Mi mujer me preguntó: ¿te sientes mal por lo sucedido? Yo respondí poniéndome de rodillas besándole el chocho y sintiendo la lefa de mi compañero

“Alberto, tienes razón, mi mujer es muy bella y supercomplaciente, no hay posición ni lugar en el que se niegue a hacerlo. No veas como disfruta cuando se la folla nuestro corneador. Además, hace unas chupadas fabulosas y ahora le encanta hacerlo por el culo. La verdad es que será un honor para nosotros salir en tu blog y nos encantaría despertar el interés de tus lectores (y lectoras) y que publicaras muchos de sus comentarios.”


Unos días después de nuestra charla, este amigo me envió las fotos dedicadas y el siguiente correo:
“Hola Alberto, aquí están las fotos, espero que te gusten. Mi corneador nos hizo el favor de tomarlas y en una de ellas se ve como dejó de mojado el trasero de mi mujer. Lleva ya tres años con nosotros, es como de la familia, vamos muy bien con él. Algunas veces mi mujer se va a dormir a su casa, también quieren tener cierta intimidad y que yo no esté siempre presente. Otras viene a casa y pasa algunos días con nosotros, duerme en mi cama, mi mujer en el medio. Yo soy feliz viendo feliz a mi mujer. Me encanta ver como se la folla, es maravilloso cuando llegan juntos y ver cómo me la llena de leche, es la gloria. Espero que las fotos también gusten a tus lectores (y lectoras) y que hagan muchos comentarios, nos gustará leerlos y lo mismo nos abrimos a más corneadores. Ya sabes Alberto, que mi mujer siempre estará abierta para ti”.


Tres años, guauuuu, se puede decir que ustedes tienen ya una relación estable y consolidada. Me gustaría que me contaras como fue la primera vez, como empezó todo. (Y claro, mi amigo me lo contó)





Estimado Alberto: como creo que ocurre en la mayoría de las parejas que hacen tríos o se introducen en el mundo swinger, fui yo el que comenzó a insinuar a mí esposa el hacer realidad esta fantasía. Lo hice, con tacto, medio broma, medio en serio, le decía a mi esposa cómo sería eso de hacer un trío. En esos momentos mi mujer me mostraba su malestar por sacar estos temas. No me rendí Alberto y sabía que aunque ella me ponía mala cara, en el fondo le excitaba.


Unos días antes de mí cumpleaños, recostados en el sofá, me comentó su intención de hacerme un regalo especial. Por su sonrisa sospeché de que se trataba y así me lo confirmó: ¿todavía tienes ganas de hacer un trío? Quedé asombrado y sin más le dije que sí y le di un gran beso. Después le pregunté si estaba segura a lo que me contestó que quería hacerme un regalo que nunca olvidara y pensó en lo del trío. Aquella noche no pude dormir y pronto empecé a buscar candidatos. En internet no tuve mucha suerte Alberto, sólo veía a tipos impresentables, ninguno le gustaría a mi mujer, fotos falsas y poca educación. Aquí aprovecho Alberto para ver si en tu blog puedes incluir un perfil o unas características del corneador 10, en esos momentos me hubiera resultado de gran ayuda. También es verdad, que entonces no te conocía como ahora porque si no, sin duda, hubiera pedido que nos pusieras en contacto con alguno de tus amigos corneadores.




El cumpleaños se acercaba y no había encontrado a ningún candidato que merecería la pena. Temía que si dejaba pasar esta oportunidad mi mujer se iría enfriando. En esos días se había incorporado un nuevo compañero de trabajo, un tipo alto, delgado, bien parecido y tuve la oportunidad de presentárselo a mi mujer. Hechas las presentaciones y después de quedarnos mi esposa y yo a solas, sólo tuve que preguntarle: ¿qué te parece? Mi esposa me respondió con una sonora y amplia sonrisa. Así que me puse a trabajar y al día siguiente le propuse a mi nuevo compañero si quería venir a cenar a casa. No puso pegas. Poco después, hablando con mi esposa por teléfono le comenté que ya teníamos invitado y ella, sin cortarse, me dijo que le pasara para preguntarle por sus gustos de comida. Estuvieron un buen rato hablando, la sonrisa de mi compañero me confirmó su buena sintonía con mi mujer. Albeto, en esos momentos empecé a sentirme un auténtico cornudo consentidor y a sentir ese placer singular de portar un buen par de cachos.


Mi mujer y yo hicimos todo lo necesario para que mi compañero estuviera cómodo desde el primer momento. Le recibimos como buenos anfitriones lo que le sirvió para ganar confianza, esto y unos cuantos tragos dieron paso a una mayor complicidad entre los tres. Mi compañero contestaba a todas nuestras preguntas y nos contó que no tuvo muchas novias aunque de las pocas que tuvo nos dio muchos detalles. Aprovechando que mi esposa se fue para la habitación le pregunté: ¿te parece bonita mi mujer? Se quedó un poco sorprendido pero con carácter me respondió que le parecía una mujer muy bella y me felicitó por tenerla a mi lado. Antes de que volviera mi mujer le conté lo que tenía pensado mientras le ponía otro trago. Su cara de sorpresa me hizo dudar de si sería capaz de dar el paso pero en ese momento entró mi mujer en el salón, con una ropa más provocativa, y la sonrisa cómplice de ambos despejó todas mis dudas.




La conversación fue subiendo de tono y ya no le quitaba el ojo a mi esposa. Agarré a mi mujer y mientras le subía el vestido y le abría su escote le decía a mi compañero, “has visto lo guapa que es mi esposa”, ¿te gusta?
Alberto, tenías que haber visto la cara de los dos, la de mi compañero era una mezcla de sorpresa y deseo, la de mi mujer de sonrojo pero esto no le impidió darme un beso muy provocativo, ya iba suelta.




Te aseguro que me resultó superexcitante tener a mi compañero en frente mientras yo le iba señalando y mostrando las maravillas de mi esposa. Después de los primeros nervios mi esposa contribuyó a la excitación, mostrando, insinuando… Mi compañero estaba quieto, en frente nuestro, mi mujer me susurró al oído si me parecía bien que diera el paso, no esperó a mi respuesta, directamente se lanzó hacía nuestro invitado y empezó a comerle la boca.

Mi compañero le subió el vestido y empezó a meterle la mano por la braga, no lo veía pero seguro que sus dedos empezaron a perforarla. Creo que el más excitado de todos era yo y eso que ahora había pasado a ser el mirón de mi esposa y mi compañero.




Después de unos minutos entre ellos dos, mi esposa se dio la vuelta. No recordaba ver a mi mujer con esa cara de excitación. Se lanzó a besarme y a la vez puso su culo a la altura de la cara de nuestro nuevo amigo. Después se dio la vuelta y empezó a besarlo con el efecto novia que tanto echamos de menos los casados y al darme el culo sin bragas comprobé el rojo de sus excitación y se la metí toda. Mi compañero todavía estaba vestido y a mi señal empezó a quitarse camisa y pantalones, fue desplegando su bóxer para abajo mientras su miembro se forzaba para arriba para quedarse totalmente parada. Mi mujer no le quitaba ojo y con cariño guié su cara, no me pidió permiso, directamente se la tragó y en tres o cuatro fases la agarró con sus labios hasta la garganta. Alberto, ese momento supuso para mí un placer que nunca antes había sentido. Mi mujer se tragaba el rabo de mi compañero con un ansía especial y esto me suponía un éxtasis que nunca antes había sentido. Yo había pasado a ser un testigo del momento. Mi esposa estuvo un buen rato mamándole a mi amigo y cuando le apeteció se sentó sobre él y se la metió toda de un jalón para empezar a gemir de placer. Con ironía le pregunté a mi esposa, ¿te la quieres meter? Ya hacía un rato que la tenía dentro y ella me respondió con una cálida sonrisa. Mi compañero pasaba de mi, sólo estaba centrado en clavarle su rabo a mi esposa, no sé cuanto duró pero yo estaba sólo de mirón, cuando podía aprovechaba para rozarle un pezón a mi esposa y para cambiar de posición y ver desde todos los ángulos y a la distancia más corta posible la follada que le estaba dando mi compañero a mi esposa.



