Carmen, esposa de Robert: “chévere, chévere, ricooo”

Fue en diciembre de 2012, concretamente el día 8. Abrí mi buzón de correo y recibía el mensaje de Robert, “Saludos desde Venezuela” decía en su asunto:

Buenas noches amigo Toro, soy seguidor de tu blog y te comento:

Mi pareja y yo nos iniciamos en swinger pero enseguida me di cuenta que me excitaba más viendo a mi esposa actuar en esos momentos que gozar yo con otras mujeres. Prefería los tríos, la verdad. Y haciendo tríos entendí que me gusta que me ponga los cuernos. Al poco de empezar con los tríos ella también fue por su cuenta y tuvo algo con algún amigo sin que yo estuviera presente, pero Alberto, no se termina de soltar. No parece que sea fácil y eso que tiene una Q tatuada en su tobillo y usa cadenitas-tobilleras con el signo cuckold y con la Q (se refiere al as de picas)

Como te digo, ya ha estado con algún amigo y después de aquel encuentro, por casualidad, me mostró algunas fotos en plena acción con su amante. Alberto, cuando las vi me excité bárbaramente y me la comí todita, tuvimos sexo increíble. Estoy dispuesto a llegar a muchas cosas dentro de estas fantasías pero como te digo ella no está del todo suelta. Yo por mi parte, aceptaría todo menos que me penetrara su amante, aunque si lo podría hacer ella con un dildo. Te mando las fotos con su amante.

Tenemos pensado ir unos días a España, ¿crees que allá será fácil conseguir hombres que noten que es la hembra de un cornudo?

Mis mejores deseos
“cornuccs”



No recuerdo bien la respuesta pero le aseguré que no le sería difícil encontrar a algún caballero corneador que entendiese que su esposa era suelta, abierta y casada con un cornudo, “consentidor o no”.

Pasó el tiempo y ya no volví a tener noticias ni de Robert ni de su esposa. Supuse que se trataría de los muchos correos que recibo de maridos o esposas que en esos momentos están plenamente convencidos de dar el paso y que luego su afán se disuelve como el azucarillo en una taza de café.

Sin embargo, hace unos días, recibí el siguiente correo:

Hola Alberto, mi esposa ha ido a Madrid a realizar unas gestiones. Mi esposa está sola en la ciudad, hasta fin de mes, ella es algo tímida pero si hay algún sitio donde pueda ligar fácilmente que vayan hombres corneadores te agradezco mucho si puedes darme una pista.

Ella tiene una Q tatuada en el tobillo sería bueno saber si hay sitios en particular donde los tipos sepan entender el mensaje, ella no es de las que dan el primer paso pero si la abordan y le caen bien actúa con naturalidad

De verdad agradezco mucho tu ayuda

Un atento saludo

Robert


A vuelta de correo le pedí a Robert más detalles y en seguida me contestó:

Ella tiene una Q tatuada en el tobillo, actualmente tiene un macho con el que está en las fotos, teníamos más fotos pero los archivos los perdimos o los borramos, tiene 47 años, es gordita, bonita la cuca (concha) o como le digan allá, la tiene grande y rica, pies lindos si te gustan los pies, es muy simpática y tiene un carácter que a todos agrada.

No es de las que toman la iniciativa pero cuando se presenta la ocasión y el hombre le gusta se va a la cama, y allí es realmente muy complaciente, me encanta saber que está tirando con otro, verla con otro, bueno tú ya sabes

No quiero que pase tantos días sin recibir sexo de un buen macho a quien por supuesto le estaré agradecido

Puedes escribirle a este email, aunque no le he dicho a ella, si te identificas pueden ponerse de acuerdo

Muchas gracias por tu atención, espero que mi mujercita vuelva satisfecha de Madrid.

Un cordial saludo

Me dirigí a los dos en un mismo correo y por supuesto me puse a disposición de Carmen, la esposa de Robert. En mi correo, le comentaba a Robert mi intención de quedar con su mujer y de sacar un testimonio gráfico del encuentro y de publicarlos en el blog, por supuesto, con el permiso de ambos.

De inmediato, Robert me respondió:


Gracias a ti, ya mi parte se cumplió, dejo a ambos para que se conozcan y se diviertan. Yo estaré a gusto con los decisiones que tomen y feliz si mi reina es complacida. Queda al criterio de ustedes, informarme o no lo que consideren conveniente.

Saludos.

RR


Ese mismo día, en mi buzón entró el correo de la esposa de Robert:
“Hola Alberto, soy la esposa de Robert, me encantaría conocerte, a partir de mañana viernes estaré por la zona de Bilbao – Tribunal, podríamos cuadrar la semana que viene. Te envío mi número XXXXXXX.

Besos y espero verte pronto.”


Y escribí a Robert,

Hola Robert, ya he contactado vía mail con Carmen. Seguramente nos veremos la próxima semana, cuando esté más libre y haya terminado acondicionar el apartamento de tus hijas.

Con casi toda seguridad me la follaré en la primera cita, no te preocupes, la trataré como ella se merece, como una reina. Por cierto, ¿sabes si le gusta recibirlo por detrás? Me refiero a sí le gusta que le follen el culo. Aunque no sé porque te lo pregunto, apostaría 20 euros a que le encanta.

Espero tu respuesta

Alberto. 


Y Robert me respondió.
Estimado Alberto, espero que la folles bien y ella te complazca. Sí, le gusta que la cojan por el culo. Inclusive le gusta más cuando lo hace un amigo con el que se ve aunque sus citas son muy espaciadas. Una vez estábamos los tres y yo le dije que por qué a mí no me daba el culo como a él, y me contestó que porque el amigo lo hacía más sabroso. El tipo le gusta, es más joven que yo, tiene la polla más grande y me dice que le gusta tocarlo porque tiene el cuerpo “durito”.

La última vez lo hicieron en su oficina (pero ya hace unos seis meses) lo hicieron en la oficina de ella. La verdad es que no entiendo por qué se frena tanto si cada vez que hemos tenido oportunidad de compartir con otra pareja o en trío, ella se porta tan bien. Yo prefiero verla a ella con otro hombre que compartir con una pareja porque me excito más con ella que con otra mujer. Deseo tanto que se suelte de verdad.

Me excitaría pensar que salga con otra hembra a ligar en Madrid.

Para serte honesto, la única mujer que deseo de verdad es a ella, su cuquita me vuelve loco y sí está bien usada me excita más.

Que tengas un feliz fin de semana y de nuevo gracias por tus atenciones.



Y llegó el día, y a continuación les relato como fue todo.


Llovía en Madrid. Era una de esas tardes en las que el cielo velazqueño se torna grisáceo para interrumpirse por el inmediato negro de la noche. No dirán ustedes que cuando me pongo divino, lo soy cien por cien. Bueno, no me voy a entretener mucho en los detalles.

