Conversaciones con Laura: “Ver a mi marido tan cornudo me hace sentir reputa y me gusta”

Qué hay de nuevo amigos. Hacía tiempo que no os daba vuestra ración de sexo corno por escrito. Estaba con otras cosas más importantes. Pero bueno, tenía pendiente la publicación de una conversación, vía mail, con una amiga argentina, Laura, esta iba a ser la última entrada de 2013 pero esperaba a unas fotos para ilustrar con más detalle su experiencia. Las fotos no llegaron así que he optado porque esta sea la primera entrada de 2014 y publicarla con las fotos que me envió en primer lugar y si algún día me envía el resto de las fotos y el testimonio de su marido, el cabrón de Andrés, publicaré una segunda parte.
Sean generosas y generosos con sus comentarios. Gracias por vuestra fidelidad, infieles consentidos.



(04 noviembre 2013)

¿Hola Alberto cómo estás?

Te diré que soy Laura, aunque no es mi verdadero nombre, te escribo desde Buenos Aires. Entre en tu blog por recomendación y me pareció bárbaro, hacía tiempo que buscaba un lugar así para canalizar mis inquietudes y experiencias.

Te cuento mi situación: tengo 28 años, soy morocha, muy buen físico 90.60.95, muy alegre y divertida. Hace tres años que estoy en pareja con Alberto de 55 años, el viene de un divorcio, nos conocimos y después de un tiempo decidimos vivir juntos.

El es un gran tipo, muy cariñoso y nos llevamos muy bien pero ocurre que yo necesito mucho sexo. Con Andrés es bueno pero sólo una o dos veces por semana.

Lo hablamos hace seis meses. Andrés me confesó que no daba para más a pesar de lo mucho que deseaba complacerme y que no quería tomar ningún medicamento ya que tiene una afección cardiaca. En cierta manera, de forma implícita me dejo entrever que yo podría satisfacerme por fuera. ¿Eso es ser cornudo consentidor?

Al poco tiempo conocí en el gimnasio a Mauricio, un tipo de 30 años. Enseguida congeniamos y empezamos a mantener relaciones dos o tres veces por semana. Estos encuentros me satisfacían plenamente.

Andrés notó mi cambio, me veía más relajada y distinta pero no me preguntó nada. Ahora bien, he tratado de ser discreta y si alguna noche he salido con Mauricio a cenar siempre le he dicho a mi marido que iba con unas amigas. Te confieso que aunque no puedo asegurar que sabe realmente con quien salgo por las noches mi marido lo debe de intuir.

A la vez de iniciar esta doble vida sexual, me he ido introduciendo en el tema del cornudismo y me encantaría que mi esposo compartiera mi relación y que aceptara ser un cornudo sumiso. Todo lo que he leído y visto al respecto me super excita y creo que el climax seria hacerlo delante suyo y que también se excitara.

Creo que es posible ya que el carácter de mi marido lo permitiría. Y ahí viene tu participación, necesito que me aconsejes cómo puedo introducir en el tema a mi marido, Andres.

Me encantaría hacer una experiencia como la de Lulu que leí en tu blog y me pareció alucinante y por supuesto compartirla contigo.

Espero tu respuesta y perdona lo extenso del mail. Te mando un beso

Laura.




Hola Laura,

Me interesa mucho tu situación y ser testigo de todo el proceso. Por supuesto que puedes contar con mi ayuda y mi consejo, es un honor hacerlo.

Eso sí, sólo te pongo dos requisitos. Primero, que pueda publicar tu historia, tus peticiones de ayuda y mis consejos, en el blog. Y segundo, tener alguna prueba de vida, alguna foto tuya, a ser posible dedicada (no hace falta que estés desnuda ni nada por el estilo)

Antes que nada quiero agradecerte tu opinión sobre mi humilde blog. Verás que en el puedes encontrar muchas situaciones que aunque no sean igual que la tuya, te pueden dar ideas sobre cómo actuar.