Mi esposa se la sacó y se puso a cuatro, mi compañero se situó detrás y empezó a empujar con más fuerza aún que en el anterior posición. Esta situación me permitió ponerme entre los dos y abrirle el culo a mi mujer para ver como entraba y salía el cipote de mi compañero. Minutos después el gemido se convirtió en un grito y un mensaje de mi mujer que iba destinado a mí: “cómo me gusta, cabrón” poco después de que se corriera mi mujer se empezó a mover con menor intensidad y esto le sirvió a mi compañero para que cerrando los ojos se fuera dentro de mi mujer, después se echó sobre la espalda de mi mujer y empezaron a besarse, yo estaba pero no estaba, si pude comprobar que la corrida desbordaba la raja de mi esposa la cual no dejaba la oportunidad de darle besos cariñosos, como si fuera su pareja… Alberto, fue glorioso.



Una vez recuperados mi mujer soltó una sonora carcajada y me preguntó: ¿Te ha gustado cariño? No dije nada, sólo reí y fine mi mirada en como por el interior de sus muslos resbalaba la lefa de mi compañero. Al darse cuenta mi amigo de donde fijaba mi marido, con gesto falso de timidez, me pidió disculpas por venirse dentro de mi esposa. Yo le dije que estuviera tranquilo, mi mujer seguía riéndose. Mi compañero también le pidió perdón a mi esposa por correrse dentro y mi esposa le dio un tierno beso en los labios.

He de reconocerte Alberto que mientras mi esposa y yo estábamos tranquilos, nuestro nuevo amigo estaba inquieto, rápidamente se vistió, parecía temer una reacción negativa por mi parte. Vestido y empezando a despedirse, me dio las gracias por haberle dejado follar a mi mujer. Mi respuesta fue la siguiente: “No, gracias a ti por haberme regalado junto a mi mujer un maravilloso regalo de cumpleaños”. Mi mujer le dio un largo beso en sus labios mientras con su mano le daba una última caricia al rabo de mi compañero. Antes de despedirse sí le dejé claro que yo no le había dejado follarse a mi mujer, si no que era mi mujer la que me había dejado a mi ver su primera follada con un corneador.



Tras la follada y la despedida de mi compañero vino un silencio que interrumpió mi esposa con la siguiente pregunta: ¿te sientes mal por lo sucedido? Yo sólo pude responder con un beso y poniéndome de rodillas empecé a besarle su chocho en el que sentí el semen de mi compañero. Aquella noche follamos varias veces, hacía tiempo que no lo hacíamos, y pude comprobar el placer de la segunda vuelta del cornudo y el confundir la humedad de mi esposa con la lefa de su corneador.



A la mañana siguiente le pregunté a mi esposa, supongo que por sacar el tema ya que sabía la respuesta, sí le había gustado mi compañero. Y si no le importaría repetir. Desde aquella noche han pasado tres años, en los cuales mi compañero se ha convertido en nuestro corneador de cabecera. Ni que decir tiene que ha habido momentos de máximo placer, como aquella vez que mi compañero le rompió a mi mujer su culo a pollazos.



Espero que les guste mi mujer, y con el permiso de Alberto Toro, les ruego a todos ustedes que me hagan llegar sus comentarios. Me excita saber lo que todos ustedes piensan de mi mujer, lo que le harían. También me gustaría recibir sugerencias y por supuesto, no se corten en calificarme como lo que soy: un cornudo consentidor, pero que disfruta plenamente del sexo con su mujer.

Leopoldo, marido de Sara: “viéndola follar con otro me excito más que si soy yo el que se la folla, es una sensación especial que sólo podemos entender los cornudos consentidores”

"Hola Alberto, soy Leopoldo, cornudo de una zorrita maravillosa, Sara, mi mujer. Llevo leyendo tu blog desde hace tiempo y tengo que felicitarte porque aportas mucho al mundo cuckold, es de los mejores que encontramos."


A primeros de año recibí el anterior correo. Mensajes como este me animan a seguir con la dura tarea del blog, la verdad, e intentando aportar mi granito de arena al universo cornudo consentidor. Como os podéis imaginar respondí, contactamos, me contaron parte de su vida, hablamos.

Recuerdo que la primera pregunta que le hice a Leopoldo fue, ¿cómo es tu mujer? Como cornudo, le encantó mi pregunta.

Sara tiene 37 años, le encanta el sexo, demasiado, desde que la conozco no puede vivir sin polla diaria. A parte de ese detalle del sexo, es una mujer completamente normal, le gusta también pasear, el cine, leer… Qué te voy a contar, me quedo corto si te digo que es un ángel. Además es guapa, sexy, atractiva, zorra…


Claro ante tal afirmación, mi siguiente pregunta fue, y ¿cómo le gustan las pollas a tu mujer?
Le vuelven loca las pollas gordas, le da igual que no sean muy largas pero tienen que ser gordas, son su debilidad. Le gustan anchas. Mira Alberto, mi mujer tiene la teoría de que lo importante de un rabo es que rellene huecos.

Después de aquella conversación, vinieron otras y Leopoldo me confesó que le encantaría ver a su mujer en el blog y que fueran muchos los que se pajearan viéndola. ¿Tú crees que Sara le gustará a mucha gente? No te quepa la menor duda, le dije, pero me tienes que dejar particpar en las fotos y… Le comenté a Sara la idea de Leopoldo y no puso ninguna pega, al contrario. Y bueno amigos, una soleada mañana de abril quedamos los tres a pasar el día juntos, charlar y realizar las fotos.


¿Sara, cuánto tiempo lleváis juntos?
Llevamos muchos años juntos y cada día estamos mejor, nos conocemos mejor. Somos una pareja sólida.

Sin duda, sólida y cómplice. No hay más que veros. Cuándo empezó vuestra afición por las prácticas sexuales avanzadas. Leopoldo responde, siete u ocho años, más o menos. Le interrumpe Sara, no, por lo menos diez. Leopoldo se explica, bueno, la verdad es que empezamos a realizar tríos con tíos, los dos para ella. Sara interviene para subrayar que nunca encontraron una chica que les acompañara. De los tríos pasamos al mundo swinger y después de probar muchas cosas, llegamos a la conclusión de que lo nuestro son los cuernos.


Sara, qué características debe tener para vosotros el corneador ideal.
Para nosotros el corneador ideal debe tener tres requisitos que son fundamentales. Primero, una polla ancha; segundo, tiene que saber estar; y tercero, que sepa de lo que va este juego, con las ideas claras, que no se confunda.

