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Al corneador, el culo y a la esposa del cornudo, también por el culo

Aprovechando que en estos fríos días se representa en Madrid la adaptación de la novela de Toni Bentley “La rendición”, interpretada por la genial Isabelle Stoffel, voy haceros una reflexión sobre la importancia del culo y el ojete en el sexo cornudo. Espero que os sea de utilidad y que demos al culo el papel que merece en estas prácticas. 

La genial Isabelle Stoffel

Para poneros en situación, Toni Bentley, ex bailarina estadounidense de ballet clásico, describió en “La rendición” su particular búsqueda personal a través del sexo anal. No os asustéis pero la autora, Toni Bentley, llegó a afirmar que “encontró a Dios dejándose follar por el culo”. Precisamente esas palabras “follar por el culo” impactaron en la cabeza de Isabelle Stoffel, la actriz, y se puso manos a la obra para personalizar la idea de la obra en un monólogo teatral. 

La belleza serena, inteligente de la actriz Isabelle Stoffel.

Para los que tengáis problemas de hemorroides es posible que os cueste entender como en la obra se considera al sexo anal como un acto sagrado, cito: “la entrada por la salida la lleva al paraíso”. Podría pareceros un exceso pero a los que alguna vez nos hemos dedicado a dar placer por el ojete a alguna mujer, supongo que esto también será extensivo a los que hayan petado algún otro de sexo masculino, podemos entender esa idea. Y es que amigos y amigas, cuando coges a una mujer casada con un culo redondo y un ojete bien dibujado que deje transitar sin problemas el cipote corneador…. Uf, es una maravilla. Y qué decir de esa sensación cuando embutes los 20 centímetros y el ojete se convierte en un anillo que aprieta de manera placentera el arranque del troncho la polla, no se puede describir hay que sentirlo. 

Toni Bentley llegó a afirmar que "encontró a Dios dejándose follar por el culo".

Sí, es obvio que hablo desde el que da, pero os aseguro que he conocido a muchas mujeres, sobre todo casadas, que me han confesado el inmenso placer que sienten cuando un buen rabo les folla el culo. Y seguro que alguno de vosotros aunque no os hayan hecho oralmente esta confesión habréis sentido como la afortunada dama se retuerce de placer al enrabarla el ojete. Sí, amigo, y ese placer alcanza el grado superlativo cuando después de disfrutar el proceso y lefar dentro, levantas la mirada y ves la cara babeante del marido manso que goza como un macho corneador hace feliz a su mujer y realidad su fantasía cornuda. 

Precisamente esas palabras “follar por el culo” impactaron en la cabeza de Isabelle Stoffel

Volviendo a “La rendición”, como es obvio la obra va a más allá de un simple monólogo sobre los placeres anales. Su intención también es reflexionar sobre la sexualidad y la relación en pareja. Desde luego que si tenéis oportunidad de verla no os la perdáis. La obra puede provocar sensaciones y traer a la mente situaciones vividas reflejadas en la maravillosa interpretación de Isabelle Stoffel. Os confieso que viendo su cuerpo, su belleza, pero sobre todo la forma de expresar el mensaje… vamos, que me la puso dura. 

“la entrada por la salida la lleva al paraíso”

Y llegados a este punto os digo la reflexión. Queridos amigos, una relación corna, se completa cuando el corneador disfruta del culo de la esposa. Como siempre os digo, no debéis presionar pero si os encontráis con alguna mujer reacia, tratar de convencerla con la razón y en la obra de “La rendición” podéis encontrar muchos argumentos. El marido cornudo también tiene que facilitar el tránsito del rabo del corneador en su esposa y convencerla de que ese paso puede llevar a una unión de pareja más solida. 


Cada persona es distinta y por lo tanto no se pueden encontrar dos culos iguales ni placeres parecidos. Pero subrayo es muy importante que no paséis por alto la importancia del culo en la relación corna. 



También es de recibo que la esposa, una vez alcanzada la complicidad con el corneador, le bese el ojete. Además de darle placer al amigo corneador, y seguro que sabrá agradecértelo, la esposa sentirá un placer distinto y muy importante, no dejes de mirar a tu marido cuando le estés comiendo el culo al corneador. 

Sí, amigo, y ese placer alcanza el grado superlativo cuando después de disfrutar el proceso y lefar dentro, levantas la mirada y ves la cara babeante del marido manso que goza como un macho corneador hace feliz a su mujer y realidad su fantasía cornuda. 