Tengo que reconocerte que casi siempre es el marido, aspirante a cornudo, el que me pide consejo para convencer a su esposa a que dé el paso. Pocas, muy pocas, son las ocasiones en que una esposa me pide ayuda. Siempre digo que cuando una esposa me pregunta cómo puede hacer a su marido para que el consienta y a la vez disfrute de la relación corna, es prueba evidente del intenso amor que la esposa abierta, o sea tú, profesa por su marido.

Comprendo que tú, una mujer de 28 años, necesite rabo a todas horas. Es síntoma de salud y eso lo debe de entender tu marido. Creo que comprendería, como prueba de su amor, que tú puedas vivir tu sexualidad con algún amigo. Debes de ir de menos a más. Es decir, dejarle claro, desde el primer momento que seguirá siendo tu amado esposo, pero que para estabilizar esa relación, necesitas estar cubierta en lo sexual, algo que el sólo ya no puede cubrir.

De menos a más, por supuesto. Una táctica es que hables con tu marido, y te sinceres con tus aspiraciones, es quizás lo más recomendable. Ahora bien, si crees que tu marido es un cornudo sumiso en potencia, lo mejor es que empieces el juego haciéndole vivir situaciones cornas. Por ejemplo, porque no le pides permiso para que Mauricio vaya a casa a comer un domingo. Ese día no hace falta que haya sexo, pero si te puedes poner realmente provocativa y podéis dar a entender que a ti y a tu amante os une el sexo pero que esto no quiere decir que tú te quieras separar de él, tu marido. Y lo dicho, si es sumiso; de nuevo, de menos a más, debes hacerle partícipe del juego y ponerte como meta que baje al pilón.

Espero que este primer consejo te sea de utilidad. Espero tu respuesta y la satisfacción de mis peticiones.

Un beso,

Alberto



Hola Alberto

Gracias por tu rápida respuesta. Te contesto que estoy de acuerdo en que publiques todo en tu blog y respecto a la foto mañana me encuentro con Mauricio y me sacaré algunas buenas que estén acordes con el blog, bien sexys, y te la envío. También pensare en tu consejo y las dos variantes que me propones para ver por cual me decido.

Una pregunta me queda ¿qué significa bajar al pilón?

Te mando un beso

Laura.


Querida Laura, me encanta leerte porque se te nota un mujer suelta, abierta y desenvuelta.

Lo de "bajar al pilón" en el argot corno es comerle el rabo o cipote al corneador. Por lo general, siendo la mano de la esposa la que guía el rabo del corneador a la boca del marido cornudo. Forma del rito aunque no es imprescindible, como es obvio. En general y dentro del sentido sexual, podemos entender por bajar al pilón por practicar sexo oral, tanto masculino como femenino y bien de cuando el burro o el buey agachaban las cabeza para beber agua del pilón.

Respecto a lo de las fotos, por favor, alguna que esté dedicada para Alberto Toro o para el blog. Seguro que si ves alguna de las entradas, encontrarás ideas de cómo hacerlas.

Estamos en contacto. Un cordial saludo

Alberto



Querido Alberto

Gracias por aclararme lo del pilón. Buenísimo lo del rito !!! sólo imaginarme a mi esposo chupándole la verga a Mauricio me moja entera!!!

Pero es bastante audaz!!! por el momento tendrá que esperar.....

De acuerdo a tu solicitud te mando fotos mías recién tomaditas vengo de estar con mi amante que me hizo el favor de tomarlas. A ver que te parecen. Aguardo tus comentarios.

Muchos besos

Laura.

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Querida Laura,
Las fotos son fantásticas.
Alberto.

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Querido Alberto

Qué bien que te hayan gustado mis fotos !!! Estuve hablando con Mauricio que me las saco para explicarle la dedicatoria y lo que estuvimos hablando. El tiene experiencia en swinger y trios con casados pero siempre participando los tres, nunca tuvo a un cornudo presente no obstante no le corta para nada cree que le gustaría sobre todo teniendo en cuenta las características de mi marido.

Quedamos en principio de probar con la opción de invitarlo a cenar que nos pareció buenísima y sin llegar a mayores delante suya tratarnos como novios besos, mimos y caricias, etc. y ver qué pasa. ¿Qué te parece? Aguardo tus comentarios

Besos

Laura



Hola Laura, buena noches desde España.

