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Al corneador, el culo y a la esposa del cornudo, también por el culo

Aprovechando que en estos fríos días se representa en Madrid la adaptación de la novela de Toni Bentley “La rendición”, interpretada por la genial Isabelle Stoffel, voy haceros una reflexión sobre la importancia del culo y el ojete en el sexo cornudo. Espero que os sea de utilidad y que demos al culo el papel que merece en estas prácticas. 

La genial Isabelle Stoffel

Para poneros en situación, Toni Bentley, ex bailarina estadounidense de ballet clásico, describió en “La rendición” su particular búsqueda personal a través del sexo anal. No os asustéis pero la autora, Toni Bentley, llegó a afirmar que “encontró a Dios dejándose follar por el culo”. Precisamente esas palabras “follar por el culo” impactaron en la cabeza de Isabelle Stoffel, la actriz, y se puso manos a la obra para personalizar la idea de la obra en un monólogo teatral. 

La belleza serena, inteligente de la actriz Isabelle Stoffel.

Para los que tengáis problemas de hemorroides es posible que os cueste entender como en la obra se considera al sexo anal como un acto sagrado, cito: “la entrada por la salida la lleva al paraíso”. Podría pareceros un exceso pero a los que alguna vez nos hemos dedicado a dar placer por el ojete a alguna mujer, supongo que esto también será extensivo a los que hayan petado algún otro de sexo masculino, podemos entender esa idea. Y es que amigos y amigas, cuando coges a una mujer casada con un culo redondo y un ojete bien dibujado que deje transitar sin problemas el cipote corneador…. Uf, es una maravilla. Y qué decir de esa sensación cuando embutes los 20 centímetros y el ojete se convierte en un anillo que aprieta de manera placentera el arranque del troncho la polla, no se puede describir hay que sentirlo. 

Toni Bentley llegó a afirmar que "encontró a Dios dejándose follar por el culo".

Sí, es obvio que hablo desde el que da, pero os aseguro que he conocido a muchas mujeres, sobre todo casadas, que me han confesado el inmenso placer que sienten cuando un buen rabo les folla el culo. Y seguro que alguno de vosotros aunque no os hayan hecho oralmente esta confesión habréis sentido como la afortunada dama se retuerce de placer al enrabarla el ojete. Sí, amigo, y ese placer alcanza el grado superlativo cuando después de disfrutar el proceso y lefar dentro, levantas la mirada y ves la cara babeante del marido manso que goza como un macho corneador hace feliz a su mujer y realidad su fantasía cornuda. 

Precisamente esas palabras “follar por el culo” impactaron en la cabeza de Isabelle Stoffel

Volviendo a “La rendición”, como es obvio la obra va a más allá de un simple monólogo sobre los placeres anales. Su intención también es reflexionar sobre la sexualidad y la relación en pareja. Desde luego que si tenéis oportunidad de verla no os la perdáis. La obra puede provocar sensaciones y traer a la mente situaciones vividas reflejadas en la maravillosa interpretación de Isabelle Stoffel. Os confieso que viendo su cuerpo, su belleza, pero sobre todo la forma de expresar el mensaje… vamos, que me la puso dura. 

“la entrada por la salida la lleva al paraíso”

Y llegados a este punto os digo la reflexión. Queridos amigos, una relación corna, se completa cuando el corneador disfruta del culo de la esposa. Como siempre os digo, no debéis presionar pero si os encontráis con alguna mujer reacia, tratar de convencerla con la razón y en la obra de “La rendición” podéis encontrar muchos argumentos. El marido cornudo también tiene que facilitar el tránsito del rabo del corneador en su esposa y convencerla de que ese paso puede llevar a una unión de pareja más solida. 


Cada persona es distinta y por lo tanto no se pueden encontrar dos culos iguales ni placeres parecidos. Pero subrayo es muy importante que no paséis por alto la importancia del culo en la relación corna. 



También es de recibo que la esposa, una vez alcanzada la complicidad con el corneador, le bese el ojete. Además de darle placer al amigo corneador, y seguro que sabrá agradecértelo, la esposa sentirá un placer distinto y muy importante, no dejes de mirar a tu marido cuando le estés comiendo el culo al corneador. 

Sí, amigo, y ese placer alcanza el grado superlativo cuando después de disfrutar el proceso y lefar dentro, levantas la mirada y ves la cara babeante del marido manso que goza como un macho corneador hace feliz a su mujer y realidad su fantasía cornuda. 

En resumen, el cornudo debe ofrecer el culo de su esposa al corneador, siempre que tenga su consentimiento y para ella sea una fuente de placer: “al amigo corneador el culo”. Y, por supuesto, un buen corneador debe saber “dar por culo” a la esposa. Y para cerrar el círculo, durante el acto, en esos momentos de relajo, es recomendable que el marido observe como su esposa le come el ojete al corneador, o para ser más finos, le hace un cálido y placentero beso negro. 



A continuación un enlace donde podéis encontrar más información de “La rendición” y su autora, Toni Bentley. A continuación el video promocional del Centro Dramático Nacional... no dejéis de verlo, es fantástico y seguro que después de verlo vais a querer más.





Desde Italia con amor cuckold

Una pareja amiga, desde Italia, me envía unas fotos para su disfrute y a la vez para el de vosotros, queridos lectores mirones. Cada vez somos más internacionales. Son seguidores de este humilde blog y se definen de una manera simple, para que todos entiendan: “ella es exhibicionista y bisexual, el marido es cornudo y un gran aficionado a la fotografía". En efecto, tenéis razón los que estáis pensando que es la fórmula perfecta para protagonizar una entrada en el blog de corneadores, cornudos y esposas abiertas y sueltas. 



Como os digo, son italianos, viven cerca de Roma. Nuestro amigo nos comenta que su mujer es muy reservada y tímida pero que cuando se suelta se transforma, se vuelve muy agradable, exhibicionista y aficionada a tocar todos los palos del sexo, ya sea convencional o no. No hay más que verla, nos lo creemos. 



Entre las debilidades de esta esposa italiana es exhibirse en ropa interior sexy con zapatos de tacón alto. Algo que como muchos de vosotros, queridos maridos cornudos, lo disfruta con felicidad.



Me indican que os diga que les gusta mucho leer los comentarios y las sensaciones que provocan en los lectores sus fotos, sus gustos y a la vez intercambiar experiencias y consejos. También me dicen que su español no es muy bueno así que los que queráis contactar con ellos os ruegan que utilicéis el italiano, el inglés o el español. 





VIVA ITALIA.

Corneador Alcalá: “un corneador debe saber escuchar los deseos de la pareja y, sobre todo, generar confianza”

No siempre es fácil encontrar a auténticos corneadores que quieran compartir sus experiencias y a la vez publicitar sus atributos, sus tácticas… Como os podéis imaginar recibimos muchos correos que desde el primer momento van a la papelera porque pretenden engañar o suplantar personas. El principal objetivo de este humilde blog es que todo lo que se cuente sea verdad, por supuesto, con la discrección y confidencialidad necesaria. Este es nuestro principal activo.


Aquí tenéis la entrevista y alguna de las fotos que este amigo nos ha enviado y en plena acción con alguna de las mujeres bandera a las que cornea, eso sí, con el conocimiento pleno y completo de sus respectivos maridos cornudos. No quiere que hagamos público su nombre verdadero, que como es lógico respetamos, prefiere que nos refiramos a él, como “corneador Alcalá”. Si enredáis por facebook seguro que lo podéis localizar sin problemas y si alguna esposa abierta quiere contactar con este amigo, podéis enviarnos algún correo, enviar algún comentario… que se lo haremos llegar.