Esa mañana hablé por teléfono con Carmen para explicarle dónde y cuándo nos veríamos. Mis queridos amigos aspirantes a corneadores, esa llamada previa, debéis prepararla con detalle para que ella, la esposa, tenga la plena seguridad de el paso que va a dar, debéis quitarla miedos y empezar a ponerlas cachondas para que deseen el encuentro.

La hora sería las 7 de la tarde, el lugar, Plaza de España lindando con la calle Princesa. Yo la esperaría en la esquina con un paraguas azul. No eran las siete y yo estaba en el punto de encuentro, no me gusta hacer esperar a una dama pero si me gusta, cuando ocurre, verlas llegar en el coche del marido y ser testigo del beso de despedida para que minutos después ella esté en brazos de su corneador. Esta vez no ocurrió, el cornudo se había quedado al otro lado del océano, en Venezuela.

Carmen llegó puntual, pude distinguirla mientras bajaba por la calle Princesa. Segura, activa y acorde con la descripción que me había dado esa mañana por teléfono. Me presenté y ella empezó a mostrar su bella sonrisa, sonrisa que descubría una mezcla de nerviosismo y de satisfacción anticipada por el festín que se iba a dar. Para los que empiezan, amigos, ese momento es crucial, hay que cuidar todos los detalles y remarcar que uno es un corneador pero ante todo un caballero. 




Pregunté a Carmen si prefería ir directamente a follar o a tomar una copa de vino para que se tranquilizara, la notaba un poco nerviosa. Ella me sonrió y optó por la copa de vino. Ya en la cafetería, en una de las que están en la conocida Plaza de los Cubos, empezamos hablar. Carmen reía, y se refería a Robert como “el loco de su marido”. Me contó el motivo de su visita a Madrid, alguna de sus aventuras previas en el mundo cuckold, de su corneador amigo en Venezuela, Rafael; y de cómo la relación sexual de su marido fue desembocando en este tipo de prácticas. Me enseño el tatuaje de la Q en el tobillo y de que tenía pensado tatuarse en Madrid el as de picas. 

Apuramos el vino y después de notarle más tranquila le confesé a Carmen, textualmente: “tengo ya ganas de darte rabo, preciosa”. Su sonrisa dejó clara la respuesta, pagué la cuenta y subimos al apartamento que aquella mañana había concertado. 



Carmen era una mezcla de deseo, nervios, sonrisas… Quería darme apariencia de seguridad, algo que yo le agradecí pero notaba sus nervios. Mientras echaba un vistazo al apartamento, le dije si le gustaba la postura de Peter Pan, curiosa me pregunto en qué consistía, y respondí: en follarte la boca hasta la campanilla. Sonrió.

Mientras nos íbamos desnudando, tiré a la cama unos condones y observé como Carmen miraba, a hurtadillas, mi rabo que ya se había dado cuenta de lo que le esperaba. Le dije que me enseñara el tatuaje de la Q, me lo mostró y en seguida, dirigí su boca hacia mi rabo, ella sentada y tragando, así empezó la sesión. 



Carmen no decía nada, no podía, tenía la boca ocupada y yo cada vez hacía más intención de metérsela hasta el fondo, hasta tocar campanilla. No hubo problema, Carmen sabía dominar la respiración para abrir su garganta y que el cabezón de mi polla entrara hasta el fondo. 



Es en estos momentos, le subrayé a Carmen, cuando más echo de menos a los maridos si no están. Me gustaría que Robert estuviera aquí. Carmen, sacó mi polla de su boca y me regalo con una de sus bellas sonrisas para decirme que a su marido le hubiera encantado estar allí, ver y atender a lo que le pidiéramos. 



Volví a introducir mi polla en su boca y mientras la follaba le pregunté si Robert hubiera bajado al pilón, sin sacársela y centrada en lo que estaba haciendo me hizo un gesto afirmativo con la cabeza.

Carmen seguía chupando de maravilla, ya me lo había adelantado Robert, le reconocí que en esos momentos me apetecía que la chupada fuera un poquito más salivada y sin mucha dilación, así lo hizo. 



Carmen no es muy alta, salvo cuando usa tacones, mientras la mamaba y estaba sentada al borde la de la cama, mi brazo no tuvo que esforzarse mucho para acariciar una sus tetas y estrujarla a fondo el pezón. Notaba que Carmen se lo estaba pasando bien. Levanté su cuerpo y me fundí en un beso con ella, no os exagero, estuvimos un buen rato comiéndonos las bocas. Siempre he dado mucha importancia al beso para mi es imprescindible porque genera una complicidad con la esposa que facilita todo lo que viene a continuación. 



Le confesé a Carmen que me encanta la postura a cuatro, ella graciosamente, como una perrita se puso en posición. Carmen, le dije, ahora es el momento. ¿De qué? Me dijo con sorpresa. Pues de poner mi firma: Alberto Toro. Ella facilitó todo el proceso. Dejé el rotulador, y cogí mi anillo goma para enlazarlo en el arranque la polla. De pie y no sin antes dar un par de cachetitos, le abrí un poco el culo y opté por empezar por el chocho. Después de que el capullo tomara la temperatura de la raja de Carmen con un simple roce, con la boca abrí un condón y me lo puse, ella miraba atenta. Carmen, como me gustaría que Robert hubiera participado engomando mi polla. Y para dentro. Chevere, me respondió Carmen.

Después de un buen rato dándola, la saque, mi rabo seguía duro y el plástico del condón, brillante de Carmen, mientras sacaba la polla un hilo de la humedad de su chocho se estiraba como una tela de araña desde la punta de mi capullo hasta su raja. 



Seguí follando por detrás y haciendo pequeños intervalos para sacar alguna de las fotos que Robert me había pedido. Mientras le abría el culo, el punto de excitación me avisó que era el momento de meter el cabezón en su ojete. Avisé y Carmen sólo me respondió: Chevere. No tuve que hacer mucho esfuerzo, efectivamente, como me dijo Robert, no había problema, Situé el cabezón en el anillo de su culo y con una leve inclinación fue entrando mientras con mi mano derecha hacía que su culito vibrara. Ufff, según iba entrando, notaba como la estrechez se iba abriendo y noté como el esfínter me anillaba el rabo. Robert, y eso para ti, fue un momento mágico, sin duda. El culo de Carmen, con mi firma estampada, mostraba eso que en España llamamos carne de gallina. Qué tal Carmen, pregunté, a lo que ella me respondió; Chevere.

El grado de complicidad alcanzado nos permitió tomarnos un descanso, darnos besos como amantes y comenzar una relajada charla antes de la siguiente follada. Hablamos de Madrid, de cómo cada vez más esta ciudad está más inmersa en las fantasías cuckold, de las ciudades como Segovia que le recomendé visitar, me contó detalles de su corneador y amigo de Venezuela, Rafael, hablamos de Robert, su marido. Retomadas las fuerzas, invité a Carmen a que siguiera con su magnífica mamada interrumpida por el breve descanso. Fue entonces cuando Carmen demostró ser una auténtica tragadora de sables, uffff, amigos, que deliciosa comida, me secó un poco la polla que estaba muy salivada y me la encaperuzó para ponerse de nuevo a cuatro, me levanté y en pie viendo aquella maravillosa apertura volví a enrabarla, y rítmicamente estuvimos un buen rato mientras ella dejaba escapar tímidos gemidos. 



