Cuando el marido le dice a otro hombre: ¿Quiere acostarse con mi esposa? o cuando el tercero es un saltimbanqui

Mis queridas amigas y amigos, llevaba más tiempo de la cuenta sin dar señales de vida pero por motivos placenteros y no ajenos a mi voluntad he incumplido mi sagrado deber de entregar los correspondientes contenidos en estas últimas semanas. Ruego me disculpéis.


He podido comprobar que el número de comentarios para el blog va en aumento lo que me llena de orgullo y satisfacción. Muchos de esos comentarios no verán la luz por razones que ya sabéis: no ser correcto ni respetuoso, dar números de celulares que no podemos asegurar que sean de la persona que dice ser o simplemente porque no añaden nada interesante al blog. Os recomiendo, eso sí, que os registréis para que podáis interactuar con mayor facilidad.

Este tiempo, mis queridos cabrones, no penséis que he estado perdiendo el tiempo. Hoy os puedo adelantar que en breve publicaré una interesante entrevista con una pareja que juega a esto y podréis comprobar la belleza de la esposa, Ventura, una maravilla. También tengo casi terminado unas recomendaciones básicas para aquellos que queréis cornear y una actualización de mis diez consejos básicos que es una de las entradas con más visitas del blog, por algo será.

¿Quiere acostarse con mi esposa?
Uno de mis periódicos favoritos es La Vanguardia, un ejemplo de periodismo de máxima calidad. Desde la información hasta los artículos firmados, pasando por sus reportajes, información gráfica, es difícil encontrar en España un diario de esta calidad. Una pena que desaparezca el papel y que se pierda esa sana costumbre de abrir sus páginas y encontrarse con la columna esporádica de Don Joaquín Luna, maestro del periodismo.

El pasado 9 de diciembre, en las páginas de opinión de La Vanguardia, concretamente en la 32, la columna de Luna me impactaba por su titular: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Yo soy de los que se paran en la columna de Luna independientemente del titular pero comprenderéis que con ese mensaje leí su artículo con especial atención.



En la tercera línea el genial columnista, periodista y escritor nos hacía partícipes de la invitación que un matrimonio de Guadalajara le hacía para visitar Madrid por Navidad “a fin de tener relaciones sexuales con la esposa”. Lamentablemente para este matrimonio la respuesta de Joaquín Luna fue negativa pero respetuosa como corresponde a un caballero cuando está por medio la esposa y el marido.

Luna, siguiendo el tema de esta columna, apuntaba: “De mis tiempos en París… certifico que existen hombres cuyo placer es ver lo que es capaz de hacer, decir y soltar su pareja cuando está con otro hombre, espectáculo en el que encuentran eso que llamamos morbo, un refinamiento más intelectual que físico”. No creo que yo lo hubiera dicho mejor y con esa elegancia en la palabra escrita de Joaquín Luna.

Muchos de vosotros, mis queridos lectores, sabéis de ese morbo, de estar al otro lado del espejo y ver cómo la esposa (por voluntad propia) entra en el juego y se suelta en el sexo con otro tipo. ¿Morbo? Yo entiendo el concepto pero en este blog encajaría más placer que morbo, tanto para el marido cornudo consentidor como para la esposa animada y, por supuesto, para el tercero en concordia.

No son muchas pero si he conocido alguna pareja en la que ella tenía gran admiración por un determinado personaje de relevancia pública y el marido, por darle el gusto, intentaba contactar con el susodicho para lo que os podéis imaginar. En la mayoría de los casos no suele materializarse ni el encuentro ni el remate pero sé de un par de casos en los que se ha consumado el contacto y el remate, jamás revelaré el nombre del protagonista por respeto a esta pareja amiga y está mi palabra como garantía.



Para aquellos que queréis ser corneadores y me preguntáis cuáles son las virtudes que se deben tener para triunfar en esto. Yo siempre digo que la primera cualidad es que tengáis la suerte de que la esposa quiera, ella es la que casi siempre tiene la última palabra, además de tener la complicidad del marido consentidor y por supuesto algunas que otras cualidades, tampoco son tantas, D. Joaquín Luna en el siguiente párrafo que cito literalmente de su artículo, os puede guiar.

“Yo, modestia aparte, reunía algunas de las virtudes del perfil de saltimbanqui sexual requerido para este tipo de situaciones. Ni alto ni bajo, ni guapo ni feo y, sobre todo, un centrocampista muy disciplinado –algo así como Sergio Busquets–, incapaz de romper la regla de oro: no tomar la iniciativa y aún menos tratar de convertir en bilateral –y secreta– una relación abierta y libertina.”

Si Don Joaquín nos contara. Estoy en casi todo de acuerdo en las virtudes de ese tercero pero deberían ampliarse para la especialidad de este blog ya que no se trata de un simple trio HMH en donde el marido está de miranda o solo tiene una leve participación. Es decir, el tercero debe tener, sin perder en ningún momento la caballerosidad, una actitud un tanto dominante o activa con respecto al cornudo. Ya hablaremos sobre esto en otra futura entrada.

El periodista de La Vanguardia apunta la segura posibilidad de que algún lector de su columna se pueda escandalizar, normal, aún hay gente que todo lo relacionado a las nuevas fronteras del sexo le sorprende y no lo ve bien. En fin. Pero Luna apunta a este tipo de prácticas como un juego para salir de la rutina sexual del matrimonio: “Aunque el lector pueda escandalizarse, mi papel afianzaba esas parejas porque, llegados a ciertos desgaste, las parejas necesitan estímulos y más vale ampliar los límites de la convivencia que dinamitarlos”. Cierto, sin paliativos, y genial en su exposición.



En su columna, Luna hace referencia a la complicidad del marido. Qué bien vienen esos apuntes del cornudo para que la esposa lo pase fenomenal: “La tarea no es tan complicada y cuenta, además, con una ventaja impagable: la información privilegiada” que suele suministrar al marido en los contactos previos, antes y durante del momento mágico.

La columna termina con una inteligente reflexión que yo he comprobado en algunas ocasiones. Dice Luna: “Lo que nunca me ha quedado claro es si los hombres que disfrutan viendo a sus parejas con otro –un desconocido, un arrabalero, un forajido- lo hacen por generosidad –en gran parte sí- hacia ella o por un machismo paradójico: la poseo de tal manera que aviso a un saltimbanqui (léase corneador) llega, cumple o no, se viste y se va y ella sigue mi juego”.

Demoledor. Yo confío en que la esposa es la que tiene la última palabra, con esa autoridad discreta, a veces silenciosa, respecto a lo que pueda o no ocurrir.

Sin duda, hay muchos maridos que se presenta como cornudos consentidores pero en el fondo son unos putos manipuladores capaces de llevar a un extremo la relación con su esposa. No siempre se les descubre pero de ser así, recomiendo al corenador que pase directamente del tema si no lo ve claro. Disfrutará más cuando el cornudo lo haga por generosidad hacia su esposa. Ojo, cuando he leído lo de “machismo paradójico” me han entrado ganas de borrar el blog, no lo he hecho pero no lo descarto.

