C. y V. (II) la entrevista. Carlos: "pasaron unos segundos interminables hasta que agarré el rabo engomado del corneador para dirigirlo al coño de mi esposa, lo tenía tan abierto y mojado que entró con absoluta suavidad"

Hace unas semanas publiqué la primera entrada de Carlos y V. Ilustrada con unas fotos de ella en plena actitud cuckold, la entrada nos narraba el primer encuentro que tuvieron. Tenía pendiente la entrevista para saber más detalles de ese momento y para que nos comentaran, en primera persona, sus inicios y sus pareceres sobre los juegos cornudos.
Las fotos que ilustran la entrevistan las protagonizan esta pareja en unos de sus momentos íntimos en los que rememoran sus aventuras fuera del dormitorio marital. Agradezco su dedicatoria por lo que se refiere a mí y por todos vosotros, mis queridas lectoras y lectores, ya que certifican la veracidad de sus testimonios. Por cierto, V. muchas gracias por seguir mis indicaciones y hacer la señal de cuernos a Carlos, en tu mano esa señal queda aún más bella. Sin más preámbulos.


Alberto Toro.- Carlos y V. se presentan como una pareja normal, con sus trabajos diarios, obligaciones familiares que viven el día a día como cualquier otra pareja “normal”. Rondan los cuarenta tacos y mantienen una vida sexual activa (yo digo que más que activa) desde el primer día que se conocieron.

Tienen afición a descubrir prácticas sexuales nuevas que amplíen su vida sexual. Me comentan que en los últimos años han tocado muchos palos en sus polvos, desde la sumisión-dominación, tríos, juegos swingers, exhibicionismo (muestra de ello es aquel paseo veraniego por Mojácar, doy fe), castidad forzada, BDSM, entre otras muchas. Y claro, también una relación cuckold en la que se encontraron sin buscarla pero que hoy forma parte de su vida sexual, de manera real y según me confiesan de manera muy placentera. Que tomen nota esas parejas que agotan sus juegos y condenan su relación sexual al aburrimiento y la inevitable desgana.

Carlos y V. llevan ya unas cuantas aventuras pero como ellos dicen, la mejor está aún por llegar y seguro que la contarán aquí pero de momento nos vamos a centrar en su primera vez. Atención a lo que nos dice V., la esposa, “Nos gusta mucho el sexo y lo disfrutamos al máximo, estos juegos cuckold nos han unido mucho pero hemos podido llevarlos a la práctica por nuestra complicidad y unión”. 


Alberto Toro.- Me habéis dicho que desde vuestros inicios como pareja tenéis una activa vida sexual. Todas las parejas en sus inicios suelen tener esa gran actividad sexual, bien, pero en qué momento de vuestra relación pasáis a otra pantalla en la que el sexo no es tan convencional y no se limita a la pareja.
Carlos.- Nuestra vida sexual nunca ha sido convencional. Cuando nos conocimos los dos sabíamos que no queríamos una relación vainilla clásica y buscamos, seguimos buscando, todas las opciones que nos puedan dar placer. Al poco tiempo de conocernos habíamos hecho nuestro primer trio MHM y unos meses después acudimos a nuestro primer lugar swinger donde hicimos el primer trío HMH.

AT.- Pero quién tomó la iniciativa y qué papel jugó tu esposa (V.) en el proceso.
C.- Como la mayoría de las parejas con las que hemos estado hablando, la iniciativa surgió del hombre. Aunque es verdad que V. siempre ha sido muy abierta y no puso muchas objeciones… (Carlos sonríe y V también lo hace mientras nos lanza una mirada cómplice).

AT.- ¿V. siempre fuiste una esposa suelta y abierta? Cómo era tu vida sexual antes de conocer a Carlos.
V.- (esposa de Carlos).- Antes de conocer a Carlos era una esposa “normal”, de polvo semanal. Sin más. Aunque sabía realmente que había algo dentro de mí que estaba por descubrir. Y vaya si lo descubrí.


