El AS DE PICAS lo dice todo (2/2)

No hay duda, el símbolo de la punta de la pica o lanza, bien su forma de as el icono de la reina de espadas o picas, tiene el consenso de la comunidad cuckold para otorgarle el símbolo de esta fantasía sexual.


Agradezco vuestras colaboraciones y puntualizaciones a la anterior entrada, como siempre han sido acertadas y aportan contenido de valor e interés al blog, gracias. Aprovecho para hacer una llamada y es animar a vosotras, chicas, a qué aportéis vuestra opinión y experiencia en este juego. Me consta que hay muchas lectoras pero que aún no se atreven a hacer su comentario, venga, animaros.


Como el acertado aporte de extranio2017 “Ahora que lo pienso, el finado Lemmy (Motorhead), ¿sabría de ello? Su canción más famosa fue "Ace of Spades"” Buscar la canción en youtube, aquí va la carátula del disco donde vemos ese símbolo que tanto nos gusta.


También subrayo el comentario de un lector anónimo:
“Hola a todos. Me gustaría hacer un pequeño inciso; no es un "As" de picas, si no una pica simple que denota la condición de libertad. Si la uniéramos con la "Q", diríamos que es una reina de picas que hace referencia a la esposa amante de chicos negros en especial en Norteamérica. Pero el "A" as de picas no suele hacer referencia (salvo algún caso en particular) a la condición sexual.... También podríamos encontrar la pica con una "j" o la letra griega "beta" en referencia al marido cornudo y sumiso (por lo de macho alfa o macho beta) o incluso la "K" del rey de la baraja como "rey cornudo"pero estos son mucho menos usados y aún menos vistos y además es de uso del marido...”



Interesante reflexión. Yo soy de la opinión de que el as de picas puede ser tuneado a gusto y obviamente, como dice este amigo, la simbología no queda encerrada en el as de picas si no en todos los iconos que forman parte del lenguaje cuckold.



Cierto es que la influencia de Estados Unidos: mujer blanca folla toro negro, ha dado lugar a una especialización en el juego sexual y como hemos visto en alguna de las imágenes que he recogido en esta entrada y en la anterior, vemos a mujeres (por lo general blancas o muy blancas) que interactúan con hombres negros. Obviamente esta fantasía está ahí y no podemos circunscribirla en exclusiva a los juegos que son objeto de este blog.



Aprovecho para recomendaros que si no tenéis claro que en un futuro sigáis practicando estos juegos que utilices las pegatinas-tatuajes de as de picas. Son provisionales y se pueden utilizar para algún fin de semana o salida nocturna, usar y tirar. Se pueden encontrar en Amazon, como no.



Ahora bien, un tatuaje real en una zona oculta o discreta no deja de ser un placer especial, así me lo han comentado más de un marido en referencia a los que llevan sus esposas y alguna de ellas, quizás las más coquetas, les gusta realzar una parte de su cuerpo con un bonito tatuaje referido a este juego.




El símbolo ha saltado fronteras y muchas empresas con un marketing avispado utilizan el símbolo para trasmitir un mensaje oculto en sus productos. Seguro que tendrán un público fiel al ver el as de picas en la etiqueta del producto como en este caso, un champán elitista que plasma en su etiqueta un elegante as de picas. Armand de brignac brut gold, fantástico.

Yo comparo la ilusión de ver a una mujer con el símbolo tatuado al mismo nivel de alegría y pasión que cuando veo un trébol de cuatro hojas en el campo u observo que he apostado por mi equipo ganador y termina el partido con una cara victoria.






En cualquier caso, es sorprendente ver como hay cantidad de imágenes circulando por internet, redes sociales, en las que vemos escenas de sexo (con chico negro o no) en la que la mujer realza su belleza y la pasión del momento al portar en su cuerpo el símbolo cornudo por excelencia, el as de picas o el de la reina de espadas.




Pero de la simbología de mujer blanca con tipo negro, ya hablaremos en otro momento en cuanto a la referencia que tiene en este tipo de juegos.



Enlace a la anterior entrada: 










El AS DE PICAS lo dice todo (1/2)

Tenía pendiente publicar algunas imágenes en las que el as de picas es el protagonista. Aclaro, la protagonista es la esposa en plena acción y que está diciendo al mundo lo que le gusta pero en este caso y para los muy fetichistas de esta fantasía ver el as de picas es como ver el escudo de la bandera, la insignia de tu equipo de fútbol o el símbolo de pertenecer a una tribu en la que encuentras a gente como tú y que le gusta lo que a ti.

Y es que amigos y amigas, el emblema del as de picas es uno de los símbolos que ha calado en el mundo del sexo y ha dejado claro a que práctica sexual se refiere.

Incluyo a continuación fotos que me han enviado seguidores del blog. Ojo, son fotos que no están verificadas y que han sido robadas de blogs, webs de temática cuckold o de rebotes entre amigos.

En todas ellas aparece el as de picas y me tenéis que reconocer que con su sola presentación en la piel de una mujer remarca su belleza, su libertad sexual y su claro mensaje: "mi marido es un cornudo".

Solo una reflexión. En estas imágenes podeis observar que la mayoría de las mujeres son anglosajonas y es que este tipo de prácticas son más habituales en estas zonas y claro también se denota una clara preferencia por los corneadores negros. Ya decía la canción, "mami qué será lo que tiene el negro". Afortunadamente este tipo de juegos ya se dan en todo el mundo, os sorprenderíais si publicara los países donde más éxito tiene este blog.