Corneador Alcalá, ya sabes que hay diferentes tipos de corneadores, desde el dominante hasta el que es amigo del marido, pasando por el hiperactivo que se ventila al matrimonio completo e incluso a la hermana de la mujer. ¿Tú donde te sitúas?
CA. Digamos que me gusta conocer las inquietudes de la pareja y en función de lo que deseemos los tres así es el rol que desempeño. A mí, sobre todo, me gusta ser amigo del matrimonio o pareja. 


¿Desde cuándo eres corneador?
CA. Mi primera cornada es de 2005 y la verdad es que la recuerdo con mucho cariño, porque se la realice a una pareja con la que llevaba manteniendo una relación de trío desde hacía un tiempo.


Podrías darnos más detalles de esa primera experiencia, cómo surgio y cómo se desarrolló.
CA. Yo ya había realizado varios tríos. Ya sabes los típicos tríos normales con una pareja. La verdad es que los tres teníamos una relación, digamos estable. El marido, por no caer en la rutina, me propuso que me follase a su mujer, en su casa y en la cama donde habitualmente hacíamos los trios pero sin que el participara. Esa fue mi primera experiencia. Como ves fue una evolución de un trío convencional. 
La verdad es que guardo un grato recuerdo, no había nervios ni dudas ya que nos conocíamos desde hacía tiempo. 


¿Estaba el marido presente en ese encuentro?
Sí, estaba en la habitación, nos miraba y nos dirigía… ya sabes, nos daba instrucciones, cómele la polla o cómele el coño, y lo pasamos en grande. 



Cuál es el tipo ideal de mujer casada o comprometida a la que te gusta cornear.
CA. Para un corneador todas las mujeres son ideales, todas tienen su “puntito” de morbo. Yo he mantenido relaciones con mujeres casadas y con mujeres emparejadas, pero si me tengo que quedar con alguna, me quedo con las casadas de más de 35 años, la verdad es que ellas saben lo que quieren y por norma general el marido está convencido del paso y asume a la perfección el rol de cornudo consentidor. 


En tu opinión qué papel debe jugar el cornudo.
CA. Alberto, el cornudo tiene un papel fundamental, date cuenta que sin él muchas veces las esposas no harían nada. La primera cornada suele ser por amor, ya que su marido lo desea y ella accede para complacerle. El cornudo, y te cuento mi experiencia, me gusta que diga ahora haz esto o haz lo otro, muchas veces la esposa es la que me dice quiero que hoy juegue este rol o quiero que hoy haga esto o aquello. El cornudo es un elemento más de la fantasía que debe tener su papel, más allá que el de simple marido. 



¿Te gusta que el cornudo participe, es decir, actúe de mamporrero, te coma el rabo delante de su esposa... o prefieres que esté fuera del polvo, con una actitud de testigo pasivo?
CA. Me encanta que participe, que me diga cosas y me encanta decírselas, si quiere hacer de mamporrero genial, es otra forma de cumplir la fantasía y qué es un corneador sino una persona que ayuda a cumplir esas fantasías 

¿Te gusta que la mujer casada humille verbalmente al cornudo mientras la enrrabas? 
CA. Eso lo dejo a su elección, normalmente en la primera cita no ocurre, ya que suele haber nervios por parte de los dos pero siempre se evoluciona.

La lefa tiene una papel importante en las fantasías cuckold. Un buen corneador debe tener abundante cantidad. ¿Es tu caso?
CA. Te soy sincero, si soy bastante “lechoso” y eso les gusta a las mujeres, y es una fantasía de los maridos verlas como le corre por la espalda, pecho o boca la leche de otro hombre con el que ha estado disfrutando. 



Cuál ha sido la experiencia cuckold más gratificante. Nos la podrías contar de principio a fin, cómo surgió, se desarolló y concluyó.
CA. Todas son gratificantes, pero sin duda te señalaría la primera, es especial, y acabar… aun no ha acabado, me sigo viendo con la pareja de vez en cuando, hemos forjado una buena relación de amistad. 


¿Qué cualidades debe tener un corneador para triunfar?
CA. Ante todo ser amable con el matrimonio o pareja, si eso no hay nada que hacer ya que no se generaría un clima de confianza adecuado, y lo mas importante en este mundillo es la confianza. 

Qué les recomiendas a esos aspirantes a corneadores para que den el paso y practiquen.
CA. Que sean ellos mismos, que no se dejen llevar por la situación y que mantengan la calma y control en todo momento y lo más importante, que sepan escuchar los deseos de la pareja. 



Corneador Alcalá, muchas gracias por tu colaboración. Y a vosotros, ya sabéis, este blog lo tenéis a vuestra disposición. Por cierto, a veces es difícil encontrar corneadores auténticos… si queréis daros a conocer por aquí, escribir.


Alberto Toro.

La primera experiencia de Sofía: “cuando acabé le di a mi marido un beso con sabor de mi corneador”



Leer con atención la primera experiencia de Sofía. No os perdáis ni una gota de los detalles.


Hola Corneador Toro

Soy Sofía. Encontré tu blog buscando por internet información sobre cornudos. Me interesaron mucho los testimonios que recoges y por eso decidí contarte mi primera experiencia. 

Tengo 34 años, rubia, buen físico como ves en las fotos. Llevamos casados diez años, no tenemos hijos. Hace tres años, mientras hacíamos el amor, mi marido empezó a sugerirme que le gustaría ser cornudo. Al principio creí que era un juego más pero como persistía me di cuenta que su propuesta era real. Nunca me había planteado practicar esta fantasía, aunque por mi cabeza aparecen situaciones sexuales de todo tipo, pero viendo que por internet era algo que parecía apetecible y después de intercambiar opiniones con amigas, me confirmaron mi disposición a hacer de mi marido un auténtico cornudo consentidor.

Eso sí, le puse mis condiciones porque yo quería manejar todo desde el principio. Le dije que elegiría al corneador y que el siempre estaría presente si el corneador y yo lo decidíamos. La verdad es que fue una imposición a medias ya que mi marido siempre que me hablaba del tema dejaba claro su afán por estar presente cuando otro hombre me follase. Cuando me vio tan decidida dudó pero yo ya no tenía dudas de lo que quería y le dije que ya estaba hablado y que sería con o sin su consentimiento. No le quedó otra que acceder, aunque yo creo que era más una pose que un rechazo sincero. 

El corneador que elegí me lo recomendó una amiga que ya había probado sus atributos. Se trataba de un macho dominante, de 40 años, buen físico, tremenda polla y muy buen cogedor según me explicó. Nos conocimos tomando un café y enseguida hubo química, aquel mismo día acordamos el encuentro. Se realizaría dos días después en nuestra casa, de noche, así se lo comuniqué a mi marido. 

El día llegó, me preparé como el corneador me había pedido, con un conjunto de tanga y corpiño que compré para la ocasión, de color negro y zapatos al tono de tacos altos. También me maquillé a su pedido. Mi esposo estaba sorprendido y me dijo lo bella que estaba. Yo le dije que me había preparado para entregarme al corneador según su pedido y que estuviera listo a satisfacer los deseos de ambos, estaba nervioso pero también muy excitado y con una erección notoria.