¿Me podéis contar alguna experiencia que tenga un significado especial para vosotros?
Una que recuerdo con mucha agrado, y seguro que Sara opina lo mismo que yo, fue en unas vacaciones. Una mañana nos fuimos a la playa pero sin haber planificado nada. Sara se puso en top less y al lado se tumbó un guiri madurito. Ella no se dio cuenta pero el guiri no le quitaba ojo, pasaba el rato y el tipo solo miraba hasta que yo empecé a dar crema a mi mujer y le retiraba el tanguita, llegue a meterle crema por la raja para ver si el guiri se daba por aludido pero ni por esas, ya tuve que mirarle, guiñarle un ojo y por fin se decidió a entrarnos. No recuerdo que nos preguntó pero luego Sara facilitó mucho las cosas y al poco tiempo estábamos en su apartamento, yo mirando y ellos follando, jejejejeje.

Mirando. Subrayo lo de mirar porque vosotros los cornudos consentidores encontráis un placer especial viendo a vuestras esposas en acción. Leopoldo, ¿podrías describirnos el placer que sientes como cornudo mientras se realiza la fantasía?
Me encanta verla disfrutar, ya sea conmigo o con otros. Viéndola follar con otro me excito tanto o más que si soy yo el que se la folla. Es una sensación especial, sólo podemos entenderla los que somos cornudos. Seguro que los muchos cornudos que te leen entenderán lo que te estoy diciendo. Hay que ser cornudo, tienes que asumir que eres un cornudo para sentir, para disfrutar esos momentos.

Pero Leopoldo, habrá un momento o momentos que para ti tengan un sentido especial durante la práctica corna. Tengo un amigo cornudo que me dice que cuando más disfruta es en los momentos en que se da el primer contacto con el corneador, en ese tiempo de dudas por parte de todos y cuando al poco se va dando una complicidad a tres...
Mira Alberto, te soy sincero, para mi el mejor momento es mientras Sara es follada por otro, tocarla el chocho y comprobar lo cachonda que está… Notar como está mojada, más que cuando lo hacemos los dos solos. 


Sara, ya no queda más carmín. ¿Vuestra complicidad en el sexo y como pareja es mayor desde que realizáis prácticas cornas?
Sin ninguna duda Alberto.

Ahora sí que se acabó, Leopoldo, espera un momento antes de realizar la foto. ¿Sara, te gusta exhibirte
Más que exhibirme me gusta sentirme deseada. Me pone a mil ver como un hombre o varios hombres se excitan viéndome.

Empezaste a realizar estas prácticas por darle gusto a Leopoldo o porque te apetecía a ti.
Por ambas cosas, principalmente porque me da placer pero este placer aumenta cuando veo a Leopoldo que lo disfruta casi más que yo, aunque yo sea la que hago sexo y el mira. Además, todo esto rompe la rutina sexual que en una pareja es mortal a veces.

Sara, ¿te supuso mucho esfuerzo dar el primer paso? Es decir, te costó mucho la primera vez follarte a un extraño delante de tu marido de una manera corna.
La primera vez me costó pero estaba muy respaldada por Leopoldo, además como veníamos de practicar tríos e intercambios la primera experiencia corna fue fácil. Sí es verdad que al principio y antes de conocer a Leopoldo me retenía mucho el temor, la timidez,  a la hora de practicar sexo aunque siempre me ha vuelto loca hacerlo.


Antes hemos hablado de cómo te gustan las pollas. Ya sé que te van las anchas.
Sí, me chiflan gordas y potentes.

Sara, ahora viene una de mis preguntas clásicas. ¿Sueles animar a Leopoldo a que baje al pilón? Para los neófitos, que el marido coma el rabo al corneador a dúo con su esposa.
Ja, ja, ja, ja…. (Sara mira a Leopoldo) Siempre que puedo¡¡¡¡

Leopoldo, a ti sobre esto no te pregunto, jejejejeje. Sara, la última, ¿Te gusta que tu marido esté presente mientras follas con el corneador de turno o prefieres tener un grado de intimidad al principio o durante el polvo y que tu pareja se ausente por un rato?
Aunque me gustan todas las opciones prefiero que mi marido esté siempre presente.
Pues Leopoldo, no hace falta que te vayas. Sara, eres maravillosa.



La belleza auténtica de la esposa de Charly

Hace pocos días publiqué una entrada en la que Charly, seguidor de este blog, me planteaba algunas dudas que él y su pareja tenían para avanzar en sus prácticas cornas. Desde entonces y hasta ahora he intercambiado algunos correos con Charly y me comenta que su esposa sigue un tanto reacia pero que cada día la encuentra más convencida para profundizar en este tipo de prácticas. La duda que le preocupaba a Charly era que su mujer se encariñara con el corneador, y parece que se ha despejado. Yo le digo que es fundamental tener seguridad en uno mismo y que si siente alguna sensación de celo respecto al macho que se folle a su esposa que lo vea por el lado positivo y que disfrute de esa emoción, le añadirá chispa a su matrimonio.



Bueno, en resumen, que Charly y su pareja han hablado del tema y aunque no me considero adivino, les veo un futuro incipiente de relaciones a tres en las que se incluirán varios corneadores. Charly me ha enviado algunas fotos, con el consentimiento de su esposa, para que las publique en el blog. Me dice que le gustaría que escribierais comentarios para que ella se viera más segura de dar el paso. Por mi parte no debe tener ninguna duda, pueden ser legión los caballeros corneadores a los que le entren las ganas después de ver el maravilloso cuerpo de esta mujer. A mujer casada nunca le falta novio, como dice el refrán.

El primer comentario lo escribo yo. Me encanta de la esposa de Charly su belleza natural y auténtica, sus curvas, su cuerpo blando y seguro muy cálido. Sin duda, debe ser un placer guarrear con ella, pero de lo lindo, para que Charly compruebe el punto que puede alcanzar su esposa. 


Disfruten de las imágenes, sean generosos y sinceros con sus comentarios. Usen también sus dedos para presionar el teclado. Charly se lo agradece por adelantado.















Alberto Toro responde: ¿Qué hago para que mi esposa no se enamore del corneador?

Charly, lector de nuestro blog, me plantea una duda que es muy común en los cornudos inseguros. La solución pasa por muchos factores, el primero de ellos es que el cornudo tenga seguridad en si mismo, que piense más en su esposa que en él, y desde luego, pasa por la correcta elección del corneador. Un corneador es un caballero y no un hijo puta que quiere birlar la esposa a otro.



Buenos días Alberto,

He visitado tu blog y me ha encantado. Hay mucha información respecto al tema cuckold, y te quería hacer una consulta, sí es posible, dado que no he encontrado nada referente a mi problema,

Me gustaría ver a mi mujer con otro. Se lo he comentado y hemos hablado mucho de esto. Nos iniciamos en las prácticas swinger hace unos diez años, pero siempre con intercambios de parejas aunque a mí lo que me gusta desde aquellos inicios es verla con otro hombre, que yo no participe con la pareja del que se está follando a mi mujer.

Desde que nos iniciamos en el intercambio de parejas yo la propuse realizar esta fantasía cornuda. A veces ella se mostraba decidida pero se arrepentía después.

Al fin conseguí que accediera a que en nuestros juegos estuviera sólo un chico y no una pareja. Estuvimos con este chico varias veces y después de unos meses me vino diciendo que estaba confundida, que creía haberse enamorado de él. Desde aquella confesión nuestra relación fue a mal. Pasadas unas semanas nuestra relación volvió a su situación normal, no hizo falta que me dijera nada sobre aquel chico, me subrayó que se había dado cuenta de que sus emociones respecto a este amigo era una “bobería pasajera”. Yo supongo que sería por el roce con este muchacho, mucho roce ya que el tiempo que este muchacho entró en nuestros juegos se la folló más que yo durante los últimos cinco años.

