C. y V. (I) contactan con el blog: “fue una de las mejores experiencias de mi vida ver como otro hombre se follaba a mi mujer y tenía la necesidad de contárselo a alguien”

Al finalizar el pasado verano se puso en contacto conmigo un nuevo seguidor del blog, C. es su inicial. Junto con su esposa (V.) había parado en el blog de Alberto Toro y me mandaron su impresión sobre las experiencias que publico, mis consejos, etc.

Como otras muchas parejas se iniciaron en este mundo fantaseando con los juegos y después de afianzar esa complicidad necesaria, dieron sus primeros pasos.

C. valoró tener a mano las experiencias de otros cornudos que recojo en el blog y sobre todo esa labor que a veces hago de asesoramiento a parejas para que logren sus objetivos en estas fantasías.
Incluyo a continuación el primer correo que recibí de C. y V. En breve, publicaré una extensa entrevista sobre sus primeros pasos y contaré alguna de sus primeras experiencias.

Os aseguro que el testimonio de esta pareja, C. y V. os impresionará, alguno de vosotros se verá reforzado en la idea y dará los pasos para que su esposa explore otros caminos sexuales.

Leer con atención el correo, a continuación doy mi opinión sobre las reflexiones que plantea C. y, sobre todo, disfrutar de las imágenes de V. da gusto verla tan suelta, tan bella, inundada por el sol de Mojácar. Cabrones, a más de uno le encantaría pasear junto a su esposa con la actitud de V. y disfrutar de las miradas que provoca entre los caminantes playeros.



Buenos días, Sr. Alberto.
Lo primero de todo, presentarnos y decirle que acabamos de conocer su página. Nos estamos iniciando en el tema cuckold y la hemos estado visitando últimamente porque nos encanta el modo en el que tratan este apasionante campo de la sexualidad que son los cuernos. Somos C. (esposo) y V. (esposa). Tenemos algo más de 40 años y una relación bastante afianzada. Hace unos meses, casi por casualidad, empezamos a fantasear con el tema de los cuernos consentidos hasta que, por fin, la fantasía se volvió realidad. 
Este pasado sábado Ventura tuvo su primer encuentro con un corneador, estando en mi presencia en un local swinger, y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Ver cómo otro hombre se la follaba bien fuerte mientras ella chillaba por el placer y todo el mundo mirándolos, mientras yo me dedicaba a chuparle el ojete a Ventura... Ufff... sólo de recordarlo…
Tenía la necesidad de contárselo a alguien, ya que esta felicidad del cornudo poca gente la entiende y he pensado que usted sería un buen conocedor de estas situaciones.
Le envío unas fotos de mi Ama para que vea la camiseta que llevaba este verano...
Respetuosos saludos.


De la presentación que hacen C. y V. subrayo el apunte que nos hace sobre su matrimonio, “tenemos una relación bastante afianzada”. Sin duda es la situación ideal en una pareja para empezar a dar los pasos en estos juegos. Está claro que si se da esta complicidad entre ambos será mucho más fácil hablar de esto sin que haya ningún problema ni drama Es más, muchas esposas agradecerán la confianza del marido y muchos maridos se sorprenderán de la respuesta afirmativa una vez se lo planteen a sus esposas. Seamos sinceros, la mujer se plantea muchas veces ese espacio de libertad que supone la infidelidad y si esta es consentida por el marido todo es mucho más fácil.

No siempre recomiendo que el primer encuentro en cornudo se produzca en un local swinger, a no ser que la esposa sea lo suficientemente abierta. Como sabéis en los locales swinger mucha gente va a mirar y a no ser que produzca un placer especial exhibirte puede resultar un reparo para el matrimonio. En el caso de V. y C. está claro que fue una de sus mejores experiencias sexuales.



Por último, y cito textualmente a C. “la felicidad del cornudo poca gente la entiende”. Cierto, no todo el mundo es sincero y finge indignación por el hecho de que su mujer interactúe con otro hombre pero muchos de vosotros, maridos cornudos, entendéis ese placer. Pero claro, hay que contarlo y que mejor para hacerlo que en el blog de Alberto Toro. No es broma, os aseguro que más de un marido se otorga un label de experiencia en estos juegos cuando presume ante sus amigos, mi experiencia ha sido publicada en el blog de Don Alberto Toro.

Os emplazo a que visitéis las próximas semanas en el blog para que leáis de primera mano una entrevista que promete ser muy interesante y didactica para estos juegos.

Gracias V. y gracias C. por confiar en este blog para hacer pública vuestras fantasías y experiencias.

Cuando el marido le dice a otro hombre: ¿Quiere acostarse con mi esposa? o cuando el tercero es un saltimbanqui

Mis queridas amigas y amigos, llevaba más tiempo de la cuenta sin dar señales de vida pero por motivos placenteros y no ajenos a mi voluntad he incumplido mi sagrado deber de entregar los correspondientes contenidos en estas últimas semanas. Ruego me disculpéis.