AT.- Cómo fue vuestra primera experiencia cuckold.
La primera vez fue en un local swinger. Antes habíamos tenido algunos encuentros con chicos pero nunca habían sido puramente cuckold. Fueron, más bien, contactos entres tres, el típico trío HMH.
Como te digo el primer día cuckold fue en un local swinger. V. eligió a su amante y te puedo decir Alberto que se lo folló como le vino en gana.
En el local había varios chavales con ganas de ella, no había más que pararse en sus miradas y en la forma de acercarse a nosotros. Ya sabes como funciona esto en los clubs de intercambios. V. eligió al que más le gustó y me mandó a por los condones a la taquilla. Sentí un escalofrío como mi esposa, de manera cariñosa pero asertiva me indicó lo de los condones delante del chaval.
Luego, durante la faena, me hizo comerle la polla y después ponerle el condón. No lo hice mal, antes V. me había instruido en la manera que tenía que agarrar el cipote del muchacho por su arranque y coronarle el cabezón con el plástico. Debo confesarte, Alberto, que en los tríos anteriores que habíamos hecho ya había practicado en engomar al tercero del trío.

AT.- Carlos, nos queda clara tu maestría a la hora de engomar el rabo del corneador y creo entender que sientes un placer especial en ese rito pero qué vino después.C.- Después se lo folló en todas las posturas posibles, mientras el resto del local (y yo mismo) miraba. Los gritos y gemidos que pegaba debían de oírse incluso fuera del local. Cada vez que le pegaba una embestida gritaba “Joder, cornudo, cómo me está follando!” O decía “esto sí que es follar, cornudo!” 

AT.- Carlos me has confesado que ese momento en el local swinger, ver como otro tipo se follaba a tu mujer, fue una de las mejores experiencias sexuales de tu vida. Cuéntanos por qué, qué sentiste, qué papel jugaste.
C.- La verdad es que es una situación que recomendaría a cualquiera que realmente quiera a su mujer. Verla disfrutar y disfrutar con ella mientras otro se la folla es algo que no se tiene todos los días. Es una sensación de haber llegado donde tantas veces has fantaseado. Que te diga lo bien que se la está follando, que alabe en tus narices las virtudes de la polla de un desconocido, ver cómo le besa o cómo le acaricia la espalda… Todo ello acompañado de la pertinente incertidumbre de no saber cómo va a salir todo. No saber cómo te vas a sentir o cómo se va a sentir ella. Si puede haber consecuencias, incluso, en la propia relación. Finalmente, como ya hemos comentado, fue todo muy bien y el placer superó con creces las dudas.

Durante la faena me hizo comerle la polla y después ponerle el condón. No lo hice mal, antes V. me había instruido en la manera que tenía que agarrar el cipote del muchacho por su arranque y coronarle el cabezón con el plástico. Debo confesarte, Alberto, que en tríos anteriores ya había practicado en el engome del tercero.

AT.- Además, lo hicistéis delante de toda la gente que estaba en el local, ¿esto os supuso un placer especial y añadido?C.- Si, la verdad es que el exhibicionismo siempre nos ha gustado. Nos encanta que nos miren mientras follamos. Esta situación no fue una excepción y todo el mundo pudo comprobar mi estado cornudo mientras follaba mi esposa.

AT.- Me comentas Carlos. que tu papel fundamental fue el de marido mirón y facilitador del encuentro. ¿Tuviste en algún momento del polvorón un papel más activo?V. antes de nuestra primera experiencia cuckold me instruyó en el procedimiento y me dejó claro que siempre debía limpiar la polla que se iba a follar, así que esto fue lo que hice. Te puedes imaginar, V. me cogió la cabeza por la coronilla y con autoridad dirigió mi boca al capullo del corneador. Sobreactué un poco mientras me negaba aunque en el fondo estaba deseando mamar, V. lo sabía y me siguió el rollo. El chaval debió de alucinar pero no tardó mucho en trempar, instante que aproveché para ponerle el condón. Ya en situación, pasaron unos segundo interminables y agarré el rabo engomado para dirigirlo al coño de V. Lo tenía tan abierto y mojado que entró con absoluta suavidad. Fue uno de los momentos que sentimos más placer, ver tan de cerca, en primer plano, el coño que más deseas, el de tu ama, penetrado por otro pollón es fantástico.