Nuestra relación ahora es como antes de que entrara este muchacho. Creo que mi error fue que en el juego sólo entrara este chico y que participaran otros corneadores para que probara más. Ahora la noto con mucho temor a que vuelva pasar y no sé cómo plantearle que volvamos a meter a un corneador en nuestra cama.

Alberto, ¿tienes algún consejo que darme? Te estaría muy agradecido.

Charly



Estimado Charly, gracias por pedirme consejo, espero que mi respuesta te sea de utilidad y que mi recomendación sirva también para otros lectores del blog que se encuentran en la misma situación.

Evidentemente muchos cornudos como tú, optan por iniciar a la pareja en las prácticas swinger con el fin de llegar, en el futuro, a un trío cornudo. Es una vía interesante pero no es conveniente eternizarse en los intercambios de pareja por pareja y desde un principio provocar tríos hombre-mujer-hombre. En cualquier caso si el fin es que tú seas un cornudo consentidor debes ser más sincero con tu mujer y hablarlo desde el primer momento, pero con tacto.

Siempre he dicho que la clave está en la elección de corneador idóneo. Cada pareja es distinta y por lo tanto demanda un corneador diferente. Cuando hay dudas o temes que tu mujer se pueda enamorar del corneador, es conveniente que el marido cornudo hable con el corneador dejándole las cosas claras. Seguro que sí el corneador tiene experiencia lo entenderá a la perfección y actuará en consecuencia.

Por lo general estos casos de supuestos enamoramientos no lo provocan los tríos si no que suelen estar latentes y pueden aflorar en esos momentos haya relaciones con corneadores o no.

Por eso recomiendo que los primeros corneadores que entren en la pareja sean tipos maduros, con experiencia, de más edad que la del marido. Y lo más importante, que ella te vea seguro, muy seguro.

Además, sí la esposa no es muy suelta, aunque sea abierta por haber hecho varios intercambios de pareja, no es conveniente un corneador jovencito porque se puede dar pie a que ella confunda sus sentimientos y no sólo se enamore si no que sienta un cariño especial hacia estos muchachos o unas emociones distintas.

Por lo tanto, medita y elige al corneador adecuado. Lo mismo, si hubieras bajado al pilón del muchacho ella habría visto un trío más sexual y no hubieran aparecido esas confusiones de amores.

Sobre lo que debes hacer ahora después de la primera experiencia. Creo que debes tomarte tu tiempo, debes dejar a tu mujer que se vaya recuperando y nada mejor para ello que pasen los días. No presiones. Ahora bien, no vuelvas a hacer un intercambio con otra pareja, al menos hasta que no hayáis tenido varias relaciones en tríos con varios corneadores.

En resumen, vete eligiendo una serie de corneadores. Se los vas presentado a tu esposa, que sea ella la elija. Que los encuentros con estos corneadores tengan una contenido sobre todo sexual, baja tu al pilón (lo mismo sí te ve a ti tragándote el rabo del corneador ella se da cuenta es una relación a tres en la que no tiene que surgir el amor) No repitáis, en principio, más de dos o tres veces con el mismo corneador. Probar. Y cuando se eliminen dudas podéis conocer a nuevos corneadores o, entonces sí, centraros en uno o dos corneadores y haceros amigos pero con las cosas claras.

Y en cualquier caso, esto es un estilo de vida y tú como cornudo consentidor debes disfrutar de todos esos momentos, incluso si tu mujer se enamora del corneador. Pero no deja de ser una fantasía sexual y como tal hay que disfrutarla desde el respeto, la comprensión y el morbo. Aunque sí te digo que hay corneadores que disfrutan, todavía más, cuando descubren que su esposa siente más amor por el corneador que por él.

Dejo abierto el hilo de comentarios para que otros lectores te den su opinión y para que tú puedas plantear tus dudas.

Un cordial saludo Charly y gracias por enviarnos unas fotos de tu esposa para que veamos lo guapa que es. Qué suerte tuvo aquel muchacho de poder enrabarla en tu presencia.


Alberto Toro responde: "Me siento perdido, no sé si dar el paso"

Incluyo a continuación el correo de un marido que se encuentra en una encrucijada y me da la sensación que no sabe muy bien lo que quiere. Después del correo viene mi respuesta y consejo. Seguro que vosotros también podéis contribuir a resolver su encrucijada, añadir vuestros comentarios.



Estimado Alberto.

Tengo la fantasía de ver a mi esposa con alguien vergón y ver cómo se comporta, como grita con una verga grande.

Ahora bien, soy muy celoso y no podría verla con alguien que fuese conocido o estuviese en nuestro círculo de amistades. Prefiero que mi mujer no sepa nada ni tenga ningún dato del vergón.

No me gustaría que ella lo hiciera por su cuenta, sin contar conmigo, la verdad. En esa relación con el vergón creo que sería básico que yo estuviera en esos momentos. Precisamente estar ahí, en esos momentos, es lo que genera en mi más curiosidad, ver el comportamiento de mi esposa en esos momentos. Seguro que ser testigo me dará placer.

Todo esto, querido Alberto, lo he comentado con ella. Su respuesta es siempre la misma: “una cosa es la fantasía y otra la realidad”. Yo también pienso como ella pero sólo después de venirnos. Lo utilizo para calentarnos, en el previo, comentarlo, imaginar el vergón del tercero, suponer la reacción de mi mujer. Pero después de venirnos pienso como mi mujer que podría poner en riesgo nuestro matrimonio.

Lo he consultado con mi psicóloga y me confirma que en esas situaciones alguien puede salir “raspado” (afectado) y vuelve con lo mismo, “una cosa es la fantasía y otra pensar que la veas comportándose mejor que contigo”.

Honestamente, Alberto, me siento pérdido. ¿Me puedes dar tu opinión?



Alberto Toro, responde:

Querido amigo, antes que nada te envío las gracias por confiar en mí y en este humilde blog. Te daré mi opinión que espero contribuya a aclararte.

La verdad es que después de leer tu correo saco en conclusión que estás liado, no pérdido, y que le das demasiada importancia a este asunto. Máxime cuando lo llegas a consultar con tu psicóloga. Quita importancia a esto y a todo lo que tenga que ver con el sexo.

Iré por partes.



En primer lugar, no me gusta que te dirijas al amigo corneador exclusivamente con el calificativo de “vergón”. Un corneador es un amigo, un hermano para ti y que va ayudaros a ser más felices en vuestra vida sexual. Además, un corneador puede tener el atributo de un buen rabazo pero no es el único requisito para que sea el tercer palo ideal en la pareja.

Segundo. No debes de conocer mucho a tu mujer (me refiero en el terreno sexual) si no te imaginas de antemano como puede reaccionar ante una buena polla. Deduzco que debes de ser un pichacorta. Te aclaro, si tienes un micropene y tu mujer prueba otro cipote más grande que el tuyo, casi con toda seguridad la veras en un estado de excitación total. Sin consigues vencer tus miedos estoy seguro que disfrutarías de lo lindo viéndola en acción. Insisto, no es necesario que el corneador sea pollón. Lo que define a un corenador de ley es su actitud, más que el tamaño del rabo.