Espero que D. Joaquín Luna no se moleste por citar su columna en este blog. Os incluyo a continuación un enlace a la web de La Vanguardia en donde podéis encontrar sus artículos, incluido el que protagoniza esta entrada: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Y otros más de este gran periodista y escritor.


https://www.lavanguardia.com/autores/joaquin-luna.html

https://www.lavanguardia.com/cultura/20180617/45179256001/joaquin-luna-menuda-tropa-trayectoria-periodismo.html

Pero ya que hablamos de La Vanguardia no me puedo resistir, ya que visitáis su web no os perdáis lo siguiente, me refiero a la crónica “Cinco prácticas sexuales en pleno auge” de Silvia Colomé, sobre el Salón Erótico de Barcelona de 2015. Menos mal que no se ha retirado, y hacerme caso, ver el video de youtube.





“Alberto, me alegra que me digas que te gusta mi mujer” o ¿sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos?

Después de releer esta entrada y recordar las experiencias que he tenido con esta entrañable pareja decidí añadir al titular: ¿Sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos? Si solo hubiera dejado “me alegra que me digas que te gusta mi mujer” hubiera resultado demasiado simple y la relación que mantenemos los tres: la esposa, el cornudo y yo, no es nada simple.

Solo los que estáis muy metidos en este tipo de juegos entenderéis el significado de esta entrada pero confío que muchos de vosotros: corneadores y cornudos que estáis dando los primeros pasos, en unos años, seguro que entendéis el significado oculto que os pretendo trasmitir. Ojo, este no es un blog para todos los públicos, y no me refiero a personas adultas (doy por hecho que solo personas maduras y adultas pueden acceder a estos contenidos) si no para personas que siguen o practican este tipo de juegos sexuales, es decir, que ya están iniciadas en las relaciones complejas que pueden surgir. Tengo claro que somos una minoría y a esa minoría me dirijo. Aquí no hablamos de trios swingers o intercambios de parejas o de toys boys.


Antes de seguir, ¿sueñan los cornudos consentidores con toros mecánicos? Seguro que a alguien le suena la frase y es que me he permitido la licencia de tunear el título de la distópica novela de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) y que la mayoría habrá disfrutado en la libre adaptación cinematográfica que realizó el genial Ridley Scott, Blade Runner.

Philip K. Dick no pudo disfrutar del éxito de masas ya que murió en 1982, antes del estreno de Blade Runner, la cual pasó desapercibida en su estreno y que con el tiempo se convirtió en una película de culto.


Yo he tenido más suerte que Dick y he podido disfrutar del éxito con esta pareja. El marido, un cornudo consentidor de libro y encantado de serlo, ella una bellísima esposa, con unas curvas de catálogo y con una soltura que le permiten alcanzar altas cotas en la humillación sexual de su marido cuando les acompaña un tercero. Hemos disfrutado del sexo pero también de charlas profundas sobre el placer, el juego sexual, etc. Y claro, también hemos disfrutando haciendo las mil y unas al cornudo consentidor. ¿Recuerdas aquella lluvia, Luis? Abajo veréis los enlaces a anteriores entradas de esta pareja en las que podéis entender algunas de las dudas que os surjan cuando leáis esta entrada.

Incluyo a continuación el último correo que Luisito me envió. No quito ni añado nada. Solo espero que el lector y la lectora atenta saquen sus conclusiones.




¡Hola Alberto: 

Me alegra que me digas que te gusta mi mujer, es una satisfacción. ¡Y es cierto que se suelta a gusto contigo! Eso es que se siente a gusto y segura. Y que se pone cachonda también, claro. El morreo es algo muy íntimo, y me parece una estupenda humillación que entres hasta la cocina, que ya empieces profanando así el vínculo de la pareja
(La esposa de Luis y yo, disfrutamos mucho morreándonos a fondo, lentamente, con humedad, delante de él y en público, Luis dice que es un escándalo pero nos ponen los previos, a ella y a mí).


Creo también que todas las mujeres tienen su “punto”, y me imagino ese placer adicional que te aporta follarte a mujeres casadas, debe ser maravillosa esa sensación de superioridad sobre un marido cornudo como yo. Los cuernos no consentidos también tienen su atractivo, el “hombrecito” ignorante, burlado, que tiene al lado una mujer que ha abierto sus piernas a otro más bravo que él.


Y al hilo de esto aprovecho para contarte los primeros cuernos de los que tuve conciencia, que no fueron consentidos: se trataba de mi primer “coñito”, habíamos estado de cañas un grupo de amigos y al final, uno que andaba de rodríguez y que era algo mayor que nosotros nos invitó a su casa a seguir bebiendo.



Al cabo de un rato mi mujer dijo que tenía sueño y él le ofreció una cama para dormir un rato. Unos minutos después él también se fue a dormir y me dejó unas revistas porno para que me entretuviera, “salen pollas y todo”, me dijo al despedirse. Pasado un ratillo fui a ver a mi mujer, que me recibió con risitas, pero en seguida me dijo que la dejara dormir. Yo seguí con mis revistas, oí algún ruido de puertas y pensé que nuestro amigo se habría levantado a mear. Así quedó la cosa, pero pasado un tiempo acabé cayendo en la cuenta de que la polla de nuestro amigo no había ido al baño, sino que había acabado ensartada en el coño de mi mujer para regocijo de ambos. Se ve que lo habían estado tramando.

Cuando me percaté me molestó, pero andando el tiempo me pone cachondo recordarlo, y creo que tengo esos cuernos merecidos por pardillo y por incapaz de atender a una mujer como se debe. Aplaudo la osadía de ese tío, que tiene los cojones que yo no tengo, y seguro que una polla de verdad. Me alegro por mi mujer, por él y les agradezco mis cuernos. ¿Qué te parece? (En una de las últimas charlas, le pregunté a Luisito sobre como habían sido sus inicios como cornudo y si había sido consentidor desde el primero momento, de ahí su testimonio)

Lo de solo tres coñitos es más por acojono que por fidelidad, pero por supuesto que seré fiel contigo, que ya hay muchas confidencias... como mi reconocimiento de que la Madre Naturaleza me ha asignado esta posición ridícula e inferior ante hombres de verdad como tú. Asumido tu derecho a humillarme y descojonarte de mi, ponme de rodillas, haz que te lama el culo y lo que te dé la real gana. Asumo también tu derecho a hacerlo delante de otros hombres y mujeres si eso te divierte. 

Y a ver si vamos cerrando fechas. Saludos de tu cornudo. 



Hola, Luisito.

Sí, tu mujer me encanta… la veo tan suelta conmigo cuando está delante de ti que me pone aún más cachondo y luego esos tetones que tiene y no veas como come la boca. Es maravillosa. Para mí, toda mujer es bella y susceptible de holgar con ella, en todas encuentro un punto de admiración sexual pero siempre que son casadas y saben sus maridos que follan conmigo, el placer se amplia.

No me cabe la menor duda de que serás un bufón genial para servir a la reina y a su amante. Cabrón. Te aseguro que en nuestro próximo encuentro ya no me voy a cortar y seguro que te pongo de rodillas, vas a relamer muchas cosas mientras me como la boca de tu esposa.

Cerramos fechas?

Alberto.




A continuación el enlace que os pondrá en situación.