Ahí van, y vuelvo a recordar, no son imágenes verificadas. Gracias.





























Mi esposa y yo ahora estamos más unidos que nunca y no me oculta nada (que yo sepa)

Una de las posibles consecuencias que suele propiciar este tipo de prácticas es una mayor complicidad en la pareja. Cuando la esposa acepta dar el paso y el marido empieza a recibir un torrente de sensaciones al comprobar como el matrimonio se abre esta nueva situación suele dar una unión en la sexual entre ellos. Subrayo el "suele" porque no siempre se produce.

Sobre lo anterior aquí va un correo, la confesión de un seguidor del blog que junto a su esposa ya se encuentran en un nivel avanzado en este tipo de fantasías. Aún me acuerdo de aquellos primeros correos de este marido cornudo que deseaba ver a su esposa en brazos de otro y su impotencia al no conseguirlo, pero lo logró. Lean lo que me acaba de escribir.



Buenas tardes Alberto.

El domingo mi esposa me pidió ir a almorzar a la casa de su amiga, en donde se suele encontrar con su amante habitual.

Yo me quede en casa con los niños. Ese día se encontró con un nuevo cuerno, un muchacho con el que ya estuvo varias veces pero en el pasado. Como en la casa estaba el marido de la amiga, mi esposa y su nuevo amante se fueron en el auto de él hacia unas calles solitarias.

Por el camino mi esposa le bajó el pantalón y se puso a mamarle la pija, que la tenía como una piedra de dura y era muy grande me dijo, chorreaba de líquido transparente de lo caliente que estaba. Al estacionar bajo una sombra continuo chupándole la pija hasta que el tipo se corrió en su boca y mi bella esposa tragó todo su semen, no dejó caer ni una gota. 

Luego de eso pasaron al asiento trasero del sedán y la penetro de cuatro, con fuerza y ordenándole como hacer las cosas. Según me dijo mi esposa le gustó mucho... La cogió sin forro, piel con piel y le pregunto donde quería que vuelva a largar y mi esposa le dijo que en la cara y largo tres grandes chorros de semen que le llenó la bella cara de mi esposa y el pelo de leche, también se fue por el asiento del auto, esto lo comprobé después cuando tuve que limpiar los asientos.

Después, su nuevo amante se fue y mi esposa volvió a casa de su amiga y empezó a informarme de toda su aventura con el muchacho, me estuvo dando todos los detalles. Me puso tan caliente y me sentí tan feliz por ella. Luego me dijo a la hora que debía ir a buscarla.

Ya en casa, por la noche, hicimos el amor y le chupé la concha, estaba tan mojada y rica. Presentaba un hinchazón húmedo y la noté tan cremosa.

El día siguiente, lunes, mi esposa me confesó que después del encuentro con el muchacho volvió a casa de su amiga pero no para charla con ella si no porque había quedado allí con su amante habitual (no digo el nombre del amante a petición del cornudo) Su amante la recogió en su vehículo y también estuvieron juntos. Ninguno de los dos tenían condones por lo que su amante se vino dentro de ella. Yo creo, Alberto, que lo que estuve lamiendo y me parecía crema en la vagina de mi hermosa mujer, lo que sentía, era la corrida de su amante.

Mi esposa no deja de sorprenderme y admiro su habilidad para que me haga creer que conozco todos los detalles de sus encuentros para después, al cabo del tiempo, referirme algún detalle más con lo que mantiene la tensión emocional y sexual.

Alberto, desde que estamos en esto estamos más unidos, mi esposa no me oculta nada (que yo sepa) y estamos encantados con nuestra nueva vida sexual.
Gracias.


No, gracias a ti, amigo. Tu experiencia y testimonio hacen grande esta entrada y demuestra la felicidad que disfrutas como consentidor. No olvides darle un beso a tu esposa de mi parte.

C. el marido: "Se pasaron las manos por la cintura y me dejaron atrás, veía como ese desconocido corneador metía su mano bajo la falda de mi esposa"

Estaba preparando una entrada en la que os quería contar las impresiones de algunos maridos consentidores en los previos al encuentro con el tercero, el corneador.

El objetivo era que los maridos o novios me confesaran sus emociones en esos mágicos momentos. Me refiero al instante en que se produce el “match” entre el amigo que acude a la primera cita y la esposa, ese primer momento y en el que se empiezan a cumplir los deseos de los maridos aspirantes a cornudos.

Por lo general, es el marido quien más trato tiene con el corneador antes de la primera cita. Hay excepciones pero casi siempre es el cornudo el que selecciona a los candidatos y para esa elección es imprescindible esas charlas telefónicas, ahora sustituidas por whatsapp o telegram en las que el marido explora los argumentos para la elección. Está claro que la última palabra, casi siempre, la tiene la esposa pero el primer filtro lo pone el marido-cornudo, es indudable.

Bien, pues mi objetivo era saber que sentían esos maridos amigos en el momento en que el corneador le da el primer beso a su mujer o directamente dirige su mano por debajo de la falda suelta al rincón de ella.

Hablé con mi amigo C., esposo de V., para que me diera su impresión y me regaló por escrito su testimonio. No he cambiado una coma, lo publico tal cual me lo envió C. y lo acompaño de las imágenes que él mismo me facilitó del citado encuentro.