AT.- V. qué tipo de cornudo te gustaría que fuera Carlos.
V.- Me gusta que Carlos adopte el rol de cornudo que tiene como primer objetivo proporcionarme el mayor placer sexual y satisfacción. Que sea facilitador.

AT.- Qué detalle o detalles te llamó la atención V para que eligieras a aquel primer corneador. Supongo que habría otros tipos con ganas, suele ocurrir en los días abiertos a chicos en los locales swingers.
V.- Siempre es un tema de feeling, de conexión personal. En un principio había elegido a otro chico pero en cuanto se cruzó X cambié sin dudar, tenía claro que sería mi amante para esa noche. Y la verdad es que tuvimos suerte, siempre hay que tener en cuenta este factor. X no sabía que iba a desempeñar un papel de corneador, supongo que se veía ya en el típico trío HMH y la actitud de Carlos le debió sorprender pero la verdad es que actuó como un corneador experimentado.
Pero ya te digo, Alberto, como en cualquier relación en personas, la conexión es primordial.

AT.- Carlos, te has referido a tu esposa, en algún momento de la conversación, como tu ama. Explicate. ¿Es V. una esposa dominante?
C.- La relación cuckold que hemos establecido es de Ama-cornudo. Ella decide, ella manda y yo obedezco. Me trata bien, es verdad. No es una dominación humillante ni una relación de despotismo absoluto, sino que cuida la dominación para que todos nos sintamos a gusto. Los límites los pone cada uno, obviamente. 
Desde aquella relación, V. no me deja tocarle las tetas. Al principio me puso la excusa de que las tenía doloridas por cómo se las apretó el chico del local y no paró en ello pero pronto observó que ese impedimento me producía un placer especial, me lo notó. Y desde entonces emplea frases como: “estas no son para ti” o “dónde vas”. Ayer, me despiste intencionadamente y después de sobarlas un poco, V. me castigó con unos azotes. El caso es que a mí esto me calienta y me excita muchísimo. A ella también.
Con el culo (ojete) ya hace tiempo que me va advirtiendo que no es para mí, lo reserva para alguien especial (yo solo se lo he follado una vez en nuestra relación) Ahora solo puedo penetrar el coño pero sin tocar las tetas. Creo que si llega el día en que V. me prohibe su coño, también lo disfrutaré.

Alberto, como en cualquier relación en personas, la conexión es primordial.

AT.- ¿Esperas que la cosa se quede ahí?
Carlos.- Hace ya varias semanas que V. no deja que me corra. Llevo tres eyaculaciones frustradas y amenaza con que voy a estar así hasta final de año. Y ahora mientras follamos me dice que necesita un buen corneador porque yo no doy la talla, esto me excita especialmente (V. mira a Carlos y después sonríe ante mí)

V. interrumpe a Carlos y sonriendo me dice:
V.- Cuando quiero que pare de follar le digo “Carlos, cada día me follas peor” y noto como está para reventar.

AT.- Mis queridos lectores, tengo claro que Carlos se va a convertir en un cornudo consentidor de libro. Y no solo porque cumple con muchos de los procedimientos del rito cuckold pero es que también lo disfruta de una manera intensa y especial. Durante la conversación previa a la entrevista, Carlos me comenta que al residir en una ciudad pequeña en la que todos se conocen no puede desarrollar su rol de cornudo con total libertad pero que le encantaría lograr que su entorno supiese de su condición. También me dice que solo de pensar en situaciones delante de personas en las que su esposa es magreada por otro tío o como un extraño se enrolla con ella, sería un placer especial. Ahora le voy a preguntar por eso.