¿Carmen, remato en el ojete o prefieres que te lefe la cara? Respondió que prefería un poquito por el culo para terminar en una corrida en sus pechos. Y así fue, de nuevo sentí el anillo de su culo ya muy abierto. Después de un buen rato disfrutando lentamente de ese contacto, saque el cipote, quité la goma y me pajee durante un rato hasta que el cosquilleo del arranque de los huevos me avisaba que la corrida venía, efectivamente, apoyé mi mano en su vientre e intenté lefarle los pechos pero la anarquía de la corrida disparó la leche, más liquida que de costumbre, por las sabanas, los pechos y la cara de Carmen.

¿Qué tal Carmen? Chevere, me dijo mientras sonreía y yo me inclinaba para besarle su sonrisa y decir: “lo que se ha perdido Robert”. 



Las risas fueron el final de aquella tarde. Carmen se dio un poco de prisa para regresar a casa y yo tomé nota mental de todos los detalles para que ninguno se me escapara y se lo pudiera contar a Robert vía mail, aunque opté por escribirle un breve correo y avisarle de que estuviera atento al blog.

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En cuanto tuve ocasión escribí un breve correo a Robert en el que decía:

Estimado Robert, tu mujer es encantadora y una auténtica puta en la cama. Disfruté muchísimo guarreándola y sacando de ella la golfa lleva en su interior. Te aseguro Robert, que la tarde de hoy pasará a la carpeta de mis cornadas preferidas. Ya te daré más detalles o lo ves directamente en el blog. No olvides la dirección, www.corneador2011.blogspot.com

Se ha portado como una campeona, la he follado el culo, el chocho, la boca y la he lefado la cara, ha estado a la altura de una auténtica hotwife. En cualquier caso, tanto a Carmen como a mí, nos gustaría que la próxima vez estés presente asumiendo y ejerciendo de fiel cornudo servidor: engomando mi rabo, mamporreando, compartiendo lefa, etc.


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Robert me contestó.

Hola Alberto, 
Carmen me ha enviado unas fotos con tu nombre en su nalga y no he podido sentir más orgulloso, excitación y agradecimiento. Espero verlas en tu genial blog.
Me hubiese encantado estar con ustedes y ponerte el condón y hacer lo que ambos me hubieran ordenado. Aunque me gusta compartir en tríos a mi mujer, me encanta cuando va sola y más cuando me entero después de unos días, eso me hace sentir más cornudo. Me gusta también, como ha sido el caso, saber que hace cosas con otros que a veces le cuesta hacer conmigo.
Carmen te retrata como un auténtico caballero. Te estoy muy agradecido y espero que la acompañes otro día si puedes. Ya sé que tu tiempo es limitado, ella leyó la entrada de la pareja del bar y creo que le excitaría hacerlo en un lugar público. Si tú no puedes te agradecería que le encontraras otro corneador decente para los días que aún estará en Madrid, seguro que tu elección es la acertada. 
Hasta que te conoció no se había divertido mucho, por no decir nada, en Madrid. Gracias por colaborar en su emputecimiento y por todo. Alberto eres muy amable y me encanta que los cuernos me los haya montado contigo. 
El próximo año esperamos volver por Madrid y me gustaría compartir con ustedes, sí es posible. 
Saludos afectuosos de este cornudo consentidor y agradecido. Un abrazo.
RR


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Al poco tiempo del anterior correo recibí otro de Carmen que decía:
Hola Alberto¡ 
Anoche lo pasé muy rico¡ Gracias¡ 
Besos CC

Y hoy mismo este correo de despedida de Carmen.

Hola Alberto
Como estas? Queria que supieras que la otra tarde la pasé riquísimo, me gustó como me cogiste por todos lados, por el culo me fascinó !!! Y como me comi tu polla (asi le dicen, no??) ricaaaa, acabaste en la cara y la dejaste mojadita con tu leche, ricooooo. Fue una experiencia maravillosa, excitante, quedé con ganas de más, ya me voy este fin. La próxima vez que venga tenemos que hacerlo con Robert para que nos ayude en todo...
Besos y espero volver a verte pronto.

Besos para ti también Carmen. Sólo me queda por decir: Chevere, Chevere, Ricooo¡¡

“Algunas chicas son más grandes que otras”. Punk will never diet!

No quiero parecer pedante pero a la vista de lo que hoy me ha ocurrido sólo puedo decir que la comunicación es cada vez más vírica y que elaborar un mensaje para que cumpla su cometido, es decir, que llegue a la persona o personas que te interesan es una tarea cada vez más complicada.

Pero hoy, gracias a esas casualidades de la vida, mientras paseaba por la noche otoñal de Madrid, un grafiti de plantilla estampado en una de las fachadas del centro cultural La Tabacalera, en la calle Miguel Servet, me ha llamado la atención y he sentido curiosidad. He buscado en google y he descubierto el "gordazine". Buenísimo y con mensaje.

“A la mierda los estándares fascistas de belleza”


Cualquier persona con sentido común y que como yo, sea un enamorado de la mujer, tiene que suscribir la frase. Ya está bien de que la mujer se tenga que someter a esos estándares inalcanzables de físico, que han sido impuestos por cuatro gilipollas alejados de la realidad. Quién es nadie para decir que esto es bello y esto no. Por qué la mujer tiene que estar sometida a esa tortura de tener un cuerpo mal considerado perfecto.

Afortunadamente, en mi trayectoria vital y sexual, he podido disfrutar de la amistad y compañía sexual de mujeres gordas y todas, absolutamente todas, han sido maravillosas y con su sensualidad han conseguido que disfrutara al máximo. También he tenido el honor y el placer de follar con alguna que otra chica casada “grande”, en presencia de su marido, y han sido siempre experiencias maravillosas. Ahora comprendo a Antonio de Las Rozas, cuando conectó conmigo a través del blog y me hablaba de su mujer “grande” y con supercurvas y de cómo le gustaría que ella entendiese que su belleza sería comprendida por otros hombres además de él.

Por eso me he permitido hacer pública en mi blog esta reflexión personal. Y como dice la web que está detrás del grafiti de arriba, pero quién cojones eres tú para “utilizar el calificativo de gorda como insulto”. A mí me gustan todas las mujeres, y especialmente las grandes y yo estoy deseando encontrarme “con cuerpos sin patrones” porque los deseo.