Más adelante, publicaré esos testimonios de maridos que como C. me confiesan lo que sienten en esos mágicos momentos previos a…

Disfrutar de la experiencia de C. y V. Solo una cosa más, para los que hemos tenido el privilegio de experimentar desde el otro lado, del corneador, ese primer match en la primera cita delante del marido somos los únicos que sabemos valorar ese maravilloso placer, cuando se genera la complicidad entre la esposa y el amigo corneador.



Hola, Alberto.

Después de la cena, ayudé a V y a su amante a ponerse los abrigos. Les abrí la puerta y salieron como una pareja normal del restaurante. Se pasaron las manos por la cintura y me dejaron atrás.

Les seguía a unos pasos detrás de ellos. Mirando sus movimientos, sus risas, sus besos… era una sensación maravillosa e impensable para mí. Ver a la mujer que más quieres y adoras abrazada sin resquicio a un tío casi desconocido cuya única finalidad es follársela. Piensas tantas cosas.

Piensas si no te habrás equivocado, piensas si realmente es lo que tantas veces has deseado, dudas de si va a ser todo tan perfecto como en vuestras fantasías. Piensas, incluso, que quizá sea el momento de echarse para atrás. Pero en ese momento ves cómo la mano de él se desliza por debajo del abrigo y entra por debajo de su falda. Sientes un fuerte hormigueo por el pecho y notas cómo se acelera tu pulso, notas el corazón latiendo fuerte y parece que la caja torácica vaya a estallar y piensas: “Sí, esto es lo que quiero. Esto es lo que realmente deseo”. Entonces te relajas un poco y sigues el camino detrás de ellos, haces alguna foto para el recuerdo, miras a los ojos a la gente que se cruza con vosotros y te parece que entienden la situación (o quizá piensan que eres un pajillero que se dedica a perseguir parejas), pero te encanta la sensación de ser cornudo y de hacerlo público.

Cuando llegas al hotel, sientes la misma sensación, cuando te mira la recepcionista con cierta comprensión y profesionalidad, pero con una sonrisa de complicidad con la pareja. En el ascensor mientras se morrean no hay espacio para nadie más que para sus magreos, los mismos que acompañan el camino hasta la puerta de la habitación. En ese momento abres la puerta mientras ellos se siguen morreando apasionadamente. Sigues siendo el que facilita la velada. El que ayuda a la pareja. Las manos de él tocan lo que pueden y las de ella se centran en cogerle la cara para morrearse.

Estás tan cerca y eres tan cornudo que lo único que sientes en ese momento es alegría y excitación.

La ropa va desapareciendo de sus cuerpos y ella te dice que tú también te quites la ropa. Que te pongas a masturbarte mientras él la folla bien duro. Oyes sus gemidos y te preguntas si contigo disfruta tanto. Te parece que le está gustando más que cuando folla contigo. ¿La folla más fuerte? ¿tiene más intensidad? ¿tendrá más aguante? ¿disfruta con él más que contigo? Oyes cada embestida y la oyes acompañada de cada grito. Cada vez más fuertes las embestidas y cada vez más fuertes los gritos, mientras tú sigues pelándotela como un mandril a su lado. Disfrutando del espectáculo pero sin molestar a la nueva pareja.

Finalmente él se corre abundantemente, llena de esperma a tu chica y la almohada sobre la que vas a tener que dormir. Es el momento de los besos, las caricias y las despedidas. Parecen, sin lugar a dudas, dos enamorados después de su primer encuentro. Y tú los miras y, realmente los admiras. Admiras a ambos por el espectáculo que han dado, por ser capaces de hacer lo que han hecho. Todavía no te has corrido y deseas follarte el coño usado de tu mujer o, mejor dicho, a la que un día fue tu mujer. Pero ellos siguen abrazados, siguen acariciándose y dándose cariñosos besos. Es su momento y sabes que no puedes interrumpir. Te detienes en mirar la polla que te ha hecho cornudo, un gran cornudo, y solo tienes agradecimiento hacia ese gran corneador. Hacia tu chica, solamente amor.


Obviamente, lo que sintió C. no se puede extrapolar a otros maridos pero en las charlas que he tenido con bastantes cornudos consentidores esa macedonia de sensaciones, a veces contradictorias, es muy parecida a la que sienten los maridos esa primera vez. Una cosa es la charla con la esposa, imaginarse cómo será el momento y otra muy distinta es cuando el marido siente en directo la realidad de su tan ansiada fantasía. Que mejor canción para ese comento que Magic Moment del genial Burt Bacharach para ponerle banda sonora a ese momento.


Quiero agradecer a C. y V. su confianza por hacerme notario de sus experiencias.

A continuación podéis acceder a los enlaces de anteriores entradas en las que ellos, y su corneador de turno, son los protagonistas.

C. y V. (I) contactan con el blog: “fue una de las mejores experiencias de mi vida ver como otro hombre se follaba a mi mujer y tenía la necesidad de contárselo a alguien”

C. y V. (II) la entrevista. Carlos: "pasaron unos segundos interminables hasta que agarré el rabo engomado del corneador para dirigirlo al coño de mi esposa, lo tenía tan abierto y mojado que entró con absoluta suavidad"

Esa es la actitud ante lo inevitable

Antes de explicar el titular de esta entrada os anuncio que el gran cantante y compositor español, José Luis Perales, se retira. Antes hará una gira mundial para despedirse de sus admiradores y publicará un recopilatorio de sus éxitos. Yo seré uno de sus primeros compradores, os lo aseguro.
Ha sido una mala noticia. El fin de una carrera llena de éxitos como la de Perales solo puede producirnos tristeza y afirmar el paso inevitable del tiempo. Nos quedan sus discos, su talante, su novela... porque su nombre pasará a formar parte de la galería de los mejores cantantes y compositores en español.