Le dices a Mauricio que con una modelo como tú, se pueden hacer maravillas. Estas guapísima, flaquita, debe ser un placer sentir como se abre tu chochito, seguro que bien musculado, al introducirte el rabo. Espero que te haga más y me permitas el placer de verlas.

Lo que me dices de la experiencia swinger, me lo imagino. Es muy habitual un tránsito de las prácticas swinger a las cornudas. Os aseguro que es una experiencia maravillosa, follar con la mujer de otro, estando ese otro presente. Es algo especial, para los tres.

Me parece estupendo lo de la cena. Sobre todo si magnificáis ese efecto novios en su presencia. Sus ojos, su respuesta, será la clave de cómo avanzar en el proceso de su encabronamiento. Como ya te he dicho es mejor ir de menos a más. Empezar por algo sencillo y según avance la velada, ir soltando pero sin precipitarse, nada de violencia aunque sí un poco de mala educación con tu marido para que sepa que tu eres quien domina y Mauricio es el macho alfa.

Recuerdo una situación parecida. En este caso, el marido era un calvo con una cara de besugo patética. Los tres sentados en una mesa y me pasé media cena metiendo la mano por debajo de la falda de la mujer, su esposa. Nos besábamos, parecíamos unos novios enamoradísimos con un pobre amigo convidado de piedra. En un momento de la cena, le pedí a ella que se fuera al aseo, se quitara las bragas (así podía acariciarla mejor) y que al volver se las diera a su marido para que se las guardara en el bolsillo. Fue muy placentera la situación. La pueden probar. Ya me dices.

Un beso guapísima. Me encantas. Por cierto, Mauricio, ¿anda bien armado? Cuánto le saca al rabo de tu marido.

Alberto


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Queridísimo Alberto
Gracias por tus piropos me encantan!!!!
Esta buenísima tu experiencia con el cornudo Calvo creo que la voy a aplicar con mi marido en la cena con Mauricio.
Mauricio está bien armado, 20cm y gruesa, supera la de mi marido, aparte tiene buen ritmo y aguante, me hace acabar tres o cuatro veces.
Te debo entonces algunas fotos mas y como me fue en la cena!!!!!!
La verdad que esto está divertidísimo......

Besotes grandes
Laura

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Me alegro muchísimo Laura de que estés encontrando un placer especial en esta nueva aventura.... Ya me irás contando las novedades.

un beso fuerte

Alberto


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Querido Alberto.

Este sábado como sugeriste invite a Mauricio a cenar previa comunicación a mi marido que vendría el amigo con el que estaba saliendo ya que quería que lo conociera. No se sorprendió mucho, sólo protestó un poco porque era sábado y normalmente salimos.

Me puse un vestido negro muy corto y escotado para que se me vieran las tetas y al sentarme y cruzarme de piernas toda la tanga. Mauricio llegó puntual, a las 21 hs estábamos los dos en el living fui a abrirle y me dio un gran beso en la boca, mi marido parado un poco más atrás miraba. Mauricio le saludo dándole la mano y le entregó una botella de vino para la ocasión.

Le hice pasar y nos sentamos en el living, yo en el sofá con Mauricio y mi marido enfrente destapó la botella y sirvió tres copas de vino. Nos pusimos a charlar de todo en general. Mauricio me abrazó y con la otra mano me tocaba la pierna bien arriba hasta casi levantarme la pollera mientras hablaba con Andrés, me recalentó, de vez en cuando me daba cortos besos en la boca y Andrés miraba pero no decía nada, ya había tomado dos o tres copas de vino que lo ponen entre contento y sedado.

Me fui a la cocina y Mauricio me siguió. Mientras preparabas unos vasos me abrazó por detrás y levantándome la pollera me apoyó su verga endurecida y me susurraba al oído, ¿cómo va todo, te gusta? Mientras me sobaba el culo me dijo que veía a mi marido contento y relajado. Esto me puso remojada lo que pudo comprobar cuando su dedo acarició mi concha. Entonces pacté con Mauricio que durante la cena me metiera mano y que al poco de empezar me levantaría para ir al baño y que me tenía que seguir para sacarme la tanga para ponerla después en el plato de mi marido. Mauricio también estaba encantada y me preguntó que si todo salía bien esta misma noche podríamos coger delante de mi marido. No entiendo porque le dije que no, pero le hice entender que era mejor no precipitar el momento.

