“Ácido con ponche lisérgico” en el que entre otros hechos, una chica se lanza con tres ángeles del infierno ante el silencio participativo del ex marido. En homenaje a Tom Wolfe

Soy un ferviente admirador de Tom Wolfe, del personaje, de su obra, de sus respuestas a las numerosas entrevistas que en los últimos treinta años concedió. Tom Wolfe, uno de los descubridores del nuevo, hoy antiguo, periodismo.

En estos días nos enteramos de su muerte y pronto veremos en las estanterías de las librerías reediciones de su magnífica obra.


Tengo que reconocer que la primera vez que leí, casi por obligación, una novela de Wolfe tenía todos los prejuicios que tenemos a determinadas edades. Bastó leer los primeros párrafos para devorar capítulo tras capítulo la singular historia de Sherman McCoy, un capullo que está en la cumbre y que por su amante y un inesperado golpe de mala suerte, pierde todo y cae al vacío. Me refiero a “La Hoguera de las Vanidades” (1987). Quizás una de las novelas más importantes del siglo XX.
Supe entonces que Wolfe tenía otras novelas, ensayos, reportajes… narrados desde un prisma diferente y que se vino a llamar el “nuevo periodismo”. Nuevo, como decía antes, que se ha convertido en viejo por culpa de esto de las redes sociales, los blogs y demás pollas en vinagre, todos (hasta yo) podemos ser cronistas, opinadores y juntaletras de la realidad. Malos tiempos para el periodismo profesional. 
No me voy a extender más. Desde aquí quiero dejar por escrito mi admiración y respeto por este magnífico periodista-escritor, TOM WOLFE. Descanse en paz, maestro.
Eso sí, os recomiendo (humildemente) que os detengáis en alguna de sus obras.


Sin apartarme de la especialidad del blog, no dejéis escapar “Ácido con ponche lisérgico” (1968) No sé si decir que es una novela que narra hechos reales o un reportaje río en el que su autor pone por escrito la experiencia directa, desde dentro, de un grupo de chalados que con sus excesos de drogas de la época, especialmente LSD, realizan un viaje iniciático a través de los Estados Unidos en los años sesenta. 
Y diréis, mis queridos cabrones, y esto a qué viene. Pues viene porque el maestro Wolfe narra con una maestría máxima un hecho, al que hoy podríamos definir como bukake, la experiencia de una pareja, especialmente de la esposa, con toda esa patrulla y especialmente con algunos ángeles del infierno que se unieron a la fiesta de una noche en la que el LSD era el protagonista.

Capítulo XIII - Los ángeles del infierno

...Déjate llevar por la corriente…, y qué corriente… Aquellos tipos, aquellos bromistas… En concentraciones tumultuarias como aquella los ángeles del infierno solían poner en práctica otro número titulado ¿A quién se van a follar? Y la cosa aún no había llegado a eso cuando una rubia de fuera de La Honda, una invitada llegada de lejos, una jovencita bonita y melosa y tierna, todo un manojo de hormonas, hizo saber a tres ángeles que estaba dispuesta, y los cuatro se encaminaron hacia el cobertizo y se entregaron a un feliz y avenido regodeo. Pronto se enteraron los demás ángeles de la existencia de aquella “nueva mamaíta” (nota del traductor, en la jerga de los ángeles del infierno, mujer que pertenece al grupo y que es promiscua sexualmente con ellos) y al poco un buen número de ellos se había amontonado ante la puerta… 
La chica, con el vestido rojo y blanco hecho un ovillo a la altura del pecho, tenía dos o tres ángeles encima de ella, entre las piernas, sentados sobre su cara… en la morbosa luz ocre del cobertizo, en medio de un trajín de lengüetadas y ojos lascivos y gorgoteos y sobertones y frondas de vello público, y el sudor y el semen le brillaban sobre las zonas cruciales del vientre y muslos, y se retorcía y gemía, no en señal de protesta sino en una suerte de ebrio acceso de sólo Dios sabía qué, mientras hombres sin pantalones estaban de pie a su alrededor, jaleando, reprobando, esperando su turno, o su segundo turno, o su tercer turno…, hasta ser penetrada por lugares diversos unas cincuenta veces como mínimo…