Me gusta ver a mi mujer con un tío como tú. El origen: “Se la metiste a mi esposa como te dio la gana…”

César, marido cornudo consentidor (2ª entrega): "Ya no había vuelta atrás, otro hombre se estaba cojiendo a mi esposa y yo, escondido, lo estaba contemplando todo”

A la vista de algunos comentarios que habéis publicado en la anterior entrada - César, marido cornudo consentidor: "Desde que mi esposa tiene amante yo soy el que lava sus tanguitas"-, nuestro amigo César quiere puntualizar algunos hechos de su primera experiencia y dar algún detalle del encuentro de Pompi, su esposa, con su amante, en su casa y en la cama del matrimonio. A continuación tenéis el testimonio.
No lo dejo para después, esta pareja amiga es de Argentina y están abiertos a conocer amigos corneadores. Me consta que algún chavalote de España se lo montó muy bien y de no ser por la distancia seguro que habría sido uno de los nuevos amantes de Pompi. Si queréis contactar con ellos, en los comentarios que publiquéis, especificar vuestro correo electrónico (no público números de teléfono)
Por cierto, disfrutar de la visión de Pompi, una belleza argentina con unas curvas que vuelven loco a cualquiera.



César aclara
Hola a todas las lectoras y lectores del blog de Alberto Toro. Pompi y yo (el cornudo) queremos agradecerles sus comentarios a la entrada que publicó nuestro amigo Alberto. Tengo que decirles que a mi esposa le ha encantado leer todas sus aportaciones y le hubiera gustado responder a todas ellas en persona, pena que la distancia sea un impedimento, somos de Argentina.
A Ignacio, gracias especiales por tus comentarios, te aseguro que voy a poner en práctica los consejos que me envías.
Ante algunas dudas que han tenido ustedes, el amigo Alberto me permite escribir unas aclaraciones del primer encuentro de mi esposa con su amante en nuestra casa y en nuestra cama.


Como ya les comenté en la anterior entrada, el amante de mi esposa tenía mucho miedo de hacerlo en nuestra casa, por si les pillaba… La cita fue a las 23 horas y mi mujer apagó todas las luces de nuestra casa menos las de nuestra habitación. Yo estaba escondido afuera, mirando a través de la ventana en la que pusimos una cortina trasparente y desde fuera se podía presenciar todo lo que ocurría. Mi esposa, Pompi, llevó de la mano a su amante a nuestra habitación. Ella llevaba un vestidito corto y tacos bien altos, una tanguita diminuta que yo le había comprado esa misma tarde, pintadita, aros grandes y bien depiladita. De todos los detalles, incluida la depilación, me ocupé yo, no quería que nada se pasara por alto y quería que mi esposa y yo nos luciéramos en nuestra primera cornada.


Nada más entrar en la habitación mi esposa echó la llave y empezaron a besarse. Les comento que jamás podré olvidar esa manera de comerse la boca, purita pasión. Fue un momento mágico, el primer contacto en la intimidad ya que ambos conocían sus cuerpos por las imágenes que habían intercambiado. Mi esposa le quiso tocar la pija a su amante pero no se lo permitió, la hizo dar una vueltita para mirarla toda, ponerla contra la pared y detenerse mirándole la cola, con la tanguita supermetida. Su amante sacó su pija y se la restregaba por detrás. Estaban muy calientes y se puso de rodillas para besarla toda por detrás. Mi esposa estaba excitada al extremo, la llevó al borde de la cama y le quitó el vestidito corto, la puso a cuatro patitas arriba de la cama para que le chupara la pija mientras se miraban en un espejo grande que tenemos en la habitación. Su amante le quitó el tanguita, los tacos… se desvistieron completamente. (El tanguita y el vestido de las fotos son los que Pompi llevó en este encuentro con su amante)
Pude oír como le decía a mi esposa: “Tu esposo te hace el amor, yo te voy a coger putita”. La sonrisa en la cara de Pompi no desaparecía, se acostó, abrió sus piernas y empezó a recibir lo que queríamos los dos, una pija más grande que la mía. Apenas le penetró pude escuchar un gemido de placer de mi esposa, fue fantástico. Ya no había vuelta atrás, otro hombre se estaba cojiendo a mi esposa y yo, escondido, lo estaba contemplando todo.
Mi esposa se daba la vuelta a las indicaciones de su amante, le acariciaba, le chupaba la pija. El la chupaba la conchita, la guió para que se pusiera a cuatro y se la mandó hasta el fondo para después tirar de su pelo mientras la cojia muy fuerte. El amante estaba callado, solo gemía, pero mi esposa le decía, “más, más, más fuerte papito”. Fueron minutos de intensa pasión para ellos y para mí. Fui testigo de una faceta de mi esposa que desconocía, la de una mujer pasional y amante del sexo sin tapujos. Poses varias, quejidos y gemidos.


La pose que más me gustó fue cuando mi esposa levantó una pierna y pasó la otra entre las piernas de sus amantes, lo que facilitaba que su amante se metiera bien dentro. Mi esposa disfrutaba con esa pija dura, bien caliente y llena de leche para ella. Pompi le dijo, muy excitada, que le hiciera acabar a lo que su amante respondió como un verdadero macho. Mi esposa vibraba como nunca. Jamás había tenido esa visión, solo en mi mente, pero no real como aquello. “Dale papito, papito…. Aaaaaaaaaahhhhhhh”. Su amante sacó la pija de ella, se quitó el preservativo, dio la vuelta a mi mujer y le echó toda la leche en su cola. Me sorprendió lo espesa que era. El amante no se entretuvo, saltó de la cama, se vistió y salió pitando, el miedo a que yo estuviera a punto de llegar, le pudo.


Salió el amante y entré yo. No dije ni una sola palabra, solo me puse a relamer y limpiar de leche la cola de Pompi. Fue una sensación placentera, mi esposa en nuestra cama después de estar con su amante y yo disfrutando de la leche de su amante mientras mi cabeza procesaba todo lo que ocurría. Era nuestra primera vez.  Les mando una fotito del vestidito y la tanguita y vaya para todos ustedes los besitos de pompi!!!

Si tenéis cualquier otra duda, mis queridos lectores, podéis hacer las preguntas a César o Pompi en vuestros comentarios. A continuación el enlace a su primera entrada del blog.


César, marido cornudo consentidor: "Desde que mi esposa tiene amante yo soy el que lava sus tanguitas"



 


César, marido cornudo consentidor: "Desde que mi esposa tiene amante yo soy el que lava sus tanguitas"

Hola Alberto.
Somos Pompy y César, hace algún tiempo decidimos ser una pareja abierta. Me costó convencer a mi esposa para que tuviese un amante, digo que me costó aunque creo que ella tenía claro el paso que iba a dar pero no lo hizo de primeras, jugó conmigo. El esfuerzo tuvo su recompensa y a través de una red social mi esposa recibió una solicitud de amistad, no fue nada premeditado, eso me dijo, lo cierto es que me confesó que ese hombre le gustaba como amante. Desde entonces, este tipo juega a cornearme y mi esposa le ha hecho creer que yo soy desconocedor de su relación pero lo cierto es que con su complicidad, conozco hasta el último detalle.


Yo disfruto muchísimo preparando a mi esposa para sus citas, le compro ropa sexy, le doy consejos de cómo comportarse con su amante.


Siempre hay una primera vez, esa vez fue en mi casa, en mi cama. Mi esposa le hizo creer que yo estaba de viaje y aunque le costó convencer para que viniera a nuestra casa, el amigo temía que yo pudiera aparecer, le quitó los miedos y lo consiguió. Yo estaba escondido pero tenía acceso a casi todas las escenas. Te puedo decir que esos 30 minutos en los que estuvieron en nuestra cama fueron los más excitantes de mi vida, escondido disfrutaba viendo, oyendo y para mi esposa, te aseguro, que también fueron de una excitación suprema, no había más que verla y como gemía de placer al comerse la pija de su amante.