Empezamos a cenar. Mauricio sentado a mi lado y Andrés, mi marido, enfrente. Sentía como la mano de Mauricio subía por mi muslo con toda facilidad gracias a lo corto de mi pollera. Estaba recalentada. No pretendíamos ser discretos ya que Mauricio cuando tenía oportunidad me comía la boca. Cuando me levanté ara ir al baño le dije a Andrés que fuera preparando la botella de champán. Al volver a la mesa, Mauricio puso la tanga en su planto y Andrés con una sonrisa tranquila descorchó la botella y el ruido del corcho dio paso a un chorro blanco de espuma. Cuando Andrés empezó a beber de su copa yo empecé a besar la boca de Mauricio para después irnos los dos al sofá. Sentada, con la pollera levantada, toda mi concha esta al aire para disfrute de Mauricio y en presencia de mi marido. No sé que me recalentaba más si las caricias de Mauricio o el ver a Andrés, hecho ya todo un cornudo consentidor, como testigo de mi zorrería.

Mauricio me metió tres dedos en la concha y a la vez le decía a mi marido, “tienes una esposa muy linda y muy puta”. Andrés reía y asentía con la cabeza. Yo quería que la velada acabara en ese momento, le indique a Mauricio que estaba cansada y aunque tenía ya unas cuantas copas lo entendió y se despidió. No me sorprendió que entre risas y bromas, los dos se dieran un abrazo fraternal. Le dije a mi marido que acompañaría a Mauricio. En el ascensor no pude aguantarme y le hice una mamada histórica que terminó inyectándome toda su leche en mi boca. No quise que se cayera ni una gota, soy una buena vecina.

Al volver a casa vi a Andrés terminando su copa de champán. Me acerqué, le besé y procuré que notara el sabor de la leche de Mauricio. “Un gran tipo tu amigo”, me dijo y siguió, ¿no me vas a decir que habéis hecho en el ascensor? Le contesté, “estaba recaliente y le chupé la verga hasta que se acabará y no veas que cantidad”. Terminé con una sonrisa y una pregunta, ¿no la has notado en el beso, cariño? Y me dijo el cabrón, “sí, se siente el gusto”.

Aguardo tus comentarios. Un besote.

Me siento reputa y me gusta.

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Querida Laura:

Eres preciosa... estoy encantado de comprobar cómo disfrutas segundo a segundo de tu relación corna.

Si lo de la cena funcionó podemos profundizar en alguna situación al aire libre. Por ejemplo, podría ser en algún parque, tú te puedes poner bien guapa y provocativa, seguro que una minifalda te sienta fenomenal... Mauricio te puede sobar, te puede quitar las bragas, guarrear por el parque e indicar a Andrés que haga fotos, sería muy humillante para él pero seguro que lo disfruta. Si te parece la idea, podemos profundizar en ella.

Sobre fotos, me encanta el culo que tienes, es lindo.

Un beso fuerte.

Alberto


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Hola querido Alberto
Me gusta tu idea lo ideal sería en casa de fin de semana que tiene Roberto ahora acá hace calor así que lo haría allí en el parque y la piscina
Con fotos del culo como te gustan a vos
Si te parece pamemas precisiones sobre esta idea y la hago
Me siento reputa.........mmmmmm
Besotes
Laura

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Hola guapísima...

He visto en las fotos que tienes un culo maravilloso, guapa guapo... Creo que podrías exponerlo en toda su amplitud, con visión de ojete y rajote incluida y eso sí, con carmín pintado en uno de los carrillos, PARA ALBERTO TORO.

Viendo el cipote que se gasta tu corneador, creo que también podrías profundizar en esa situación como la foto que me enviaste.