En resumen, el cornudo debe ofrecer el culo de su esposa al corneador, siempre que tenga su consentimiento y para ella sea una fuente de placer: “al amigo corneador el culo”. Y, por supuesto, un buen corneador debe saber “dar por culo” a la esposa. Y para cerrar el círculo, durante el acto, en esos momentos de relajo, es recomendable que el marido observe como su esposa le come el ojete al corneador, o para ser más finos, le hace un cálido y placentero beso negro. 



A continuación un enlace donde podéis encontrar más información de “La rendición” y su autora, Toni Bentley. A continuación el video promocional del Centro Dramático Nacional... no dejéis de verlo, es fantástico y seguro que después de verlo vais a querer más.





La primera experiencia de Sofía: “cuando acabé le di a mi marido un beso con sabor de mi corneador”



Leer con atención la primera experiencia de Sofía. No os perdáis ni una gota de los detalles.


Hola Corneador Toro

Soy Sofía. Encontré tu blog buscando por internet información sobre cornudos. Me interesaron mucho los testimonios que recoges y por eso decidí contarte mi primera experiencia. 

Tengo 34 años, rubia, buen físico como ves en las fotos. Llevamos casados diez años, no tenemos hijos. Hace tres años, mientras hacíamos el amor, mi marido empezó a sugerirme que le gustaría ser cornudo. Al principio creí que era un juego más pero como persistía me di cuenta que su propuesta era real. Nunca me había planteado practicar esta fantasía, aunque por mi cabeza aparecen situaciones sexuales de todo tipo, pero viendo que por internet era algo que parecía apetecible y después de intercambiar opiniones con amigas, me confirmaron mi disposición a hacer de mi marido un auténtico cornudo consentidor.

Eso sí, le puse mis condiciones porque yo quería manejar todo desde el principio. Le dije que elegiría al corneador y que el siempre estaría presente si el corneador y yo lo decidíamos. La verdad es que fue una imposición a medias ya que mi marido siempre que me hablaba del tema dejaba claro su afán por estar presente cuando otro hombre me follase. Cuando me vio tan decidida dudó pero yo ya no tenía dudas de lo que quería y le dije que ya estaba hablado y que sería con o sin su consentimiento. No le quedó otra que acceder, aunque yo creo que era más una pose que un rechazo sincero. 

El corneador que elegí me lo recomendó una amiga que ya había probado sus atributos. Se trataba de un macho dominante, de 40 años, buen físico, tremenda polla y muy buen cogedor según me explicó. Nos conocimos tomando un café y enseguida hubo química, aquel mismo día acordamos el encuentro. Se realizaría dos días después en nuestra casa, de noche, así se lo comuniqué a mi marido. 

El día llegó, me preparé como el corneador me había pedido, con un conjunto de tanga y corpiño que compré para la ocasión, de color negro y zapatos al tono de tacos altos. También me maquillé a su pedido. Mi esposo estaba sorprendido y me dijo lo bella que estaba. Yo le dije que me había preparado para entregarme al corneador según su pedido y que estuviera listo a satisfacer los deseos de ambos, estaba nervioso pero también muy excitado y con una erección notoria.



Llegó la hora, el corneador, Javier, tocó timbre y ordené al cornudo que lo recibiera. Le abrió la puerta y se presentó como mi marido, el corneador lo saludó sin mucho trámite y se dirigió a mí que estaba en la sala, parada, esperándolo. Hacía tiempo que no estaba tan excitada. Me felicitó por mi arreglo y sin más me ordenó sacarme mi ropa, arrodillarme y sacarle la polla para mamársela, así lo hice, bajé sus pantalones y su slip y apareció una tremenda polla de 20cm que se puso rápidamente dura, me apoyo la cabeza de su rabo en mi cara y sin más la tomé con una mano y la introduje en mi boca mamándosela con ansias. 