En otras ocasiones mi esposa va a cenar a casa de su amante. Yo espero en casa, inquieto pero con ganas de que llegue toda manchadita de la leche de su papito. Papito, así es como le llama mientras se la coge.


Desde que tiene amante yo soy el que le lava sus tanguitas y me encargo de comprarle nuevos modelitos para que no repita en sus citas y vaya guapa y sexy. Disfruto mucho cuando voy a comprar sus tanguitas.


Nos gustaría leer muchos comentarios de tus lectores, desde aquí les mandamos un fuerte abrazo. Mi esposa, Pompy, me ha insistido en que les diga a tus lectores que le encanta posar sexy para fotos, que es adicta al sexo oral tanto darlo como recibirlo y que le den muchos, muchos besitos. 
Alberto, de nuevo darte las gracias por dejarnos aparecer en tu blog y por decirles a tus lectores que nos gustaría conocer gente linda, como usted, nos encantaría conocer nuevos corneadores y parejas para que mi esposa amplíe el círculo de amistades. Yo soy totalmente consentidor y consentidor, eso sí, estaré presente en esos momentos como fotógrafo de mi esposa, a ella le encanta posar. 


Alberto Toro: Pompy, César, gracias a ustedes por su confianza y complicidad. Así que amigos, espero que comenten ya que César, como buen cornudo, me ha prometido más imágenes de su esposa si la respuesta es positiva.
Aprovecho para comentaros, a los que queráis contactar con esta pareja amiga. No puedo publicar comentarios de perfil anónimos en los que dais números de celulares, direcciones mail, etc. Solo los publico de lectores registrados en el blog.
Saludos cordiales. 
Alberto Toro


Disfruto sintiéndome un cornudo, estoy deseando que ella me humille con alguien mejor que yo

Un viejo amigo me manda noticias sobre el estado de su cornudez. También me envía algunas imágenes de su bellísima esposa. Su deseo es ser un cornudo pero eso sí con un corneador de categoría, no con cualquiera, puede que se esté refiriendo a ti, mi querido lector.



A este amigo solo le puedo decir que cuidado con los deseos ya que a veces se cumplen y tras nuestra última charla, creo que está apunto de conseguirlo. Aquí su correo.

Un gusto en saludarle sr. Toro.

Aquí le escribo de nuevo como un fiel y fanático seguidor de su blog. La razón de mi correo es para hacer pública mi fantasía que cada día se vuelve más loca. Recordará que hace algunos meses le escribí mostrando mi deseo de ver a mi esposa gozando y gimiendo en brazos de un macho alfa, mejor dotado y mejor amante que yo. Cada día mi deseo lo veo más de cerca de ver cumplido, Le digo esto porque mi esposa está entrando en el juego. Ella es muy caliente y no queda satisfecha cuando le hago el amor, y no hace falta que lo note, ella misma se encarga de decírmelo y reírse de mi tamaño.
Ella quiere más, así me lo dice, y cada día veo como se muestra más sexy, como se acicala pero no para mí.



Por mi parte, como le digo sr. Toro, mi fantasía va cada vez más lejos. Siento un placer especial cuando miran a mi esposa y noto en los ojos de esos machos su deseo. Disfruto sintiéndome un cornudo. Estoy deseando que ella me humille con alguien mejor que yo, más fuerte y con un pene más grande que el mío, en definitiva con un hombre más hombre que yo.
Mi esposa ya no me oculta el interés que despierta en sus compañeros de trabajo y entre sus jefes. Me da los detalles y me explica como son esos tipos que no pierden la ocasión para intentar tener sexo con ella. Mi esposa les dice que está casada pero que esto no es un impedimento y eso a mí me vuelve loco, de placer.



Le envío algunos fotos de ella. A mí me encanta verla en su blog e imaginar los deseos que puede despertar y a ella cada día le gusta más verse en él.
Le agradezco sus consejos y espero darle pronto buenas noticias.



El momento mágico en el que una esposa accede a dar el paso y con el tiempo supera al marido en soltura cornuda cuckold

Una de las muchas reflexiones que me he planteado desde que sigo con este humilde blog, es el momento en el que una esposa ante las inquietudes sexuales cornudas de su marido se plantea dar el paso y accede a llevarlo a cabo.

Es uno de los momentos más cómplices de una pareja, sin duda, pero también una puerta que se abre a un futuro desconocido y que en muchos casos se abre a un carrusel de color. Es normal la duda, el temor al cambio, plantearse otro tipo de infidelidad que tampoco se le puede definir así ya que es una decisión consensuada por la pareja y, desde luego, una prueba de libertad, especialmente para la esposa a la hora de acceder a nuevas experiencias que serán fuente de placer.

Obviamente, cuando la pareja elige al corneador adecuado, un caballero de ley, la garantía de éxito es amplia pero si se tiene mala suerte y se elige a un inútil o a un maleducado o a un niñato sin experiencia puede echarse al traste todo lo trabajado por el cornudo.

De esa primera experiencia depende que el futuro esté lleno de aventuras satisfactorias que enriquezcan la vida sexual del matrimonio, especialmente de la esposa, o que se vuelva a la rutina y en el mejor de los casos a la casilla de salida para seguir intentándolo.

Aprovecho lo anterior para mostraros, a petición de sus protagonistas, unas escenas cornas de una pareja que se encuentra al otro lado del Atlántico.

Antes que nada, os pido por favor que no os corteis (dentro de un orden) y que deis vuestra opinión sobre los tres protagonistas.

Os hago un breve resumen. Es una pareja, llevan mucho tiempo juntos. Ella siempre ha sido una mujer muy activa en lo sexual y no puso demasiadas pegas a la hora de permitir que un tercero entrase en sus juegos.

Que es una esposa abierta lo prueba el inmenso pepino que se introduce en un previo a la llegada del corneador.

A través de mis comentarios podéis revisar el juego corno que se traen esta pareja. Ella los prefiere negros.

El amigo cornudo en concreto me escribió el siguiente correo:

Hola Alberto, disfruto mucho de tu blog de cornudos. Te cuento, soy cornudo de XXXX. Desde que empezamos en estos juegos suelo tomar fotos a mi esposa cuando se encuentra con algún amigo. Ella también me graba y en situaciones no del todo muy dignas para mí.

Mi amada putiesposa es especialista en negros. Le encantan. Si tenemos la suerte de dar con un caballero potente, bien armado y sabiendo manejar… mi esposa lo disfruta al máximo y yo feliz con verlo. Ojo, aunque su predilección son los chicos negros mi esposa no desprecia otros tamaños sean de donde sean y a veces para entonarse y ponerme en evidencia utiliza otros elementos para darse gusto.

Lo cierto es que desde que empezamos hasta ahora ella ha evolucionado a una apertura sexual completa, y eso que al principio no quería. Ahora soy un puto cornudo sumiso, me excita delante de su macho de turno pero no me deja tocarla y lo más humillante: me ha convertido en un cornudo maricón como podrás comprobar en el video. Tampoco me deja participar en sus juegos y si insisto me pone la condición de ponerme sus panties, contonearme como una putita delante de ellos y mamar a su macho. No veas las carcajadas que sueltan ambos cuando me arrodillo y….