Llegó la hora, el corneador, Javier, tocó timbre y ordené al cornudo que lo recibiera. Le abrió la puerta y se presentó como mi marido, el corneador lo saludó sin mucho trámite y se dirigió a mí que estaba en la sala, parada, esperándolo. Hacía tiempo que no estaba tan excitada. Me felicitó por mi arreglo y sin más me ordenó sacarme mi ropa, arrodillarme y sacarle la polla para mamársela, así lo hice, bajé sus pantalones y su slip y apareció una tremenda polla de 20cm que se puso rápidamente dura, me apoyo la cabeza de su rabo en mi cara y sin más la tomé con una mano y la introduje en mi boca mamándosela con ansias. 

Mi esposo miraba excitado y quiso sacar la suya para masturbarse pero el corneador se lo impidió con una orden cortante, le dijo que se sentara y mirara como cogía mi boca y que no se tocara. Mientras tanto introducía y sacaba con buen ritmo la polla cogiéndome por la boca, yo lo agarre con las dos manos de su culo firme. Me dijo que este era el primer paso para ser su puta, que debía tragarme la corrida cuando acabara y después darle un beso a mi marido para que también degustara su leche. Asentí con la cabeza sin sacármela. Javier miró al cornudo y le dijo que a partir de ese momento era el macho de su mujer y le ordenó que quería escuchar de su boca la aceptación de su condición de cornudo sumiso, mientras tanto me ordenó sacarla y que le lamiera sus huevos mientras apoyaba su verga en mi cara. El cornudo dudó pero enseguida se sometió a la mirada fija del corneador y le dijo que aceptaba su papel de cornudo sumiso y a el de corneador. Javier sonrió y dirigiéndose a mí dijo que como buena puta abriera la boca para recibir su leche así lo hice mirándolo a los ojos y empecé a recibir un buen chorro de leche en toda mi cara y pelo, a continuación me metió la verga en la boca para terminar de acabar la lefada. 

Cuando terminó me ordenó que besara al cornudo como me había dicho. Me incorporé y fui hacia mi esposo, le di un gran beso en la boca con gusto a leche de mi corneador. Sin rechistar, más bien con placer, aceptó los restos de lefa de Javier. Yo estaba completamente fuera de mi,  cachonda por aquella situación. El corneador sonrió y nos dijo a ambos que yo ya era su puta. Se retiró y quedamos los dos muy excitados, mi marido se masturbó, corriéndose al poco tiempo. Pasada la excitación del momento, mi marido me dijo que esperaba con ansias el próximo encuentro. Yo también lo esperaba y me sentía contenta por la experiencia vivida y por haber elegido bien a mi primer corneador. Así fue mi primera experiencia, inolvidable, por eso quería compartirla contigo. 

Sofía 


Gracias Sofía, y por eso yo la comparto con todos nuestros queridos lectores. Nos quedamos con las ganas de saber cómo fue la segunda, la tercera….

Luci: “me ensartó de una metiéndomela toda”

El pasado 1 de marzo, una amiga seguidora del blog, Luci, me escribía desde Argentina para pedirme consejo. A continuación encontraréis parte de los correos que intercambiamos y la experiencia de su momento cornudo contado por ella misma. Como sabéis este blog pretende cumplir una labor pedagógica por lo que todos los que seguís y pedís información de cómo empezar a vivir este tipo de experiencias podéis tomar buena nota de la experiencia de Luci. Espero que os sea de utilidad. La clave, a veces está en ser tan suelta y abierta como Luci. En este caso, el amigo cornudo no tiene problemas en convencer a su esposa, si no todo lo contrario, lo pueden comprobar. 



01.03.2012 (Correo de Luci)

Hola corneador Toro como estas?

Soy Lucila 29 años morocha ojos negros 1,67 metros, buen físico, medidas 95.62.95. 
Entro mucho en tu blog y estoy interesada en cornear a mi marido. Ya lo hemos hablado y se va convenciendo de la idea. Me gustaría que presenciara cuando le meto los cuernos aunque sobre eso todavía no está muy convencido. También tengo candidatos a cogerme pero no sé si quieren que mi marido esté presente. Me gustaría algunos comentarios tuyos que me ayuden a concretar esta fantástica idea. Te adjunto fotos como pediste. Aguardo tu respuesta besos.


Luci 

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Estas fueron las fotos, continuación mi respuesta, el resto de correos que intercambiamos y el testimonio de Luci.





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02.03.2012 (Correo de Alberto Toro) 


Querida amiga Lucila

Gracias por tu correo y por confiar en nosotros tus confidencias. Después de ver tus fotos y saber que eres una morocha de ojos negros de 29 años e imaginar esas medidas, te puedo asegurar que mi interés hacia ti, como esposa abierta y suelta, se acrecienta aún más. Una pena que estés al otro lado del charco aunque me congratula que el espíritu del blog llegue hasta tu maravilloso continente.

Creo que ya tienes casi convencido a tu marido para que te deje follar con otros. No sé si lo has hecho a sus espaldas lo que sí parece es que te apetece seguir haciéndolo o empezar a hacerlo pero con el consentimiento, implicación y participación del cabrón de tu esposo.

Me parece que no te costará mucho convencerle para que te deje hacerlo. ¿Verdad?

Me consultas que te gustaría que el cornudo de tu marido estuviera presente cuando te follas a alguno de tus amantes. Mi primer consejo es que tengas paciencia y que poco a poco le vayas haciendo partícipe de tus zorrerías. Me refiero a que después de que te ventiles a alguno de tus corneadores le comentes como ha sido la follada, le expliques con detalle cómo te comiste el rabo de tu amigo, de cómo te folló, o cogió como dicen ustedes, a lo perro… también le puedes dar tus bragas húmedas después de la cornada para que el compruebe lo calientes y lefadas que están… Según como reaccione puedes ir de menos a más. Lo siguiente que puedes hacer es comentarle lo bueno que es tu corneador, haz comparaciones entre los dos (tamaño de pollas, manera de besar, etc.) si ves que reacciona de manera feliz ya tienes casi todo hecho porque en la siguiente fase es indicarle, no digo pedirle, si no casi ordenarle que te gustaría que estuviese presente en tu siguiente corrida.

Pon en la práctica estos primeros pasos, vemos como resulta y seguro que comprobarás cómo evoluciona el cornudo de tu marido ya pasa a ser, además de consentidor, participativo… Al final ya verás como conseguimos que baje al pilón (le coma el rabo a tu corneador) y que limpie la leche derramada en tu cuerpo por el amante de turno. Ya me dirás.

Si es importante que tengas buen ojo a la hora de elegir a un corneador. Ante todo que sea un caballero, que esté bien armado y que te funcione bien en la cama. Un consejo que suelo dar a muchas amigas es que se busquen el opuesto al marido que tienen, así seguro que aciertan.

Para tus primeros pasos te recomiendo que busques a un corneador experto, no recurras al niñato de turno porque corres el riesgo de que se haga ilusiones contigo y acabe convirtiéndose en un pesado. Tú no vas a dejar a tu marido sólo quieres pasarlo bien con tu corneador, follar a tope, y que tu marido sea consciente del papel que le toca. Por eso, búscate un corneador experto y que sepa manejar esta situación.