Tercero. Sobre que tu mujer no tenga datos del corneador. Creo que es una decisión de tu mujer, no tuya. Me parece que tienes un complejo de inferioridad que lo debería de ver tu psicóloga. Esas formas demuestran que tienes un miedo terrible a perder a tu esposa porque ella conozca a alguien mejor que tú. Procura desterrar este pensamiento, seguramente tu mujer está contigo por otros motivos y no sólo porque seas mejor o peor en el sexo. Sólo eres inferior si te sientes inferior, amigo cornudo.

Cuarto. Sobre que ella lo haga por su cuenta. Sin comentarios. No quiero alarmarte pero no sería extraño que tu esposa ya hubiera probado rabo ajeno. ¿PUEDES ASEGURAR QUE NO?

Por otro lado, veo que eres pura contradicción. Por un lado no estás seguro y por otro estas convencido que ver a tu esposa en esos momentos sería un placer. Aclarate y pon en la balanza lo que más te interesa y actúa en consecuencia. Si te apetece, adelante pero si tienes miedo, pues quedaros en vuestras aburridas relaciones sexuales. ¿No te parece?

Sobre la realidad o fantasía. Obviamente una cosa es ponerse cachondo mientras se lo cuentas a tu pareja y otras dar el paso. Es una decisión que debéis de tomar los dos. Bueno, sobre todo tu esposa, es ella la que libremente debe decidir. Vuelve hablarlo con tu esposa y como siempre digo, es un paso del que debéis estar seguros, cien por cien, no vale estarlo al 99%

Y respecto a lo que dice tu psicóloga de que alguien puede salir afectado sólo te puedo decir que pienses en tu mujer. Sí dais con un buen corneador, sea vergón o no, puede que tu mujer salga afectada pero en sentido positivo.

Espero que mi humilde opinión te haya sido de utilidad y desde estas líneas animo a los demás lectores y lectoras del blog para que contribuyáis con vuestros comentarios a que este pérdido marido se encuentre.

Saludos cordiales.


Toma nota

Siempre he dicho que en Francia es donde se cuece todo, ni Londres ni Nueva York ni Pekín. París es el centro del mundo y por lo tanto, del universo.

Hace unos días en la capital francesa comenzó la Fashion Week y lo hizo a lo grande con la presentación de la nueva colección de Etam, una marca francesa de lencería que marca el camino de la moda "íntima" como dicen los estrechos.

Os dejo el video del Live Show Etam 2014 - L'intégrale, en el que podéis ver las tendencias de la lencería francesa para esta primavera-verano.

Mis queridas lectoras y lectores. Vosotras podéis tomar buena nota de las ideas que os ofrece Etam y vosotros, queridos cornudos, ya sabéis como podéis preparar a vuestras parejas para que seduzcan al corneador de turno.

Disfrutar de la visión y de la audición. Hasta más ver. Alberto Toro.


Laura se lanza con dos amigos e invita a su marido a que baje al pilón, sin paliativos

Tenía pendiente de publicar unas fotos de Laura con la correspondiente dedicatoria. Hace unos días recibí alguna de sus instantáneas acompañada de una experiencia. Esta vez, Laura y dos jóvenes conocidos realizan sexo delante del cornudo del marido y le dejan participar. ¿A qué esperáis para contar vuestra experiencia como Laura? Animaros pero antes leer con atención.



Querido Alberto,

Te cuento uno de mis últimos encuentros para que lo publiques en tu blog. Seguro que muchas amigas que aún no han dado el paso se animan a experimentar esta práctica.

Ya te hablé que tenía la intención de tener un encuentro con dos jóvenes pero estando mi marido presente. Después de algunos anuncios contacté con un par de amigos. Tras su descripción e intenciones, y siempre tomando precauciones (no hay que irse con cualquiera) opté porque fueron ellos.

Después de verificar que todo los estos chicos decían era verdad y comprobar sus buenas intenciones, le conté a mi marido mi objetivo y mi deseo que de que estuviera presente y que llegado el caso, tendría que chupar el chipote para completar su total cornudismo.




Mi marido no dijo nada y delante suya llamé al celular que me dejaron y combiné con ellos encontrarnos esa misma noche. Llegaron sobre las 21 horas. Para la ocasión me había puesto un vestido negro, corto, sin ropa interior para facilitar la entrada en acción.

Nada más llegar les presenté a mi marido que se sorprendió de su juventud. Después del saludo y comprobar que los jóvenes actuaban desde el principio muy desenvueltos, entramos en acción. No perdieron tiempo y con descaro empezaron a meterme mano por debajo del vestido y uno de ellos empezó a besarme. Su falta de tacto y el hecho de que trataran como a una auténtica puta me ponía recachonda. Con el vestido subido y los dos sobándome le dije a mi marido que se quedara en el living hasta recibir mi llamada.

Ya en la habitación me quedé desnuda. Después, a trompicones, los dos se quitaron su ropa y mostraron sus vergas paradas y duras. No hizo falta que me lo dijeran dos veces y empecé a mamárselas. En esos momentos no pensaba, sólo comía polla y tomaba nota de lo sucio de sus comentarios.



Uno de ellos, el más bajito, se anilló con su mano los huevos y me los empezó a restregar por los labios. Alberto, me los comí enteros. Después, el otro, que tenía la verja más larga me dirigió a la boca y sin contemplaciones me la metió hasta la garganta.

Hasta aquí, querido Alberto, podrás comprobar como va me irreversible proceso de emputecimiento. Después de darme bien de rabo por la boca, hasta que se cansaron, me indicaron que me pusiera a cuatro. Empezó el alto, después de metérmela se empezó a mover dándome duro. Sí tengo que decirte que hubo un momento en el que me dio un poco de miedo y volteando mi cara le indique que tuviera más cuidado. El joven, asintió y demostró que aunque me estaban follando los dos, quien dirigía era yo.



Como te puedes imaginar, después de hablar, el bajito me la metió por la boca. Boca y chocho fueron rellenados por la sus verjas durante un largo tiempo.

El grito del que me estaba follando la boca fue el prólogo a una corrida densa y potente. Nada que ver con el liquido acuoso y sin consistencia de mi marido. Después de unas embestidas el de atrás me la saco, oi que se pajeaba y al momento una lluvia de leche cayó sobre mi espalda.

Los dos pendex se rieron. Uno de ellos, cogió la sabana y se limpió el capullo y en tono imperativo me ordenó que llamara a mi marido. Así lo hice y en breve apareció en la habitación. “Pasa cornudón” le dijo el bajito, vamos a seguir dándo a tu mujer.

Mi marido se sentó en la butaquita que tenemos en el dormitorio. Manso y dócil siguió las indicaciones de mis jóvenes amigos. Lo que vino a continuación es una follada a dos rabos. El más pollón me la metió por la concha y el bajito de polla más pequeña me la introdujo para el ojete. Les faltó ritmo y fueron un poco torpes en sus movimientos pero al tenerla tan duras no fue necesario. Imaginaba la cara de mi marido y me dio un poco de vergüenza para me lo estaba pasando bien, muy bien.

Tengo que decirte que lo más suave que decían a mi marido era “mira cornudo”. Con cara dulce le dije a mi marido que podía pajearse. No tardó en sacar su desinchada pija.



El pendex más alto se levantó y le puso su pija a la altura de su boca. Dándole un suave cachete le indicó con la vista lo que tenía que hacer. Te imaginas como el cabrón se la tragó de una sola vez, chupándola con cuidado. No le quedaba ni un gramo de dignidad.

