Cinco años después volvemos a entrevistar a Maxi: “Mi mujer ya ha superado los cien aunque ella tiene su novio o macho alfa oficial que la tiene dominada y a mí me tiene caliente”

Cómo pasa el tiempo. Fue por 2012 cuando Maxi, un cornudo de Buenos Aires, se puso en contacto conmigo a través del blog para contarme su día a día como cornudo y darme los detalles de la prolija vida sexual de su esposa, una hotwife auténtica.
Desde entonces no hemos perdido el contacto y tenía pendiente publicar una entrevista para informaros de las últimas novedades de la parejita. Aquí la tienen.


Alberto Toro.- Hola Maxi, corría 2012 ya han pasado cinco años, ¿recuerdas?: “mi mujer lleva 84 machos corneadores y sigue”.
Maxi.- Si, creo recordar que por aquellas fechas eran 84 con los que había estado. Ya ha superado los cien. Sigue teniendo el mismo macho estable, una alfa tremendo con una verga descomunal que al comparar con la mía salgo más que humillado. Con esa verga es con la que bajo al pilón cada vez que a él se le ocurre y lo hago con gusto.

AT.- Cómo se comporta ese macho corneador y no me refiero a la manera que atiende a tu mujer, ya me lo imagino.
Maxi.- Te entiendo Alberto. Este macho emputece a mi esposa y a mí como quiere. Un día me hizo comprarle lencería nueva y se la llevó a una reunión con amigos, era el cumpleaños del dueño de la casa y el regalo del macho hacia su amigo fue mi mujer. Fue al final de la noche, quedaban solo tres en la reunión y al cumpleañero ofreció su regalo para compartirlo. Aquella noche cuando mi mujer regresó sacó de su cartera cuatro condones anudados repletos de leche y me dijo, anotá son cuatro nuevas experiencias. El macho obviamente le da a pelo.

AT.- Entiendo que ese macho alfa es generoso con sus amigos (como debe ser) y le gusta compartir a tu esposa.
Maxi.- En efecto, mi esposa y su novio suelen salir a boliches swinger. Yo estoy tranquilo porque el macho siempre está al lado de mi esposa. A él le gusta que mi mujer elija dos o tres machos desconocidos, la hace poner en cuatro y que le den atrás mientras ella chupa su pija. Y si alguna vez yo les acompaño a mi me reservan el lugar de al lado y le dice a los nuevos amigos, este de pija chica que esta aquí pajeándose es el marido. Es una humillación tremendamente maravillosa.

Me hace bajar al pilón seguido y me ha dado de tomar en la boca y estos genera cierta complicidad y ahora me dice que quiere “marcarme” como corresponde con una buena follada

AT.- Maxi cuéntanos cómo fue el número 100.
Maxi.- Llegamos al macho numero cien en una fiesta privada, el macho de ella tenía todo planeado y cuando llegó el momento hizo entrar a un semental tremendo con un cartel que decía: soy tu numero 100. Era un tipo musculoso, muy agradable y no cojieron delante de todos, se encerraron mi mujer, su novio, el semental y el dueño de casa en una habitación, el resto nos quedamos fuera. Se escuchaban los gritos y gemidos de mi mujer. La fiesta siguió y fue lo más humillante y placentero que jamás viví. Estuvieron como dos horas. Mi mujer salió exhausta, con su concha y culo destrozados, se acercó me dio un beso y tocándome la frente me dijo que: lindos están estos cuernos.

AT.- A fecha de hoy cuántos lleva.
Maxi.- Ya lleva 103 y mis cuernos siguen creciendo.

AT.- Tu mujer está poniendo el listón muy alto, te van a faltar cuernos para tanta punta, como decimos en España.
Maxi.- Es verdad pero estoy muy satisfecho con el comportamiento de mi esposa y con nuestro macho, ya digo “nuestro” porque yo le considero uno más de la familia. Además, como dicen ustedes, me hace bajar al pilón seguido y me ha dado de tomar en la boca y estos genera cierta complicidad y ahora me dice que quiere “marcarme” como corresponde con una buena follada.