Espero que publiques lo que te envío. Fue con un amigo que ya es íntimo de mi esposa. Puedes ver la soltura de ambos y mi actitud de marido-putita.

Por último Alberto me gustaría pedirte un favor y es que me pusieras en contacto con otros cornudos. Pero no aspirantes a cornudos si no que ya lo sean. En este tipo de juegos hay muchos que hablan de esto sin saber…

Tu admirado Max, el cornudo maricón.


Lo que tu digas amigo. Si quereis contactar, publicar comentario para que os contacte. Y ahora vamos a comentar y ver la sesión que nos envía el amigo. Antes de cada imagen, extraigo las anotaciones del cornudo:

"Mi esposa nunca se quita los tacones durante el juego. Supongo que forma parte de sus artes de seducción. Una vez desnuda, el amigo negro espera con su sable inhiesto a que ella se rinda en una mamada. No veais la cara de satisfacción que pone cuando ve el cipote."



"Por delante, por detrás… Esto último es una de sus especialidades, a mí nunca me lo hizo pero al negro le come los huevos por detrás y se entretiene en el culo del muchacho. Luego me dice que es para motivarle más."



"No sé si lo dice para humillarme más pero cuando termina de comerle el culo es cuando a veces me besa en la boca."



"Antes de que empiece el festival, mi esposa exige mi parte que no es otra que le coma el rabo al corneador para ponerle a tono. Si no lo hago ya puedo despedirme y salir de la habitación. He encontrado un placer singular en ese momento, soy un cornudo maricón."



A veces las braguitas de mi esposa son tan ajustadas que aprietan mi pollita. Lejos de torturarme, encuentro un placer especial. Creo que el grado máximo de cornudo sumiso es cuando te fumas el puro del corneador. Yo no decido cuando parar de tragar, son ellos lo que me indican el camino a seguir o el macho me retira la cabeza y mira a mi esposa... Es entonces cuando empieza el festival.



"Os aseguro que cuando empiezan las cachetadas estoy tan caliente que me cuesta reprimirme. Es una sensación mágica. Yo me esmero en pajearme y no molestar más de la cuenta, lo importante es que mi esposa disfrute."


"Por supuesto el mamporreo forma parte del rito. Es una de las partes que más me gustan. Templar la mirada y seguir el ritmo del mete-saca del negro para acompasarme a él. Primero, abrir los carrillos del culo de mi esposa y sentir ese aroma. Luego, comprobar que el rabo del negro entra sin problema, con ritmo y a continuación, agarrarle por el arranque para sentir esa unión mágica entre los tres. Es maravilloso, Alberto."



Mi esposa disfruta tanto que a veces cuando el negro se vacía, ella tiene que seguir con algún accesorio. Ya me gustaría a mí poder atenderla pero después de como la folla el negro, no le vale cualquier cosa. Tiene el listón demasiado alto para mí, así que ya sé el papel que me espera.
Si te voy hacer una confesión Alberto. Mi esposa, al principio, no era tan suelta pero ahora lo disfruta tanto que a veces se me pasa por la cabeza que sus primeras negativas eran puro pose, ella siempre supo que yo era un puticornudo.

















“Ácido con ponche lisérgico” en el que entre otros hechos, una chica se lanza con tres ángeles del infierno ante el silencio participativo del ex marido. En homenaje a Tom Wolfe

Soy un ferviente admirador de Tom Wolfe, del personaje, de su obra, de sus respuestas a las numerosas entrevistas que en los últimos treinta años concedió. Tom Wolfe, uno de los descubridores del nuevo, hoy antiguo, periodismo.

En estos días nos enteramos de su muerte y pronto veremos en las estanterías de las librerías reediciones de su magnífica obra.


Tengo que reconocer que la primera vez que leí, casi por obligación, una novela de Wolfe tenía todos los prejuicios que tenemos a determinadas edades. Bastó leer los primeros párrafos para devorar capítulo tras capítulo la singular historia de Sherman McCoy, un capullo que está en la cumbre y que por su amante y un inesperado golpe de mala suerte, pierde todo y cae al vacío. Me refiero a “La Hoguera de las Vanidades” (1987). Quizás una de las novelas más importantes del siglo XX.
Supe entonces que Wolfe tenía otras novelas, ensayos, reportajes… narrados desde un prisma diferente y que se vino a llamar el “nuevo periodismo”. Nuevo, como decía antes, que se ha convertido en viejo por culpa de esto de las redes sociales, los blogs y demás pollas en vinagre, todos (hasta yo) podemos ser cronistas, opinadores y juntaletras de la realidad. Malos tiempos para el periodismo profesional. 
No me voy a extender más. Desde aquí quiero dejar por escrito mi admiración y respeto por este magnífico periodista-escritor, TOM WOLFE. Descanse en paz, maestro.
Eso sí, os recomiendo (humildemente) que os detengáis en alguna de sus obras.


Sin apartarme de la especialidad del blog, no dejéis escapar “Ácido con ponche lisérgico” (1968) No sé si decir que es una novela que narra hechos reales o un reportaje río en el que su autor pone por escrito la experiencia directa, desde dentro, de un grupo de chalados que con sus excesos de drogas de la época, especialmente LSD, realizan un viaje iniciático a través de los Estados Unidos en los años sesenta. 
Y diréis, mis queridos cabrones, y esto a qué viene. Pues viene porque el maestro Wolfe narra con una maestría máxima un hecho, al que hoy podríamos definir como bukake, la experiencia de una pareja, especialmente de la esposa, con toda esa patrulla y especialmente con algunos ángeles del infierno que se unieron a la fiesta de una noche en la que el LSD era el protagonista.

Capítulo XIII - Los ángeles del infierno

...Déjate llevar por la corriente…, y qué corriente… Aquellos tipos, aquellos bromistas… En concentraciones tumultuarias como aquella los ángeles del infierno solían poner en práctica otro número titulado ¿A quién se van a follar? Y la cosa aún no había llegado a eso cuando una rubia de fuera de La Honda, una invitada llegada de lejos, una jovencita bonita y melosa y tierna, todo un manojo de hormonas, hizo saber a tres ángeles que estaba dispuesta, y los cuatro se encaminaron hacia el cobertizo y se entregaron a un feliz y avenido regodeo. Pronto se enteraron los demás ángeles de la existencia de aquella “nueva mamaíta” (nota del traductor, en la jerga de los ángeles del infierno, mujer que pertenece al grupo y que es promiscua sexualmente con ellos) y al poco un buen número de ellos se había amontonado ante la puerta… 
La chica, con el vestido rojo y blanco hecho un ovillo a la altura del pecho, tenía dos o tres ángeles encima de ella, entre las piernas, sentados sobre su cara… en la morbosa luz ocre del cobertizo, en medio de un trajín de lengüetadas y ojos lascivos y gorgoteos y sobertones y frondas de vello público, y el sudor y el semen le brillaban sobre las zonas cruciales del vientre y muslos, y se retorcía y gemía, no en señal de protesta sino en una suerte de ebrio acceso de sólo Dios sabía qué, mientras hombres sin pantalones estaban de pie a su alrededor, jaleando, reprobando, esperando su turno, o su segundo turno, o su tercer turno…, hasta ser penetrada por lugares diversos unas cincuenta veces como mínimo…