De entrada le tienes que decir que tu fantasía, a parte de zumbarle bien, es que tu marido, alguna vez, pueda ser testigo de vuestros encuentros y que llegado el caso también te gustaría que tu cabrón acabase bajando al pilón… Seguro que sí es experto no te pondrá ninguna pega y seguro que el mismo te dará las pautas para lograrlo.

Bueno, querida amiga Lucila, espero que estos consejos te sean útiles y espero también que me cuentes, si los llevas a la práctica, como te han funcionado. También podemos publicar tus fotos, tu correo y me respuesta en el blog y pedir a nuestros lectores que hagan comentarios y que te den también sus consejos. 

Un beso muy fuerte… y que sepas que eres preciosa. 

Alberto Toro. 

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05.03.2012 (Correo de Luci)


Querido corneador Alberto

Gracias por tu respuesta estoy en el proceso de la primera corneada con conocimiento de mi marido como sugeriste es un corneador con experiencia tiene 44 años y primero lo haremos sin su presencia pero con su consentimiento Luego le relatare detalladamente mi puesta de cuernos .

Creo que será en breve esta semana o la próxima allí le pediré al corneador que me tome fotos de ese momento y te las envío con mi relato me gustaría que publicaras eso en el blog.

El leerlo me hará acabar y mojarme toda nuevamente. Gracias nuevamente por facilitar mi proceso de emputecimiento estaré eternamente agradecida

muchos besos

Luci


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06.03.2012 (Correo de Alberto Toro) 



Querida amiga,
Es un placer ser una parte más en este bello momento que atraviesas en tu vida, es decir, en este proceso de emputecimiento que pone en evidencia la zorra que llevas dentro de ti.
Quedo ansioso de esos momentos que vas a vivir en brazos de un corneador experto, espero que te folle como mereces. Gracias por las fotos, me trasladarán a tu lado en ese momento... Por cierto, sería maravilloso incluir en tu relato además de las fotos en pleno polvazo, alguna en la que en un cartel manuscrito salgas fotografiada... el cartel podría decir: PARA EL BLOG DE MI AMIGO, ALBERTO TORO.
un beso y felicidades por ser tan puta.
alberto toro. 

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08.03.2012 (Correo de Luci) 



Querido Corneador Alberto
Te cuento que esta tarde tengo el encuentro con mi Corneador y le pediré que me saque fotos en especial la dedicada a ti como me pediste. 

Estoy muy entusiasmada y no veo la hora que llegue el momento mañana te enviare relato y fotos 

Besos 

Luci

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09.03.2012 (Correo de Luci)

Querido amigo Alberto

gracias por tu respuesta fue hermoso y excitante el placer de saber que mi marido me dejaba cornearlo y luego contarle me produjo gran morbo espero seguir avanzando en mi emputecimiento total ya me siento reputa y que las próximas veces mi marido pueda presenciarlo me gustaría que el también de su testimonio de cornudo para que lo tengas en tu blog que te parece?

Realmente es una pena no tenerte cerca creo que serias el corneador perfecto!!!

muchos besos

Luci

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Querido Alberto
te mando las fotos la dedicada a ti salió medio movida porque la verdad estábamos excitadísimos!!! y el relato del primer encuentro con mi Corneador te pido solo que cambies mi nombre por otro de fantasía para publicarla.

gracias espero que te guste y aguardo comentarios

muchos besos

Luci 

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Habíamos quedado con el Corneador encontrarnos en su casa un departamento céntrico muy bonito antes de salir me arregle poniéndome una lindo conjunto de interior lila falda negra apretada y blusa blanca que marcaba mis pezones me despedí del Cornudo consentidor diciéndole que iba al encuentro de su Corneador y que esperase mi vuelta para contarle con lujo de detalles a lo cual el asintió sumisamente, me beso diciéndome que estaba muy hermosa. 


Llegue al piso del Corneador un hombre maduro 48 años, alto y atlético me saludo con un beso y halagó mi atuendo por lo que me sentí muy excitada y feliz. Me pregunto si el futuro Cornudo sabia de nuestro encuentro le conteste que si que esperaba mi vuelta para escuchar el relato de sus primeros cuernos consentidos, asintió satisfecho y me dijo que esa era mi prueba para ver si podía formar parte de su plantel de putas corneadoras. 



Empezó a besarme y acariciar todo mi cuerpo levanto mi falda y subió mi blusa metiéndome las manos en mi chocha y mordiéndome la tetas me excite totalmente y devolví todas sus caricias y mas. Pasamos rápidamente al dormitorio y nos desnudamos yo ya estaba húmeda el mostro un pijón respetable y grueso. En seguida nos acostamos y a su pedido comenzamos un 69 que fue memorable el abajo y yo arriba me comió la chocha en forma magistral mientras yo me introducía todo su pedazo hasta el final masturbándolo con la boca. Me la comía tan bien y me daba tanto placer que seguí mamándosela con mucho ritmo alternando lamidas y besos en los huevos, volteamos y el quedo arriba y yo abajo y me cogió literalmente por la boca con el peso de su cuerpo y el bombeo no me dejaba casi respirar mientras yo acababa toda mojada un poco después acabo el sacándomela un poco para que no me ahogara me lleno de leche la cara los labios mi cabello fue algo alocado y brutal. 

Quedamos a cada lado reponiéndonos luego me pidió que me pusiera entre sus piernas para darle una suave mamada y devolver la erección rápidamente lo hice y el pijón subió enseguida. Me puso arriba de el dándole la espalda me ensartó de una metiéndomela toda y empezamos una cogida con ritmo yo moviéndome arriba y el de abajo . Como buen amante me hizo acabar un par de veces y luego acabo el sacándola y echando su leche en mis nalgas. Nuevamente quedamos reponiéndonos con caricias mutuas y luego me ordeno ponerme en cuatro al borde de la cama mirando a la pared de enfrente toda espejada. El se puso de atrás y me ensarto nuevamente y con mucho ritmo me cogió yo casi no me movía solo me abría cada vez más para facilitar esa cogida infernal mientras me veía a él y a mí en el espejo de enfrente enseguida acabe primero y luego el. 



Después de un rato nos duchamos juntos reponiendo fuerzas regalándonos lindas caricias y mimos. Ya era hora de terminar mientras me vestía me dijo que había aprobado el test y que me había incorporado como otra puta suya que en sucesivos encuentros seguiría emputeciendome a su placer pero por hoy era suficiente. También me recordó que le contara con lujo de detalle al Cornudo su debut y que a la brevedad debería presentar sus respetos al Corneador y asistir a nuestras sesiones observando cómo era corneado . Nos dimos un gran beso de despedida y partí para mi casa al llegar el Cornudo estaba en el living le di un beso en la frente y me senté a su lado para contarle mi experiencia . 



A medida que avanzaba en mi relato veía su excitación y como se ponía dura su pija permití que la sacara y se masturbara acabó antes que termine mi narración con su mano ya enlechada me saqué mi bombachita con olor a pija del macho Corneador y se la pase por su cara para que sintiera el olor a mi nuevo macho y su Corneador diciéndole lo buena que era esa pija y la satisfacción que me había dado. Observe su cara mezcla de resignación y regocijo a la vez sufría pero también se deleitaba con mi aventura. Espero que tenga muchas más para mi satisfacción y la del Cabrón para mi amigo el Corneador Alberto Toro gracias por sus consejos que hicieron posible cumplir mis deseos 

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El 10 de marzo de 2012 17:06, lucila rosines <lucilaros@> escribió:
Si mi idea en la próxima es que esté presente eso creo que también desea mi Corneador para luego te de testimonio también será mas fácil sacar fotos porque el será el encargado jajá. 