De repente estalló un silencio. El único centro de atención era la comida de rabo de mi marido. Yo estaba convencida que el pendex no se correría, no hacía ni quince minutos que se había venido en mi espalda y además mi marido tampoco era muy bueno mamando, pero, ocurrió. Con menos intensidad que la anterior le disparó unas balas de lefa en boca y cara. Fue recaliente y cómico. Estaba cachonda y después de la corrida nos reímos todos menos mi marido.

¿Te gustó puto? Mi marido hizo gesto afirmativo y a continuación se levantó el otro para decirle, “pues si te gustó, prueba esto”. Y otra vez mi marido fue follado por su boca. Este tardó un poco más que el otro y en alguna ocasión tuvo que pajearse para que no se le viniera abajo, su amigo le animaba mientras insultaba a mi marido. Cuando creíamos que no habría corrido, el bajito le tiró un chorro menos denso que el anterior. No pude resistirlo y me lance con cariño a mi marido a darle besitos en su cara y sentir la lefa de los pendex. Durante ese rato nos dijeron de todo, entre risas, azotes en mi culo y palabrotas.

El más alto se levantó, nos separó y le dijo a mi marido que se fuera al salón que tenían que seguir. Después de salir de la habitación, me hicieron tumbar en mi cama y recibir algunos besos y palabras cariñosas. Yo tenía el culo y la concha ardiendo. Temía que después de un rato los jóvenes volverían a darme pero ya no me apetecía. Con una sonrisa les indique que por esa noche ya era suficiente, tenían que irse. Insistieron en seguir pero no fue necesaria una respuesta, por mi gesto entendieron que la fiesta se acabó. Educadamente, recogieron sus cosas, se vistieron y los dos se despidieron con un torpe beso.

Cuando salieron de la casa mi marido me pidió una ducha juntos. Así lo hicimos y tengo que reconocer que supo tratarme la irritación que los dos pendex habían provocado en mis agujeros.

Después de un rato bajo el agua, salimos a la habitación. Entonces le pregunté a mi marido, ¿te ha gustado cariño? A lo que respondió, no mucho, un poco torpes pero si tú estás contenta yo también lo estoy. No le contesté, abrí la ventana de la habitación porque olía a macho.

Conversaciones con Laura: “Ver a mi marido tan cornudo me hace sentir reputa y me gusta”

Qué hay de nuevo amigos. Hacía tiempo que no os daba vuestra ración de sexo corno por escrito. Estaba con otras cosas más importantes. Pero bueno, tenía pendiente la publicación de una conversación, vía mail, con una amiga argentina, Laura, esta iba a ser la última entrada de 2013 pero esperaba a unas fotos para ilustrar con más detalle su experiencia. Las fotos no llegaron así que he optado porque esta sea la primera entrada de 2014 y publicarla con las fotos que me envió en primer lugar y si algún día me envía el resto de las fotos y el testimonio de su marido, el cabrón de Andrés, publicaré una segunda parte.
Sean generosas y generosos con sus comentarios. Gracias por vuestra fidelidad, infieles consentidos.



(04 noviembre 2013)

¿Hola Alberto cómo estás?

Te diré que soy Laura, aunque no es mi verdadero nombre, te escribo desde Buenos Aires. Entre en tu blog por recomendación y me pareció bárbaro, hacía tiempo que buscaba un lugar así para canalizar mis inquietudes y experiencias.

Te cuento mi situación: tengo 28 años, soy morocha, muy buen físico 90.60.95, muy alegre y divertida. Hace tres años que estoy en pareja con Alberto de 55 años, el viene de un divorcio, nos conocimos y después de un tiempo decidimos vivir juntos.

El es un gran tipo, muy cariñoso y nos llevamos muy bien pero ocurre que yo necesito mucho sexo. Con Andrés es bueno pero sólo una o dos veces por semana.

Lo hablamos hace seis meses. Andrés me confesó que no daba para más a pesar de lo mucho que deseaba complacerme y que no quería tomar ningún medicamento ya que tiene una afección cardiaca. En cierta manera, de forma implícita me dejo entrever que yo podría satisfacerme por fuera. ¿Eso es ser cornudo consentidor?

Al poco tiempo conocí en el gimnasio a Mauricio, un tipo de 30 años. Enseguida congeniamos y empezamos a mantener relaciones dos o tres veces por semana. Estos encuentros me satisfacían plenamente.

Andrés notó mi cambio, me veía más relajada y distinta pero no me preguntó nada. Ahora bien, he tratado de ser discreta y si alguna noche he salido con Mauricio a cenar siempre le he dicho a mi marido que iba con unas amigas. Te confieso que aunque no puedo asegurar que sabe realmente con quien salgo por las noches mi marido lo debe de intuir.

A la vez de iniciar esta doble vida sexual, me he ido introduciendo en el tema del cornudismo y me encantaría que mi esposo compartiera mi relación y que aceptara ser un cornudo sumiso. Todo lo que he leído y visto al respecto me super excita y creo que el climax seria hacerlo delante suyo y que también se excitara.

Creo que es posible ya que el carácter de mi marido lo permitiría. Y ahí viene tu participación, necesito que me aconsejes cómo puedo introducir en el tema a mi marido, Andres.

Me encantaría hacer una experiencia como la de Lulu que leí en tu blog y me pareció alucinante y por supuesto compartirla contigo.

Espero tu respuesta y perdona lo extenso del mail. Te mando un beso

Laura.




Hola Laura,

Me interesa mucho tu situación y ser testigo de todo el proceso. Por supuesto que puedes contar con mi ayuda y mi consejo, es un honor hacerlo.

Eso sí, sólo te pongo dos requisitos. Primero, que pueda publicar tu historia, tus peticiones de ayuda y mis consejos, en el blog. Y segundo, tener alguna prueba de vida, alguna foto tuya, a ser posible dedicada (no hace falta que estés desnuda ni nada por el estilo)

Antes que nada quiero agradecerte tu opinión sobre mi humilde blog. Verás que en el puedes encontrar muchas situaciones que aunque no sean igual que la tuya, te pueden dar ideas sobre cómo actuar.

Tengo que reconocerte que casi siempre es el marido, aspirante a cornudo, el que me pide consejo para convencer a su esposa a que dé el paso. Pocas, muy pocas, son las ocasiones en que una esposa me pide ayuda. Siempre digo que cuando una esposa me pregunta cómo puede hacer a su marido para que el consienta y a la vez disfrute de la relación corna, es prueba evidente del intenso amor que la esposa abierta, o sea tú, profesa por su marido.

Comprendo que tú, una mujer de 28 años, necesite rabo a todas horas. Es síntoma de salud y eso lo debe de entender tu marido. Creo que comprendería, como prueba de su amor, que tú puedas vivir tu sexualidad con algún amigo. Debes de ir de menos a más. Es decir, dejarle claro, desde el primer momento que seguirá siendo tu amado esposo, pero que para estabilizar esa relación, necesitas estar cubierta en lo sexual, algo que el sólo ya no puede cubrir.

De menos a más, por supuesto. Una táctica es que hables con tu marido, y te sinceres con tus aspiraciones, es quizás lo más recomendable. Ahora bien, si crees que tu marido es un cornudo sumiso en potencia, lo mejor es que empieces el juego haciéndole vivir situaciones cornas. Por ejemplo, porque no le pides permiso para que Mauricio vaya a casa a comer un domingo. Ese día no hace falta que haya sexo, pero si te puedes poner realmente provocativa y podéis dar a entender que a ti y a tu amante os une el sexo pero que esto no quiere decir que tú te quieras separar de él, tu marido. Y lo dicho, si es sumiso; de nuevo, de menos a más, debes hacerle partícipe del juego y ponerte como meta que baje al pilón.