Os invito a visitar esta interesante página, este “zine” digital, y procuremos valorar a la mujer por lo que es y no porque se ajuste a un canon mal establecido de belleza. El enlace de la imagen, visitarlo, es muy interesante y seguro que más de un tarugo repensará sus gustos. Y a alguna de mis queridas y “grandes” lectoras, a tirar sus complejos a la papelera y dar el paso para que nos hagáis disfrutar de vuestros encantos, somos muchos los corneadores que formamos este blog los que os deseamos, eso sí, a ser posible en presencia de vuestros maridos.

Me ofrezco a ser el primero para besaros vuestros maravilloso culazo.

http://www.gordazine.com.ar/


Me gusta ver a mi mujer con un tío como tú

Hola Alberto:

Te escribo porque no paro de recordar el encuentro del otro día y de ponerme cachondo con ello. Fue una sorpresa tremenda, la verdad es que no esperaba que fuera a pasar nada y el asunto me dejó desconcertado, creo que todavía lo estoy asimilando (1). Me maravilla la facilidad con la que mi mujer acude siempre a tu 'llamada'. Ya la primera vez que quedamos se levantó sin decir nada de la mesa y se fue a buscarte a los baños para darse el lote contigo.



Y el otro día fue una pasada, me quedé desconcertado cuando de repente empezasteis a morrear. Me encanta recordarme ahora allí pasmado, mirando en silencio con cara de bobo pasmado vuestro morreo obsceno y cómo magreabas a mi mujer. ¡Qué fabulosa sensación cornuda la de ser ignorado mientras estabais dedicados a poneros cachondos! Me gusta ver a mi mujer con un tío como tú que tiene el descaro y la decisión de hacer estas cosas. (2)



¿Y la comprobación de los baños? Cuando vi que eran abiertos sentí algo de alivio porque pensé que todo quedaría en el morreo y no habría más escándalo. '¡Que si están limpios, inútil!' Buf, que pardillo me sentí, y era mi mujer la que también me lo echaba en cara. Y de repente os levantáis y os vais y mi mujer tan contenta, me quedé desconcertado, totalmente lelo sin atreverme a mirar a ninguna parte pensando que ya todo el mundo allí sabía que era un cornudo y tratando de imaginar cómo follabais, cómo le estarías clavando tu pollaza a mi mujer y cómo disfrutaba ella. (3)



También me fue una buena sensación de cornudo el dejaros a solas planificando el futuro. (4)

Y la 'segunda vuelta' estuvo estupenda, me excitaba pensar que unos momentos antes tu pollaza había estado allí dentro llenado el coño de mi mujer y el gusto que ella había sentido. (5)

Bueno, no te entretengo más, espero que haya sido de tu agrado este 'testimonio'. Espero que haya más muy pronto. (6)


Saludos del cornudo.

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(1) Finales de julio, Madrid. Había quedado con una pareja amiga para tomar algo, y fue una sorpresa, la verdad. Ellos saben a lo que me refiero. Sólo se trataba de tomar algo, charlar y planear algo (sí surgía) para después del verano. No se pueden hacer planes previos, siempre lo digo. Bueno, este es el correo que mi amigo, el marido cornudo, me envío unos días después.

(2) Nada de política ni de fútbol, solo sexo como tema de conversación y claro. La mano va al pan, empiezo a acariciar el culito de mi amiga delante de su marido y nos empezamos a comer la boca como jóvenes bachilleres. Y bueno, el marido cornudo también disfrutaba…

(3) A la vista de que la cosa iba más, mi amiga le dijo a su marido que fuera a ver el estado de los aseos. El marido bajó, inspeccionó y subió. Nos dijo que eran abiertos, se trata de un local muy antiguo de Madrid, cerca de la Puerta del Sol y las puertas de los aseos no lo tapan en su totalidad. Pero esto no nos importaba, queríamos saber si estaban aseados para continuar allí el magreo. La verdad es que cuando nos levantamos soltamos una sonrisa cómplice mientras nos agarrábamos de la mano y veíamos la cara del cornudo, jejejeje.

(4) Como siempre, resultó maravilloso. Subimos y nuestro amigo cornudo optó por salir del local y dejarnos a solas para planificar futuros juegos. Yo creo que también para superar el corte, porque hubo gente en el local que se dio cuenta de lo que pasaba, eran notorias las miradas y risitas de algunos de los allí presentes.

(5) En las conversaciones previas, les comenté que un amigo cornudo me comenta que le gusta “participar en la segunda vuelta”, es decir, follar a su esposa después de que el amigo corneador lo haya hecho en primer lugar.

(6) Os iré contando pero seguro que estos amigos forman parte de una de mis diez mejores cornadas la cuales espero contarles un día de estos.


Esposa abierta de Tenerife busca corneador que sea amante en la cama y amigo fuera de ella


Queridos lectores y lectoras, una esposa me pide ayuda: necesitan con urgencia un corneador que resida en Tenerife y que merezca la pena (ya sabéis a que me refiero) Por favor, sí crees que reúnes el perfil o conoces a alguien que puede encajar, se lo comentas. Necesito que esta pareja amiga encuentren un corneador cómplice que haga realidad sus fantasías cornas. 
Candidatos y amigos de los candidatos, enviarme correo con vuestros datos para enviárselos a esta parejita.


Hace unas semanas recibí este correo:

Hola Alberto, soy una chica de Tenerife que se está iniciando en el mundillo de los cornudos y corneadores, je je je je… Llevo dos años con mi chico, a los cinco o seis meses de nuestra relación un día salió el tema, nos preguntamos con cuántas personas nos habíamos acostado antes de empezar a salir. Por mis amigas sé que es una pregunta que solemos hacer las mujeres pero te aseguro que en este caso no fui yo quien lo pregunto, fue mi chico y más tarde entendí porque lo sacó.

Hice memoria y después de repasar mis contactos del facebook con una gran sonrisa le solté: “tú ocupas el puesto 36 en la lista”. Te puedo asegurar Alberto que casi salta de alegría y después de que mi chico tomara el valor necesario para contarme su fantasía lo entendí, “cariño, quiero me hagas cornudo”.


Me quedé impactada, como supongo se quedan las mayoría de las mujeres cuando oyen decir algo así a su marido o novio. Te confieso que no me hizo ninguna gracia, me considero una mujer fiel y en aquel momento no podía entender que mi chico quisiera verme con otro. No lo entendía Alberto. Me fue dando detalles de la fantasía y cada vez lo entendía menos, ¿cómo iba yo a permitir que otro hombre le humillara de esa manera? Fue un shock y en aquellos momentos me vinieron a la cabeza muchos interrogantes sobre mi pareja. No podía entenderlo, de verdad, máxime cuando nuestra relación sexual funcionaba a la perfección.