Bueno, no sigo porque a ver si me van a reclamar derechos de autor. El caso es que este episodio termina cuando unos cuantos ángeles van a buscar al ex marido de la protagonista. Le encuentran por ahí pérdido, puesto de LSD y lo llevan al cobertizo y le invitan a que también goce del momento. Wolfe subraya el silencio que se produce entre todos aquellos cabrones, la chica y el marido, incluso alguien llega a decir que la cosa ha ido demasiado lejos, pero la chica se arranca a comer la boca al marido con todas las señales que habían dejado los demás y el marido termina lo que otros habían dejado a medias mientras con un placer especial los ángeles le jalean… 
Me quedo con el grado de canchodez de la amiga y como surge esa complicidad entre ella y los tres ángeles del infierno para luego seguir en una orgía…. Ufff los años sesenta eran tiempos peligrosos. Y qué me decís de la reacción del ex marido. 
Y os dejo una última reflexión. En estos momentos que vivimos, ¿Tom Wolfe se hubiera atrevido a narrar aquel hecho o hubiera sido políticamente correcto y no lo hubiera incluido en su reportaje?
Os recomiendo la lectura completa de “Ácido con ponche lisérgico” y el resto de la obra de Tom Wolfe.

Y dejo también una pregunta. Una vez que el corneador de turno y la esposa terminan su happening, ¿es conveniente que el marido participe en la fiesta? Y en caso de que participe, ¿el corneador debe jalearle por su participación?




Día de los Enamorados: La contradicción sexual de una esposa puede ser una humillación maravillosa para un marido cornudo

El 14 de febrero es ya una tradición en el blog. Me refiero a publicar en fechas próximas al Día de San Valentín, también conocido por el marquetiniano nombre de “Día de los Enamorados”, una entrada sobre este acontecimiento comercial relacionada con los juegos de pareja cornos o cuckold.
No voy hacer referencia a esas parejas que le ponen un poco de picante a ese Día y en lugar de hacerse una nueva declaración de amor e intercambiar regalos materiales, prefieren dar rienda suelta a sus deseos sexuales más ocultos y llevan a la práctica alguno de ellos con la excusa de San Valentín.
Por cierto, tengo información de algunas prácticas de parejas que casi todo el año llevan una vida sexual convencional que aprovechan estos días para sorprenderse a ellos mismos, realizar algo que solo queda entre ellos y que podría escandalizar al lector o lectora más experimentado de este humilde blog. Pero ya hablaré de ello algún día siempre y cuando me lo permitan sus protagonistas. 
Hoy me voy a referir a la generosidad que debe ser una constante en las parejas y matrimonios bien avenidos. Y cuando me refiero a generosidad lo hago al grado máximo y que debería ocupar un lugar protagonista en estos días de y para los enamorados. ¿Hay acto más generoso de un marido o novio que animar a su esposa a tener sexo con terceros y que esto suponga una complicidad y unión mayor en la pareja? Pues lo habrá, seguramente, pero este acto de un marido cornudo que anima a que su esposa se folle a otro tipo es uno de los más generosos y si no que se lo pregunten a alguna lectora de este blog. 
Y bien, si consideramos ese acto del marido como algo generoso fruto de su amor y que quiere lo mejor para ella, sería conveniente que la esposa, en otro acto de generosidad, no le pusiera pegas a la hora de responder al marido para llevarlo a la práctica. 
No me enrollo. La esposa debe entender que si el marido le propone un trío sexual con otro hombre o algo más fuerte como una práctica corna, ella debe ser generosa y darle una respuesta afirmativa en igual medida que la actitud del marido aunque al principio cueste entenderlo. Si eligen un buen corneador ella lo pasará genial y el marido quedará satisfecho.



Para esta entrada he elegido varias imágenes, las he bajado de una página web de imágenes porno amateur. En la imagen anterior vemos a la izquierda a un marido, fuera del lecho conyugal, observando al corneador retirándose después de darlo todo, y nunca mejor dicho, y la esposa se queda paralizada por el placer y el lógico cansancio tras el esfuerzo. Estoy convencido que el marido, después de ese instante, se apresuró a abrazar a su esposa y a la vez reconocer al corneador su actuación mostrándole su sincero agradecimiento por lo bien que se ha empleado con su chica.
Por cierto, es increíble el poderío de este orondo negro después de llevar al clímax a la blanquita esposa. Qué pena que no se pueda ver la cara del cornudo. 
Me tenéis que reconocer que esta imagen vale más que mil palabras para ilustrar un juego cuckold.
Concluyo con otra reflexión, para un cornudo consentidor y sumiso es más fácil llegar al clímax en este tipo de juegos si el corneador además de ser un hombre de carácter y sabiendo estar, es la antítesis de él. Es decir, si el marido es flaco que el corneador sea un gordo potente (como el de la foto) sí es rubio que el amigo sea moreno, y si es joven que el corneador sea un madurito experimentado. 
Algún cornudo me ha confesado el inmenso placer que le ha supuesto ver como otro tío, peor que él en muchos aspectos incluso físicos, se ha tirado a su esposa en su presencia y ha comprobado como su esposa disfrutaba de lo lindo. La contradicción sexual de una esposa puede ser una humillación maravillosa para un marido cornudo. 
Para finalizar incluyo otro par de fotos, también descargadas de la citada página, con una práctica que estuvo muy de moda y ahora que vivimos el imperio del selfie es muy común entre parejas ardientes.


Qué feliz puedes hacer a tu marido cornudo si le envías en estos días una foto como las dos que van a continuación y le das la sorpresa mostrando triangulito abierto con el siguiente mensaje: 

“Hoy es el Día de los Enamorados, mi amor, y te envío esta foto para ti pero para que también se la envíes a ese amigo del que me has hablado y con el que te apetece que hagamos un trío. Ya me dirás que opina tu amigo. Por cierto, si me gusta mucho quiero que al principio nos dejes a solas para que vayamos cogiendo confianza. Seguro que no te importa, cabrón.”


“A mí me gustan mayores, que no me quepa en la boca”

Es algo más que una moda o una tendencia. El hecho de que las parejas incluyan entre sus fantasías las prácticas cornudas “consentidas” es una realidad, sin paliativos. Que para muchas parejas la presencia real o irreal de un tercero es uno de los recursos más habituales, es prueba de ello. Y las estadísticas, los comentarios, las canciones, los contenidos velados o no en películas, series de televisión, entre otras razones, así lo demuestra.


Seguro que muchos de vosotros conocéis el tema: “mayores”. Lo canta Becky G: cantante, compositora, rapera, actriz y modelo estadounidense con ascendencia mexicana (y como siempre digo, VIVA MÉXICO) Es probable que el tema hubiera pasado desapercibido para la mayoría de los mortales aunque la niña lo canta e interpreta a la perfección y su letra puede escandalizar a más de un sepulcro blanqueado. Sin embargo, la crítica o la prohibición de la canción en algunas televisiones han servido de amplificador para que todos sepamos de “mayores”.

Pero amigos como podréis confirmar cuando veais el video, aparece un tercero y el novio o esposo, aunque lo rechace en un principio, termina aceptando el hecho, lo consiente e incluso espere a su chica abajo, en el coche, después de una sesión con un tercero, el amigo mayor y caballero.

Seguro que muchos de vosotros habéis disfrutado de la experiencia de quedar con el matrimonio en el bar de abajo. Después de saludar al marido, la esposa y tú, os habéis subido al apartamento. Habeis echado un rato y al terminar ella ha llamado al marido para decirle que había finalizado y que fuera a recogerla. Colofón ideal para un encuentro cornudo.