Le obligaré a bajar al pilón como tú dices, seguramente querrá y sin duda el Corneador lo convencerá quiero que deguste el sabor de la leche de mi macho que otra cosa sugieres para humillarlo dame ideas me encantan tus sugerencias 

besos 

Luci 
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No creo que Luci tenga problema en profundizar en su emputecimiento, sobre todo al contar con la complicidad de su marido. Luci, feliz, el marido, feliz (a su manera) y el corneador… os lo podéis imaginar, digno de envidia al ver como se zumba a la morochita. Espero que Luci no se raje y continúe haciéndonos partícipes de sus vivencias cornudas. Se me ocurren muchas formas de poner en su sitio al cornudo, ¿y a ti? 

Sólo una cosa, y os pido disculpas por ello, Lucila, amiga, a ver si en la próxima cornada va tu marido y hace las fotos, no se puede estar al pollo y a las tajadas, es decir, follando y fotografiando… Espero que tengan más calidad, las imágenes porque tú, Lucila, más calidad no puedes tener. Gracias.

José, “el lechero”, le pone crema al café de una esposa abierta y suelta

Nuestro amigo José, “el lechero”, nos envía un video de una de sus últimas cornadas. Enero 2012, domingo por la tarde, la protagonista estaba tomando un café con sus amigas mientras el marido disfrutaba de un partido de fútbol por televisión. Antes de volver a casa decide hacer una visita a José, quería otra café pero esta vez, con mucha leche. 

José nos comenta que minutos después de la escena que aparece en el video, el marido llamó al móvil y retrasó la lefada. Prestar atención al sonido y comprobar los gritos de placer de ella y el ritmo del bombeo, al natural. Bueno, según me comenta José, después de la llamada y de informar al marido cornudo lo que estaba sucediendo, continúo dándole lo suyo hasta el final. Cómo diría Matías Prats, “la esposa se puso las botas…” 

El marido es plenamente consciente de la relación que mantiene su esposa. “Para ellos es un disfrute más que yo goce a su mujer”, nos comenta José. Y añade: “yo creo que quien goza más es el cornudo consentidor ya que ella me dice que cuando le narra nuestra follada, el marido se pajea con mucho gusto” 

Valga como documentación para la especialización de este blog, el detalle que nos comenta José, “ella no quiere tener sexo con su marido y conmigo a la vez, pero la muy zorrona sí acepta tener una follada con otro corneador desconocido, así que cuando lo encuentre, a follar, porque está tía lo aguanta todo, menuda jaca”. Desde luego que sí, y no veas el morbo que da con las botas puestas y con ese culazo a cuatro. Fantástico. 

Para ampliar la documentación, hay que añadir que se trata de un matrimonio abierto y que con José, su corneador, mantienen una relación que va más allá del puro sexo. De hecho, nos dice el corneador: “suelo acudir a sus fiestas de cumpleaños y en la de la mayoría de edad de una de sus hijas también estuve”. Es maravilloso que los componentes del trío cornudo tengan una buena relación entre ello, demuestra el alto nivel de este matrimonio que como nos dice su cornudo: “disfrutan de la vida, sin más”. 

Espero que vosotros, queridos lectores, disfrutéis del video y lo de siempre, no sean perezosos con sus comentarios. Esta vez os dejo la siguiente pregunta, ¿sois partidarios de que la relación del corneador con la pareja, vaya más allá del hecho de zumbarse a la esposa?




Si quieres ver la anterior entrada de este amigo: José, pulsa el siguiente enlace:


Fran: "Me gustaría abarcar muchos ámbitos del cuckolding, pero hay poca gente que entienda del tema, aunque estamos abiertos a proposiciones y a conocer gente"

Ana y Fran llevan doce años juntos, los tres últimos casados. Como muchas parejas de hoy en día se conocieron vía internet. Los dos salían de relaciones rotas y se enamoraron. Me llamó la atención alguna de las confesiones que me hizo Fran y la forma de actuar de Ana en determinados momentos. Por todo esto le propuse una entrevista y que os contara a vosotros, queridos lectores, su tórrida experiencia. 

Fran nos comenta: “yo antes de conocer a Ana ya me imaginaba a mi anterior novia teniendo sexo con otros tíos o con amigos comunes, esta fantasía me llevaba de vez en cuando a disfrutar de muchos pajotes”. De aquellas fantasías de Fran hay que resaltar, como el mismo nos subraya, “imaginaba esas pollas que mi ex novia se estaría comiendo y seguro más grandes que la mía”. El hecho de conocer a Ana y de saber que ella venía de otra relación ayudó al tránsito para disfrutar en complicidad su fantasía cornuda: “ella me hablaba de los tíos con los que había estado antes que conmigo y me describía como eran sus pollas, como la follaban… dándose cuenta de lo cachondo que me ponía”. 

Fran, cómo recuerdas la primera vez que llevaste a la realidad una fantasía cornuda con Ana. 

La primera vez ocurrió en las Islas Canarias, el recuerdo del hecho son las fotos que van a continuación. En este caso el corneador era un viejo amigo de Ana con el que coincidió en Madrid estudiando la carrera. En aquellos años de estudiante, como me confió Ana, ella se follaba a todo rabo que se le ponía a tiro, siempre ha sido multiorgásmica y a menudo necesita de varios machos. 



Ana me comentaba que recordaba como le enrababa en Madrid en su época universitaria, le consideraba uno de sus mejores amantes, por su fogosidad y aguante. Yo le propuse un viaje a Tenerife y provocar la posibilidad de un encuentro con él. Al poco tiempo, Ana ya estaba enviándole mensajitos del cariz “tengo ganas de verte”. Nuestra primera mañana en Tenerife empezó con el amigo en una de las playas nudistas. Por si este hecho no fuera un sólido indicio respecto de nuestras intenciones, Ana le comentó que a mi me ponía la idea de verla con otro. La confesión, según me dijo Ana, desembocó en risas, como preámbulo a una cornada que con seguridad se iba a producir. 

¿Hubo tema ya entre Ana y el corneador en la playa? 

Si te refieres a penetración, no. Lo que si hubo fueron magreos, besos entre ellos, miradas cómplices. Tengo que agradecer a este amigo corneador que se mostró desde el primer momento solícito a los deseos de ni novia aunque con este comportamiento no quedaba dudas del papel que a mí me correspondía: cornudo consentidor.



Después de estar toda la mañana y parte de la tarde en la playa ya estaba claro lo que iba a pasar. Yo continúe siendo testigo directo del proceso, luego vinieron las copas y como la temperatura de ambos continuaba subiendo. Seguramente que me perdí alguna complicidad entre ellos porque mientras presenciaba uno de sus múltiples magreos optaron, sin consultarme, por subirse a la habitación del hotel. Sólo me dijeron que me terminara tranquilamente la copa, ya que querían estar un ratito a solas. Como te puedes imaginar, esos minutos me resultaron interminables aunque el torrente de imágenes que me venían a la cabeza me produjeron un placer especial, una mezcla de bienestar, excitación y una leve humillación, lo que me confirmaba que era un cabronazo consentidor con todas las letras. 



