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Toño: "no tendré problema en bajar al pilón para contentar a Cris"


Hace unos meses el amigo Toño nos contó la primera puesta de cuernos de su esposa, Cris. El testimonio de Toño es bastante bueno ya que ha sido leído por miles de vosotros, queridos lectores.
Sí en aquel primer paso pudimos comprobar el placer, casi infantil, de Toño al ver que su mujer le dejaba al cuidado de los nenes y se iba a zumbar con el corneador, en su último testimonio podréis comprobar que el placer, de ambos, ha ido en aumento y ha servido para que el matrimonio esté más unido que nunca. 
No os perdáis detalle, sobre todo los que estáis a un paso de que vuestras mujeres os pongan las primeras puntas. 


Quéridos lectores y lectoras del blog de Alberto Toro:

Seguro que los seguidores habituales del blog me conocéis. Soy Toño, el marido de Cris, me estrené como cornudo consentidor el pasado 5 de agosto y a los pocos días lo conté en primera persona en este blog. Como os podéis imaginar a aquella primera puesta de cuernos le han seguido bastantes. No estoy sorprendido, lo esperaba, desde ese instante supe que sería un cabrón consentidor el resto de mi vida. Para mi deleite, lo ocurrido durante estos meses lo corrobora cien por cien. 

Como seguidor del blog procuro estar informado de las novedades y es este el motivo por el quiero dejar este escrito, ya que en muchos de los testimonios que he leído son verdades como catedrales. Es cierto que para un cornudo recién iniciado la primera puesta de cuernos es algo que cambia la vida radicalmente, sobre todo si lleva tiempo siendo cornudo frustrado, con ella descubre algo parecido a lo que puede ser la felicidad completa junto al morbo que representan estas situaciones. Se enciende una llama gratificante en el matrimonio. En mi caso los cuernos van aumentando día a día y tanto mi esposa como yo hemos evolucionado, hemos cambiado en positivo y nuestra relación, plenamente cornuda, ha mejorado nuestro entendimiento.

En mi caso los cuernos van aumentando día a día y tanto mi esposa como yo hemos evolucionado, hemos cambiado en positivo y nuestra relación, plenamente cornuda, ha mejorado nuestro entendimiento. 

También quiero añadir que después de la primera puesta de cuernos se ha producido una transformación en mi esposa. Os explico. Yo llevaba años intentando convencerla a que diera el paso y siempre recibía negativas por su parte, incluso insultos por mi continua insistencia. Ojo, que digo insistir, no obligar. Ahora bien, una vez que se consuma la primera puesta de cuernos, mi esposa continúo teniendo dudas, pero ya dejaba a un lado su postura reacia a la práctica y ya no me respondía con insultos cuando sacaba el tema. Fue maravilloso observar en ella ese espíritu de libertad al poder disfrutar, sin ninguna atadura del matrimonio, de otros machos, de otras pollas. Ella también expresó su felicidad al comprobar el gran placer que me producía saber que ella estaba con otros hombres. Además, una vez dado el primer paso, desapareció la rutina y el aburrimiento para dar paso a otras maravillosas sensaciones. 

En nuestro caso ha supuesto un refuerzo de nuestro matrimonio y hemos conseguido una complicidad entre marido y mujer que nunca antes habíamos experimentado. Los cuernos que llevo han dado paso a una vida sin secretos entre nosotros y abierta a los placeres del sexo cornudo y consentido. 


Mi esposa ha cambiado para mejor. Valga como ejemplo que alguna de nuestras vecinas nos dicen que la ven más guapa, provocativa, atractiva… en definitiva, deseable para otros hombres, a parte de su marido, el cornudo. 

Estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por algún compañero en este blog, el placer del cornudo aumenta en función del grado de zorrería que tenga la esposa. Comparto plenamente también que el cornudo, más que estar enamorado de su esposa, debe de adorarla y venerarla como una reina, procurándola todos los caprichos que ella desee. En esos caprichos hay que incluir el favorecer todo tipo de encuentros con el corneador que ella elija, excusar sus ausencias ante el resto de la familia, procurar que ella esté tranquila para que pueda gozar al máximo con su amante, no poner pegas a la hora de que ella esté guapa para ella misma y para el resto de los hombres. Hago especial mención al hecho de preparar un bonito encuentro cuando ella regrese de estar con su amante, recibirla con alegría y demostrarle nuestra adoración para que ella pueda tener plena confianza en su marido cornudo y una complicidad que estoy seguro no tienen la inmensa mayoría de parejas y matrimonios. 

Mi esposa ha cambiado para mejor. Valga como ejemplo que alguna de nuestras vecinas nos dicen que la ven más guapa, provocativa, atractiva… en definitiva, deseable para otros hombres, a parte de su marido, el cornudo. Ahora no tiene temor en ponerse una minifalda más corta que las convencionales, ha vuelto a usar medias bonitas, zapatos de tacón, a resaltar sus escotes que enmarcan el par de tetazas que tiene y que bailan mientras camina. La noto muy abierta y sociable, más simpática, y cada día que pasa más atrevida y desinhibida. Mi esposa es alta, 1,70, un pedazo hembra, y os aseguro que desde que es infiel y libre se ha rejuvenecido. Me encanta que provoque a los demás hombres y ella sabe que tiene todo mi apoyo. 

Después de estos meses hemos asumido nuestra vida cornuda muy bien. Nos encontramos muy cómodos en los roles de puta y cornudo. Por cuestiones de trabajo viajo con frecuencia. Cuando estoy fuera estamos siempre en contacto, por el día a través del teléfono y por la noche a través del msn. En esos momentos, por la noche, aprovechamos para buscar corneadores, vemos sus características, por lo general los elegimos los dos aunque es ella la que tiene siempre la última palabra pero ella sabe que a mi me gusta dar el visto bueno del macho elegido. Ella sabe que no tiene ningún límite salvo que me tiene que hacer partícipe de sus encuentros. Desde aquel 5 de agosto ha tenido encuentros de todo tipo, desde el más simple y del que me avisó de la cita vía sms y que yo fui testigo del encuentro a través del teléfono móvil hasta otros en los que yo he estado presente como testigo invisible y sin molestar. En otras ocasiones también he participado al final, relamiendo como un perro el coño recién folladito de mi esposa. Otra vez, he acompañado a mi mujer hasta el hotel, he subido a la habitación donde le esperaba su amante, la he dejado en sus manos y me he bajado a la recepción a esperar que terminasen. Sin contar las folladas de mi mujer con alguno de sus amantes en los coches, en estas ocasiones siempre me gusta llamar para saber como va el asunto, me encanta enterarme vía teléfono de los detalles. 

Estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por algún compañero en este blog, el placer del cornudo aumenta en función del grado de zorrería que tenga la esposa. Comparto plenamente también que el cornudo, más que estar enamorado de su esposa, debe de adorarla y venerarla como una reina, procurándola todos los caprichos que ella desee. 

No cabe duda, según van aumentando mis cuernos, ella se va soltando y seguimos en un proceso de constante evolución. Valga como ejemplo el siguiente caso, hace unas semanas conoció a un corneador, buen corneador puedo decir, le pegó unos buenos polvazos que le causaron un gran impacto ya que anda encoñadita con el chaval y está deseando repetir. El otro día en casa, tranquilos, estábamos comentado sus polvos con este corneador y me sorprendió con el siguiente comentario: “ya no te veo como mi macho, sí como mi marido, pero no como mi macho en la cama a quién veo como mi macho por lo que me hace sentir es a Ricardo (el macho corneador)”. A pesar de la sutileza al contármelo comprobé que en los placeres sexuales de mi esposa, yo, el marido, ya no era el primer protagonista. 

Algo que también hemos notado es que después de una buena puesta de cuernos nuestras relaciones sexuales han aumentado en intensidad y deseo. Solemos hacer el amor después de que mi mujer haya estado con otros hombres. Es entonces cuando nos excitamos al máximo recordando como fue la follada de su macho. Mi mujer, al verme tan excitado y volcado en ella, me dice que es la recompensa merecida por ser una buena corneadora. De esta manera es doble el placer que siente, por un lado y en primer lugar, el del macho corneador y por otro el de su marido cornudo. Así está de lozana con tanta polla a su disposición. 