Y lo que siempre digo, el marido o el novio cornudo pueden ser unos tipos sobresalientes en todos los sentidos y el amigo corneador estar por debajo del marido o incluso ser mayor o madurito. Es quizás ahí, cuando el cornudo puede sentir un placer especial, ver como su esposa prefiere guarrear con un tipo peor que él. Por cierto, esta táctica bien planteada por la esposa o novia puede poner en su sitio a algún maridito egocéntrico.

Ahora el video: “A mí me gustan mayores” (Cierto, Becky, suelen tener más experiencia y son más caballeros) “Que no me quepan en la boca”, cierto también y es que los mayores suelen tener con la edad un cipote más consistente, con los años todo se hace más grande.

Todos, especialmente los mayores, estamos ya enamorados de Becky G. Aunque te quedes con nuestra cartera.



Alberto: "Yo sería feliz viendo como mi esposa disfruta y encontrando a un amigo cómplice que le supiera dar lo que yo ya no puedo y me encantaría comerme el rabo del tío y probar la leche de semental"

Hola Alberto.

Soy un hombre de cuarenta y un años, mi nombre es XXXXX. Desde hace veinte años tengo una relación con una mujer de igual edad que la mía. Estamos casados y hemos formado una familia.

Desde la primera vez que tuvimos sexo siempre me ha excitado la idea de ver como folla con otro tio. La idea de ver como otro hombre la hace disfrutar me pone cachondo. Pero Alberto, nunca he tenido el valor de decírselo abiertamente, de plantearle la idea y llevarla a cabo.

Mi esposa, a pesar de dos embarazos, está de muy buen ver. Observo y disfruto en silencio como otros hombres la miran cuando pasa. Tiene un par de tetas de escándalo, un cuerpo redondeado y una cara preciosa. Me encantan esos momentos cuando algún hombre para su mirada en mi esposa sin importarle que esté yo delante.



A mi esposa le encanta follar. En estos veinte años de relación no ha perdido sus ganas de sexo en ningún momento. Es multiorgásmica, cuando le llega el primer orgasmo su cuerpo es una catarata. Es capaz de estar corriéndose durante horas. Estoy convencido, viendo como disfruta del sexo conmigo, que con otros hombres lo disfrutaría más y mejor.

Te explico lo anterior. A pesar de su afición por el folleteo y de mostrarse siempre dispuesta, desde hace ya algunos años a penas lo hacemos. Tres o cuatro veces al mes, como mucho, pero no es su culpa, yo soy responsable de que nuestra vida sexual se esté apagando.

Alberto, para mi es una presión enorme intentar satisfacerla. Como te he dicho antes, mi esposa es capaz de estar recibiendo mambo durante horas, es incansable, y yo sé que no puedo, no estoy a su altura. Ella, que es un cielo, me dice que no me obsesione que está plenamente satisfecha en la cama. Yo sé que no es verdad.

En los últimos años cada vez recurro menos a la penetración aunque a ella le gusta que me corra bien dentro. Alberto, a veces ni me empalmo, mi sexo con ella no pasa de comerle el chocho durante todo el tiempo que puedo y mis manos que son las que han sustituido a mi polla.

Esto me jode, porque ella es una mujer en plenitud sexual y soy consciente de los placeres que se está perdiendo, placeres que yo no puedo darle. Yo prefiero hacerme pajas. Además, mi polla ahora es pollita, cada vez la veo más pequeña.

Nuestra vida en pareja, a parte del sexo, es fantástica. Soy plenamente feliz con ella a mi lado y con la familia que hemos formado pero nuestra vida sexual no es buena.

Quiero a mi mujer, Alberto, y sé lo que ella disfrutaría con un buen macho que tuviera una gran polla, no como la mía. Me gustaría verla gemir de placer cuando un verdadero hombre la haga sentir el placer, sin miedos. Ella es aún muy joven y quiero la desahoguen en el sexo, no quiero que ella se lo pierda.



Yo sería feliz viendo como disfruta y encontrando a un amigo cómplice que la supiera dar lo que yo ya no puedo y me encantaría comerme el rabo del tío y probar la leche de semental. Sería feliz si me quitara de encima la presión de dejarla satisfecha en el sexo.

Estoy convencido que si lo llevaramos a cabo nuestra vida sexual volvería a recuperar la vitalidad que hemos perdido y también contribuiría a mejorar una relación de pareja que ahora es fantástica.

Pero Alberto, a ver como se lo explico a mi mujer. Ahí está la clave, no sé si sería capaz.

No quiero aburrirte demasiado, un abrazo y felicidades por tu blog que tanto nos ayuda los que aspiramos ser cornudos consentidores.

XXXXX

PD
Ya sé que no es una gran foto, pero creo que para que te hagas una idea de cómo es mi señora, te mando una imagen recortada. Es evidente que lo he hecho sin que ella sepa nada. Pero creo que te lo debo.

Un saludo.




Amigo Peter.

Gracias por tu correo y por tu confianza en mis consejos. Hago lo que puedo con este blog y aunque no todos los consiguen, siempre hay maridos que logran llevar a cabo la fantasía para placer de ellos pero sobre todo de sus esposas.

Por lo que hemos hablado no creo que te cueste mucho convencerla. Y me apoyo en el siguiente razonamiento:

Vuestra vida en pareja es sólida como se ha demostrado con los años. Habéis tenido una complicidad sexual que por tu culpa se ha ido perdiendo. Tu mujer sabe disfrutar del sexo, le gusta.

Bien amigo, debes aprovechar esa confianza con tu mujer para hablar del sexo sin tapujos. Plantearle tus limitaciones y tu amor hacia a ella. La quieres y quieres que ella no se pierda el sexo a partir de los cuarenta porque tú no puedes dárselo.

Habla con ella, pero ya. Estoy convencido que si se lo planteas de manera sincera y le aseguras que esto va a reforzar vuestra relación, nunca lo contrario, darás un gran paso hacia tu objetivo. Con paciencia ella te dirá el "sí quiero que lo hagamos".

Quizás, debería esperar a plantearle tu afán de comer el rabo del corneador y tragar su leche. Al menos en una primera fase, luego según vaya evolucionando seguro que ella misma te dará de comer rabo y si no se lo pides que seguro accede a ello. Ya sabes que a veces el primer paso es el más difícil, los siguientes no lo son tanto.

Peter, no esperes más, proponlo ya. Eso sí, con tacto, precaución y sinceridad. Cuando se lo propongas y empecéis con el juego de buscar un amigo ya verás como despiertas en ella una curiosidad que os hará más cómplices.

Ahora, entre tú y yo, viendo a tu mujer, estoy seguro que para cualquier corneador será un placer estar con ella. Menudo pibón. Para mí será un placer enrabarla bien dentro, como dices que le gusta. Y ya sabes que puedes contar conmigo para seguir el proceso y para encontrar a un amigo que encaje en vuestras necesidades y estilo.

Gracias por tus felicitaciones, el blog es tuyo y de todos los cornudos como tú. Espero que consigamos que tu esposa se suelte y ocupes el papel que te ha tocado con el paso del tiempo.

Ya me dirás.

Alberto Toro



Nota de Alberto Toro.