Después de esperar el tiempo que consideré oportuno para no molestar, subí a la habitación. No llamé a la puerta, abrí y me encontré a Ana ajustada en un 69 comiéndose el rabo completo de su amigo, mi corneador, en plan desafiante, como diciéndome, ¿no era esto lo que querías? 

Me vas a permitir Fran pero se podría utilizar la metáfora taurina de que te enfrentaste a la situación “a puerta gayola”. 

No entiendo de toros, pero sí, podría valer. La verdad es que fueron unos momentos inolvidables, pero tengo que reconocerte Alberto que el corazón me latía al máximo. Te puedes imaginar esa situación en la que ves a la que va a ser la madre de tus hijos con un tarugo entrando y saliendo de su boca. Muy fuerte, te aseguro. 

Pero Fran, eso era lo que querías, ¿no? 

Sí, por supuesto, pero una cosa es la fantasía, imaginarlo, pensarlo y otra muy distinta es verla en directo, sentir el calor, el ruido, ver como la saliva se le escapa y a la vez como ella fija sus ojos en los míos. Te puedo asegurar que me dio un poco de bajón pero que no se correspondía con mi entrepierna, tenía un empalme como hacía tiempo que no me ocurría. Ver a mi novia así, me ponía. 



No se cortaron un pelo. Parecía como si yo no estuviera. Ella le comía el rabo con un apetito sorprendente y el abrazaba su culo por detrás y le relamía el coño sin parar.

 

Ya era tarde para dar marcha atrás. Era todo un cornudo consentidor gracias a la complicidad de mi novia y a la participación de su amigo, su amante. Me sentía humillado pero a la vez experimentaba un placer maravilloso delatado por mi sorprendente erección. Tengo que confesarte Alberto que no sabía lo que me ponía más si ver a Ana actuando con esa soltura y con esa cara de placer o ver el rabazo de su amigo, una polla más grande y gorda que la mía, morena y venosa. Tenía ganas de masturbarme pero temía quedar en ridículo, pero para que engañarse, ellos ya se habrían dado cuenta o les importaba una mierda el hecho de que yo fuera un cornudo consentidor, así que opte por bajarme los pantalones y zumbármela delante de ellos. En ese momento el amigo de novia, me dirigió una mirada en la que me estaba diciendo “eres un cabronazo tío”. 



La humillación no quedó ahí. Ana me ordenó que cogiera uno de los condones y que se lo pusiera a su amante. Así que te puedes imaginar, no daba con la apertura del envoltorio y cuando lo conseguí le ponía la caperuza en el capullón y cada dos por tres se me caían, eran nervios, era la primera vez que tocaba otra polla y encima delante de mi novia, la que iba a ser la madre de mis hijos. Cuando terminé de envolver la polla en el preservativo no hizo falta que Ana me hiciera más indicación, sabía lo que venía, me tocaba ser mamporrero agarrar el troncho del rabo y dirigirlo con suavidad a la raja de ella. Después de introducirle el capullo ya era totalmente invisible para ellos. Ana se entregaba como una novia desatada, incluso aumentado su sensación de placer para encelarme aún más, como luego me confesó. Sólo había un macho, su amigo, yo estaba de más. Y la verdad es que lo consiguió pero provocando a la vez un placer especial. Al rato cambiaron de postura, pasaron de estar ella arriba a ponerse a cuatro. 

Ya te he dicho en más de una ocasión Fran que Ana tiene una de las mejores traseras que he visto. Parece como si te sonriera cuando se pone a cuatro y se abre el culo. 



Mientras le estaba dando yo continúe mi paja y al poco rato me corrí como un chaval viendo una película porno. Ese placer de la corrida pronto se enturbió por un sentimiento de culpa al ver todo lo que yo había provocado. Esta sensación me ha ocurrido otras veces y he pensado la posibilidad de ponerme un cinturón de castidad para impedir que me pajee cuando veo a mi mujer con otros. Después de correrme me dio un mal rollo tremendo, me levanté, me limpié y les dije que le esperaba por el paseo marítimo, que me llamaran al móvil cuando terminaran. No me hicieron ni caso. Salí del hotel, deambule por sus alrededores y cuando se me pasó el sentimiento de culpa me volvieron las ganas de pajearme, volvía a estar cachondo, de hecho tuve que entrar a una cafetería para ir al servicio y hacerme otra pera. 

Desde luego Fran, eres un auténtico pajillero, jejejeje. 

La llamada al móvil no se realizó y después de tener claro que no me iban a llamar, opté por subir de nuevo a la habitación del hotel. Esta vez llamé, mi novia me dio permiso. Ana estaba tumbada en la cama, recién follada, su amigo se estaba terminando de vestir. Después de abrazar y besar a Ana y de intercambiar una sonrisa cómplice, me dio la mano y se marcho. Cuando se cerró la puerta, Ana volvió a tumbarse en la cama, me miró se rió y fui directo a relamerle el chocho, se lo noté caliente, también húmedo, también note sospechosas humedades desperdigadas por las sábanas, os podéis imaginar de lo que hablo. Mirando su cara, le di las gracias por esos cuernos y confesé que en algunos momentos de esa inolvidable noche, había tenido miedo de perderlas. Ella respondió a mi sinceridad con una sonora carcajada. Aquellas cortas vacaciones terminaron pero fueron el principio de mi condición de cornudo consentidor. 



Desde luego para ser vuestro primer encuentro, se puede decir que lo superasteis con nota. ¿Has continuado siendo mamporrero en las siguientes experiencias? 

Sí, creo que forma parte del rito y una marca que te define como cornudo. A mí me fascina, la sensación de cogerla es maravillosa. Creo que debe ser práctica obligatoria en las situaciones de cornudos consentidores. 

¿Has bajado también al pilón? 

Aún no, pero tengo que decirte que no me importaría si en algún momento Ana me lo ordena. Creo que estaría a la altura y que sabría como desvestir el pantalón al corneador y prepararle la polla mientras soba y besa a mi mujer. 

Qué características para ti y para tu mujer debe tener el corneador ideal 

Buen cuerpo, si es de gimnasio mejor, marcando abdominales, con una verga adulta gruesa, venosa, gran aguante, buena corrida, cabezona, que le cueste metérsela en la boca. 

¿Os ha unido más en vuestro matrimonio este tipo de prácticas? 

Ella está viviendo una nueva adolescencia, sabe que puede follarse a quien quiera aunque tenemos que definir el tema de mi culpabilidad que me viene después de eyacular creo que la solución pasa por el cinturón de castidad que me impida pajearme cuando mi mujer está con sus amantes. 



¿Cuáles son las prácticas que os quedan por hacer dentro del universo corno? 

Follarse a un negro, a dos, ser la sumisa de un amo mientras yo me visto de doncella con zapatos de tacón, tanga y soy su esclavo, son muchas. Me gustaría abarcar muchos ámbitos del cuckolding, pero hay poca gente que entienda del tema, aunque estamos abiertos a proposiciones y a conocer gente. 

No creas Fran, cada vez son más, no te puedes imaginar el número de visitantes que tenemos y que repiten sus visitas al blog. 