AT.- Carlos, cómo vives que otras personas ajenas a estas prácticas pudieran descubrir tu rol de cornudo consentidor o marido facilitador.
C.- La mirada de la gente cuando sabe que eres cornudo es algo muy difícil de describir. Los hay que te miran con incomprensión, sin entender muy bien por qué está pasando eso, otros te miran hasta con lástima, otros con aire de superioridad. Percibir esos sentimientos hacia un cornudo es altamente gratificante. Solo los maridos que estamos en el tema y disfrutamos de estos juegos al tener la complicidad de nuestras esposas podemos entender ese placer que las personas ajenas desconocen.


AT.- V. ¿tú te consideras ama de C.?
V.- Yo amo a Carlos. A partir de ahí, me considero lo que haga falta. Depende de lo que pida la situación. 

AT.- Está claro que Carlos tiene tu complicidad y lo más importante, tu amor. Desde tu posición, V., qué consejos les darías a las esposas que se niegan a estos juegos para que se animaran.V.- A mí estas prácticas me hacen sentir muy cerca de mi pareja. Además, creo que es todo un reto para un hombre “hecho y derecho” ver como su más preciado tesoro es disfrutada por otro. El único consejo, no solamente para las esposas, sino también para ellos, es que no se cierren a nada, que hablen mucho con su pareja, que expresen sus pensamientos, dudas, miedos, etc. Finalmente, deben ser decisiones de pareja, de los dos, eso debe quedar claro.
AT.- Y tus recomendaciones, Carlos.
C.- No creo que sea nadie para dar consejos sobre esto, pero lo más importante es que la pareja se sienta cómoda con lo que está haciendo. En nuestra relación pensamos que tenemos que ir siempre juntos, y eso es lo que nos permite llegar donde sea. Yo jamás forzaría ninguna situación y disfrutaría de cada “regalo” que vaya apareciendo en el camino. Cada situación que vaya apareciendo puede convertirse en la punta de lanza de una verdadera aventura sexual si se trata de la forma adecuada. 

V.- A mí estas prácticas me hacen sentir muy cerca de mi pareja. Además, creo que es todo un reto para un hombre “hecho y derecho” ver como su más preciado tesoro es disfrutada por otro.

AT.- En vuestra anterior entrada tuve el honor de publicar algunas fotos de V. en Mojácar y con la camisa cuckold. Muchos lectores me han preguntado detalles de ese día. Por favor.
C.- V. mi esposa, va siempre sin bragas, eso no fue ninguna novedad. Decidimos salir a dar una vuelta con la moto y ya podéis imaginar cómo le quedaba el culito con esa falda que llevaba. Después de visitar Mojácar estuvimos en Vera, donde mi esposa pudo exhibirse todavía más en un hotel naturista. Mucha gente no sabe lo que significa la camiseta y pasan descuidados por el lado de V., mirando más las piernas o el culo que la propia camiseta. Sin embargo, en una ocasión, un chico se nos acercó a preguntar por la camiseta. Podéis imaginar la vergüenza (y el placer) que se pasa cuando un desconocido sabe (y te dice con una media sonrisa en sus labios) que eres un cornudo.

Carlos: mucha gente no sabe lo que significa la camiseta y pasan descuidados por el lado de V., mirando más las piernas o el culo que la propia camiseta. 
AT.- V. desde tu perspectiva femenina qué valoras más en un corneador.V.- Aparte de las cosas obvias como el físico, la limpieza y el olor, para nosotros ha sido decisivo que sea respetuoso. Nos hemos encontrado con supuestos corneadores que eran maleducados o groseros. Eso nos hace descartarlos de entrada. Aunque Carlos es un cornudo, no deja de ser mi pareja y lo quiero con locura.
AT.- Y para ti, C. Qué perfil de corneador es el ideal para ti.Carlos.- El corneador ideal para mí es el corneador ideal para Ventura. No hay más.


 


C. y V. (I) contactan con el blog: “fue una de las mejores experiencias de mi vida ver como otro hombre se follaba a mi mujer y tenía la necesidad de contárselo a alguien”

Al finalizar el pasado verano se puso en contacto conmigo un nuevo seguidor del blog, C. es su inicial. Junto con su esposa (V.) había parado en el blog de Alberto Toro y me mandaron su impresión sobre las experiencias que publico, mis consejos, etc.