Voy preparando algunas preguntas para ilustrar tu entrada en el blog.

mil besos

Alberto

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(27noviembre 2013)

Hola Alberto. Cómo estas?

Paso a contarte mi último encuentro con Roberto en presencia de mi marido como verás avanzamos en el proceso de hacerlo más cornudo. Fue el sábado pasado a la noche en la casa de recreo de Mauricio en las afueras, hacía mucho calor.

Llegamos tipo 21 hs y nos recibió Mauricio en traje de baño. Tiene un hermoso parque y piscina, nos mostró la casa, fuimos al living a tomar algo, yo y el sentados en el sofá y mi marido enfrente. Nos besamos me pasó sus manos por mis tetas y la metió entre mis piernas estaba muy mojada y muy caliente. Me pidió que parara y me desnudara, lo hice rápidamente y el se sacó el traje de baño. Nos quedamos los dos desnudos. El chipote duro, y parado se sentó mientras me ordenaba que me pusiera entre su piernas y se la mamara. Andrés lo observaba de reojo,inquieto y excitado también se tocaba por arriba del pantalón

Le di una buena mamada, lenta y larga pasando mi lengua por todo su pedazo y chupándole los huevos, se puso recaliente y me decía “qué puta sos, seguí así putita” y a mi marido le decía “Andrés te gusta cómo me la chupa tu mujer, viste lo puta que es? Mi marido asentía con la cabeza pero sin decir nada. Mauricio se levantó del sillón y me agarró de la cabeza para cogerme la boca entraba y salía con fuerza ahhh que placer hasta que reventó y me llenó la boca de leche, que trague parte dejándome restos en la boca y la cara para que al volverme me viera mi marido. No me salía palabra de mi boca pero si de la de Mauricio, “mira cornudo como le gusta mi leche, mírala bien, cabrón” Creo que lo último, el “mírala bien, cabrón” sobraba pero estaba tan excitada que en esos momentos no quise decirle a Mauricio.

Sin embargo, cuando vi que Andrés se quería bajar los pantalones para pajearse esperaba que Mauricio se lo prohibiera, como así ocurrió, y en esta ocasión su toque imperativo me gustó. “Aguanta cabrón hasta llegar a casa para hacerte la paja”. Andrés sin rechistar le obedeció y en su cara no había decepción si no satisfacción. En este momento entendí que mi marido era todo un cornudo consentidor, aceptaba su papel y función.

Mi cara llena de leche, sorprendida por todo lo que ocurría, le dije a Mauricio que nos bañáramos en la piscina. Andrés nos miraba desde fuera. Estuvimos un buen rato en el agua, besándonos, charlando en bajito, hasta que nos pusimos otra vez. En esta ocasión me la metió de espaldas para que mi marido pudiera ver mi cara, frente a frente. Hacía mucho calor.

Estaba rendida de cansancio. Mauricio me dijo que me quedara a dormir y que le dijera a mi marido que se fuera para casa. “Escúchame cornudo, me voy a quedar a dormir con mi macho, tu corneador, te podes ir, mañana nos vemos”. Andrés respondió que tampoco había que ir tan lejos y que prefería dormir también en la casa de Mauricio, en otra habitación o en el salón. Mauricio se puso muy chulo y casi gritándole le soltó, “ya escuchaste a tu mujer, cornudo, queremos estar solos, anda y pajeate tranquilo en tu casa y no jodas”. Mi marido dio las buenas noche y se marchó. Hacía mucho calor.

Pasamos la noche juntos, solos, tranquilos, como amantes nuevos. A la mañana siguiente, Mauricio pidió un taxi. Llegue a casa. El cornudo ya estaba desierto y me recibió con una extensa sonrisa.

Espero que esté satisfecho con mi proceso de “emputecimiento” como dices y ya sabes que no tengo ningún inconveniente en que lo publiques en tu blog. Intentaré convencer al cornudo de mi marido para que el también escriba su visión.

Muchos besos

Laura
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Fantástica Laura y genial la situación. Formáis un equipo, los tres, maravilloso, claro, desde el punto de vista corno. Me encantas.
un beso
Alberto

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("UA-21720468-1")