He podido comprobar que el número de comentarios para el blog va en aumento lo que me llena de orgullo y satisfacción. Muchos de esos comentarios no verán la luz por razones que ya sabéis: no ser correcto ni respetuoso, dar números de celulares que no podemos asegurar que sean de la persona que dice ser o simplemente porque no añaden nada interesante al blog. Os recomiendo, eso sí, que os registréis para que podáis interactuar con mayor facilidad.

Este tiempo, mis queridos cabrones, no penséis que he estado perdiendo el tiempo. Hoy os puedo adelantar que en breve publicaré una interesante entrevista con una pareja que juega a esto y podréis comprobar la belleza de la esposa, Ventura, una maravilla. También tengo casi terminado unas recomendaciones básicas para aquellos que queréis cornear y una actualización de mis diez consejos básicos que es una de las entradas con más visitas del blog, por algo será.

¿Quiere acostarse con mi esposa?
Uno de mis periódicos favoritos es La Vanguardia, un ejemplo de periodismo de máxima calidad. Desde la información hasta los artículos firmados, pasando por sus reportajes, información gráfica, es difícil encontrar en España un diario de esta calidad. Una pena que desaparezca el papel y que se pierda esa sana costumbre de abrir sus páginas y encontrarse con la columna esporádica de Don Joaquín Luna, maestro del periodismo.

El pasado 9 de diciembre, en las páginas de opinión de La Vanguardia, concretamente en la 32, la columna de Luna me impactaba por su titular: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Yo soy de los que se paran en la columna de Luna independientemente del titular pero comprenderéis que con ese mensaje leí su artículo con especial atención.



En la tercera línea el genial columnista, periodista y escritor nos hacía partícipes de la invitación que un matrimonio de Guadalajara le hacía para visitar Madrid por Navidad “a fin de tener relaciones sexuales con la esposa”. Lamentablemente para este matrimonio la respuesta de Joaquín Luna fue negativa pero respetuosa como corresponde a un caballero cuando está por medio la esposa y el marido.

Luna, siguiendo el tema de esta columna, apuntaba: “De mis tiempos en París… certifico que existen hombres cuyo placer es ver lo que es capaz de hacer, decir y soltar su pareja cuando está con otro hombre, espectáculo en el que encuentran eso que llamamos morbo, un refinamiento más intelectual que físico”. No creo que yo lo hubiera dicho mejor y con esa elegancia en la palabra escrita de Joaquín Luna.

Muchos de vosotros, mis queridos lectores, sabéis de ese morbo, de estar al otro lado del espejo y ver cómo la esposa (por voluntad propia) entra en el juego y se suelta en el sexo con otro tipo. ¿Morbo? Yo entiendo el concepto pero en este blog encajaría más placer que morbo, tanto para el marido cornudo consentidor como para la esposa animada y, por supuesto, para el tercero en concordia.

No son muchas pero si he conocido alguna pareja en la que ella tenía gran admiración por un determinado personaje de relevancia pública y el marido, por darle el gusto, intentaba contactar con el susodicho para lo que os podéis imaginar. En la mayoría de los casos no suele materializarse ni el encuentro ni el remate pero sé de un par de casos en los que se ha consumado el contacto y el remate, jamás revelaré el nombre del protagonista por respeto a esta pareja amiga y está mi palabra como garantía.



Para aquellos que queréis ser corneadores y me preguntáis cuáles son las virtudes que se deben tener para triunfar en esto. Yo siempre digo que la primera cualidad es que tengáis la suerte de que la esposa quiera, ella es la que casi siempre tiene la última palabra, además de tener la complicidad del marido consentidor y por supuesto algunas que otras cualidades, tampoco son tantas, D. Joaquín Luna en el siguiente párrafo que cito literalmente de su artículo, os puede guiar.

“Yo, modestia aparte, reunía algunas de las virtudes del perfil de saltimbanqui sexual requerido para este tipo de situaciones. Ni alto ni bajo, ni guapo ni feo y, sobre todo, un centrocampista muy disciplinado –algo así como Sergio Busquets–, incapaz de romper la regla de oro: no tomar la iniciativa y aún menos tratar de convertir en bilateral –y secreta– una relación abierta y libertina.”

Si Don Joaquín nos contara. Estoy en casi todo de acuerdo en las virtudes de ese tercero pero deberían ampliarse para la especialidad de este blog ya que no se trata de un simple trio HMH en donde el marido está de miranda o solo tiene una leve participación. Es decir, el tercero debe tener, sin perder en ningún momento la caballerosidad, una actitud un tanto dominante o activa con respecto al cornudo. Ya hablaremos sobre esto en otra futura entrada.