Como otras muchas parejas se iniciaron en este mundo fantaseando con los juegos y después de afianzar esa complicidad necesaria, dieron sus primeros pasos.

C. valoró tener a mano las experiencias de otros cornudos que recojo en el blog y sobre todo esa labor que a veces hago de asesoramiento a parejas para que logren sus objetivos en estas fantasías.
Incluyo a continuación el primer correo que recibí de C. y V. En breve, publicaré una extensa entrevista sobre sus primeros pasos y contaré alguna de sus primeras experiencias.

Os aseguro que el testimonio de esta pareja, C. y V. os impresionará, alguno de vosotros se verá reforzado en la idea y dará los pasos para que su esposa explore otros caminos sexuales.

Leer con atención el correo, a continuación doy mi opinión sobre las reflexiones que plantea C. y, sobre todo, disfrutar de las imágenes de V. da gusto verla tan suelta, tan bella, inundada por el sol de Mojácar. Cabrones, a más de uno le encantaría pasear junto a su esposa con la actitud de V. y disfrutar de las miradas que provoca entre los caminantes playeros.



Buenos días, Sr. Alberto.
Lo primero de todo, presentarnos y decirle que acabamos de conocer su página. Nos estamos iniciando en el tema cuckold y la hemos estado visitando últimamente porque nos encanta el modo en el que tratan este apasionante campo de la sexualidad que son los cuernos. Somos C. (esposo) y V. (esposa). Tenemos algo más de 40 años y una relación bastante afianzada. Hace unos meses, casi por casualidad, empezamos a fantasear con el tema de los cuernos consentidos hasta que, por fin, la fantasía se volvió realidad. 
Este pasado sábado Ventura tuvo su primer encuentro con un corneador, estando en mi presencia en un local swinger, y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Ver cómo otro hombre se la follaba bien fuerte mientras ella chillaba por el placer y todo el mundo mirándolos, mientras yo me dedicaba a chuparle el ojete a Ventura... Ufff... sólo de recordarlo…
Tenía la necesidad de contárselo a alguien, ya que esta felicidad del cornudo poca gente la entiende y he pensado que usted sería un buen conocedor de estas situaciones.
Le envío unas fotos de mi Ama para que vea la camiseta que llevaba este verano...
Respetuosos saludos.


De la presentación que hacen C. y V. subrayo el apunte que nos hace sobre su matrimonio, “tenemos una relación bastante afianzada”. Sin duda es la situación ideal en una pareja para empezar a dar los pasos en estos juegos. Está claro que si se da esta complicidad entre ambos será mucho más fácil hablar de esto sin que haya ningún problema ni drama Es más, muchas esposas agradecerán la confianza del marido y muchos maridos se sorprenderán de la respuesta afirmativa una vez se lo planteen a sus esposas. Seamos sinceros, la mujer se plantea muchas veces ese espacio de libertad que supone la infidelidad y si esta es consentida por el marido todo es mucho más fácil.

No siempre recomiendo que el primer encuentro en cornudo se produzca en un local swinger, a no ser que la esposa sea lo suficientemente abierta. Como sabéis en los locales swinger mucha gente va a mirar y a no ser que produzca un placer especial exhibirte puede resultar un reparo para el matrimonio. En el caso de V. y C. está claro que fue una de sus mejores experiencias sexuales.



Por último, y cito textualmente a C. “la felicidad del cornudo poca gente la entiende”. Cierto, no todo el mundo es sincero y finge indignación por el hecho de que su mujer interactúe con otro hombre pero muchos de vosotros, maridos cornudos, entendéis ese placer. Pero claro, hay que contarlo y que mejor para hacerlo que en el blog de Alberto Toro. No es broma, os aseguro que más de un marido se otorga un label de experiencia en estos juegos cuando presume ante sus amigos, mi experiencia ha sido publicada en el blog de Don Alberto Toro.

Os emplazo a que visitéis las próximas semanas en el blog para que leáis de primera mano una entrevista que promete ser muy interesante y didactica para estos juegos.