En un principio pensé que la cosa se quedaría ahí, dejamos de hablar del tema. Mi chico sacaba alguna vez los cuernos y poco a poco lo fui asimilando y como soy algo mala, yo misma me pregunté: ¿y por qué no? En aquel momento supe que era capaz de ponerle unos buenos cuernos a mi pareja sin ningún tipo de remordimiento. De hablarlo de vez en cuando el asunto cuernos pasó a estar presente en todas nuestras conversaciones sexuales. Empezamos viendo páginas, vimos tu blog que nos encantó por su credibilidad y empezó entre mi chico y yo una etapa de complicidad, valga como ejemplo la cantidad de whatsapp que nos intercambiamos con fotos, páginas web, enlaces a las entradas de tu blog…

Entre nosotros la cosa estaba clara pero nos paraba un poco la mentalidad de los canarios que en mi opinión está a años luz de los peninsulares. Te confieso que esto para mí era un freno pero me ponía a tope la situación y me di de alta en una página publicando un anuncio con el objetivo de encontrar a un macho corneador que nos encajara. No creas que puse muchos requisitos para la búsqueda, eso sí, para nosotros era imprescindible que el corneador tuviera buen rollo con nosotros. Está siendo dificilísimo, llevamos año y medio y casi todos han sido descartados de antemano, la mayoría quieren follarme a solas, sin la presencia de mi chico, es decir, que ninguna entra en el papel que da al corneador en estas prácticas sexuales. Alberto, como te digo no soy muy exigente pero siempre pregunto si conocen este mundillo y a casi todos se les nota que hacen una búsqueda rápida en google para darme respuesta y procurar un encuentro lo antes posible. Pero no es así, no es eso y esto lo sé por tu blog.


En definitiva Alberto, recurrimos a ti para si nos ayudas a cumplir esta fantasía y que nos permitas a través de tu blog, encontrar a ese caballero corneador que entienda esta forma de vida, que cumpla a rajatabla con los ritos de estas fantasías y, por supuesto, que sepa follar bien. Como exiges, aquí te mando algunas fotos de tu nueva amiga.

¿Nos ayudarás?


Mi respuesta fue clara: Querida amiga, gracias por confiar en mí. Puedes contar con mi blog, mi apoyo personal y mi asesoramiento para encontrar a ese caballero corneador que os permita experimentar los placeres de esta fantasía.

Ojo, como siempre digo, cada pareja es un mundo y cada fantasía corna es singular aunque haya muchos puntos del rito que son comunes. Por eso, siempre que comento algunas de las peticiones que me llegan, destaco algunos puntos que pueden ser de utilidad para otras parejas. Esto ya lo sabéis los lectores y lectoras habituales del blog.

En este caso, queridos amigos, debéis tener en cuenta que no debéis tener miedo a exponer el tema con vuestras esposas o novias. Eso sí, con tranquilidad, procurar crear un ambiente distendido y cómplice. Y, sobre todo, con naturalidad, quitando dramatismo. En la mayoría de los casos la respuesta femenina es de asombro y en un principio claramente negativa pero ahí es donde entra la habilidad, la paciencia y el tacto del marido que quiere ser cornudo.

En este caso que nos ocupa hoy, debéis tener en cuenta otro factor y es como la esposa toma un papel activo, es ella la que pone el anuncio y la que realiza la selección. En resumen: tacto y complicidad.


Os puedo asegurar que cada semana recibo muchas peticiones de ayuda y asesoramiento, también recibo solicitudes para que sea yo el que lidere ese proceso de encornamiento consentido del marido. De estas peticiones, en seguida noto las que veo que se trata de un simple engaño, pronto se descubre el que te suelta un rollo o te envía fotos falsas. En este caso, después de charlar y ver las fotos, comprobé el deseo de esta pareja por lo que me tomé su caso con un especial interés.

Mi nueva amiga canaria me contó que es “muy caliente”. Me dijo, “Alberto, me encanta el sexo, hasta el punto de que a veces es mi chico el que me dice que pare un poco”. También me comentó que con la crisis su vida y la de su pareja han cambiado un poco y que no siempre tienen la intimidad necesaria para disfrutar del sexo en toda su amplitud. Para ello, algunas noches es escapan a uno de los miradores de la isla en donde de manera discreta, aunque los gritos traicionan, follan como locos, algo que no siempre pueden hacer en casa.

“Alberto, me encantaría encontrar un chico majete que entienda este morbo y que tenga buen rollo con mi novio y, sobre todo conmigo”. Y me añadía en nuestras conversaciones: “quiero que el corneador sea amante en la cama y un buen amigo fuera de ella”. También hay que tener en cuenta el factor isla, me decía, aquí nos conocemos casi todos y la discreción es muy importante. “Sobre la edad, Alberto, yo tengo 31 años y no me gustan mucho los tipos demasiado mayores, así que admitimos candidatos hasta los 45”. Y algo muy importante y que si no se cumple queda descartado de antemano, “que no sea fumador, no soporto el olor a tabaco, no puedo besar a un hombre que fume”.


El perfil estaba claro: un hombre majete de no más de 45 años, sí es más joven mejor, no fumador, de buen rollo y que además de amante sea amigo de la pareja. Así, que si te sientes identificado, a qué esperas para intentar contactar con este bellezón canario.

En cualquier caso me vais a permitir que haga un inciso sobre el tema edad. Respeto que esta pareja, son muy jóvenes, prefieran un corneador "no muy mayor", yo siempre recomiendo que a parte de la edad deben valorar la actitud y aptitud del corneador y que la experiencia siempre ayuda. No es lo mismo un pastelero que acaba de empezar a hacer rosquillas al pastelero experto que sabe como perfilar a la perfección el círculo de la rosquilla.


Incluyo a continuación una breve entrevista que publico con su permiso en el blog y que os pueden dar algunas pistas sobre esta pareja.

¿Cómo te gustan las pollas?
Pues ya que estamos en modo búsqueda me gustan más gordas que grandes, y sí es posible que la tenga más grande que la de mi chico que se encuentra en la media española. jajajaja.


Una cosa está clara, tú chico tiene que estar presente en todo momento pero, ¿te gustaría que bajara al pilón?
No me importaría nada que lo hiciera, yo creo que sí bajaría, le puede más el morbo que a mí y si sabe que ese momento me pondría cachonda, lo haría sin problema.

Amiga, te has tirado a más de treinta tíos, pero, ¿has participado en algún trío o cuarteto?
No he hecho tríos, sí me he comido dos rabos a la vez, una noche con dos amigos, pero después dejé a uno de ellos sentado en el sofá de al lado mientras el otro amigo me follaba. Reconozco que el hecho de que alguien, un tercero esté ahí viendo mientras follo, me gusta. Pero con mi pareja no he hecho tríos, no ha visto como follo con otro.


Vamos a repasar las características del corneador que buscas para ajustar el perfil a nuestros lectores.
Que sea discreto, sobre todo. Que entienda el papel que tenemos cada uno en esta fantasía. Que fuera de la cama sí hay que ir a tomarse un café o una caña se va, distinguiendo cada momento, dentro y fuera de la cama. Quiero que sea muy morboso, que no sea un parado en el sexo. Que tenga una buena medida pero si no la tiene gorda que se olvide. Y bueno, que no fume, y no vale el no fumar el día antes, no lo soporto. Y puestos a pedir que se depile, aunque si me gusta y no está depilado, yo misma me encargaré de hacerlo…


Hace pocos días, antes de subir esta entrada, mi amiga me escribió algo que os seguro os resulta de interés.
¿Hola Alberto qué tal estas?