AT.- Qué sientes cuando le comes la polla al corneador que se folla habitualmente a tu esposa.
Maxi.- Cuando le como la polla al corneador depende; aunque siempre es un placer hacerlo, una cosa es comérsela a un corneador ocasional y otra muy distinta es comérsela al macho alfa que es el macho oficial, el novio de mi mujer, y que hace con ella lo que quiere y también conmigo.
Cuando se agarra esa verga descomunal con las dos manos y me dice "veni arrodíllate", empiezo a sentir una sensación indescriptible, un gozo único. Cuando me arrodillo frente a él ya no hace falta que diga nada, ya sé lo que tengo que hacer y la como con dedicación y ganas, también sus huevos que ya sé que le encanta. Mientras tanto tiene abrazada a mi mujer de la cintura y le mete la lengua en la boca y le dice cosas al oído, burlándose de mí, y ella se ríe. A veces, cuando estoy chupándola el le dice, escupe a tu marido y ella se acerca y me escupe.


AT.- Y tú Maxi, ¿dices algo en ese momento en el que le estás comiendo la polla al macho corneador? Y me vas a permitir, si es que dices algo no se te entenderá mucho porque debes tener la boca llena.
Maxi.- Ja, ja ja, suelo darle las gracias cuando tengo la boca vacía. Tienes que entender Alberto que cuando un macho le da tanto placer a mi mujer, me deja chuparsela y nos trata como nos trata, para mi es algo que no tiene precio; tengo que estar muy agradecido y de hecho mientras la chupo le digo gracias. Además, en ese momento el macho me suele increpar diciéndome, gracias por qué, y yo respondo como el peor de los arrastrados, porque se que le gusta así, "gracias por cojerte a mi mujer... gracias por dejarme chupar esta pija corneadora".

AT.- ¿Se la llegas a limpiar cuando....?
Si, un placer extremo es cuando me hace limpiarla recién la saca del culo o la concha de ella. Y otra cosa que le hago que sé que le gusta mucha sin que me lo pida, es chuparle los pies de macho mientras le da por atrás a ella.

AT.- ¿Qué suele decirte tu mujer en esos momentos?
Maxi.- Mi mujer cuando yo le como polla a su macho, como dije, me escupe o me acaricia la frente y dice que lindos cuernos, escupe en mi pijita y lo que siempre dice es: viste que rica que es la pija que me hace feliz, vos por más que mires no vas a aprender nunca a cojer como el, vos tenés que agradecer. Y no termino de decir gracias, que el macho ya me esta llenando de leche la boca. Eso es sublime no hay nada que se le parezca, siempre digo a los cornudos animense a hacerlo, no hay cuernos posibles si no se prueba la leche del alfa.


AT.- Cómo crees que va evolucionar la relación de tu mujer con el macho alfa que se la folla y cuál será tu papel en el futuro?
Maxi.- Con respecto a su relación, ellos salen hace 10 años y a ella la veo cada vez más enamorada y para él es una puta que le da todos los gustos, el mismo me dijo que por el tamaño de su verga es muy difícil que una mujer le dé el culo y a ella ya le ha hecho un doble anal, es verdad que para probar primero lo hizo con mi pijita que es muy chica, pero la segunda vez ya hizo una doble anal con un buen macho y al terminar saliendo de la pieza me hizo sacarle una foto de como le quedo. A ella la tiene enamorada y a mi totalmente dominado y caliente. Hace casi un año no tengo relaciones con ella y cuando él me deja solo puedo hacerlo con preservativo y el por supuesto sin nada. Lo mio es la paja, y ellos cojen y disfrutan. Soy feliz así, aunque a veces veo que ella está demasiado enamorada de su Alfa. Leyendo varios informes, vi que las mujeres cuando encuentran un verdadero alfa, terminan enamoradas de ellos y si a su lado tienen a un cornudo sumiso, terminan despreciándolo y a la larga -si pueden- se van a vivir con su macho y cada tanto llaman al cornudo para divertirse un poco.

AT.- Hay de todo Maxi, tampoco se puede generalizar. Desde luego que 103 es una buena cifra, ¿llevas también el registro de cuantas pollas se han enrabado a la vez a tu esposa?
Maxi.- Pollas a la vez, doble anal fueron dos veces; la primera que participe yo como prueba (como ya conté) después dobles comunes y penetración por la boca -es decir, tres al mismo tiempo- incontables, cada vez que hay un grupal sucede. Doble vagial tambien es muy comun.