Bueno, ahora voy con la explicación del titular. El señor Perales es el autor e interprete de una de las mejores canciones melódicas: ¿Y cómo es él? Ojo es de 1982 pero sigue y seguirá vigente. A continuación va la letra. Podréis observar como un marido o un novio (la letra no lo aclara) acepta "lo inevitable" y que no es otra cosa que la mujer dé el paso a una infidelidad claramente consentida y aceptada por el marido.

"Mirándote a los ojos juraría que tienes algo nuevo que contarme." Imagino la sonrisa picara de la esposa al ver la inteligente tranquilidad del marido al notar que su esposa le va a poner un par de cachos.


"Empieza ya mujer no tengas miedo". Para ponerlo en mármol, no hay que tener miedo y esto va para muchas esposas que quieren ampliar su círculo y probar otros vinos.
Luego la letra se llena de esas preguntas que muchos de vosotros, mis queridos cabrones, habréis hecho a vuestras esposas. Y es que esa curiosidad que siente el marido cuando otro hombre tiene sexo con su esposa supone un vendaval de preguntas, incógnitas y que la esposa desde su poder tiene la solución.


Ojo, hay quien dice que no se encuentran celos en esa canción. No estoy de acuerdo, hay celos, celos controlados, asimilados por una buena inteligencia emocional pero también hay un regusto de placer. Lean la letra de la canción y me dicen.
En cualquier caso, esa es la actitud: diálogo tranquilo, sin dramas, admitiendo lo inevitable y tratando de disfrutar del momento de ser un cornudo consentidor.

Mirándote a los ojos juraría
que tienes algo nuevo que contarme.
Empieza ya mujer no tengas miedo,
quizá para mañana sea tarde,
quizá para mañana sea tarde.

¿Y Cómo es él?
¿En qué lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale,
¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo.

¿Y cómo es él?
¿En qué lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale,
¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón que me ha robado todo.

Arréglate mujer se te hace tarde
y llévate el paraguas por si llueve.
Él te estará esperando para amarte
y yo estaré celoso de perderte.

Y abrígate, te sienta bien ese vestido gris.
Sonríete, que no sospeche que has llorado.
Y déjame…


Otra de las mejores e inolvidables canciones de Perales es "Me llamas". Saquen ustedes sus propias conclusiones.

y te has pintado la sonrisa de carmín
y te has colgado el bolso que te regalo
y aquel vestido que nunca estrenaste, lo estrenas hoy
y sales a la calle buscando amor.
y te has pintado la sonrisa de carmín.


¿Y cómo es él" fue también interpretada por Rapahel y Marc Anthony. Gracias por todo, José Luis.






Comentarios a los 10 consejos para que tu mujer te haga un cornudo consentidor (cuckold)

Me pongo en contacto con vosotros respecto a los comentarios que hacéis a una de las entradas clave de este blog y que más cumple el objetivo básico del mismo.


Desde hace algunos meses había problemas para publicar nuevos comentarios a la entrada:

10 consejo para que tu mujer te haga un cornudo consentidor (cuckold)

Se trata de una entrada en la que os resumo diez recomendaciones básicas para dar los primeros pasos como cornudos consentidores y lograr la complicidad de vuestras esposas.
Ahora mismo hay 270 comentarios anexos a la entrada. Todo un récord, sin duda. Bien, pues ahora ya se ha resuelto el problema que limitaba la publicación de comentarios y ya podéis añadir vuestras reflexiones, dudas, etc. Ojo, ya sabéis que mi correo, corneador.toro@gmail.com está como siempre a vuestra disposición para consultas personales, experiencias o para que me enviéis vuestras aportaciones para el blog.



Solo os pido que vuestros comentarios sean respetuosos, discretos (no se pueden dar ningún dato personal que comprometa a terceros) Tampoco podéis publicar direcciones de correo a no ser que estéis suscritos al blog.
Aprovecho para daros las gracias, a todas y todos, por seguir siendo fieles lectores de este humilde blog, por vuestra confianza en mis consejos, por vuestras aportaciones y por vuestros comentarios.

A vuestra disposición.
Alberto Toro
Ah¡ también podéis seguirme en Twitter: @Torocorneador


Imagen de la película "Las oscuras primaveras" del director mejicano Ernesto Contreras.

La imperfección es bellísima y estamos buscando patrocinadores

El domingo 15 de septiembre tuvo lugar en París un evento cuyo contenido será en breve algo muy común. Vivimos tiempos de cambio y parece que la sociedad, en algunas partes del mundo, se está reinventando.

Se trataba de un desfile de modelos. Hasta aquí, nada nuevo y más si hablamos de moda y de París. Lo singular del desfile es que eran mujeres con formas corporales diferentes pero que realmente son las habituales en la sociedad. No cumplían con los cánones que impone la moda, especialmente la de alta costura, pero son el reflejo estricto de la sociedad. Nadie, ni hombre ni mujer, tiene un cuerpo diez, una sonrisa perfecta...

Desfilaron mujeres de entre 18 y 65 años, grandes, pequeñas, delgadas, gordas… de todos los colores y tipos de cuerpo. En definitiva, mujeres normales como nuestras amantes, esposas, amigas, hermanas, hijas.


La mayoría de las imágenes tenían derechos de autor y no las puedo publicar. Siento que no podáis ver la belleza de estas mujeres.

