es tu caso?
CA. Te soy sincero, si soy bastante “lechoso” y eso les gusta a las mujeres, y es una fantasía de los maridos verlas como le corre por la espalda, pecho o boca la leche de otro hombre con el que ha estado disfrutando. 



Cuál ha sido la experiencia cuckold más gratificante. Nos la podrías contar de principio a fin, cómo surgió, se desarolló y concluyó.
CA. Todas son gratificantes, pero sin duda te señalaría la primera, es especial, y acabar… aun no ha acabado, me sigo viendo con la pareja de vez en cuando, hemos forjado una buena relación de amistad. 


¿Qué cualidades debe tener un corneador para triunfar?
CA. Ante todo ser amable con el matrimonio o pareja, si eso no hay nada que hacer ya que no se generaría un clima de confianza adecuado, y lo mas importante en este mundillo es la confianza. 

Qué les recomiendas a esos aspirantes a corneadores para que den el paso y practiquen.
CA. Que sean ellos mismos, que no se dejen llevar por la situación y que mantengan la calma y control en todo momento y lo más importante, que sepan escuchar los deseos de la pareja. 



Corneador Alcalá, muchas gracias por tu colaboración. Y a vosotros, ya sabéis, este blog lo tenéis a vuestra disposición. Por cierto, a veces es difícil encontrar corneadores auténticos… si queréis daros a conocer por aquí, escribir.


Alberto Toro.

La primera experiencia de Sofía: “cuando acabé le di a mi marido un beso con sabor de mi corneador”



Leer con atención la primera experiencia de Sofía. No os perdáis ni una gota de los detalles.


Hola Corneador Toro

Soy Sofía. Encontré tu blog buscando por internet información sobre cornudos. Me interesaron mucho los testimonios que recoges y por eso decidí contarte mi primera experiencia. 

Tengo 34 años, rubia, buen físico como ves en las fotos. Llevamos casados diez años, no tenemos hijos. Hace tres años, mientras hacíamos el amor, mi marido empezó a sugerirme que le gustaría ser cornudo. Al principio creí que era un juego más pero como persistía me di cuenta que su propuesta era real. Nunca me había planteado practicar esta fantasía, aunque por mi cabeza aparecen situaciones sexuales de todo tipo, pero viendo que por internet era algo que parecía apetecible y después de intercambiar opiniones con amigas, me confirmaron mi disposición a hacer de mi marido un auténtico cornudo consentidor.

Eso sí, le puse mis condiciones porque yo quería manejar todo desde el principio. Le dije que elegiría al corneador y que el siempre estaría presente si el corneador y yo lo decidíamos. La verdad es que fue una imposición a medias ya que mi marido siempre que me hablaba del tema dejaba claro su afán por estar presente cuando otro hombre me follase. Cuando me vio tan decidida dudó pero yo ya no tenía dudas de lo que quería y le dije que ya estaba hablado y que sería con o sin su consentimiento. No le quedó otra que acceder, aunque yo creo que era más una pose que un rechazo sincero. 

El corneador que elegí me lo recomendó una amiga que ya había probado sus atributos. Se trataba de un macho dominante, de 40 años, buen físico, tremenda polla y muy buen cogedor según me explicó. Nos conocimos tomando un café y enseguida hubo química, aquel mismo día acordamos el encuentro. Se realizaría dos días después en nuestra casa, de noche, así se lo comuniqué a mi marido. 

El día llegó, me preparé como el corneador me había pedido, con un conjunto de tanga y corpiño que compré para la ocasión, de color negro y zapatos al tono de tacos altos. También me maquillé a su pedido. Mi esposo estaba sorprendido y me dijo lo bella que estaba. Yo le dije que me había preparado para entregarme al corneador según su pedido y que estuviera listo a satisfacer los deseos de ambos, estaba nervioso pero también muy excitado y con una erección notoria.



Llegó la hora, el corneador, Javier, tocó timbre y ordené al cornudo que lo recibiera. Le abrió la puerta y se presentó como mi marido, el corneador lo saludó sin mucho trámite y se dirigió a mí que estaba en la sala, parada, esperándolo. Hacía tiempo que no estaba tan excitada. Me felicitó por mi arreglo y sin más me ordenó sacarme mi ropa, arrodillarme y sacarle la polla para mamársela, así lo hice, bajé sus pantalones y su slip y apareció una tremenda polla de 20cm que se puso rápidamente dura, me apoyo la cabeza de su rabo en mi cara y sin más la tomé con una mano y la introduje en mi boca mamándosela con ansias. 

Mi esposo miraba excitado y quiso sacar la suya para masturbarse pero el corneador se lo impidió con una orden cortante, le dijo que se sentara y mirara como cogía mi boca y que no se tocara. Mientras tanto introducía y sacaba con buen ritmo la polla cogiéndome por la boca, yo lo agarre con las dos manos de su culo firme. Me dijo que este era el primer paso para ser su puta, que debía tragarme la corrida cuando acabara y después darle un beso a mi marido para que también degustara su leche. Asentí con la cabeza sin sacármela. Javier miró al cornudo y le dijo que a partir de ese momento era el macho de su mujer y le ordenó que quería escuchar de su boca la aceptación de su condición de cornudo sumiso, mientras tanto me ordenó sacarla y que le lamiera sus huevos mientras apoyaba su verga en mi cara. El cornudo dudó pero enseguida se sometió a la mirada fija del corneador y le dijo que aceptaba su papel de cornudo sumiso y a el de corneador. Javier sonrió y dirigiéndose a mí dijo que como buena puta abriera la boca para recibir su leche así lo hice mirándolo a los ojos y empecé a recibir un buen chorro de leche en toda mi cara y pelo, a continuación me metió la verga en la boca para terminar de acabar la lefada. 

Cuando terminó me ordenó que besara al cornudo como me había dicho. Me incorporé y fui hacia mi esposo, le di un gran beso en la boca con gusto a leche de mi corneador. Sin rechistar, más bien con placer, aceptó los restos de lefa de Javier. Yo estaba completamente fuera de mi,  cachonda por aquella situación. El corneador sonrió y nos dijo a ambos que yo ya era su puta. Se retiró y quedamos los dos muy excitados, mi marido se masturbó, corriéndose al poco tiempo. Pasada la excitación del momento, mi marido me dijo que esperaba con ansias el próximo encuentro. Yo también lo esperaba y me sentía contenta por la experiencia vivida y por haber elegido bien a mi primer corneador. Así fue mi primera experiencia, inolvidable, por eso quería compartirla contigo. 

Sofía 


Gracias Sofía, y por eso yo la comparto con todos nuestros queridos lectores. Nos quedamos con las ganas de saber cómo fue la segunda, la tercera….
("UA-21720468-1")