En muchas de las conversaciones que tenemos en la intimidad de nuestra habitación me cuenta lo mucho que se siente deseada cuando alguna vez algún macho la lleva a un club de intercambio al sentir las miradas de deseo de otros machos. Esto la excita, la hace sentir más hembra y que quieran follarla es uno de los mejores placeres que puede sentir una esposa abierta como ella. Sabe a la perfección que al conocer estos detalles me hace sentirme más cornudo y feliz. 

No cabe duda, según van aumentando mis cuernos, ella se va soltando y seguimos en un proceso de constante evolución. 

No siempre encontramos a corneadores que están a la altura. Ya en varias ocasiones ha regresado a casa insatisfecha y me ha tocado a mí, el cornudo, darle rabo para que quede contenta. Pero esto no nos desanima y en seguida volvemos a buscar a otro corneador con la esperanza de que le dé polla como ella merece. Para mí es un inmenso placer buscarle los machos que necesite, he comprobado que a ella y a mí nos gustan el mismo tipo de hombre. 

Aunque nuestra vida cornuda es relativamente corta estamos convencidos de que fue un acierto haber dado el paso. Ahora hay más diálogo entre los dos, sin tapujos, hay confianza. Valga como ejemplo la charla del pasado 21 de enero, nos había fallado uno de sus machos fijos, tenemos dos, el que nos falló y otro de Madrid. Estábamos desanimados y llegamos a la conclusión que en lugar de tener dos corneadores fijos y de confianza era mejor tener cuatro, como mínimo. Cuando digo corneador fijo y de confianza es porque es un hombre de fiar, que permite la monta a pelo, algo que nos gusta mucho a los dos. En la charla sobre el número de amantes surgieron otras fantasías que demuestran lo abierta y suelta que es ahora Cris. 

Algo que también hemos notado es que después de una buena puesta de cuernos nuestras relaciones sexuales han aumentado en intensidad y deseo. Solemos hacer el amor después de que mi mujer haya estado con otros hombres. Es entonces cuando nos excitamos al máximo recordando como fue la follada de su macho. 

Mientras charlábamos me explicó las fantasías que le gustarían llevan a cabo en el futuro y que demuestran el grado de emputecimiento que ha alcanzado en tan poco tiempo. Por ejemplo, al principio ella era reacia a que yo fuera el comepollas del corneador, ahora desea verme chupando el rabo a alguno de sus machos o haciéndolo a dúo con ella o sujetando yo el rabo mientras ella lo devora hasta el fondo. Como os podéis imaginar le dije que estuviera tranquila que no tendría ningún problema en “bajar al pilón”, a día de hoy no lo he hecho todavía pero lo haré. También me dijo que fuera preparándome para verla salir de casa con su macho de turno o que tenía pensado irse un fin de semana completo con alguno de sus amantes. Le pregunté si durante el fin de semana yo podría llamar para ver como iba el asunto a lo que me respondió: “depende, si te da permiso mi novio, sí, pero si no te lo da te jodes y te aguantas y estate preparado porque esto que te digo va a ocurrir muy pronto”. Tengo que deciros que esto último me da un poco de miedo pero reconozco que me excita bastante, ya lo tengo asumido y tendré que tragar para contentarla a ella. 

Han pasado sólo seis meses desde aquel afortunado 5 de agosto, desde entonces he evolucionado de un simple cornudo mirón a ser un mamporrero excelente y a estar preparado, y con ganas, a bajar al pilón. No puedo pasar por alto que está evolución también la ha experimentado mi esposa, que de rechazar de plano este tipo de prácticas ahora es una esposa abierta y una experta puta con el corneador de turno. Me costó mucho insistir pero una vez que lo probó no ha parado, como diría la copla: “la que lo prueba repite yo no sé por qué será” 

Saluditos cordiales.