Detrás del desfile se encuenta Georgia Stein, una modelo de talla grande que se ha marcado el objetivo de promover el “body positive”, un movimiento que busca visibilizar la realidad del cuerpo humano.



Todas las mujeres llevaban al principio del desfile unos vestidos negros idénticos con lo que se pretendía poner en evidencia la estandarización que impone la industria de la moda. A continuación todas ellas dejaron caer sus vestidos negros y mostraron sus cuerpos, “reales”, vestidos con lencería. Y fue cuando empezó el desfile de la normalidad y la belleza. Cuerpos singulares, insisto, normales que mostraban la belleza para cualquier hombre o mujer inteligente.

No tuve el placer de ver el desfile en directo. Debió ser maravilloso disfrutar de mujeres reales, vestidas para impactar. Descubrir la belleza imperfecta o perfecta, según se mire, de mujeres normales. Os puedo asegurar que todas ellas me llamaron la atención y no me importaría disfrutar junto a ellas.

Dejo aquí la reflexión. No hay cuerpos diez, insisto: ni en hombre ni en mujeres. Me consta que muchas lectoras de este blog (han sido muchos correos los que he recibido) no dan el paso porque temen que su cuerpo defraude, qué equivocadas están. Espero que pierdan el temor y que entren en el universo cuckold y disfruten de estas fantasías y pueden estar seguras muchos hombres, yo el primero, deseamos que en el sexo se crucen mujeres como ellas.



Y aquí también va mi dardo para esos maridos cornudos que siempre están lloriqueando porque no saben convencer a su mujer. Lo primero que deben de hacer es dar seguridad a sus mujeres y el trabajo más importante poner en valor su belleza y su sensualidad.

Por cierto, he estado un poco liado por temas profesionales y no he podido publicar mis crónicas habituales. Creo que a partir de ahora podré cumplir y con el inicio del nuevo curso os pueda dar vuestra ración de blog. Eso sí, quiero ver respuestas.

También os adelanto que voy a renovar contenido para hacerlo más atractivo, voy a explorar vías nuevas para contenidos sin perder el objetivo del blog que es ser el punto de encuentro de corneadores, cornudos consentidores o no y esposas o novias sueltas y abiertas. Vuestras contribuciones, consultas y experiencias siempre serán bienvenidas.

Busco patrocinadores y anunciantes que me ayuden a correr con los gastos que conlleva este blog. Espero respuestas. Gracias, cabrones.



No hay nada peor que llevarse el premio de consolación

Mis queridas amigas y amigos, tenía dos titulares para esta entrada, “No hay nada peor que llevarse el premio de consolación” o “maridos escobilla”. Seguro que cuando terminéis de leerla entenderéis mi dilema para elegir uno de los dos. En este caso, ha primado más mi experiencia personal para el titular que el calificativo que se daba a sí mismo el marido de esta experiencia.

Hace algunos años recibí un correo, su nombre era sugerente, hacía referencia a una relación ama y marido esclavo. Me agradó comprobar la correcta redacción y la exquisita manera de expresarse del marido. El correo va a continuación, lo podéis comprobar.

Marido: "También hemos fotografiado el casco que mi Ama compró como símbolo de cornudo cabrón, obviamente como puede ver todavía esta embalado. Está esperando al primer macho/amante con el que mi Ama decida follar. Creo que ese honor recaerá en usted Sr. Toro y no voy a negar que este hecho me produce algo de celos."

Después de aquel correo, contactamos por teléfono y nos pusimos manos a la obra. Yo generé la complicidad con el marido-esclavo para ir viendo cómo organizar el festín. En unos días conseguí hablar con la esposa… su voz me dejó prendado, qué risas más bellas se oían al otro lado del teléfono y qué manera de expresarse y plantearme lo que quería, estaba claro que se trataba de una mujer con carácter y que sabía poner al cornudo en su sitio.

Ella se inclinó, antes que nada, por que yo le encontrase a algún amante negro, bien dotado y sabiendo “manejar”. En aquellos momentos no tenía ningún colega-corneador de color pero se podía intentar. También se extendió en los juegos que ponían a su marido… la cosa prometía.

Pasaron algunas semanas, ya sabes que siempre hay algo menos importante que hace cambiar planes y retrasar estos encuentros que forman parte de la sal de la vida.

Aunque había visto fotos de ella en las que no dejaba lugar a dudas sobre su cuerpazo, me faltaba por presenciar en directo su sonrisa y disfrutar de su cara. No quedé decepcionado si no todo lo contrario. Esa belleza natural en la que paras un día en el Metro y ves a una joven mamá volviendo a casa del trabajo, arreglada, sonriente que esconde un punto reputo y morboso en el sexo.


Quedamos en Madrid, cerca de el Museo de Ferrocarril, era primeros de julio. Ella llevaba falda suelta. Todo fue muy fácil y cada uno ocupamos nuestro rol. Yo desde el primer momento empecé a meter mano, siempre que el marido estaba mirando y atento, ella receptiva no dejaba de hablar. Aquel día, el marido desempeñó a la perfección su papel y aunque fue un pequeño escándalo el morreo y sobe que ella y yo nos dimos la situación nos puso a los tres muy cachondos. Lamentablemente ese fue solo el premio que me llevé, el de consolación.

Si dejo una pequeña reflexión. Cada dos por tres le pedíamos al marido que fuera a por un vaso de agua, que trajera servilletas, que fuera a ver como estaban los servicios del bar. En una de esas, ella me confesó: "mi marido en el fondo es un puto manipulador, no creas que le tengo totalmente controlado, da la apariencia de sumiso pero ya te digo, es un puto manipulador".