El periodista de La Vanguardia apunta la segura posibilidad de que algún lector de su columna se pueda escandalizar, normal, aún hay gente que todo lo relacionado a las nuevas fronteras del sexo le sorprende y no lo ve bien. En fin. Pero Luna apunta a este tipo de prácticas como un juego para salir de la rutina sexual del matrimonio: “Aunque el lector pueda escandalizarse, mi papel afianzaba esas parejas porque, llegados a ciertos desgaste, las parejas necesitan estímulos y más vale ampliar los límites de la convivencia que dinamitarlos”. Cierto, sin paliativos, y genial en su exposición.



En su columna, Luna hace referencia a la complicidad del marido. Qué bien vienen esos apuntes del cornudo para que la esposa lo pase fenomenal: “La tarea no es tan complicada y cuenta, además, con una ventaja impagable: la información privilegiada” que suele suministrar al marido en los contactos previos, antes y durante del momento mágico.

La columna termina con una inteligente reflexión que yo he comprobado en algunas ocasiones. Dice Luna: “Lo que nunca me ha quedado claro es si los hombres que disfrutan viendo a sus parejas con otro –un desconocido, un arrabalero, un forajido- lo hacen por generosidad –en gran parte sí- hacia ella o por un machismo paradójico: la poseo de tal manera que aviso a un saltimbanqui (léase corneador) llega, cumple o no, se viste y se va y ella sigue mi juego”.

Demoledor. Yo confío en que la esposa es la que tiene la última palabra, con esa autoridad discreta, a veces silenciosa, respecto a lo que pueda o no ocurrir.

Sin duda, hay muchos maridos que se presenta como cornudos consentidores pero en el fondo son unos putos manipuladores capaces de llevar a un extremo la relación con su esposa. No siempre se les descubre pero de ser así, recomiendo al corenador que pase directamente del tema si no lo ve claro. Disfrutará más cuando el cornudo lo haga por generosidad hacia su esposa. Ojo, cuando he leído lo de “machismo paradójico” me han entrado ganas de borrar el blog, no lo he hecho pero no lo descarto.

Espero que D. Joaquín Luna no se moleste por citar su columna en este blog. Os incluyo a continuación un enlace a la web de La Vanguardia en donde podéis encontrar sus artículos, incluido el que protagoniza esta entrada: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Y otros más de este gran periodista y escritor.


https://www.lavanguardia.com/autores/joaquin-luna.html

https://www.lavanguardia.com/cultura/20180617/45179256001/joaquin-luna-menuda-tropa-trayectoria-periodismo.html

Pero ya que hablamos de La Vanguardia no me puedo resistir, ya que visitáis su web no os perdáis lo siguiente, me refiero a la crónica “Cinco prácticas sexuales en pleno auge” de Silvia Colomé, sobre el Salón Erótico de Barcelona de 2015. Menos mal que no se ha retirado, y hacerme caso, ver el video de youtube.





“Alberto, me alegra que me digas que te gusta mi mujer” o ¿sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos?

Después de releer esta entrada y recordar las experiencias que he tenido con esta entrañable pareja decidí añadir al titular: ¿Sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos? Si solo hubiera dejado “me alegra que me digas que te gusta mi mujer” hubiera resultado demasiado simple y la relación que mantenemos los tres: la esposa, el cornudo y yo, no es nada simple.

Solo los que estáis muy metidos en este tipo de juegos entenderéis el significado de esta entrada pero confío que muchos de vosotros: corneadores y cornudos que estáis dando los primeros pasos, en unos años, seguro que entendéis el significado oculto que os pretendo trasmitir. Ojo, este no es un blog para todos los públicos, y no me refiero a personas adultas (doy por hecho que solo personas maduras y adultas pueden acceder a estos contenidos) si no para personas que siguen o practican este tipo de juegos sexuales, es decir, que ya están iniciadas en las relaciones complejas que pueden surgir. Tengo claro que somos una minoría y a esa minoría me dirijo. Aquí no hablamos de trios swingers o intercambios de parejas o de toys boys.


Antes de seguir, ¿sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos? Seguro que a alguien le suena la frase y es que me he permitido la licencia de tunear el título de la distópica novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) y que la mayoría habrá disfrutado en la libre adaptación cinematográfica que realizó el genial Ridley Scott, Blade Runner.

Philip K. Dick no pudo disfrutar del éxito de masas ya que murió en 1982, antes del estreno de Blade Runner, la cual pasó desapercibida en su estreno y que con el tiempo se convirtió en una película de culto.