TOÑO Y CRISANA


Testimonio desgarrador. Tampoco hay que glorificar la situación, no todos disfrutan tanto como Toño. Lo que sí es cierto es que cuando Toño hablaba de "evolución" me recordaba a un pokemon "cabrón", jejejeje. En cualquier caso, agradecemos a Cris y Toño que nos hayan hecho partícipes de su nueva vida cornuda y de la felicidad que consiguen.
A continuación dos enlaces de seguro interés: El primer testimonio de Toño y después, los 10 consejos, seguro que algún marido indeciso después de leer este testimonio se anima a dar el paso y necesita de documentación. 


 

Alceuruguayo, mamporrero y cornudo complaciente

Nuestro gran amigo “alceuruguayo” nos comenta un video de su reina siendo corneada por un macho corneador. A la vez nos explica lo que siente al hacer de mamporrero y cuando la zorra de su esposa le indica que tiene que “bajar al pilón”. Otro testimonio en carne viva de un hombre feliz por ser cornudo. Y, tú, a qué esperas para enviarnos tus experiencias, ya sabes, debes hacerlo a corneador.toro@gmail.com



Hola alceuruguayo y felicidades por ser otro cornudo feliz y por el acertado apodo que te has agenciado “ALCEURUGUAYO”, alce por lo cornudo que eres y uruguayo por tu geolocalización… Viva Uruguay. ¿Podrías explicarnos qué sientes al ser cornudo y, especialmente, cuando haces de mamporrero y bajas al pilón? Para los neófitos en la materia, “bajar al pilón” es comerle el rabo al macho corneador por indicación de este o de la esposa.

ALCEURUGUAYO: Es difícil explicar los sentimientos pero te diría que siento una gran devoción por mi esposa y un enorme agradecimiento al hombre que le da placer en esos momentos. Así, el acto de mamporrear encierra múltiples significados para mi. Es un acto de servicio y agradecimiento hacía ambos (mi esposa y su corneador) por el placer que me ofrecen cuando hacen sexo sin tapujos delante de mi. Algo similar es lo que siento cuando le coloco el condón al macho de turno.

Respecto a lo de “bajar al pilón”. Tengo la misma sensación cuando le mamo el rabo al macho que le va a dar placer a mi esposa. Es cierto que siento mucha humillación cuando trato de ponerle duro el rabo al corneador. Tengo que confesarte que en esos momentos, cuando pajeo el rabo del corneador delante de mi esposa, me pregunto qué pasará por sus cabezas, qué pensarán de mi, imagino que opinan que soy un gran cornudo y un marido muy complaciente.

En el video que nos envías observamos que a tu esposa le gustan los rabazos grandes, basta con oír los gemidos de tu esposa cuando la cornea. Podrías hacernos algún comentario…

Este video fue hecho en uno de los primeros encuentros con ese corneador. Después se folló varias veces a mi esposa y aún mantenemos con el una bonita relación. Ahora, cuando vamos a su casa ya nos les filmo, sino que el corneador me deja tareas de limpieza asignadas para que las haga mientras ellos gozan en el dormitorio. A mí me encanta hacerlas mientras escucho sus gemidos y estoy para su servicio cuando me requieren.

Gracias alceuruguayo. Esperamos que más adelante nos sigas contando tus experiencias y sí lo piden nuestros lectores, lo mismo te hacemos una entrevista. Eres un buen cornudo.

Toño se confiesa: “He logrado ser cornudo el 5 de agosto”

El amigo Toño nos confiesa que su mujer, por fin, le ha hecho sentir el placer de ser cornudo. Ha elegido nuestro blog para hacer público su nuevo estado marital: “cornudo consentidor”. También nos envía un par de fotos de su reina, Cris, que durante el mes de agosto y después de ser reacia ha cumplido el deseo de su marido y ha seguido un proceso intensivo de emputecimiento. 

Gracias Cris, gracias Toño por vuestra experiencia y por confiar en este blog, esperamos más experiencias . Aquí va la confesión. 