Quedamos en hablar más adelante y concretar un día para el encuentro total, a ser posible que me acompañara un amigo-negro. El verano y la vuelta al cole en septiembre, enfriaron las cosas y retraso tras retraso, al final el encuentro no se materializó y perdimos el contacto. Espero que ellos lo lean, al menos para que les conste mi recuerdo y aunque solo me llevé un premio de consolación (magreo, besos y charla con la esposa) me quedé satisfecho, con ganas de lo que planeamos, pero satisfecho.

El correo de el marido os puede dar ideas sobre la manera de plantear un encuentro a tres: esposa suelta, marido-esclavo cornudo y amigo proactivo corneador.

Lo de la escobilla, abajo, pero disfrutar de este correo.

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Hola Señor Toro,


Trataré de describir lo mejor posible a Mi Esposa-Ama, pero ya le aviso de antemano que soy muy malo en ello. Mi Esposa-Ama es una mujer de 36 años, simpática y con buen humor y carácter. Mide algo más de metro sesenta, le gusta ponerse grandes tacones y está delgada. Tiene pelo castaño, ahora a media melena, tiene unos grandes ojos que llaman la atención. Tiene una piel suave y muy blanca, unas manos pequeñas y pechos no muy grandes que entran en la mano (y le gusta que se los estrujen suavemente), también tiene un coñito precioso que siempre lleva completamente depilado.


Bueno, ahora trataré de explicarle que es lo que mi Esposa-Ama busca y con que disfruta, así estarás en mejor disposición cuando hables con ella por teléfono (la mejor hora para llamarla es a las diez y media de la noche, si quiere hablar conmigo recuerde que estoy a su disposición a partir de las siete de la tarde, mejor lunes y miércoles).


Ante todo a mi Ama disfruta con la humillación, también se reconoce como sádica y le gusta un poco el exhibicionismo, pero probablemente lo que más disfruta es de que le sirvan y del poder de mandar y decidir cuándo, cómo y dónde se hacen o no se hacen las cosas. Sinceramente yo comparto cien por cien esto gustos, pero al contrario, soy muy sumiso completamente masoquista y disfruto siendo humillado, castigado y sirviendo a mi Esposa-Ama. Supongo que por eso (y por el morbo) nace la idea de los cuernos, es humillante y deja claro quién manda (ella). Claro está que también quiere disfrutar de buen sexo con otros hombres, mientras yo miro y ayudo sin siquiera poder tocarme y sabiendo que esa noche solo ella y su amante tendrán sexo y podrán correrse. A mi Esposa-Ama le encanta ese punto, le gusta tenerme en abstinencia y también le gusta que yo tenga relaciones homo, que se la chupe a su amante, que este me sodomice etc.




Bueno, paso a contar las ideas que tenemos para encuentros cornudos. Creemos que es interesante quedar primero a tomarse una cerveza o un vino y así ver qué pasa con la primera impresión ¿se gustan físicamente? Si ambos están de acuerdo nos quedaríamos a comer o cenar (según la hora del día, nosotros preferimos quedar al mediodía) y así conocernos todos mejor. A mi Ama le parece gracioso pedir para mí una jarra de agua del grifo y un trozo de pan de ayer, mientras ustedes disfrutan de un buen vino y unos buenos entrantes. También me ha comentado en alguna ocasión que le gustaría que se metieran mano para dejar claro que soy el cornudo. Yo les haría fotos para inmortalizar el encuentro.
Si todo fuera bien y si ustedes están de acuerdo iríamos a un hotel. A mi Esposa-Ama le gustaría que condujera yo mientras ustedes se meten mano en la parte de atrás. También le parece gracioso que yo paré para comprar los preservativos, puede ser en una máquina expendedora pero sería muy morboso que fuera en una farmacia y tuviera que llamarle por teléfono durante la compra para preguntar por el tamaño, el tipo y la cantidad de preservativos que debo comprar.


No tenemos experiencia en hoteles, en este punto nos aprovecharíamos de su experiencia. Y mientras yo aparco el coche ustedes se inscribirían en el hotel, llamándome por teléfono para indicarme la habitación del hotel. Le comenté a mi Esposa-Ama su idea de vestirme de sirvienta y le encantó, le pareció perfecta, así que espero que se traiga un traje de criada de talla XL. En fin, ya en la habitación a mi Esposa-Ama le apetece que yo la desvista para usted y que proceda con mi papel de sirvienta ayudándoles y sirviéndoles en todo lo que sea preciso y requiera cualquiera de los dos, música, bebidas….. Obviamente seré debidamente castigado si no cumplo correctamente con mi labor. A mi Esposa-Ama le gusta torturarme y no sería de extrañar que decida ponerme unas pinzas en el pene mientras ustedes follan, alguna bofetada seguro que se le escapa y cosas por el estilo.


Nos gustaría grabar en video (solo para nosotros) todo el encuentro y a mi Esposa-Ama le apetece especialmente comparar mi pequeño pene con su gran polla para que puedan reírse a gusto de la clara diferencia entre ellas y humillarme con sus mofas.