Espero que este primer consejo te sea de utilidad. Espero tu respuesta y la satisfacción de mis peticiones.

Un beso,

Alberto



Hola Alberto

Gracias por tu rápida respuesta. Te contesto que estoy de acuerdo en que publiques todo en tu blog y respecto a la foto mañana me encuentro con Mauricio y me sacaré algunas buenas que estén acordes con el blog, bien sexys, y te la envío. También pensare en tu consejo y las dos variantes que me propones para ver por cual me decido.

Una pregunta me queda ¿qué significa bajar al pilón?

Te mando un beso

Laura.


Querida Laura, me encanta leerte porque se te nota un mujer suelta, abierta y desenvuelta.

Lo de "bajar al pilón" en el argot corno es comerle el rabo o cipote al corneador. Por lo general, siendo la mano de la esposa la que guía el rabo del corneador a la boca del marido cornudo. Forma del rito aunque no es imprescindible, como es obvio. En general y dentro del sentido sexual, podemos entender por bajar al pilón por practicar sexo oral, tanto masculino como femenino y bien de cuando el burro o el buey agachaban las cabeza para beber agua del pilón.

Respecto a lo de las fotos, por favor, alguna que esté dedicada para Alberto Toro o para el blog. Seguro que si ves alguna de las entradas, encontrarás ideas de cómo hacerlas.

Estamos en contacto. Un cordial saludo

Alberto



Querido Alberto

Gracias por aclararme lo del pilón. Buenísimo lo del rito !!! sólo imaginarme a mi esposo chupándole la verga a Mauricio me moja entera!!!

Pero es bastante audaz!!! por el momento tendrá que esperar.....

De acuerdo a tu solicitud te mando fotos mías recién tomaditas vengo de estar con mi amante que me hizo el favor de tomarlas. A ver que te parecen. Aguardo tus comentarios.

Muchos besos

Laura.

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Querida Laura,
Las fotos son fantásticas.
Alberto.

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Querido Alberto

Qué bien que te hayan gustado mis fotos !!! Estuve hablando con Mauricio que me las saco para explicarle la dedicatoria y lo que estuvimos hablando. El tiene experiencia en swinger y trios con casados pero siempre participando los tres, nunca tuvo a un cornudo presente no obstante no le corta para nada cree que le gustaría sobre todo teniendo en cuenta las características de mi marido.

Quedamos en principio de probar con la opción de invitarlo a cenar que nos pareció buenísima y sin llegar a mayores delante suya tratarnos como novios besos, mimos y caricias, etc. y ver qué pasa. ¿Qué te parece? Aguardo tus comentarios

Besos

Laura



Hola Laura, buena noches desde España.

Le dices a Mauricio que con una modelo como tú, se pueden hacer maravillas. Estas guapísima, flaquita, debe ser un placer sentir como se abre tu chochito, seguro que bien musculado, al introducirte el rabo. Espero que te haga más y me permitas el placer de verlas.

Lo que me dices de la experiencia swinger, me lo imagino. Es muy habitual un tránsito de las prácticas swinger a las cornudas. Os aseguro que es una experiencia maravillosa, follar con la mujer de otro, estando ese otro presente. Es algo especial, para los tres.

Me parece estupendo lo de la cena. Sobre todo si magnificáis ese efecto novios en su presencia. Sus ojos, su respuesta, será la clave de cómo avanzar en el proceso de su encabronamiento. Como ya te he dicho es mejor ir de menos a más. Empezar por algo sencillo y según avance la velada, ir soltando pero sin precipitarse, nada de violencia aunque sí un poco de mala educación con tu marido para que sepa que tu eres quien domina y Mauricio es el macho alfa.

Recuerdo una situación parecida. En este caso, el marido era un calvo con una cara de besugo patética. Los tres sentados en una mesa y me pasé media cena metiendo la mano por debajo de la falda de la mujer, su esposa. Nos besábamos, parecíamos unos novios enamoradísimos con un pobre amigo convidado de piedra. En un momento de la cena, le pedí a ella que se fuera al aseo, se quitara las bragas (así podía acariciarla mejor) y que al volver se las diera a su marido para que se las guardara en el bolsillo. Fue muy placentera la situación. La pueden probar. Ya me dices.

Un beso guapísima. Me encantas. Por cierto, Mauricio, ¿anda bien armado? Cuánto le saca al rabo de tu marido.

Alberto


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Queridísimo Alberto
Gracias por tus piropos me encantan!!!!
Esta buenísima tu experiencia con el cornudo Calvo creo que la voy a aplicar con mi marido en la cena con Mauricio.
Mauricio está bien armado, 20cm y gruesa, supera la de mi marido, aparte tiene buen ritmo y aguante, me hace acabar tres o cuatro veces.
Te debo entonces algunas fotos mas y como me fue en la cena!!!!!!
La verdad que esto está divertidísimo......

Besotes grandes
Laura

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Me alegro muchísimo Laura de que estés encontrando un placer especial en esta nueva aventura.... Ya me irás contando las novedades.

un beso fuerte

Alberto


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Querido Alberto.

Este sábado como sugeriste invite a Mauricio a cenar previa comunicación a mi marido que vendría el amigo con el que estaba saliendo ya que quería que lo conociera. No se sorprendió mucho, sólo protestó un poco porque era sábado y normalmente salimos.

Me puse un vestido negro muy corto y escotado para que se me vieran las tetas y al sentarme y cruzarme de piernas toda la tanga. Mauricio llegó puntual, a las 21 hs estábamos los dos en el living fui a abrirle y me dio un gran beso en la boca, mi marido parado un poco más atrás miraba. Mauricio le saludo dándole la mano y le entregó una botella de vino para la ocasión.

Le hice pasar y nos sentamos en el living, yo en el sofá con Mauricio y mi marido enfrente destapó la botella y sirvió tres copas de vino. Nos pusimos a charlar de todo en general. Mauricio me abrazó y con la otra mano me tocaba la pierna bien arriba hasta casi levantarme la pollera mientras hablaba con Andrés, me recalentó, de vez en cuando me daba cortos besos en la boca y Andrés miraba pero no decía nada, ya había tomado dos o tres copas de vino que lo ponen entre contento y sedado.

Me fui a la cocina y Mauricio me siguió. Mientras preparabas unos vasos me abrazó por detrás y levantándome la pollera me apoyó su verga endurecida y me susurraba al oído, ¿cómo va todo, te gusta? Mientras me sobaba el culo me dijo que veía a mi marido contento y relajado. Esto me puso remojada lo que pudo comprobar cuando su dedo acarició mi concha. Entonces pacté con Mauricio que durante la cena me metiera mano y que al poco de empezar me levantaría para ir al baño y que me tenía que seguir para sacarme la tanga para ponerla después en el plato de mi marido. Mauricio también estaba encantada y me preguntó que si todo salía bien esta misma noche podríamos coger delante de mi marido. No entiendo porque le dije que no, pero le hice entender que era mejor no precipitar el momento.