Te escribo para contarte una experiencia que tuvimos mi novio y yo el martes, por si quieres meterla en la entrada del blog. A falta de candidatos hemos decidido morbosear con juguetes. Me he comprado un pollón negro, ja ja ja ja ja, como a casi todos los cornudos les pone el contraste de colores y ver a sus mujeres folladas por esos grandes rabos así que me compré una polla grande y negra.

Esa noche compramos unas hamburguesas y nos fuimos al mirador, que de noche siempre tiene movimiento. En mi bolso, a parte del gran rabo negro, llevaba un frasquito de lubricante. Hablamos de tu blog y de que ojalá nos ayudes a encontrar algún amigo que merezca la pena, le confesé que me gustaría que en ese momento apareciese alguien y le dije que lo hiciéramos por si alguien pasaba y nos veía. Pronto se puso a comerme el coño y mientras lo hacía saque el pollón negro de plástico. Cuando me lo metí pude ver la cara de vicio y de cachondo que tenía mi chico. Me corrí varias veces seguidas, he descubierto con esto de los cuernos que soy multiorgásmica, así que Alberto, ayúdanos, quiero ponerle unos buenos cuernos a mi chico para que sea feliz.

Mañana tengo una cena de clase, donde estudio idiomas, a ver si caliento alguna polla mientras mi novio se queda en casita esperándome.

Un besote.




Mi mujer me preguntó: ¿te sientes mal por lo sucedido? Yo respondí poniéndome de rodillas besándole el chocho y sintiendo la lefa de mi compañero

“Alberto, tienes razón, mi mujer es muy bella y supercomplaciente, no hay posición ni lugar en el que se niegue a hacerlo. No veas como disfruta cuando se la folla nuestro corneador. Además, hace unas chupadas fabulosas y ahora le encanta hacerlo por el culo. La verdad es que será un honor para nosotros salir en tu blog y nos encantaría despertar el interés de tus lectores (y lectoras) y que publicaras muchos de sus comentarios.”


Unos días después de nuestra charla, este amigo me envió las fotos dedicadas y el siguiente correo:
“Hola Alberto, aquí están las fotos, espero que te gusten. Mi corneador nos hizo el favor de tomarlas y en una de ellas se ve como dejó de mojado el trasero de mi mujer. Lleva ya tres años con nosotros, es como de la familia, vamos muy bien con él. Algunas veces mi mujer se va a dormir a su casa, también quieren tener cierta intimidad y que yo no esté siempre presente. Otras viene a casa y pasa algunos días con nosotros, duerme en mi cama, mi mujer en el medio. Yo soy feliz viendo feliz a mi mujer. Me encanta ver como se la folla, es maravilloso cuando llegan juntos y ver cómo me la llena de leche, es la gloria. Espero que las fotos también gusten a tus lectores (y lectoras) y que hagan muchos comentarios, nos gustará leerlos y lo mismo nos abrimos a más corneadores. Ya sabes Alberto, que mi mujer siempre estará abierta para ti”.


Tres años, guauuuu, se puede decir que ustedes tienen ya una relación estable y consolidada. Me gustaría que me contaras como fue la primera vez, como empezó todo. (Y claro, mi amigo me lo contó)





Estimado Alberto: como creo que ocurre en la mayoría de las parejas que hacen tríos o se introducen en el mundo swinger, fui yo el que comenzó a insinuar a mí esposa el hacer realidad esta fantasía. Lo hice, con tacto, medio broma, medio en serio, le decía a mi esposa cómo sería eso de hacer un trío. En esos momentos mi mujer me mostraba su malestar por sacar estos temas. No me rendí Alberto y sabía que aunque ella me ponía mala cara, en el fondo le excitaba.


Unos días antes de mí cumpleaños, recostados en el sofá, me comentó su intención de hacerme un regalo especial. Por su sonrisa sospeché de que se trataba y así me lo confirmó: ¿todavía tienes ganas de hacer un trío? Quedé asombrado y sin más le dije que sí y le di un gran beso. Después le pregunté si estaba segura a lo que me contestó que quería hacerme un regalo que nunca olvidara y pensó en lo del trío. Aquella noche no pude dormir y pronto empecé a buscar candidatos. En internet no tuve mucha suerte Alberto, sólo veía a tipos impresentables, ninguno le gustaría a mi mujer, fotos falsas y poca educación. Aquí aprovecho Alberto para ver si en tu blog puedes incluir un perfil o unas características del corneador 10, en esos momentos me hubiera resultado de gran ayuda. También es verdad, que entonces no te conocía como ahora porque si no, sin duda, hubiera pedido que nos pusieras en contacto con alguno de tus amigos corneadores.




El cumpleaños se acercaba y no había encontrado a ningún candidato que merecería la pena. Temía que si dejaba pasar esta oportunidad mi mujer se iría enfriando. En esos días se había incorporado un nuevo compañero de trabajo, un tipo alto, delgado, bien parecido y tuve la oportunidad de presentárselo a mi mujer. Hechas las presentaciones y después de quedarnos mi esposa y yo a solas, sólo tuve que preguntarle: ¿qué te parece? Mi esposa me respondió con una sonora y amplia sonrisa. Así que me puse a trabajar y al día siguiente le propuse a mi nuevo compañero si quería venir a cenar a casa. No puso pegas. Poco después, hablando con mi esposa por teléfono le comenté que ya teníamos invitado y ella, sin cortarse, me dijo que le pasara para preguntarle por sus gustos de comida. Estuvieron un buen rato hablando, la sonrisa de mi compañero me confirmó su buena sintonía con mi mujer. Albeto, en esos momentos empecé a sentirme un auténtico cornudo consentidor y a sentir ese placer singular de portar un buen par de cachos.


Mi mujer y yo hicimos todo lo necesario para que mi compañero estuviera cómodo desde el primer momento. Le recibimos como buenos anfitriones lo que le sirvió para ganar confianza, esto y unos cuantos tragos dieron paso a una mayor complicidad entre los tres. Mi compañero contestaba a todas nuestras preguntas y nos contó que no tuvo muchas novias aunque de las pocas que tuvo nos dio muchos detalles. Aprovechando que mi esposa se fue para la habitación le pregunté: ¿te parece bonita mi mujer? Se quedó un poco sorprendido pero con carácter me respondió que le parecía una mujer muy bella y me felicitó por tenerla a mi lado. Antes de que volviera mi mujer le conté lo que tenía pensado mientras le ponía otro trago. Su cara de sorpresa me hizo dudar de si sería capaz de dar el paso pero en ese momento entró mi mujer en el salón, con una ropa más provocativa, y la sonrisa cómplice de ambos despejó todas mis dudas.