Otra cosa que le encanta a mi Esposa-Ama es que yo tenga relaciones con su macho, que le asista como sirviente desnudándole, o duchándole, que se la chupe para ponérsela dura, que le ponga el preservativo y que haga de mamporrero, que le coma los huevos o el culo mientras se la folla…. Y al final que me coma el semen de su macho, tantas veces como el macho eyacule y donde eyacule. A mi Esposa-Ama le apetece que se corra en sus tetas y que yo lo limpie todo, primero su polla y después sus tetas, si algo cae al suelo también lo limpiaré. Mi obligación es que queden totalmente satisfechos y si es necesario le haré una mamada y se correrá en mi boca.


Después de la primera follada, cuando se hayan consumado mis cuernos, mi Esposa-Ama quiere ponerme un casco con cuernos que ha comprado para la ocasión. No podré quitármelo hasta que volvamos a casa, da igual si luego salimos por ahí, lo llevaré puesto para dejar claro que soy un cornudo.




Como he comentado yo les serviré en todo lo que deseen, pero también me pueden poner de cara a la pared para que ustedes tengan intimidad y no vea como follan. También pueden pedirme algo para que lo pida al servicio de habitaciones y pase vergüenza teniendo que abrir la puerta vestido de criada con el casco de cuernos y de fondo sus gemidos. Por mi parte no tengo problemas ni límites solo quiero que mi Esposa-Ama disfrute, acepto juegos con semen, orina, castigos, humillación… lo que mi Esposa-Ama desee y decida.


Al final, recibiré una ducha de agua fría ya que como le he comentado antes yo no puedo tener ningún tipo de placer sexual ese día y tal vez les guste lavarme con mi esponja (se trata de una escobilla del váter) . Y si alguno de ustedes así lo desea les prepararé un baño y les lavare el cuerpo.


Todo esto son ideas que hemos tenido, no pretenden ser un guión sino darle una indicación de nuestros gustos y roles.


En fin, por mi parte eso es todo, un saludo.


Esposo-Esclavo X y Esposa-Ama Y.

Fer y Ceci (III, el desparrame): “Mi esposa movía su cadera haciendo eses para recibir mejor la pija de Juan"

Publico a continuación la tercera y creo que última entrega de la experiencia vital y cornuda de Fer y Ceci. Sin duda, podemos hablar de una evolución en sus costumbres sexuales. Bien, nada que añadir. Disfrutar del relato y espero que os sea de utilidad.
De nuevo, gracias a Ceci y Fer por confiar en este humilde blog.




Tercer Encuentro: el desparrame.

Ceci estaba realmente transformada. Coqueta, arreglada, segura de sí misma, mil veces más sensual que antes, de vez en cuando consentía en tener relaciones conmigo por la noche aunque dejaba claro que ahora yo podía ser el marido, pero ella era la hembra de Juan (su primer corenador). Y yo aceptaba gustoso mi nuevo rol.

Gran parte de la excitación consistía en prepararla. Una vez que los niños se fueron a la escuela, sabiendo que el viernes por la noche irían a dormir a la casa de los primos, comenzamos los preparativos: Ceci se fue al salón de belleza y yo preparé las medias negras con portaligas, una tanga minúscula con un anillo atrás que decía “sexy”, los stilettos negros, el lazo de seda negra para el cuello, los aros nuevos que le había regalado para su cumpleaños y un vestido blanco y plateado realmente inapropiado para la vida cotidiana por lo corto y también porque, al anudarse en el cuello, dejaba casi completamente libres sus grandes pechos.

La tarde del viernes me fascinaba la ansiedad de la expectativa, mirando cómo mi esposa se perfumaba para otro hombre y ya no me dejaba tocarla más, porque quería estar perfecta para Juan. Estaba realmente hermosa. Los pechos se le escapaban por todos lados. Como de costumbre estaba inquieta pero a la vez expectante, y me hechizaba esa mezcla única de timidez y decisión.

A la hora señalada sonó el timbre. Ceci fue a servir unos tragos mientras yo lo recibía. Pero yo no esperaba la sorpresa que me esperaba al abrir la puerta: Juan había venido con otro hombre. “Es Sergio”, dijo, y me dio una palmadita en la mejilla al entrar. Mientras cerraba la puerta con llave pasaron directamente al living.

De mediana edad, algo canoso y con un físico bien cuidado, era evidente que Sergio iba a gustarle a mi esposa. Juan lo presentó rápidamente y le dio un beso en la boca a Ceci. Ella también parecía sorprendida y, aunque era pura cordialidad y simpatía, me miraba de vez en cuando de reojo, buscando reafirmación o tal vez seguridad. Deliberadamente yo no hacía ni un solo gesto, disfrutando la ambigüedad del momento y cómo se iba poniendo nerviosa. De todos modos no tuvimos mucho que pensar. Mientras Juan la atraía para besarla, esta vez profundamente, Sergio se me acercó por atrás, me arrodilló y, antes de que pudiera darme cuenta de lo que pasaba, me tomó las manos y las ató por detrás de mi espalda. Me susurró: “Así disfrutás del espectáculo”.