Empezamos a cenar. Mauricio sentado a mi lado y Andrés, mi marido, enfrente. Sentía como la mano de Mauricio subía por mi muslo con toda facilidad gracias a lo corto de mi pollera. Estaba recalentada. No pretendíamos ser discretos ya que Mauricio cuando tenía oportunidad me comía la boca. Cuando me levanté ara ir al baño le dije a Andrés que fuera preparando la botella de champán. Al volver a la mesa, Mauricio puso la tanga en su planto y Andrés con una sonrisa tranquila descorchó la botella y el ruido del corcho dio paso a un chorro blanco de espuma. Cuando Andrés empezó a beber de su copa yo empecé a besar la boca de Mauricio para después irnos los dos al sofá. Sentada, con la pollera levantada, toda mi concha esta al aire para disfrute de Mauricio y en presencia de mi marido. No sé que me recalentaba más si las caricias de Mauricio o el ver a Andrés, hecho ya todo un cornudo consentidor, como testigo de mi zorrería.

Mauricio me metió tres dedos en la concha y a la vez le decía a mi marido, “tienes una esposa muy linda y muy puta”. Andrés reía y asentía con la cabeza. Yo quería que la velada acabara en ese momento, le indique a Mauricio que estaba cansada y aunque tenía ya unas cuantas copas lo entendió y se despidió. No me sorprendió que entre risas y bromas, los dos se dieran un abrazo fraternal. Le dije a mi marido que acompañaría a Mauricio. En el ascensor no pude aguantarme y le hice una mamada histórica que terminó inyectándome toda su leche en mi boca. No quise que se cayera ni una gota, soy una buena vecina.

Al volver a casa vi a Andrés terminando su copa de champán. Me acerqué, le besé y procuré que notara el sabor de la leche de Mauricio. “Un gran tipo tu amigo”, me dijo y siguió, ¿no me vas a decir que habéis hecho en el ascensor? Le contesté, “estaba recaliente y le chupé la verga hasta que se acabará y no veas que cantidad”. Terminé con una sonrisa y una pregunta, ¿no la has notado en el beso, cariño? Y me dijo el cabrón, “sí, se siente el gusto”.

Aguardo tus comentarios. Un besote.

Me siento reputa y me gusta.

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Querida Laura:

Eres preciosa... estoy encantado de comprobar cómo disfrutas segundo a segundo de tu relación corna.

Si lo de la cena funcionó podemos profundizar en alguna situación al aire libre. Por ejemplo, podría ser en algún parque, tú te puedes poner bien guapa y provocativa, seguro que una minifalda te sienta fenomenal... Mauricio te puede sobar, te puede quitar las bragas, guarrear por el parque e indicar a Andrés que haga fotos, sería muy humillante para él pero seguro que lo disfruta. Si te parece la idea, podemos profundizar en ella.

Sobre fotos, me encanta el culo que tienes, es lindo.

Un beso fuerte.

Alberto


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Hola querido Alberto
Me gusta tu idea lo ideal sería en casa de fin de semana que tiene Roberto ahora acá hace calor así que lo haría allí en el parque y la piscina
Con fotos del culo como te gustan a vos
Si te parece pamemas precisiones sobre esta idea y la hago
Me siento reputa.........mmmmmm
Besotes
Laura

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Hola guapísima...

He visto en las fotos que tienes un culo maravilloso, guapa guapo... Creo que podrías exponerlo en toda su amplitud, con visión de ojete y rajote incluida y eso sí, con carmín pintado en uno de los carrillos, PARA ALBERTO TORO.

Viendo el cipote que se gasta tu corneador, creo que también podrías profundizar en esa situación como la foto que me enviaste.

Voy preparando algunas preguntas para ilustrar tu entrada en el blog.

mil besos

Alberto

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(27noviembre 2013)

Hola Alberto. Cómo estas?

Paso a contarte mi último encuentro con Roberto en presencia de mi marido como verás avanzamos en el proceso de hacerlo más cornudo. Fue el sábado pasado a la noche en la casa de recreo de Mauricio en las afueras, hacía mucho calor.

Llegamos tipo 21 hs y nos recibió Mauricio en traje de baño. Tiene un hermoso parque y piscina, nos mostró la casa, fuimos al living a tomar algo, yo y el sentados en el sofá y mi marido enfrente. Nos besamos me pasó sus manos por mis tetas y la metió entre mis piernas estaba muy mojada y muy caliente. Me pidió que parara y me desnudara, lo hice rápidamente y el se sacó el traje de baño. Nos quedamos los dos desnudos. El chipote duro, y parado se sentó mientras me ordenaba que me pusiera entre su piernas y se la mamara. Andrés lo observaba de reojo,inquieto y excitado también se tocaba por arriba del pantalón

Le di una buena mamada, lenta y larga pasando mi lengua por todo su pedazo y chupándole los huevos, se puso recaliente y me decía “qué puta sos, seguí así putita” y a mi marido le decía “Andrés te gusta cómo me la chupa tu mujer, viste lo puta que es? Mi marido asentía con la cabeza pero sin decir nada. Mauricio se levantó del sillón y me agarró de la cabeza para cogerme la boca entraba y salía con fuerza ahhh que placer hasta que reventó y me llenó la boca de leche, que trague parte dejándome restos en la boca y la cara para que al volverme me viera mi marido. No me salía palabra de mi boca pero si de la de Mauricio, “mira cornudo como le gusta mi leche, mírala bien, cabrón” Creo que lo último, el “mírala bien, cabrón” sobraba pero estaba tan excitada que en esos momentos no quise decirle a Mauricio.

Sin embargo, cuando vi que Andrés se quería bajar los pantalones para pajearse esperaba que Mauricio se lo prohibiera, como así ocurrió, y en esta ocasión su toque imperativo me gustó. “Aguanta cabrón hasta llegar a casa para hacerte la paja”. Andrés sin rechistar le obedeció y en su cara no había decepción si no satisfacción. En este momento entendí que mi marido era todo un cornudo consentidor, aceptaba su papel y función.

Mi cara llena de leche, sorprendida por todo lo que ocurría, le dije a Mauricio que nos bañáramos en la piscina. Andrés nos miraba desde fuera. Estuvimos un buen rato en el agua, besándonos, charlando en bajito, hasta que nos pusimos otra vez. En esta ocasión me la metió de espaldas para que mi marido pudiera ver mi cara, frente a frente. Hacía mucho calor.

Estaba rendida de cansancio. Mauricio me dijo que me quedara a dormir y que le dijera a mi marido que se fuera para casa. “Escúchame cornudo, me voy a quedar a dormir con mi macho, tu corneador, te podes ir, mañana nos vemos”. Andrés respondió que tampoco había que ir tan lejos y que prefería dormir también en la casa de Mauricio, en otra habitación o en el salón. Mauricio se puso muy chulo y casi gritándole le soltó, “ya escuchaste a tu mujer, cornudo, queremos estar solos, anda y pajeate tranquilo en tu casa y no jodas”. Mi marido dio las buenas noche y se marchó. Hacía mucho calor.

Pasamos la noche juntos, solos, tranquilos, como amantes nuevos. A la mañana siguiente, Mauricio pidió un taxi. Llegue a casa. El cornudo ya estaba desierto y me recibió con una extensa sonrisa.

Espero que esté satisfecho con mi proceso de “emputecimiento” como dices y ya sabes que no tengo ningún inconveniente en que lo publiques en tu blog. Intentaré convencer al cornudo de mi marido para que el también escriba su visión.

Muchos besos

Laura
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Fantástica Laura y genial la situación. Formáis un equipo, los tres, maravilloso, claro, desde el punto de vista corno. Me encantas.
un beso
Alberto

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("UA-21720468-1")