Bueno, no sigo porque a ver si me van a reclamar derechos de autor. El caso es que este episodio termina cuando unos cuantos ángeles van a buscar al ex marido de la protagonista. Le encuentran por ahí pérdido, puesto de LSD y lo llevan al cobertizo y le invitan a que también goce del momento. Wolfe subraya el silencio que se produce entre todos aquellos cabrones, la chica y el marido, incluso alguien llega a decir que la cosa ha ido demasiado lejos, pero la chica se arranca a comer la boca al marido con todas las señales que habían dejado los demás y el marido termina lo que otros habían dejado a medias mientras con un placer especial los ángeles le jalean… 
Me quedo con el grado de canchodez de la amiga y como surge esa complicidad entre ella y los tres ángeles del infierno para luego seguir en una orgía…. Ufff los años sesenta eran tiempos peligrosos. Y qué me decís de la reacción del ex marido. 
Y os dejo una última reflexión. En estos momentos que vivimos, ¿Tom Wolfe se hubiera atrevido a narrar aquel hecho o hubiera sido políticamente correcto y no lo hubiera incluido en su reportaje?
Os recomiendo la lectura completa de “Ácido con ponche lisérgico” y el resto de la obra de Tom Wolfe.

Y dejo también una pregunta. Una vez que el corneador de turno y la esposa terminan su happening, ¿es conveniente que el marido participe en la fiesta? Y en caso de que participe, ¿el corneador debe jalearle por su participación?




El 22 de abril es el cumpleaños de mi esposa y ese día quiere iniciarme como su cornudo consentidor

A primeros de año, un lector del blog me envió el siguiente mensaje:

Señor Alberto Toro, le felicito por su excelente blog. Soy seguidor de usted y de los consejos de su blog. Me incluyo en ese grupo de hombres a los que nos excita que nuestras esposas tengan un amante con consentimiento. Desde hace tres años le pido a mi esposa, casi rogándole, que me haga cornudo. Hace unos días, por fin, me dio el sí pero con condiciones.

Estas son: yo sería el encargado de encontrar al amante, debería de hacer un grupo con los seleccionados seleccionados y que sería ella la que eligiera al candidato. Yo tendría que ser el encargado de hablar con el seleccionado y explicarle la situación, ya sabes, nuestros deseos, lo que nos gustaría hacer, etc.

Oír de ella estas palabras me llenó de felicidad, pero… me puso otra condición: ella quiere estar sola en los primeros encuentros con el amante y quizás, si es que hay confianza entre ellos, en un futuro puede que me deje estar delante de ellos.

Sr. Toro, aquí le pido su consejo, ¿usted cree que es buena idea que le deje sola con el macho elegido? Me surgen dudas, la principal es mi temor a que mi esposa se pueda encariñar.

El 22 de abril es su cumpleaños y ese día me quiere iniciar como su cornudo consentidor. Le pido que me dé su consejo, se lo agradecería mucho, sr. Toro. Le escribo desde TX, espero su contestación.

Qué te parece el modelo elegido para su primer encuentro

Cuando tuve disponibilidad de agenda y después de leer detenidamente el caso de este amigo, aspirante a cornudo, le contesté.

Antonio, cuanto me alegra saber que tu objetivo -ser un pedazo de cornudo consentidor- lo puedes conseguir. Ahora debes valorar que estás a punto de lograrlo, como dices, han sido tres años de súplicas y cuando vas a saborear las mieles de la fantasía llevada a la práctica debes ser generoso y debes seguir, punto por punto, las indicaciones de tu esposa.

Y cuando digo generosidad, me refiero a esa generosidad cornuda, en la que el marido antepone sus deseos sexuales a los de su mujer, aunque sean caprichos dolorosos.

Sigue las indicaciones de tu esposa y si te dice que al principio debes quedarte fuera, pues te quedas fuera y así con todas sus peticiones y deseos. Ya verás como disfrutas también cuando llegue ese día aunque no estés delante de ellos, la verás como se arregla para su amante y ese brillo maravilloso en sus ojos que adelanta las humedades del encuentro.

Deja que ella pruebe, no toques su libertad. Seguro que si encuentra placer en este juego, su lógica evolución es que tú puedas estar presente en algunas ocasiones y que incluso te pidan el favor de que actúes como marido mamporrero o como marido pilonero.