Sergio se acercó a Juan y Ceci, que por un lado parecía un cervatillo asustado y por el otro una puta, con los pechos desbordando por los costados de ese vestido, y comenzaron a apretarla entre los dos. Ceci sonrió y susurró: “No sabía que ibas a traer…” y Juan la cortó abofeteándola. “Te vamos a enfiestar, putita”. Sorprendida, Ceci se calló mientras Juan la daba vuelta para que besar a su amigo. Supongo que no esperaba lo que estaba pasando pero evidentemente la excitaba, porque mientras la acariciaban y la manoseaban comenzó a contonearse y a dejarse llevar. Sergio la besaba y le metió una mano debajo, en la entrepierna, mientras Juan le apoyaba su enorme bulto en la cola y le tomaba los pechos por atrás, acariciándolos y pellizcándolos alternativamente. Ceci gemía y no me miraba más. “Mirá cómo te mojaste, putita”, dijo Sergio, mientras sacaba su pija (no tan gruesa como la de su amigo pero totalmente erecta) y Juan desanudaba el vestido de los hombros de Ceci, exponiendo los pechos con los pezones bien rígidos, luego le mordía la parte de atrás del pecho y la arrodillaba para que se comiera la pija de Sergio. Ceci comenzó a mamar bien despacio, como ella sabe, primero lentamente, alrededor del pene, luego los huevos y luego pasando la punta de la lengua por el tronco para volver a la periferia, para que su amante tenga el máximo placer, y sólo luego fue subiendo lentamente hasta tragarse toda la cabeza. Sergio resoplaba mientras ella aceleraba la mamada y Juan le bajaba la tanga, sacaba su pija y se la ensartaba de golpe, sin lubricar. Ceci se arqueó al recibir ese garrote por atrás sin aviso, lo miró alucinada y luego volvió a mamar la pija de Sergio.



Mientras tanto, de rodillas, impotente, me daba vueltas la cabeza y me dolía el pene atrapado dentro del jean, sin poder liberar la tremenda erección que me provocaba ver a Juan y mi mujer moviéndose rítmicamente al unísono, en una sintonía sensual perfecta, mientras ella devoraba a su nuevo amigo. Fascinado, miraba cómo Sergio la agarraba del pelo y le metía la pija en la boca hasta la garganta, y de vez en cuando me miraba sonriendo mientras gozaba.

Luego Juan se sentó en el sofá, con su enorme pija completamente erguida, reluciente con los jugos de mi mujer, y dijo “ahora vas a cabalgar, linda”. Obediente, ella se sacó el vestido y se sentó encima suyo, tirando la cabeza para atrás y dejando escapar un gemido de dolor al empalarse en aquella tremenda erección. Sergio se fue a tomar un trago mientras, besando y lamiendo la cara de Juan, Ceci comenzaba a mover su cadera haciendo “eses” para recibir mejor su pija. “Te siento tan adentro…”, murmuraba, mientras lo besaba y lo miraba a los ojos y movía el culo cada vez a mayor velocidad. Yo me volvía loco. Sergio volvió, se pasó un poco de saliva por el pene y de golpe comenzó a insertársela en el culo. “Ay, me duele…”, dijo ella, y me miró por un instante, pero Juan la tomaba de las caderas para que se siguiera moviendo y Sergio seguía pujando, tirándole del pelo hacia atrás, mientras ella jadeaba de placer y de dolor, hasta que a los pocos segundos se sincronizaron y comenzaron a moverse al mismo ritmo los tres, gimiendo, jadeando, sudando, con Ceci aullando de placer: “¡No puedo más, acabo, acabo!”, gritaba, envuelta en éxtasis mientras se movía elásticamente en el frenesí de la cabalgata y sintiendo esas dos pijas que la rasgaban por dentro. Cuando sintió que Juan acababa dentro suyo, gritó: “¡sí, papito, sí, así!” y movía el culo para exprimir hasta la última gota de su macho mientras Sergio la culeaba sin piedad. Para mí sorpresa, no se detenían: yo sabía que Juan era de hierro, pero pensé que Ceci debía estar sensible y no aguantaría semejante empalada. Pero no paraba de moverse, sin duda deseando sentir la descarga de Sergio en su culo.

Comenzaron a acelerar de nuevo: “¡Movete, puta, mové ese culo!”, gritaba Juan, mientras ella se esmeraba por complacerlo y Sergio le empezaba a pegar en la cola: “¡sí, sí!, aullaba, descontrolada, gritando como una perra mientras Sergio bombeaba cada vez más bruscamente y le pegaba más, y Juan la tenía sujetada del cuello y también le pegaba en los pechos. Yo me volvía loco mirando a mi mujer hecha una puta, gritando, aullando, arqueándose y retorciéndose en éxtasis con dos pijas adentro, mientras esos animales la cogían y le dejaban los pechos y la cola enrojecidas de los cachetazos. Pero a ella evidentemente le gustaba, porque comenzó a moverse y gemir cada vez más fuerte, cerrando los ojos, sin poder contener una nueva explosión para desplomarse encima del pecho de Juan. Sergio sacó la pija, se acercó y sin decir una palabra me la forzó en la boca: “Probá el culo de tu mujer, cornudo”, me dijo, y me pasaba la pija por la cara mientras Ceci y Juan miraban con lascivia cómo me humillaban y cómo yo, lejos de resistirme, comencé a mamarle la pija a Sergio gozando, entregado sin que me importara nada, mientras me mojaba solo dentro de mi pantalón y saboreaba y lamía lo mejor que podía ese garrote duro, venoso, palpitante, que entraba y salía de mi boca. Oí a Juan diciendo: “Mirá cómo le acaba en la boca al cornudo” y Sergio gritó sordamente descargándome un chorro caliente en la garganta que parecía que no iba a terminar nunca, y yo mamaba y mamaba y me tragaba todo.

Todavía arrodillado, abombado, casi dormido, sin tener fuerzas para intentar levantarme, sentí vagamente que alguien me desataba las manos. Cuando pude abrir los ojos, Ceci recogía su ropa y ellos se habían ido.
("UA-21720468-1")