Un marido comprensivo

He recibido un correo de un seguidor del blog. Me refiero a él como D. qué está casado con N. Su amigo-corneador es un compañero de trabajo de D y nos vamos a referir por el acrónimo de su nombre de pila, A.
He titulado un marido comprensivo porque los que leáis el correo que publico comprobaréis su infinita comprensión ante el desarrollo de los hechos. Y es que, amigos y amigas, a veces estas cosas acaban en lo que acaban.

“Pena”
Aunque lo explico con una nota en el correo, mi amigo D utiliza la palabra “pena” pero no hay que entenderla por el significado de tristeza que usamos en España si no por el de vergüenza.
Bueno, hablando español en México, diré que ni D. ni N. ni por supuesto A. sintieron pena antes, durante y después. Espero que os guste el testimonio de este amigo, un marido comprensivo, y que seáis generosos con vuestros comentarios. Estoy convencido que se puede abrir un debate para todas los gustos y es que como decía aquel, cada persona tiene su culo y una opinión propia.



Hola Alberto Toro, espero te encuentres bien. Me encanta tu blog.

Quiero compartir mi experiencia de encuentros con un amigo y mi esposa. Si lo puedes hacer público en tu blog, gracias.

Soy D. de 35 años y mi esposa N. de 33 años. Somos de XXXX, México. Tenemos 2 hijos, el mayor es mío y el segundo es de un amigo y compañero de trabajo.

Mis fantasías comenzaron a partir de videos en internet acerca de cornudos y esposas compartidas. cuando tenía relaciones con mi esposa le llegue a preguntar si no le gustaría hacer un trío, primero se sacó de onda pero ya con el tiempo y que yo insistía cada vez más se llegó el momento en que ella me dijo que sí pero quería saber con quién sería.

A partir de su respuesta me puse a buscar en las redes sociales algún single pero pasaron varios meses sin conseguir nada. Una vez dejé el celular abierto y un compañero del trabajo que conduce un camión me dijo que si me gustaba el ambiente swinger, a lo que yo le contesté que no por los nervios y la pena, el enseguida me dijo que no tenía nada de malo y que a él le gusta también pero que su esposa era muy espantada en ese aspecto. Estaba claro que había visto mi celular. A partir de ese momento comenzamos a platicar cuando nos veíamos y me preguntaba si ya había encontrado con quién, algún día me dijo si no encuentras me dices si gustas tú y tu esposa yo puedo ayudar a cumplir vuestras fantasías.


Me dio pena (nota de Alberto Toro. En otros países como México, Colombia, Venezuela, pena es el sentimiento de vergüenza que tiene una persona, por ejemplo: "me da pena que me vean contigo") pero solo de comenzar a imaginar la pena se me fue.

Por varias semanas le estuve diciendo a mi esposa respecto a mi compañero A. de 42 años, hasta que por fin se decidió y dijo que sí.

Solo tuvimos que esperar a que A. regresará de trabajar en carretera.
Por fin llegó el día, mi esposa iba con un vestido azul pegado, con un juego de lencería. Yo simplemente de shorts. Pasamos por mi compañero al punto acordado, los presenté formalmente y tomamos camino al motel. Cuando llegamos teníamos los tres mucha tensión por los nervios y la pena (vergüenza) Mi compañero tomó la iniciativa y empezó a desvestirse quedando en puro bóxer rojo de lycra que lo tenía ajustado y hacía que resaltará un enorme miembro ante el que mi esposa y yo quedamos asombrados.

Mientras yo le quitaba el vestido a mi esposa N., mi compañero comenzó acariciando sus piernas y le quitó la tanga.

Poco a poco se fue quitando la pena (vergüenza) en el cuarto y decidí sentarme únicamente a observar.
Mi esposa comenzó a sobar su pene sobre el bóxer y después se lo sacó para empezar a chupar. En el momento en el que veía que le chupaba desde los testículos hasta la cabeza del pene sentí celos pero me controlé y me concentré más en mi excitación.


Previo al encuentro acordamos que A. usará condón, primeramente para evitar alguna ETS y un embarazo, ya que mi esposa en ese momento no tomaba nada.

Llegó el momento esperado y mientras él se ponía el condón mi esposa estaba boca arriba en la cama y me dijo al odio ¿Te imaginas que por accidente me deje embarazada? No supe qué pensar pero tanta era la excitación que para nada me molestó su comentario.

Mi compañero empezó a penetrar a mi esposa y ella lo disfrutaba, él tiene un pene mucho más grande y grueso que el mío. Estuvieron un buen rato haciéndolo de misionero y de repente él le pidió que de perrito, cuando hicieron el cambio les pregunté a ambos si les gustaría seguir sin condón para que se sintieran más cómodos, ninguno de los dos me respondió pero enseguida A. se quitó el condón y sin que mi esposa pusiera objeción comenzó a penetrarla de perrito y ahora sin el forro.

Estuvieron disfrutando varios minutos en esa posición cuando de repente A. comenzó a bombear más rápido y le dijo a mi esposa que si podía venirse adentro, escuche a mi esposa responder con un caliente “SIIII adentro”.

Y así pasó, mi compañero empezó a venirse a chorros dentro de mi esposa y ambos gemían de placer, A. por estar acabando y ella por sentir su leche caliente.

Se quedaron en esa posición un buen rato hasta que él se separó y ella se recostó boca arriba, en ese momento me gano la curiosidad por lamer la vagina de mi esposa llena de semen de otro hombre, de mi amigo y compañero. Ahora mi corneador.



Nos recostamos los tres en la cama, ella en medio de los dos, y después de un rato mi compañero la volteó hacia él y la comenzó a besarla sin que ella pusiera resistencia. Ahí comprendí que me tenía que quitar de la cama para que cogieran con gusto. Y así fue se lo empezó a meter de frente y después de algunos minutos siguieron de misionero y una vez más A. se corrió dentro de ella y mientras lo hacía ella lo abrazaba con fuerza y se besaban.

Después de platicar nos despedimos y le dejamos fuera de su casa. Mi esposa y yo nos fuimos a la nuestra. Ella llegó tan cansada que ya no nos dimos el tiempo para ahora hacerlo nosotros.

Al día siguiente me dijo que estaba dolorida de la pelvis pero que disfrutó mucho y me pidió perdón por dejar que acabará dentro de ella. Me pidió que la llevara a una farmacia por la pastilla para evitar el embarazo, yo la comencé a besar y le dije que si no le gustaría otro bebé, se me quedó viendo fijamente y solo me preguntó, pero no sería tuyo, estarías de acuerdo y dispuesto a querernos igual. Por supuesto, respondí. Durante cinco semanas no tuvimos sexo de penetración ella y yo. Hasta que llegó el día de la prueba y salió POSITIVO DE EMBARAZO.



Hablé con mi compañero y desde el primer momento me dijo que él se haría cargo pero no era esa nuestra intención. Nos fuimos a celebrar al mismo motel los tres a celebrar la noticia.

Atentamente D. Cornudo.


("UA-21720468-1")