Gracias Fran y dale un beso a Ana de mi parte y dile que sale muy guapa en las fotos. Y vosotros, queridos lectores, ya sabéis si queréis proponer algo a esta pareja podéis hacerlo a través de vuestros comentarios o enviándome vuestras ideas, yo, sin ninguna dilación se las haré llegar.

José, “el lechero”, vuelve a casa por Navidad

Sin duda la Navidad es momento de reencuentros. Jose, un amigo corneador y fiel seguidor de este humilde blog, nos cuenta que desde hace dos años, cuando vuelve a casa por Navidad para visitar a sus familiares, aprovecha para encontrarse también con la hija de una vecina. El caso es que la hija de esta vecina está casada y es madre de dos niñas y como podréis comprobar en el video su proceso de emputecimiento está en un estado muy avanzado. 

Jose nos cuenta que el marido de esta reina es camionero, concretamente repartidor de una conocida marca de yogures. Al parecer, no sabe nada de la afición de su mujer por la leche en rabo aunque Jose me dice que hay algo raro y cree que es cornudo consentidor. El video recoge a Jose cuando le está dando a la diosa “producto lácteo fresco” y mientras el marido hace el reparto de los yogures por la ciudad. 

Dado el ritmo que le da Jose no es de extrañar que la mujer del repartidor espere con ganas a la llegada de la Navidad. Desde luego que le gusta el yogur. Qué ustedes lo disfruten y no sean rácanos con los comentarios, si les gusta hagan el favor de escribirlo y así Jose se animará a nuevos envíos.

Por cierto, aquí va a una pregunta dirigida a los corneadores: ¿prefieren que el marido esté enterado o les da más morbo ventilarse a la esposa sabiendo que el cornudo es ignorante del hecho?


@CornudoFeliz, mi esposa suele decirme: “Mira como me coje, el sí sabe cómo, qué rico, su verga está riquísima, la tiene grande no como la tuya”

En el mes de marzo de 2011, vía twitter, tuve la ocasión de contactar con @CornudoFeliz. Muy pronto comprobé que se trataba de un cornudo consentidor auténtico y no otro de los muchos cantamañanas que circulan por la red con la fantasía de ser cabrones pero que no consiguen dar el paso y fantasean con identidades falsas y experiencias inventadas.

Después de conocer su historia le propuse hacerle una entrevista para el blog y que nos contara en primera persona su experiencia. La entrevista ha sido la más vista y leída en 2011 por los lectores del blog de corneadores, cornudos y esposas abiertas. Seguro que los lectores habituales recordáis su desgarrador testimonio: “Es mi esposa, pero también tu amante… atiéndela y disfrútala, tienen mi permiso. He aquí, un cornudo consentidor”.

Que lo que dice @CornudoFeliz es de interés para todos los que integramos esta comunidad es que alguna de sus reflexiones cornudas las incorporé directamente en el decálogo de este año: “10 Consejos para sacar de tu mujer la zorra que lleva dentro y para que tú puedas disfrutar del placer de ser un cornudo consentidor”. Vosotros, queridos lectores, habéis convertido este decálogo en una referencia para las esposas abiertas. De hecho, mucho de los comentarios, de las aclaraciones y dudas que habéis planteado a estos consejos me permitirán, próximamente, publicar el decálogo 2012, actualizado y revisado.

Por todo ello acabamos el año con una entrada que nuestro amigo @CornudoFeliz. Nos cuenta como conocieron a Ricardo, todo un corneador, no sabemos quién está más contento de tener a este macho como amante, si la esposa de @CornudoFeliz o el propio @CornudoFeliz. Podéis sacar vuestras propias conclusiones.



He descuidado un poco a Twitter, la carga de trabajo ha sido intensa pero espero compensar un poco mi ausencia con esta aportación ya que no sólo me gusta “contribuir a la causa” sino que escribir también me relaja (sobre todo en estos días) y como dicen por ahí: recordar es vivir.

Así que con la invitación de mi amigo @ToroCorneador, mando esta contribución a su blog y espero pueda ser de utilidad para todos aquellos cornudos consentidos y corneadores –en activo o que quieran serlo- y en general para todos aquellos cachondos que quieran echarle un vistazo a este estilo de vida.


Crónicas del @CornudoFeliz

Han sido días de jornadas interminables… viajes, reuniones, videoconferencias de madrugada y demás cuestiones de trabajo. Parecía que por fin mi esposa y yo tendríamos la oportunidad de salir juntos. El próximo viernes habíamos contemplado asistir a la última función de una obra de teatro que tiene muchas ganas de ver; pero como suele pasar en negociaciones de fin año, un imprevisto ha cambiado los planes. Pensé que mi esposa se molestaría al recibir la “mala” noticia ya que estaba muy entusiasmada, sin embargo, su respuesta fue indiferente. 

-Ah sí, ya me lo imaginaba… no te preocupes, voy con Ricardo-

De hecho, parecía estar aliviada de ir con Ricardo y no conmigo. En situaciones como esta es cuando viene muy bien tener a corneadores de confianza. Según me comentó, había puesto sobre aviso a varios de sus amantes por si yo le llegaba a cancelar y acertó en hacerlo. Decidió ir con Ricardo que es uno de sus amantes predilectos pero también uno de tres corneadores de confianza que tengo. Corneadores espontáneos de una sola noche van y vienen, pero los de confianza actualmente sólo son tres.



A Ricardo lo conoció hace tiempo en lo que mi esposa y yo llamamos “noche de miradas”, que consiste en llevarla a lugares públicos vestida muy sexy para atraer miradas y yo seguirla de lejos para poder excitarme viendo como los demás la observan con lujuria. Cuando Ricardo se le acercó a hacerle plática mientras mi esposa hojeaba algunas revistas en Sanborns, era evidente que hubo atracción y que Ricardo pudo sacarle una buena conversación. Procedieron a seguir charlando con un café en el restaurante del establecimiento y yo tomé asiento en una mesa a cierta distancia. Aunque no podía escuchar claramente lo que platicaban, las risas y las expresiones en sus rostros indicaban una buena química. Algunos minutos después, mi esposa le confesó todo: que era casada pero que a su marido le excitaba verla con otros y que andaba en busca de nuevos amantes para dicha aventura; después de cierta sorpresa y lleno de curiosidad, Ricardo le pidió más detalles. Mi esposa le expuso nuestra situación y le dijo que él había sido de su agrado y que si seguía interesado en pasarla bien con ella, dependía de él. Ricardo en un principio dudó de la situación y al parecer no estaba muy convencido pero a final de cuentas intercambiaron número telefónico y quedó de hablarle en unos días. Mi esposa pensó que no volveríamos a saber de él. 

–Es una lástima, es sumamente agradable y es guapo- comentó mi esposa en aquel entonces. 


Y suele suceder, que no todos los corneadores potenciales toman la proposición de la mejor manera. En el momento que mi esposa les dice de nuestro “vivant” sexual, muchos piensan que hay gato encerrado, otros que es algo desagradable, les da miedo o de plano sus intenciones con mi esposa son legítimas y hasta le proponen sacarla de “esta vida” (Ja Ja Ja!), pero es bueno para nosotros saber que tienen dudas y reservaciones, nos da una idea de con quien estamos tratando. 