Gracias V. y gracias C. por confiar en este blog para hacer pública vuestras fantasías y experiencias.

Cuando el marido le dice a otro hombre: ¿Quiere acostarse con mi esposa? o cuando el tercero es un saltimbanqui

Mis queridas amigas y amigos, llevaba más tiempo de la cuenta sin dar señales de vida pero por motivos placenteros y no ajenos a mi voluntad he incumplido mi sagrado deber de entregar los correspondientes contenidos en estas últimas semanas. Ruego me disculpéis.


He podido comprobar que el número de comentarios para el blog va en aumento lo que me llena de orgullo y satisfacción. Muchos de esos comentarios no verán la luz por razones que ya sabéis: no ser correcto ni respetuoso, dar números de celulares que no podemos asegurar que sean de la persona que dice ser o simplemente porque no añaden nada interesante al blog. Os recomiendo, eso sí, que os registréis para que podáis interactuar con mayor facilidad.

Este tiempo, mis queridos cabrones, no penséis que he estado perdiendo el tiempo. Hoy os puedo adelantar que en breve publicaré una interesante entrevista con una pareja que juega a esto y podréis comprobar la belleza de la esposa, Ventura, una maravilla. También tengo casi terminado unas recomendaciones básicas para aquellos que queréis cornear y una actualización de mis diez consejos básicos que es una de las entradas con más visitas del blog, por algo será.

¿Quiere acostarse con mi esposa?
Uno de mis periódicos favoritos es La Vanguardia, un ejemplo de periodismo de máxima calidad. Desde la información hasta los artículos firmados, pasando por sus reportajes, información gráfica, es difícil encontrar en España un diario de esta calidad. Una pena que desaparezca el papel y que se pierda esa sana costumbre de abrir sus páginas y encontrarse con la columna esporádica de Don Joaquín Luna, maestro del periodismo.

El pasado 9 de diciembre, en las páginas de opinión de La Vanguardia, concretamente en la 32, la columna de Luna me impactaba por su titular: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Yo soy de los que se paran en la columna de Luna independientemente del titular pero comprenderéis que con ese mensaje leí su artículo con especial atención.



En la tercera línea el genial columnista, periodista y escritor nos hacía partícipes de la invitación que un matrimonio de Guadalajara le hacía para visitar Madrid por Navidad “a fin de tener relaciones sexuales con la esposa”. Lamentablemente para este matrimonio la respuesta de Joaquín Luna fue negativa pero respetuosa como corresponde a un caballero cuando está por medio la esposa y el marido.

Luna, siguiendo el tema de esta columna, apuntaba: “De mis tiempos en París… certifico que existen hombres cuyo placer es ver lo que es capaz de hacer, decir y soltar su pareja cuando está con otro hombre, espectáculo en el que encuentran eso que llamamos morbo, un refinamiento más intelectual que físico”. No creo que yo lo hubiera dicho mejor y con esa elegancia en la palabra escrita de Joaquín Luna.

Muchos de vosotros, mis queridos lectores, sabéis de ese morbo, de estar al otro lado del espejo y ver cómo la esposa (por voluntad propia) entra en el juego y se suelta en el sexo con otro tipo. ¿Morbo? Yo entiendo el concepto pero en este blog encajaría más placer que morbo, tanto para el marido cornudo consentidor como para la esposa animada y, por supuesto, para el tercero en concordia.

No son muchas pero si he conocido alguna pareja en la que ella tenía gran admiración por un determinado personaje de relevancia pública y el marido, por darle el gusto, intentaba contactar con el susodicho para lo que os podéis imaginar. En la mayoría de los casos no suele materializarse ni el encuentro ni el remate pero sé de un par de casos en los que se ha consumado el contacto y el remate, jamás revelaré el nombre del protagonista por respeto a esta pareja amiga y está mi palabra como garantía.



Para aquellos que queréis ser corneadores y me preguntáis cuáles son las virtudes que se deben tener para triunfar en esto. Yo siempre digo que la primera cualidad es que tengáis la suerte de que la esposa quiera, ella es la que casi siempre tiene la última palabra, además de tener la complicidad del marido consentidor y por supuesto algunas que otras cualidades, tampoco son tantas, D. Joaquín Luna en el siguiente párrafo que cito literalmente de su artículo, os puede guiar.