La conversación fue subiendo de tono y ya no le quitaba el ojo a mi esposa. Agarré a mi mujer y mientras le subía el vestido y le abría su escote le decía a mi compañero, “has visto lo guapa que es mi esposa”, ¿te gusta?
Alberto, tenías que haber visto la cara de los dos, la de mi compañero era una mezcla de sorpresa y deseo, la de mi mujer de sonrojo pero esto no le impidió darme un beso muy provocativo, ya iba suelta.




Te aseguro que me resultó superexcitante tener a mi compañero en frente mientras yo le iba señalando y mostrando las maravillas de mi esposa. Después de los primeros nervios mi esposa contribuyó a la excitación, mostrando, insinuando… Mi compañero estaba quieto, en frente nuestro, mi mujer me susurró al oído si me parecía bien que diera el paso, no esperó a mi respuesta, directamente se lanzó hacía nuestro invitado y empezó a comerle la boca.

Mi compañero le subió el vestido y empezó a meterle la mano por la braga, no lo veía pero seguro que sus dedos empezaron a perforarla. Creo que el más excitado de todos era yo y eso que ahora había pasado a ser el mirón de mi esposa y mi compañero.




Después de unos minutos entre ellos dos, mi esposa se dio la vuelta. No recordaba ver a mi mujer con esa cara de excitación. Se lanzó a besarme y a la vez puso su culo a la altura de la cara de nuestro nuevo amigo. Después se dio la vuelta y empezó a besarlo con el efecto novia que tanto echamos de menos los casados y al darme el culo sin bragas comprobé el rojo de sus excitación y se la metí toda. Mi compañero todavía estaba vestido y a mi señal empezó a quitarse camisa y pantalones, fue desplegando su bóxer para abajo mientras su miembro se forzaba para arriba para quedarse totalmente parada. Mi mujer no le quitaba ojo y con cariño guié su cara, no me pidió permiso, directamente se la tragó y en tres o cuatro fases la agarró con sus labios hasta la garganta. Alberto, ese momento supuso para mí un placer que nunca antes había sentido. Mi mujer se tragaba el rabo de mi compañero con un ansía especial y esto me suponía un éxtasis que nunca antes había sentido. Yo había pasado a ser un testigo del momento. Mi esposa estuvo un buen rato mamándole a mi amigo y cuando le apeteció se sentó sobre él y se la metió toda de un jalón para empezar a gemir de placer. Con ironía le pregunté a mi esposa, ¿te la quieres meter? Ya hacía un rato que la tenía dentro y ella me respondió con una cálida sonrisa. Mi compañero pasaba de mi, sólo estaba centrado en clavarle su rabo a mi esposa, no sé cuanto duró pero yo estaba sólo de mirón, cuando podía aprovechaba para rozarle un pezón a mi esposa y para cambiar de posición y ver desde todos los ángulos y a la distancia más corta posible la follada que le estaba dando mi compañero a mi esposa.



Mi esposa se la sacó y se puso a cuatro, mi compañero se situó detrás y empezó a empujar con más fuerza aún que en el anterior posición. Esta situación me permitió ponerme entre los dos y abrirle el culo a mi mujer para ver como entraba y salía el cipote de mi compañero. Minutos después el gemido se convirtió en un grito y un mensaje de mi mujer que iba destinado a mí: “cómo me gusta, cabrón” poco después de que se corriera mi mujer se empezó a mover con menor intensidad y esto le sirvió a mi compañero para que cerrando los ojos se fuera dentro de mi mujer, después se echó sobre la espalda de mi mujer y empezaron a besarse, yo estaba pero no estaba, si pude comprobar que la corrida desbordaba la raja de mi esposa la cual no dejaba la oportunidad de darle besos cariñosos, como si fuera su pareja… Alberto, fue glorioso.



Una vez recuperados mi mujer soltó una sonora carcajada y me preguntó: ¿Te ha gustado cariño? No dije nada, sólo reí y fine mi mirada en como por el interior de sus muslos resbalaba la lefa de mi compañero. Al darse cuenta mi amigo de donde fijaba mi marido, con gesto falso de timidez, me pidió disculpas por venirse dentro de mi esposa. Yo le dije que estuviera tranquilo, mi mujer seguía riéndose. Mi compañero también le pidió perdón a mi esposa por correrse dentro y mi esposa le dio un tierno beso en los labios.

He de reconocerte Alberto que mientras mi esposa y yo estábamos tranquilos, nuestro nuevo amigo estaba inquieto, rápidamente se vistió, parecía temer una reacción negativa por mi parte. Vestido y empezando a despedirse, me dio las gracias por haberle dejado follar a mi mujer. Mi respuesta fue la siguiente: “No, gracias a ti por haberme regalado junto a mi mujer un maravilloso regalo de cumpleaños”. Mi mujer le dio un largo beso en sus labios mientras con su mano le daba una última caricia al rabo de mi compañero. Antes de despedirse sí le dejé claro que yo no le había dejado follarse a mi mujer, si no que era mi mujer la que me había dejado a mi ver su primera follada con un corneador.



Tras la follada y la despedida de mi compañero vino un silencio que interrumpió mi esposa con la siguiente pregunta: ¿te sientes mal por lo sucedido? Yo sólo pude responder con un beso y poniéndome de rodillas empecé a besarle su chocho en el que sentí el semen de mi compañero. Aquella noche follamos varias veces, hacía tiempo que no lo hacíamos, y pude comprobar el placer de la segunda vuelta del cornudo y el confundir la humedad de mi esposa con la lefa de su corneador.



A la mañana siguiente le pregunté a mi esposa, supongo que por sacar el tema ya que sabía la respuesta, sí le había gustado mi compañero. Y si no le importaría repetir. Desde aquella noche han pasado tres años, en los cuales mi compañero se ha convertido en nuestro corneador de cabecera. Ni que decir tiene que ha habido momentos de máximo placer, como aquella vez que mi compañero le rompió a mi mujer su culo a pollazos.



Espero que les guste mi mujer, y con el permiso de Alberto Toro, les ruego a todos ustedes que me hagan llegar sus comentarios. Me excita saber lo que todos ustedes piensan de mi mujer, lo que le harían. También me gustaría recibir sugerencias y por supuesto, no se corten en calificarme como lo que soy: un cornudo consentidor, pero que disfruta plenamente del sexo con su mujer.

Leopoldo, marido de Sara: “viéndola follar con otro me excito más que si soy yo el que se la folla, es una sensación especial que sólo podemos entender los cornudos consentidores”

"Hola Alberto, soy Leopoldo, cornudo de una zorrita maravillosa, Sara, mi mujer. Llevo leyendo tu blog desde hace tiempo y tengo que felicitarte porque aportas mucho al mundo cuckold, es de los mejores que encontramos."


