Hola Alberto:
¿Y la comprobación de los baños? Cuando vi que eran abiertos sentí algo de alivio porque pensé que todo quedaría en el morreo y no habría más escándalo. '¡Que si están limpios, inútil!' Buf, que pardillo me sentí, y era mi mujer la que también me lo echaba en cara. Y de repente os levantáis y os vais y mi mujer tan contenta, me quedé desconcertado, totalmente lelo sin atreverme a mirar a ninguna parte pensando que ya todo el mundo allí sabía que era un cornudo y tratando de imaginar cómo follabais, cómo le estarías clavando tu pollaza a mi mujer y cómo disfrutaba ella. (3)
También me fue una buena sensación de cornudo el dejaros a solas planificando el futuro. (4)
Y la 'segunda vuelta' estuvo estupenda, me excitaba pensar que unos momentos antes tu pollaza había estado allí dentro llenado el coño de mi mujer y el gusto que ella había sentido. (5)
Bueno, no te entretengo más, espero que haya sido de tu agrado este 'testimonio'. Espero que haya más muy pronto. (6)
Saludos del cornudo.
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(1) Finales de julio, Madrid. Había quedado con una pareja amiga para tomar algo, y fue una sorpresa, la verdad. Ellos saben a lo que me refiero. Sólo se trataba de tomar algo, charlar y planear algo (sí surgía) para después del verano. No se pueden hacer planes previos, siempre lo digo. Bueno, este es el correo que mi amigo, el marido cornudo, me envío unos días después.
Te escribo porque no paro de recordar el encuentro del otro día y de ponerme cachondo con ello. Fue una sorpresa tremenda, la verdad es que no esperaba que fuera a pasar nada y el asunto me dejó desconcertado, creo que todavía lo estoy asimilando (1). Me maravilla la facilidad con la que mi mujer acude siempre a tu 'llamada'. Ya la primera vez que quedamos se levantó sin decir nada de la mesa y se fue a buscarte a los baños para darse el lote contigo.
Y el otro día fue una pasada, me quedé desconcertado cuando de repente empezasteis a morrear. Me encanta recordarme ahora allí pasmado, mirando en silencio con cara de bobo pasmado vuestro morreo obsceno y cómo magreabas a mi mujer. ¡Qué fabulosa sensación cornuda la de ser ignorado mientras estabais dedicados a poneros cachondos! Me gusta ver a mi mujer con un tío como tú que tiene el descaro y la decisión de hacer estas cosas. (2)
¿Y la comprobación de los baños? Cuando vi que eran abiertos sentí algo de alivio porque pensé que todo quedaría en el morreo y no habría más escándalo. '¡Que si están limpios, inútil!' Buf, que pardillo me sentí, y era mi mujer la que también me lo echaba en cara. Y de repente os levantáis y os vais y mi mujer tan contenta, me quedé desconcertado, totalmente lelo sin atreverme a mirar a ninguna parte pensando que ya todo el mundo allí sabía que era un cornudo y tratando de imaginar cómo follabais, cómo le estarías clavando tu pollaza a mi mujer y cómo disfrutaba ella. (3)
También me fue una buena sensación de cornudo el dejaros a solas planificando el futuro. (4)
Y la 'segunda vuelta' estuvo estupenda, me excitaba pensar que unos momentos antes tu pollaza había estado allí dentro llenado el coño de mi mujer y el gusto que ella había sentido. (5)
Bueno, no te entretengo más, espero que haya sido de tu agrado este 'testimonio'. Espero que haya más muy pronto. (6)
Saludos del cornudo.
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(1) Finales de julio, Madrid. Había quedado con una pareja amiga para tomar algo, y fue una sorpresa, la verdad. Ellos saben a lo que me refiero. Sólo se trataba de tomar algo, charlar y planear algo (sí surgía) para después del verano. No se pueden hacer planes previos, siempre lo digo. Bueno, este es el correo que mi amigo, el marido cornudo, me envío unos días después.
(2) Nada de política ni de fútbol, solo sexo como tema de conversación y claro. La mano va al pan, empiezo a acariciar el culito de mi amiga delante de su marido y nos empezamos a comer la boca como jóvenes bachilleres. Y bueno, el marido cornudo también disfrutaba…
(3) A la vista de que la cosa iba más, mi amiga le dijo a su marido que fuera a ver el estado de los aseos. El marido bajó, inspeccionó y subió. Nos dijo que eran abiertos, se trata de un local muy antiguo de Madrid, cerca de la Puerta del Sol y las puertas de los aseos no lo tapan en su totalidad. Pero esto no nos importaba, queríamos saber si estaban aseados para continuar allí el magreo. La verdad es que cuando nos levantamos soltamos una sonrisa cómplice mientras nos agarrábamos de la mano y veíamos la cara del cornudo, jejejeje.
(4) Como siempre, resultó maravilloso. Subimos y nuestro amigo cornudo optó por salir del local y dejarnos a solas para planificar futuros juegos. Yo creo que también para superar el corte, porque hubo gente en el local que se dio cuenta de lo que pasaba, eran notorias las miradas y risitas de algunos de los allí presentes.
(5) En las conversaciones previas, les comenté que un amigo cornudo me comenta que le gusta “participar en la segunda vuelta”, es decir, follar a su esposa después de que el amigo corneador lo haya hecho en primer lugar.
(6) Os iré contando pero seguro que estos amigos forman parte de una de mis diez mejores cornadas la cuales espero contarles un día de estos.
Menudas vacaciones!!!!! Hacía tiempo... mmmuuaakkkk
ResponderEliminarHola Lola... cuánto tiempo¡ Siempre es un placer verte, aunque sea por aquí. Mil besos.
ResponderEliminarPor cierto...a mi también me gusta un tío como tú....
ResponderEliminarqe rico como me pone la pija dura esto
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