Mi esposo miraba excitado y quiso sacar la suya para masturbarse pero el corneador se lo impidió con una orden cortante, le dijo que se sentara y mirara como cogía mi boca y que no se tocara. Mientras tanto introducía y sacaba con buen ritmo la polla cogiéndome por la boca, yo lo agarre con las dos manos de su culo firme. Me dijo que este era el primer paso para ser su puta, que debía tragarme la corrida cuando acabara y después darle un beso a mi marido para que también degustara su leche. Asentí con la cabeza sin sacármela. Javier miró al cornudo y le dijo que a partir de ese momento era el macho de su mujer y le ordenó que quería escuchar de su boca la aceptación de su condición de cornudo sumiso, mientras tanto me ordenó sacarla y que le lamiera sus huevos mientras apoyaba su verga en mi cara. El cornudo dudó pero enseguida se sometió a la mirada fija del corneador y le dijo que aceptaba su papel de cornudo sumiso y a el de corneador. Javier sonrió y dirigiéndose a mí dijo que como buena puta abriera la boca para recibir su leche así lo hice mirándolo a los ojos y empecé a recibir un buen chorro de leche en toda mi cara y pelo, a continuación me metió la verga en la boca para terminar de acabar la lefada. 

Cuando terminó me ordenó que besara al cornudo como me había dicho. Me incorporé y fui hacia mi esposo, le di un gran beso en la boca con gusto a leche de mi corneador. Sin rechistar, más bien con placer, aceptó los restos de lefa de Javier. Yo estaba completamente fuera de mi,  cachonda por aquella situación. El corneador sonrió y nos dijo a ambos que yo ya era su puta. Se retiró y quedamos los dos muy excitados, mi marido se masturbó, corriéndose al poco tiempo. Pasada la excitación del momento, mi marido me dijo que esperaba con ansias el próximo encuentro. Yo también lo esperaba y me sentía contenta por la experiencia vivida y por haber elegido bien a mi primer corneador. Así fue mi primera experiencia, inolvidable, por eso quería compartirla contigo. 

Sofía 


Gracias Sofía, y por eso yo la comparto con todos nuestros queridos lectores. Nos quedamos con las ganas de saber cómo fue la segunda, la tercera….

José, “el lechero”, le pone crema al café de una esposa abierta y suelta

Nuestro amigo José, “el lechero”, nos envía un video de una de sus últimas cornadas. Enero 2012, domingo por la tarde, la protagonista estaba tomando un café con sus amigas mientras el marido disfrutaba de un partido de fútbol por televisión. Antes de volver a casa decide hacer una visita a José, quería otra café pero esta vez, con mucha leche. 

José nos comenta que minutos después de la escena que aparece en el video, el marido llamó al móvil y retrasó la lefada. Prestar atención al sonido y comprobar los gritos de placer de ella y el ritmo del bombeo, al natural. Bueno, según me comenta José, después de la llamada y de informar al marido cornudo lo que estaba sucediendo, continúo dándole lo suyo hasta el final. Cómo diría Matías Prats, “la esposa se puso las botas…” 

El marido es plenamente consciente de la relación que mantiene su esposa. “Para ellos es un disfrute más que yo goce a su mujer”, nos comenta José. Y añade: “yo creo que quien goza más es el cornudo consentidor ya que ella me dice que cuando le narra nuestra follada, el marido se pajea con mucho gusto” 

Valga como documentación para la especialización de este blog, el detalle que nos comenta José, “ella no quiere tener sexo con su marido y conmigo a la vez, pero la muy zorrona sí acepta tener una follada con otro corneador desconocido, así que cuando lo encuentre, a follar, porque está tía lo aguanta todo, menuda jaca”. Desde luego que sí, y no veas el morbo que da con las botas puestas y con ese culazo a cuatro. Fantástico. 

Para ampliar la documentación, hay que añadir que se trata de un matrimonio abierto y que con José, su corneador, mantienen una relación que va más allá del puro sexo. De hecho, nos dice el corneador: “suelo acudir a sus fiestas de cumpleaños y en la de la mayoría de edad de una de sus hijas también estuve”. Es maravilloso que los componentes del trío cornudo tengan una buena relación entre ello, demuestra el alto nivel de este matrimonio que como nos dice su cornudo: “disfrutan de la vida, sin más”. 

Espero que vosotros, queridos lectores, disfrutéis del video y lo de siempre, no sean perezosos con sus comentarios. Esta vez os dejo la siguiente pregunta, ¿sois partidarios de que la relación del corneador con la pareja, vaya más allá del hecho de zumbarse a la esposa?




Si quieres ver la anterior entrada de este amigo: José, pulsa el siguiente enlace:


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