Las fotos de la esposa no se han podido publicar. Aunque esta experiencia se publica sin foto, os aseguro que ha pasado los filtros y comprobaciones necesarias para su inclusión en el blog.

Con permiso, he recurrido a algunos de los enigmáticos desnudos del genial fotógrafo Irving Penn para ilustrar la entrada. Penn fue unos de los mejores fotógrafos de Vogue. Su talento plasmó como pocos la belleza de las modelos que aparecían en la revista pero en la intimidad también supo plasmar la otra belleza real de las mujeres que eran la antítesis de las modelos de Vogue.

A todos vosotros, mis queridos lectores, os recomiendo que reviséis la obra gráfica de Penn. Os dejo a continuación un enlace del Instituto de Arte de Chicago en el que podéis disfrutar de parte de la obra de este artista.



http://www.artic.edu/aic/collections/artwork/category/473

Empieza el otoño y llega la belleza de Etam

Un año más, ya es una tradición, os informo sobre las propuestas sensuales y divertidas de la firma francesa de lencería, Etam.


El pasado 26 de septiembre tuvo lugar en París la presentación de los últimos diseños de la marca. Veréis que son un paso más en el estilo, el buen gusto y la sensualidad femenina.
Las modelos desfilaron mientras la música de Lana del Rey o la compositora británica Anne-Marie sonaba en el ambiente, todo era seducción femenina en estado puro.
Por cierto, en este desfile se vendieron las prendas presentadas nada más finalizar el desfile. No estoy muy puesto en ciertas tendencias, salvo las de especialidad de este blog, pero a esto se le denomina “see now-buy now”. Sí, me he preguntado si se podrían comprar las prendas usadas por esas bellezas, me temo que no.
Bueno, me paro aquí, ahora podéis disfrutar de la belleza femenina y vosotros: cornudos y corneadores, tomar buena nota de las posibilidades que ofrece Etam para regalar a vuestras esposas y amantes.





Turismo Sexual: “Los senegaleses lo hacen muy bien”

Quizás por el contenido de esta entrada alguien pueda pensar que vamos a cambiar la temática del blog. Nada más lejos de la realidad. Desde mi punto de vista, el sexo es poliédrico y tiene los lados que cada persona le quiera dar. Lo que si tenemos claro en el blog es que la mujer ocupa un papel protagonista, por supuesto, en una situación de igual a igual con el hombre y en muchos casos por encima del hombre, ya sea cornudo o corneador, esposo o amante.



En estos días, cuando llegan las merecidas vacaciones, se habla mucho de turismo, de descubrir lugares o dirigirse a playas paradisiacas para desconectar y echar unos días de placer que rompan con la rutina.



En el lenguaje vacacional también se encuentra el concepto de “turismo sexual” y no solo el que hacen los hombres, también el que disfrutan muchas mujeres europeas. Seguro que algunos de vosotros, mis queridos lectores, tenéis a una compañera que todos los años se escapa unos días a Cuba buscando otro tipo de placer turístico en la isla a parte de la playa caribeña y el son cubano.

Deberíamos reflexionar sobre este hecho y lo mismo nos lleva a la conclusión que la decadencia de Europa conlleva también el que no haya hombres o simplemente que muchas mujeres prefieran el color y olor negro al blanco.



Lo cierto es que desde siempre se ha valorado la potencia y el buen hacer en el sexo de la raza negra. Algo de fama tienen y muchas mujeres blancas, especialmente las casadas que se atreven a dar el paso, fantasean con la posibilidad de incluir a un hombre negro en una relación. Aguante, potencia, tamaño, fortaleza, etc. muchas son las razones. El bull negro en las fantasías cornudas es una constante (verdad amigo Nico, que se lo digan a tu santa esposa). Y dentro de los negros el hombre senegalés es uno de los más solicitados.



Creo que puede ser de interés los reportajes que incluyo a continuación y que documentan este tipo de turismo. Nosotros no somos nadie para juzgar, ni a la señora europea que se quiere dar un homenaje y se traslada a Senegal para experimentar una sexualidad negra ni al chico que es capaz de satisfacer a una señora que podría ser su abuela a cambio de algunos euros y sentirse un putito de playa solicitado. La libertad es la libertad y siempre que se haga con el consentimiento de ambos, nada que objetar. Lo que si os recomiendo, especialmente a los maridos que se creen capaces de cumplir con las expectativas sexuales de sus esposas, que anden con cuidado, sean generosos y propongan a sus señoras la posibilidad de que se dé un respiro con un muchacho senegalés, seguro que ella se lo merece.



No os perdáis los reportajes y para las parejas de esposa abierta-suelta casada con cornudo consentidor, quizá va siendo hora de pensar en unas vacaciones en alguna playa senegalesa. Eso sí, cuidado con estos chicos, algunos son un poco primarios, y lo mismo no ven con buenos ojos que el cornudo tenga una papel proactivo a la hora de realizar este tipo de tríos, de ser así es aconsejable que el marido se quede en el hotel cuando su esposa se pasee por la playa o se vaya a visitar algún museo senegalés cuando su esposa ocupe la habitación del hotel y no quiera estorbos.


Senegal: el paraíso sexual de las abuelas europeas | Sinfiltros.com

Publicado el 1 ago. 2016 en YouTube. El paraíso sexual de las abuelas Senegal es el primer destino turístico sexual para las mujeres europeas



Turismo Sexual (parte 1) Publicado el 18 nov. 2014

Senegal se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos turísticos más deseados de África. Cerca de medio millón de turistas visitan este país cada año. Aquí encuentran más de 500 km de playas, hoteles de cinco estrellas con todo incluido...y algo más. Mucha gente viaja a África buscando sexo. Hay gente mayor que llega a Senegal en busca de chicos jóvenes. 





Turismo Sexual (parte 3) Publicado el 17 nov. 2014

En este país de mayoría musulmana, el turismo sexual femenino se dispara. Es una relación de intercambio: sexo a cambio de regalos. Descubrimos cómo funciona este mundo de la mano de alguien que lo ha vivido en primera persona: Mamadou.





PARAISO: AMOR

El hecho está ahí y si ha dado de sí para algunos reportajes también ha sido tratado en el cine. Me refiero a la película Paradies: Liebe (Paradise: Love) Año 2012. Duración 121 min. País Austria. Director: Ulrich Seidel Director. En Wikipedia la catalogan como Género Drama, Erótico, África. La conclusión es que no es todo oro “negro” lo que reluce.

La película de Ulrich Seidl es la primera entrega de una trilogía que retrata a tres mujeres de una misma familia y cómo pasan las vacaciones. Una decide hacer turismo sexual (PARAÍSO: AMOR), En las playas de Kenia llaman "sugar mamas" a las europeas que, a cambio de un poco de amor, aseguran la subsistencia a jóvenes africanos. Teresa, una austríaca cincuentona y madre de una hija adolescente, decide irse de vacaciones a ese paraíso del exotismo. Busca amor, pero pasa de un "beach boy" a otro, de desilusión en desilusión, y acaba por rendirse ante la evidencia: en las playas de Kenia, el amor es un producto comercial.

PARAÍSO: AMOR aborda con una buena dosis de humor el tema del turismo sexual, de las mujeres entradas en años y de los hombres jóvenes, del valor comercial de la sexualidad, del poder unido al color de la piel, de África y Europa, y de cómo se pasa de explotado a explotador.

Tráiler en español










("UA-21720468-1")