Jalisco, México, historia de otra pareja cuckold o el beso del corneador

Algunas mujeres que he conocido dentro del ambiente cuckold y con las que he logrado cierto grado de complicidad, me han confesado que una de las claves para repetir una segunda vez con un corneador es su forma de besar. Me voy a poner purista y cito textualmente a mi amiga Natalia: “el corneador debe trasmitir al besarme, el deseo y la atracción que siente por mí, no es amor, es algo más inmediato, es sexo guarro y del que mi marido es primer espectador”.

Sí amigos, muchos de ustedes pensarán que es necesario un buen cipote para ser recordado y deseado, lo es que duda cabe, sin embargo, la sensibilidad de ciertas mujeres hace que el beso configure una marca, buena o mala, del corneador. Sobre esto no quiero pasar por alto que el rabo; su tamaño, forma, textura… es de vital importancia para el marido cornudo, siempre prefiere que el mango del corneador le supere en todas las características anteriores. Pero la forma de besar y lo que trasmite el beso, es más importante que el cipote para muchas mujeres aficionadas a estas prácticas.


Seguro que muchos de ustedes, me refiero a los que desempeñan el rol de corneador en esta relación a tres, han observado que es el marido el que más se fija en su rabo, cuando este queda al descubierto, mientras que la esposa dirige su mirada a los ojos del corneador.

Valga esta introducción para presentarles la experiencia y las fotos que nos manda una pareja amiga de Guadalajara, Jalisco, México. Pero no les hurto más tiempo, lean lo que nos cuenta el cabrón del marido y disfruten de las fotos. Por cierto, si observan con atención las imágenes comprenderán el rollo que les he soltado sobre el beso del corneador.




"Hola, saludos desde Guadalajara, Jalisco, en México.


Desde hace unos años mi mujer y yo compartimos algunas fantasías que teníamos. La mía ya no importa. La de ella, era estar con dos hombres en la cama. Esa imagen quedó fija en mí y se convirtió también en mi fantasía y deseo. Entonces descubrí que quería convertirme en un marido consentidor, cornudo y ella quería ser una auténtica esposa puta y caliente.

Después de años de intentar, pensar, fantasear, el último día de mayo de este año nos fuimos a un bar swinger de aquí, de nuestra ciudad. Ahí un joven la invitó a bailar. A ella le cayó bien y con lo caliente que estaba decidió que sería el primer invitado a la cama. Nos fuimos a un motel cercano al bar y para qué platico más. Estas son algunas de las imágenes que capté con mi teléfono móvil. Después de esta experiencia hemos tenido otras cuantas más. Si les gusta, les envío más acerca de lo que ha seguido y de lo que queremos para seguir como pareja cuckold.

Saludos."





Por favor, no tarden mucho en enviarnos el desenlace. Gracias por su colaboración.







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