AT.- Entiendo, es difícil llevar la cuenta. Maxi, muchas gracias por tu testimonio, seguro que será de gran ayuda para muchos lectores.
Maxi.- Gracias a ti Alberto, la verdad es que te he respondido por indicación del macho de mi mujer. Ahora yo solo puedo cojer a mi mujer en presencia del macho Alfa y con forro pero solo cuando a ellos se les ocurre. Si vienes a Buenos Aires, Alberto, nos gustaría mucho conocerte y te enviamos los tres un gran abrazo.

Si hace cinco años no visitabas el blog, aquí tienes el enlace con la anterior entrada de Maxi y su caliente esposa:

Maxi: “mi mujer lleva 84 machos corneadores y sigue”

El cabestro, marido de Dana, un claro ejemplo de cornudo sumiso en estado puro (Dana 2)

A raíz de la publicación de la primera entrada de Dana (Hola Alberto Toro, soy Dana, esposa dominante y corneadora) tuve una charla con su protagonista para ir recopilando información por si algún día se puede realizar la entrevista en las condiciones que estamos pactando.

Estaba interesado en el rol que desempeña el marido en esta pareja corna. Subrayé el cariñoso apelativo “cabestro” con el que Dana se dirigía al cornudo en numerosas ocasiones.

No había muchas dudas, ni las habría para cualquiera que esté iniciado en este tipo de juegos, respecto al papel que desempeña el marido de Dana en este caso, toda una princesita sumisa y proactiva.

Para los no iniciados, el marido en este tipo de prácticas puede desempeñar diferentes roles que van desde una actitud cornuda pasiva que se limita a ver o a ser también un protagonista más, como es el caso del marido de Dana, “el cabestro”. Es decir, que puede haber diferentes grados de sumisión por parte del marido y diferentes escalas en la participación, hay maridos proactivos que impulsan estos juegos en la pareja y hacen todo lo posible por llevarlo a la práctica (lo que más cuesta es convencer a la esposa, en la mayoría de los casos) y otros que se limitan a seguir las instrucciones de la esposa y del amigo corneador. Cada pareja es un mundo.

Dana fue, como siempre, muy clara respondiendo a mi pregunta:

Sobre lo que me preguntas del cabrón, espero que estas imágenes te sirvan de respuesta, tengo muchas más del cerdo mamando, él lo hace siempre que yo se lo ordene a pesar de que el contacto con los tíos le da asco, pero basta que sea así para que yo disfrute más doblegando sus gustos.



No hay duda que el cabestro tiene muy claro su papel sumiso, es una princesita muy tierna por lo que vemos en las fotos. Aquí apunto una reflexión, viendo al cabestro como mete el hocico, ¿cabría pensar que está sufriendo tanto o por el contrario, le encanta tragarse un buen tarugazo?


La tradicional foto de familia, en el centro vemos a Dana en una clara actitud dominante. A su derecha el amigo corneador con postura de hombre seguro, cuanta complicidad podemos ver en ellos. Y postrado, el cabestro, en actitud sumisa a la espera de las indicaciones de la esposa y el macho alfa. No puedo pasar por alto que siempre ayuda la mascarita de cerda, como la que lleva el cabestro, y las zapatillas de osito para que tenga claro su papel y como excusa para echarse unas risas la esposa y el amigo corneador.


Además de la careta de cerdita, el cornudo sumiso se encuentra siempre más seguro si la esposa o el corneador, con un carmín o rotulador de punta gorda, escriben su condición en el juego.



Está claro que una bajada al pilón del marido es uno de los momentos cumbres en este tipo de prácticas. Para la esposa, en la mayoría de los casos, es siempre un placer ver a la princesita como devora el cipote del amigo corneador. Siempre recomiendo que entre la esposa y el marido, haya en esos momentos complicidad y que ella valore verbalmente el tamaño, el sabor, la dureza y cualquier otro calificativo del rabo del corneador, además de cruces de miradas entre los tres.


Qué debe hacer en esos momentos el corneador. Bueno, pues depende de la pareja pero lo mejor es concentrarse y dejarse llevar. En este caso a la esposa es dominante le gusta dirigir el cotarro, por lo tanto debe seguir sus indicaciones y poner empeño en follarle la garganta al cabestro.


Agradezco a Dana que nos haya enviado estas imágenes en la que podemos contemplar como el cornudo baja al pilón a tragar rabo, como os digo, uno de los momentos cumbres en una relación corna.








("UA-21720468-1")