A primeros de año recibí el anterior correo. Mensajes como este me animan a seguir con la dura tarea del blog, la verdad, e intentando aportar mi granito de arena al universo cornudo consentidor. Como os podéis imaginar respondí, contactamos, me contaron parte de su vida, hablamos.

Recuerdo que la primera pregunta que le hice a Leopoldo fue, ¿cómo es tu mujer? Como cornudo, le encantó mi pregunta.

Sara tiene 37 años, le encanta el sexo, demasiado, desde que la conozco no puede vivir sin polla diaria. A parte de ese detalle del sexo, es una mujer completamente normal, le gusta también pasear, el cine, leer… Qué te voy a contar, me quedo corto si te digo que es un ángel. Además es guapa, sexy, atractiva, zorra…


Claro ante tal afirmación, mi siguiente pregunta fue, y ¿cómo le gustan las pollas a tu mujer?
Le vuelven loca las pollas gordas, le da igual que no sean muy largas pero tienen que ser gordas, son su debilidad. Le gustan anchas. Mira Alberto, mi mujer tiene la teoría de que lo importante de un rabo es que rellene huecos.

Después de aquella conversación, vinieron otras y Leopoldo me confesó que le encantaría ver a su mujer en el blog y que fueran muchos los que se pajearan viéndola. ¿Tú crees que Sara le gustará a mucha gente? No te quepa la menor duda, le dije, pero me tienes que dejar particpar en las fotos y… Le comenté a Sara la idea de Leopoldo y no puso ninguna pega, al contrario. Y bueno amigos, una soleada mañana de abril quedamos los tres a pasar el día juntos, charlar y realizar las fotos.


¿Sara, cuánto tiempo lleváis juntos?
Llevamos muchos años juntos y cada día estamos mejor, nos conocemos mejor. Somos una pareja sólida.

Sin duda, sólida y cómplice. No hay más que veros. Cuándo empezó vuestra afición por las prácticas sexuales avanzadas. Leopoldo responde, siete u ocho años, más o menos. Le interrumpe Sara, no, por lo menos diez. Leopoldo se explica, bueno, la verdad es que empezamos a realizar tríos con tíos, los dos para ella. Sara interviene para subrayar que nunca encontraron una chica que les acompañara. De los tríos pasamos al mundo swinger y después de probar muchas cosas, llegamos a la conclusión de que lo nuestro son los cuernos.


Sara, qué características debe tener para vosotros el corneador ideal.
Para nosotros el corneador ideal debe tener tres requisitos que son fundamentales. Primero, una polla ancha; segundo, tiene que saber estar; y tercero, que sepa de lo que va este juego, con las ideas claras, que no se confunda.

¿Me podéis contar alguna experiencia que tenga un significado especial para vosotros?
Una que recuerdo con mucha agrado, y seguro que Sara opina lo mismo que yo, fue en unas vacaciones. Una mañana nos fuimos a la playa pero sin haber planificado nada. Sara se puso en top less y al lado se tumbó un guiri madurito. Ella no se dio cuenta pero el guiri no le quitaba ojo, pasaba el rato y el tipo solo miraba hasta que yo empecé a dar crema a mi mujer y le retiraba el tanguita, llegue a meterle crema por la raja para ver si el guiri se daba por aludido pero ni por esas, ya tuve que mirarle, guiñarle un ojo y por fin se decidió a entrarnos. No recuerdo que nos preguntó pero luego Sara facilitó mucho las cosas y al poco tiempo estábamos en su apartamento, yo mirando y ellos follando, jejejejeje.

Mirando. Subrayo lo de mirar porque vosotros los cornudos consentidores encontráis un placer especial viendo a vuestras esposas en acción. Leopoldo, ¿podrías describirnos el placer que sientes como cornudo mientras se realiza la fantasía?
Me encanta verla disfrutar, ya sea conmigo o con otros. Viéndola follar con otro me excito tanto o más que si soy yo el que se la folla. Es una sensación especial, sólo podemos entenderla los que somos cornudos. Seguro que los muchos cornudos que te leen entenderán lo que te estoy diciendo. Hay que ser cornudo, tienes que asumir que eres un cornudo para sentir, para disfrutar esos momentos.

Pero Leopoldo, habrá un momento o momentos que para ti tengan un sentido especial durante la práctica corna. Tengo un amigo cornudo que me dice que cuando más disfruta es en los momentos en que se da el primer contacto con el corneador, en ese tiempo de dudas por parte de todos y cuando al poco se va dando una complicidad a tres...
Mira Alberto, te soy sincero, para mi el mejor momento es mientras Sara es follada por otro, tocarla el chocho y comprobar lo cachonda que está… Notar como está mojada, más que cuando lo hacemos los dos solos. 


Sara, ya no queda más carmín. ¿Vuestra complicidad en el sexo y como pareja es mayor desde que realizáis prácticas cornas?
Sin ninguna duda Alberto.

Ahora sí que se acabó, Leopoldo, espera un momento antes de realizar la foto. ¿Sara, te gusta exhibirte
Más que exhibirme me gusta sentirme deseada. Me pone a mil ver como un hombre o varios hombres se excitan viéndome.

Empezaste a realizar estas prácticas por darle gusto a Leopoldo o porque te apetecía a ti.
Por ambas cosas, principalmente porque me da placer pero este placer aumenta cuando veo a Leopoldo que lo disfruta casi más que yo, aunque yo sea la que hago sexo y el mira. Además, todo esto rompe la rutina sexual que en una pareja es mortal a veces.

Sara, ¿te supuso mucho esfuerzo dar el primer paso? Es decir, te costó mucho la primera vez follarte a un extraño delante de tu marido de una manera corna.
La primera vez me costó pero estaba muy respaldada por Leopoldo, además como veníamos de practicar tríos e intercambios la primera experiencia corna fue fácil. Sí es verdad que al principio y antes de conocer a Leopoldo me retenía mucho el temor, la timidez,  a la hora de practicar sexo aunque siempre me ha vuelto loca hacerlo.


Antes hemos hablado de cómo te gustan las pollas. Ya sé que te van las anchas.
Sí, me chiflan gordas y potentes.

Sara, ahora viene una de mis preguntas clásicas. ¿Sueles animar a Leopoldo a que baje al pilón? Para los neófitos, que el marido coma el rabo al corneador a dúo con su esposa.
Ja, ja, ja, ja…. (Sara mira a Leopoldo) Siempre que puedo¡¡¡¡

Leopoldo, a ti sobre esto no te pregunto, jejejejeje. Sara, la última, ¿Te gusta que tu marido esté presente mientras follas con el corneador de turno o prefieres tener un grado de intimidad al principio o durante el polvo y que tu pareja se ausente por un rato?
Aunque me gustan todas las opciones prefiero que mi marido esté siempre presente.
Pues Leopoldo, no hace falta que te vayas. Sara, eres maravillosa.



("UA-21720468-1")