Ya me contarás.


No tardó en llegar la respuesta de Antonio.

Alberto, muchas gracias por contestarme y por tus consejos. Seguiré al pie de la letra tus indicaciones. Lo que más deseo es que ella me haga cornudo consentidor. Intentaré complacerla en todo lo que me pida para que mis cuernos crezcan.

Sería un orgullo para mí que publicaras mi historia cuando tú consideres. Te enviaré las fotos de mi esposa de como irá arreglada para su primer encuentro con el macho y de mi primera y tan esperada puesta de cuernos. Estoy deseando que llegue el día.



Este fue el último correo que recibí de Antonio. No se me olvidaba que en abril era el cumpleaños de su querida esposa y hace unos días volví a tener noticias.

Buenos días Alberto. No sé si recordarás… Soy Antonio, hace unas semanas te escribí para contarte que mi esposa me iba a hacer cornudo, algo que deseaba desde hace bastante tiempo. Será a finales de abril, fecha de su cumpleaños. Pronto se entregará a su amante.

Como prometí te mando una foto que hicimos el otro día con el modelito que va a llevar a su cita. Yo estoy más ilusionado que ella, aunque noto que está disfrutando del morbo de la situación y no veas Alberto, como pasa el tiempo mirando que ropa o que tanguita se va a poner para impresionar al muchacho que ha elegido.

Espero que pueda enviarte fotos de su primer encuentro y contarte lo que he sentido. Ya sabes que en el primer encuentro con su amante, mi esposa quiere estar a solas y que si todo marcha bien, cuando ya tenga más confianza con el chico y se sienta más segura, me ha prometido que me dejara estar con ellos y que podré disfrutar viendo como la hace gozar su corneador.

Yo quiero que tenga un corneador de planta. Alguien de confianza que pueda confiar en él y que mi esposa tenga fácil acceso y cojan cuando quieran. Por cierto, tú crees que es mejor un corneador de planta o ir probando hasta dar con el idóneo.

Alberto, estoy muy agradecido a tus consejos. Te envío también otras dos fotos íntimas para que veas la belleza interior de mi esposa. Estamos en contacto.


Siempre me alegra recibir las respuestas de agradecimiento cuando mis consejos les funcionan. Insistí a Antonio en que su esposa, antes, durante y después, era la que debía marcar el camino y que él, como marido cornudo consentidor, debía apoyarla y disfrutar de toda la experiencia. También le aconsejé, por su tipología de cornudo, que lo ideal era que encontrarán un buen corneador y que no le dejaran escapar, que fuera de planta y casi como de la familia porque si no su esposa no tendría nunca esa confianza y seguridad necesaria para que Antonio pudiera participar de una manera más activa durante los encuentros esposa-corneador.

Espero que pronto recibamos noticias de esta pareja y nos cuenten como les fue.

Por último, les subrayo cuatro consejos que le he dado a Antonio y que pueden ser utilidad para otros aspirantes a cornudos en su misma situación.

1.- Dejar libertad máxima a la esposa, ella es la que debe decidir si da o no el paso.

2.- Si la esposa quiera estar a solas con su corneador, solo te toca comprenderlo y apoyarla en su decisión. Ten en cuenta que ella puede preferir estar a solas con su amante para ser ella misma y no tener la presión del cornudo presente.

3.- Eso sí, el cornudo debe hacer una discreta vigilancia para saber que el corneador es de fiar.

4.- Sobre el temor a que la esposa se encariñe con el corneador. Pues no pasa nada si así ocurre y vuelvo a lo de antes, el cornudo debe apoyarla en sus decisiones y entender que en esa situación, ese tipo de celos pueden ser placenteros.