Somos cornudo y zorra, ella se llama Cris 45 años de abundante pecho y bisex yo, Toño, 46 años, cornudo mamporrero, consentidor muy servil y servicial. 

Después de años pidiéndole a mi esposa cuernos el viernes 5 de agosto de 2011 me puso los cuernos por primera vez recibiendo una monumental sorpresa ya que había perdido las esperanzas, habíamos hablado de ello la noche anterior y en menos de 24 horas contactemos con un chico corneador, vino por ella a casa picó en el portal y mi mujer se fue con el. Yo me quedé en casa con los nenes, unas horas después regresó le había echado dos polvos.


Esa noche hablando y durmiendo abrazado a mi mujer supe que mi adultera e infiel mujer me iba a garantizar cuernos mientras viviera pues la note muy cambiada desprendía una desbordante sensualidad. Me preguntó al oído, “Cariño, estás contento de que al fin tu mujer sea una zorrita”. Estaba recién follada y en su mirada había una nueva luz que en el acto, sin premeditar, me bajé al coño y comencé a trabajarlo con mi lengua con una innata habilidad mientras me decía: “así cornudo mío este será tu trabajo”. Mis profundas lamidas empezaban a hacer efecto y me susurraba, “ya puedes empezar a buscar machos para tu mujercita”. Antes de correrse con mi lengua me lanzó el siguiente dardo: “deseabas cuernos pues prepara el cabezón porque vas a llevar cuernos y más cuernos, no voy a parar de ponértelos, cabrón”. Después sonrió y cariño me preguntó si estaba contento a lo que yo respondí dócilmente, “gracias por los cuernos que me pusiste ayer, soy feliz”. 

Hoy, después de 23 días, ya la han montado varios machos, uno de ellos ha repetido tres veces y otro me llamo para decirme que follaba de maravilla. Hasta la fecha siempre han venido por ella a casa pues hemos tenido la poca fortuna de tener a los nenes en casa pero esperamos pronto recibir en nuestro hogar y que la monten en nuestra cama.



También hemos hablado de buscarnos un macho fijo para que una vez haya confianza vea como se la folle a pelo pero no tenemos prisa. Esperamos tener la suerte de conocer a un buen corneador de los muchos lectores del blog de Alberto Toro, que esté bien dotado, tenga tiempo y, lo más importante, tenga una amplia experiencia en la materia. 

Por último, agradecer de nuevo a Alberto Toro por publicar en su blog la confesión de los primeros cuernos consentidos que me pone Cris, mi mujer y las fotos de mi zorrita adultera. 

Toño, por fin cornudo.

Un cornudo consentidor tiene que ser buen mamporrero

Una de las características que mejor define a un cornudo consentidor es su máxima predisposición a actuar de mamporrero. Como sabéis, queridos lectores, el mamporrero era el profesional de la ganadería especializado en ayudar al macho semental a cubrir a la vaca o la yegua, según el tipo de ganadería que se tratase. 

He conocido a algún cornudo consentidor que disfrutaba al máximo cogiendo el rabo del corneador e introduciéndolo en el chocho de su esposa o novia. Maneras de vivir.

Una recomendación para cornudos, es conveniente que sepáis el momento idóneo para la introducción y demostrar que conocéis a la perfección vuestro papel de cabronazos para que sin ordenaros verbalmente la acción, vosotros solos toméis la iniciativa de mamporrear, haciéndolo con suavidad y eficacia. Lo mismo si lo hacéis bien el corneador os regala el resultado. 

A continuación os enlazo un vídeo que un seguidor habitual de este blog nos ha envíado. Nos ha jurado que el que actúa de mamporrero es el mismo. Podréis distinguir como coge el palo del corneador y lo introduce dentro de su esposa. No se le ve muy experto, suponemos que por el grado de excitación que tenía al verse corneado y estar grabándolo... los nervios del directo. La calidad del vídeo es malísima pero así hace más creíble que se trata de un video amateur y que lo que ocurre es real y no fingido.

Espero comentarios. Gracias.


("UA-21720468-1")