Alberto, te cuento. Tengo un negocio el cual atiende mi mujer, una petisa (de baja estatura) culona que vive todo el día en calzas que resaltan su prominente cola (culazo) El caso es que la mayoría de los clientes siempre le miran el culo y ella no solo que lo muestra orgullosa además lo menea muy bien excitando a varios machos por día.
Hace tiempo que nos visita dos veces por semana un vendedor. Cuando llega cruza al otro lado del mostrado a tomar mates con mi mujer. Las dos primeras semanas solo era charla, mates y algún roce de manos. La tercera semana, el tipo le chanta (le da) un pico (beso) a mi mujer y le acaricia. Esto se repitió una semana más.
Mi chica me contaba lo que el vendedor le decía: “que estaba muy linda y que quería hacerle el amor”. Ella le dijo que era casada pero al vendedor no le importó.
Mi mujer tiene 29 años, este macho que le corteja tiene 26. Yo le he visto un par de veces en el negocio, es un tipo alto, buen físico, mi mujer casi le llega a los hombros. Ella siempre me dice que le excitan sus grandes manos, cuando le acaricia –me dice- “esto me pone a mil”.
A la quinta semana, según me contó mi mujer, llegó por la mañana y nada más entrar la arrinconó en un lugar reservado del negocio y le dijo: “hace mucho tiempo que quiero hacer esto”. Le agarró las mejillas con una mano y le metió un beso de lengua abrazándola y tocándole la cola. No paró de besarla mientras le manoseaba las tetas. Mi mujer me dijo que en esos momentos quedó sorprendida pero se excitó y siguió su juego correspondiéndole a sus besos con lengua. El vendedor le siguió manoseando y besando. Al cabo del rato la dejó suelta y dijo: “me tenés loco, nena, quiero llevarte a un telo (hotel)
Yo me enteré de lo ocurrido a ratos, cuando yo cojía con mi mujer y me contaba. Esto me calentaba muchísimo, incluso era yo mismo le pedía que me contase e incluso que se dirigiera a mi con el nombre del vendedor como si fuera este el que se la estaba cogiendo. Mi mujer aceptó el juego encantada al ver como me calentaba la situación. Le he dicho que me encantaría que el vendedor se la cojiera. Se lo he pedido y ella me ha dicho que sí, que lo hará. Así que ahora, Alberto, estoy esperando que el vendedor continúe con mi mujer y se atreva a ir más allá, se vayan a un telo y se la garche (relación sexual muy fogosa) toda una noche. Espero que se cumpla la fantasía. Te cuento.
Está claro que una vez que viene la fantasía no se para hasta que se lleva a cabo. Pero amigos, cuidado, a veces los sueños se hacen realidad. Alberto Toro.