Somos pareja de hotwife y cornudo sumiso de Valencia (España) y estamos buscando a un corneador negro que supere los 21 centímetros

Hace unos días una pareja de Valencia se puso en contacto conmigo. Ella es una hotwife con experiencia y el marido, un cornudo sumiso convencido de ello. Me pedían ayuda para encontrar a un macho corneador pero de verdad, no de boquilla. No siempre accedo a este tipo de peticiones y menos a publicarlas en el blog, solo lo hago cuando compruebo que la intención es veraz y que la pareja (los dos, están por la labor y tienen claro lo que quieren) Este es un caso así, no me gusta hacer perder el tiempo ni a las parejas ni a los corneadores que generosamente se ofrecen a echar una mano.
Últimamente estoy recibiendo algunas peticiones de parejas como esta y muchas de amigos que son o quieren ser corneadores. Por eso estoy pensando en incluir un apéndice dentro del blog para publicar este tipo de avisos e intenciones de contactos. Ya os iré informando.


De momento, os dejo el testimonio de Raúl, el cornudo sumiso de Valencia que busca un macho corneador de verdad para su esposa. Espero que pueda ayudarles a encontrar lo que buscan. Los interesados, enviar correo con vuestra presentación a la dirección del blog, corneador.toro@gmail.com


Hola Alberto.

Gracias por dedicarnos tu tiempo y felicidades por el blog del que somos seguidores habituales.

Vivimos en Valencia, somos matrimonio. Mi esposa tiene 49 años, yo 52.

Como sabes, mi esposa es rubia, pelo largo rizado, ojos azules, mide 1,65, 63 kilos, cuerpo cuidado de gym, unas tetitas pequeñas pero muy bien puestas, casi nunca usa sujetador. Qué más te puedo decir, pues que no le faltan pretendientes, con esto te puedes hacer una idea de las intenciones que despierta en los hombres.



Desde hace dos años estamos en los juegos cuckold. Dos años que hemos disfrutado y que han servido para que mi esposa se convierta en una auténtica hotwife y yo en un cornudo consentidor “feliz” cada vez más sumiso y obedeciendo a todo lo que pide mi esposa y el corneador de turno. No hay ninguna queja por mi parte, disfruto plenamente de estos juegos y situaciones, soy un cornudo servicial.

Hasta ahora nuestras experiencias sexuales son en locales liberales. Ya nos conocen bien en alguno de ellos. Ella se suelta y disfruta de todo macho que le guste, yo me dedico completamente a ella, para lo que necesite (voy a por las copas, pongo el condón al corneador, hago de mamporrero, limpio lefa…) como buen marido cornudo y sumiso.

Hasta la fecha yo siempre he estado presente cuando mi mujer me cornea pero últimamente me subraya que no descarta la posibilidad de estar a solas con el amante-follador de turno y que yo quede fuera. De momento me ha dicho que esté tranquilo, esto solo ocurrirá cuando el macho le guste especialmente y quiera una intimidad especial.

El problema, como ya hemos comentado, es que muchos chavales que van de corneadores son unos bocas. Mucho postureo pero a la hora de la verdad, nada. Dicen que son empotradores y luego cuando una mujer como mi esposa, está cachonda y les pide marcha se acojonan o se vienen enseguida. No encontramos tíos que merezcan la pena.



Nos gustaría Alberto que nos hicieras el favor, a través de tu blog, de encontrar a algún tipo que esté a la altura para cubrir las necesidades de mi mujer. Este ha sido el motivo por el cual me puse en contacto contigo.

El tipo de hombre que le pone a mi esposa debe tener entre 30 y 45 años, guapete, buen cuerpo y sí es posible que supere los 21 cm de rabo, que lo sepa manejar. A favor de este hombre estaría que llevara algún tatuaje, le ponen cachonda los tíos que los llevan. Y eso sí, tienen preferencia los negros, son su debilidad, la vuelven loca. No veas el cante cuando alguna vez paseamos por Valencia, ella y yo, con algún chaval de color, algún entendido en la materia me mira con una sonrisa irónica sabiendo lo que va a venir a continuación.



Aprovechando la tribuna de tu blog hago este aviso para todos aquellos hombres que cumplen con estos requisito y que están dispuestos a venir a Valencia para que se ponga en contacto con nosotros a través tuyo. Os aseguro que mi esposa es espectacular en todos los sentidos y le vuelven loca los machos de verdad.

Alberto, espero que pronto puedas venir otra vez por Valencia. Nos gustaría, tanto a mi mujer como a mí, invitarte a una paella. Muchas gracias por tu atención.

Raúl.


Los interesados, enviar correo con vuestra presentación a la dirección del blog, corneador.toro@gmail.com










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