“Yo, modestia aparte, reunía algunas de las virtudes del perfil de saltimbanqui sexual requerido para este tipo de situaciones. Ni alto ni bajo, ni guapo ni feo y, sobre todo, un centrocampista muy disciplinado –algo así como Sergio Busquets–, incapaz de romper la regla de oro: no tomar la iniciativa y aún menos tratar de convertir en bilateral –y secreta– una relación abierta y libertina.”

Si Don Joaquín nos contara. Estoy en casi todo de acuerdo en las virtudes de ese tercero pero deberían ampliarse para la especialidad de este blog ya que no se trata de un simple trio HMH en donde el marido está de miranda o solo tiene una leve participación. Es decir, el tercero debe tener, sin perder en ningún momento la caballerosidad, una actitud un tanto dominante o activa con respecto al cornudo. Ya hablaremos sobre esto en otra futura entrada.

El periodista de La Vanguardia apunta la segura posibilidad de que algún lector de su columna se pueda escandalizar, normal, aún hay gente que todo lo relacionado a las nuevas fronteras del sexo le sorprende y no lo ve bien. En fin. Pero Luna apunta a este tipo de prácticas como un juego para salir de la rutina sexual del matrimonio: “Aunque el lector pueda escandalizarse, mi papel afianzaba esas parejas porque, llegados a ciertos desgaste, las parejas necesitan estímulos y más vale ampliar los límites de la convivencia que dinamitarlos”. Cierto, sin paliativos, y genial en su exposición.



En su columna, Luna hace referencia a la complicidad del marido. Qué bien vienen esos apuntes del cornudo para que la esposa lo pase fenomenal: “La tarea no es tan complicada y cuenta, además, con una ventaja impagable: la información privilegiada” que suele suministrar al marido en los contactos previos, antes y durante del momento mágico.

La columna termina con una inteligente reflexión que yo he comprobado en algunas ocasiones. Dice Luna: “Lo que nunca me ha quedado claro es si los hombres que disfrutan viendo a sus parejas con otro –un desconocido, un arrabalero, un forajido- lo hacen por generosidad –en gran parte sí- hacia ella o por un machismo paradójico: la poseo de tal manera que aviso a un saltimbanqui (léase corneador) llega, cumple o no, se viste y se va y ella sigue mi juego”.

Demoledor. Yo confío en que la esposa es la que tiene la última palabra, con esa autoridad discreta, a veces silenciosa, respecto a lo que pueda o no ocurrir.

Sin duda, hay muchos maridos que se presenta como cornudos consentidores pero en el fondo son unos putos manipuladores capaces de llevar a un extremo la relación con su esposa. No siempre se les descubre pero de ser así, recomiendo al corenador que pase directamente del tema si no lo ve claro. Disfrutará más cuando el cornudo lo haga por generosidad hacia su esposa. Ojo, cuando he leído lo de “machismo paradójico” me han entrado ganas de borrar el blog, no lo he hecho pero no lo descarto.

Espero que D. Joaquín Luna no se moleste por citar su columna en este blog. Os incluyo a continuación un enlace a la web de La Vanguardia en donde podéis encontrar sus artículos, incluido el que protagoniza esta entrada: ¿Quiere acostarse con mi esposa? Y otros más de este gran periodista y escritor.


https://www.lavanguardia.com/autores/joaquin-luna.html

https://www.lavanguardia.com/cultura/20180617/45179256001/joaquin-luna-menuda-tropa-trayectoria-periodismo.html

Pero ya que hablamos de La Vanguardia no me puedo resistir, ya que visitáis su web no os perdáis lo siguiente, me refiero a la crónica “Cinco prácticas sexuales en pleno auge” de Silvia Colomé, sobre el Salón Erótico de Barcelona de 2015. Menos mal que no se ha retirado, y hacerme caso, ver el video de youtube.





("UA-21720468-1")