Yo he tenido más suerte que Dick y he podido disfrutar del éxito con esta pareja. El marido, un cornudo consentidor de libro y encantado de serlo, ella una bellísima esposa, con unas curvas de catálogo y con una soltura que le permiten alcanzar altas cotas en la humillación sexual de su marido cuando les acompaña un tercero. Hemos disfrutado del sexo pero también de charlas profundas sobre el placer, el juego sexual, etc. Y claro, también hemos disfrutando haciendo las mil y unas al cornudo consentidor. ¿Recuerdas aquella lluvia, Luis? Abajo veréis los enlaces a anteriores entradas de esta pareja en las que podéis entender algunas de las dudas que os surjan cuando leáis esta entrada.

Incluyo a continuación el último correo que Luisito me envió. No quito ni añado nada. Solo espero que el lector y la lectora atenta saquen sus conclusiones.




¡Hola Alberto: 

Me alegra que me digas que te gusta mi mujer, es una satisfacción. ¡Y es cierto que se suelta a gusto contigo! Eso es que se siente a gusto y segura. Y que se pone cachonda también, claro. El morreo es algo muy íntimo, y me parece una estupenda humillación que entres hasta la cocina, que ya empieces profanando así el vínculo de la pareja
(La esposa de Luis y yo, disfrutamos mucho morreándonos a fondo, lentamente, con humedad, delante de él y en público, Luis dice que es un escándalo pero nos ponen los previos, a ella y a mí).


Creo también que todas las mujeres tienen su “punto”, y me imagino ese placer adicional que te aporta follarte a mujeres casadas, debe ser maravillosa esa sensación de superioridad sobre un marido cornudo como yo. Los cuernos no consentidos también tienen su atractivo, el “hombrecito” ignorante, burlado, que tiene al lado una mujer que ha abierto sus piernas a otro más bravo que él.


Y al hilo de esto aprovecho para contarte los primeros cuernos de los que tuve conciencia, que no fueron consentidos: se trataba de mi primer “coñito”, habíamos estado de cañas un grupo de amigos y al final, uno que andaba de rodríguez y que era algo mayor que nosotros nos invitó a su casa a seguir bebiendo.



Al cabo de un rato mi mujer dijo que tenía sueño y él le ofreció una cama para dormir un rato. Unos minutos después él también se fue a dormir y me dejó unas revistas porno para que me entretuviera, “salen pollas y todo”, me dijo al despedirse. Pasado un ratillo fui a ver a mi mujer, que me recibió con risitas, pero en seguida me dijo que la dejara dormir. Yo seguí con mis revistas, oí algún ruido de puertas y pensé que nuestro amigo se habría levantado a mear. Así quedó la cosa, pero pasado un tiempo acabé cayendo en la cuenta de que la polla de nuestro amigo no había ido al baño, sino que había acabado ensartada en el coño de mi mujer para regocijo de ambos. Se ve que lo habían estado tramando.

Cuando me percaté me molestó, pero andando el tiempo me pone cachondo recordarlo, y creo que tengo esos cuernos merecidos por pardillo y por incapaz de atender a una mujer como se debe. Aplaudo la osadía de ese tío, que tiene los cojones que yo no tengo, y seguro que una polla de verdad. Me alegro por mi mujer, por él y les agradezco mis cuernos. ¿Qué te parece? (En una de las últimas charlas, le pregunté a Luisito sobre como habían sido sus inicios como cornudo y si había sido consentidor desde el primero momento, de ahí su testimonio)

Lo de solo tres coñitos es más por acojono que por fidelidad, pero por supuesto que seré fiel contigo, que ya hay muchas confidencias... como mi reconocimiento de que la Madre Naturaleza me ha asignado esta posición ridícula e inferior ante hombres de verdad como tú. Asumido tu derecho a humillarme y descojonarte de mi, ponme de rodillas, haz que te lama el culo y lo que te dé la real gana. Asumo también tu derecho a hacerlo delante de otros hombres y mujeres si eso te divierte. 

Y a ver si vamos cerrando fechas. Saludos de tu cornudo. 



Hola, Luisito.

Sí, tu mujer me encanta… la veo tan suelta conmigo cuando está delante de ti que me pone aún más cachondo y luego esos tetones que tiene y no veas como come la boca. Es maravillosa. Para mí, toda mujer es bella y susceptible de holgar con ella, en todas encuentro un punto de admiración sexual pero siempre que son casadas y saben sus maridos que follan conmigo, el placer se amplia.

No me cabe la menor duda de que serás un bufón genial para servir a la reina y a su amante. Cabrón. Te aseguro que en nuestro próximo encuentro ya no me voy a cortar y seguro que te pongo de rodillas, vas a relamer muchas cosas mientras me como la boca de tu esposa.

Cerramos fechas?

Alberto.




A continuación el enlace que os pondrá en situación.

Me gusta ver a mi mujer con un tío como tú. El origen: “Se la metiste a mi esposa como te dio la gana…”
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