Días después, Ricardo le habló a mi esposa y tras platicar un poco más acordaron una cita, conmigo incluido. Nos citamos en un agradable club de jazz. Al principio Ricardo se mostraba tenso, no era para menos pero aún con la tensión no dejaba de observar a mi esposa en ese corto, ajustado y escotado vestido negro que lucía espectacularmente y del que me jacté de haber escogido. En varias ocasiones atrapé a Ricardo observando detenidamente los atributos de mi esposa, algo que le provocaba soltar una sonrisa nerviosa a lo que yo respondía con aprobación tratando de tranquilizarlo. Al pasar los minutos, Ricardo pudo convencerse de que todo era genuino y una vez relajado, la plática fue muy amena y poco a poco fue dándole su completa atención a mi esposa, como debía ser. Fue fácil descifrar por qué a mi esposa le agradó Ricardo: un hombre de buen ver, ingenioso, seguro de sí mismo (una vez superada la idea del cornudismo consentido) con un toque de arrogancia y que la hacía reír a carcajadas con sus ocurrencias y comentarios. 



Como suele pasar, mi esposa dio el primer paso: pegándosele y tomando la mano de Ricardo para ponerla en su pierna. Ricardo volteó inmediatamente a mí, un gesto de consentimiento de mi parte fue suficiente para que la mano de Ricardo recorriera ampliamente su pierna. Poco a poco, su mano fue explorando otros lugares de mi esposa hasta llevarla a su vagina, mientras mi esposa sobaba su miembro por encima de su pantalón. El baterista de la banda de vez en cuando dirigía su mirada a nuestra mesa, apreciando la situación con una pícara sonrisa y sin perder ritmo alguno. Las caricias y manoseos entre mi esposa y Ricardo subían de intensidad discretamente hasta llegar a los besos. Aunque me encontraba al otro lado de la mesa, era como si yo poco a poco fuera desapareciendo, cada vez era menos relevante; ser ignorado para dar cabida a sus besos y manoseos provocaba en mí un exquisito torrente de adrenalina que sólo esa singular mezcla de celos y morbo puede brindar. 

-Bueno, creo que es hora de irnos a otro lugar no creen?- Propuso mi esposa, mientras Ricardo perdía la mirada en su rostro, como hechizado por ella.

-Si amor… o tú qué opinas Ricardo?- Le cuestioné… -Estoy a sus órdenes- contestó entusiasmado.


Dejamos el club, mi esposa y Ricardo subieron atrás en el auto. En el trayecto al hotel siguieron lo que habían interrumpido en la mesa del club. Para mí era difícil mantenerme concentrado en la carretera, resistirse a las imágenes del retrovisor era prácticamente imposible. Mi esposa empezó a desajustarle el cinturón y posteriormente escuché ése singular ruido que hace un zipper en su recorrido. Después, lo único que miraba en el retrovisor era el rostro de Ricardo con los ojos cerrados, haciendo muecas con sus labios. En la siguiente luz roja, eché un vistazo directo hacia atrás para ver como la cabeza de mi esposa se movía en un controlado sube-y-baja. 



Cuando por fin llegamos a nuestro hotel de costumbre, todo estaba listo, gracias al gerente que es amigo de confianza desde nuestros días de swingers principiantes. Ya en la habitación y mientras mi esposa se alistaba en el baño, parecía que regresaban los nervios de Ricardo, pero nada que unos tragos no pudieran remediar. Platicamos un poco, logrando ganarme aún más su confianza. Cuando mi esposa salió, me guiñó el ojo y se puso delante de Ricardo, pidiéndole que la desvistiera y así lo hizo. Me llevé una de las sillas a una esquina de la habitación y me puse cómodo. Cuando mi esposa quedó desnuda frente a Ricardo, siguieron los besos y manoseos, mientras ella le regresaba el favor de desvestirlo. Mi esposa hizo que Ricardo tomara asiento en la cama y le puso sus senos en su rostro, para que se diera un festín. Después mi esposa le dio un empujón juguetón, quedando Ricardo acostado, dejando a la vista una erección plena con la cual mi esposa procedió a hacer de las suyas. La mirada que ella me lanzaba mientras lamía y chupaba el pene de Ricardo provocaba en mí todo tipo de sensaciones; siempre que tiene el miembro de otro hombre en su boca y dirige su mirada a la mía, da como resultado una conexión tremendamente excitante para ambos, es indescriptible. Ricardo estuvo a punto de venirse, por lo cual le pidió a mi esposa dejarlo comerla un poco, ella le dio el gusto. Primero acostándose boca arriba y abriendo las piernas y después Ricardo la puso a gatas para comerla por detrás, no hubo rincón que la lengua de Ricardo no explorara en mi mujer, provocándole sensuales y suaves gemidos de placer. 

Ambos en cama, procedieron a fornicar en todas las posiciones, para su placer y el mío. Para ese entonces, yo ya me masturbaba en mi pequeño rincón de la habitación pero suele ser tan intensa la experiencia de ver a mi mujer con otros que es muy difícil controlarme y sólo me masturbaba por momentos. Por lo general, mientras mi esposa coje con otros me dice cosas humillantes, algo que en lo personal me excita mucho, pero todo depende de la vibra que exista en ese momento y esa vez no fue la excepción: “Mira como me coje! el sí sabe cómo! que rico!”, “su verga esta riquísima!, la tiene grande! no como la tuya!” y por su parte, los corneadores una vez que están cómodos con la idea (porque no pasa con todos) también me dicen cosas similares: “mira como goza tu mujer conmigo! Nunca podrás darle placer como yo le doy!”, “mira lo puta que es tu mujer… mira como lo disfruta!, le encanta mi verga!”, etc. En esa ocasión no fue el caso con Ricardo pero mi mujer estaba encantada en cómo la penetraba; hay ocasiones cuando los corneadores no suelen ser lo que aparentan o están incómodos y es obvio cuando mi mujer no está siendo complacida pero aun así trata de disimularlo para hacer lo mejor de la situación, para ser cortés y complacer al corneador a quién tratamos siempre como un invitado distinguido. 



Ricardo quería durar lo más posible y fueron varias las pausas que tuvieron para que no se viniera, pero llegó el momento que no pudo aguantarse más y procedió a venirse en el rostro de mi querida a petición de ella. Después de recibir hasta la última gota de semen, mi esposa suele acostumbrar a tomarse un buen par de minutos para que yo pueda apreciar como queda cubierta de ese blanco líquido viscoso, y con Ricardo los resultados siempre son interesantes. 

Después de esa noche, las citas con Ricardo se convirtieron en algo frecuente y nunca nos quedó mal. La química que mi esposa ha desarrollado con él es tremenda, se la pasan bárbaro. Para algunas citas no soy invitado pues mi esposa prefiere salir sola con él; si lo hace porque sabe que ese toque de humillación es excitante para mí o si lo hace por otra cosa no lo sé, hay una tensión sexual muy particular entre nosotros en ese aspecto, pero el resultado es el mismo y Ricardo se ha ajustado muy bien, ha entendido perfectamente su rol como corneador y sabe lo que tiene que hacer. 

Y mientras sigo refundido en cosas de trabajo, con la temporada navideña ya puedo ver algo de luz en cuanto a un buen descanso; mientras tanto, mi esposa tiene quien le atienda, como seguramente lo hará Ricardo este viernes. 

@CornudoFeliz

A continuación tenéis los enlaces para acceder a las anteriores entradas de @CornudoFeliz pero antes, incluye tu comentario. ¿Te gustaría ser un corneador de confianza de este amigo cabrón?


("UA-21720468-1")