Roberto, marido de Carla: “Yo no era un esposo swinger, lo mío es ser un pedazo cornudo”

Hola Alberto:
Te escribo desde el sur de México. Mi esposa Carla tiene 34 años y yo soy Roberto, de 41 años. Carla es bajita, delgada, con poco busto pero precioso como ves, unas piernas bien torneadas y un culito delicioso. Es madre de dos hijos pero su cuerpo es la envidia de muchas jovencitas. Su cara es divina, si. Seguro que los lectores y lectoras de tu blog pensarán que les hablo con ojos de amor pero te aseguro que no he conocido a nadie que opine lo contrario.



Nos iniciamos en este mundo como muchas otras parejas, buscando diversificar nuestra relación. Queríamos más sal y pimienta en nuestra intimidad. Ojo Alberto, nuestra relación dentro y fuera del dormitorio es maravillosa pero el sexo, sin ser malo, se había vuelto monótono y previsible.

Empecé a introducir juguetes en nuestras relaciones, a ver más porno y hablar de fantasías. En aquellos principios, aprovechaba a sacar el tema cuando había alguien más con nosotros, que por lo general eran hombres y así decidimos empezar en el swinger.

Te confieso que lo del swinger nunca llegó a cuajar. Fuimos a reuniones, fiestas… pero no encontrábamos lo que buscábamos. A veces nos gustaba la esposa de la pareja con la que hablábamos pero a Carla no le gustaba el marido. Yo le di a Carla todo el tiempo del mundo, y su espacio, pues se trataba de que los dos disfrutáramos de la experiencia.



Como te digo Alberto, decepcionados de aquellas reuniones swingers, decidimos experimentar con un trio. Incorporar a un chico o una chica y sería la suerte la que decidiría el genero. La suerte se decantó por el chico.

Había que iniciar la parte que yo considero más difícil, sobre todo cuando eres nuevo y careces de experiencia. Cuanto bien harías Alberto si también ayudaras a las parejas que como nosotros empezamos a buscar y encontrar a esos hombres corneadores que saben tratar a una mujer casada delante de su marido.

Pronto contactamos con algunos singles pero al conocerlos por skype o en persona mi esposa se echaba para atrás. No se animaba, me decía yo quiero “un chico muy guapo”. Alberto esto me desesperaba. 

A los pocos días, buscando en una página de contactos apareció el perfil de un chico cubano que vivía en nuestra ciudad. Mi esposa pronto se interesó por el chico ya que siempre tuvo fantasías con los hombres de esa maravillosa isla. Contactamos y le envió varias a fotos a Carla. Las imágenes le encantaron, físicamente era lo que quería mi esposa: guapo, moreno claro, buen cuerpo y bueno, un rabo descomunal. Ella quería sobre todo eso, un buen rabazo. A todos sus atributos se añadía uno que yo creo indispensable, fue muy agradable y educado.



Llegados a este punto si quiero aclararte Alberto que no estamos en esta fantasía porque yo tenga un micropene. Lo tengo normal o dentro del promedio, es decir, entre 15 y 16 cm. Pero mi esposa no quería alguien dentro del promedio y ella se merecía y merece lo que quiera.

Recogimos a nuestro amigo en su casa y fuimos directos a un motel. Yo había metido en la bolsa una botella de ron y unas cuantas cervezas. En el motel empezamos a platicar y para entrar en calor comencé a besar a mi esposa delante de nuestra amigo. Mientras besaba le preguntaba al oído si estaba segura y lista, mirando al cubano pero con un tono entre cómplice y morboso me aseguro que “estaba listísima y segurísima”. El amigo cubano se tomó una ducha y salió de ella tapándose con la toalla. Carla se sentó al borde de la cama y yo me dirigí a ponerme un trago dejando vía libre al cubano para que empezará a entrar.



Trago en mano, me senté en el sofá. Ya saben todos, ese sofá que está en una de las esquinas de la habitación del motel que te permita una vista privilegiada de la cama. El cubano empezó a besarla y pronto Carla le respondió también con otros besos. Poco después se quitó la toalla y pudimos comprobar lo que tenía entre sus piernas, Alberto, era impresionante. Creo que más de 22 cm de rabo y mucho más gruesa que la mía. En resumen, dos pollas mías por ancho y por largo. Para que os hagáis una idea, llevé los condones estándar y con mucho trabajo le podía entrar de ancho y, por supuesto, el condón no le cubría todo el rabo, había un gran espacio desde el arranque la polla hasta la boca del condón.



Alberto, que conste, no soy homosexual, pero te reconozco que no me quedó otra que admirar ese pedazo de rabo. Miraba al rabo y a continuación miraba a los ojos de mi esposa, comprobando el deseo que ella tenía por empezar.

Como os decía al principio se trataba de un trío, los dos para ella, pero me quedé petrificado en el sillón, no podía levantarme para unirme a ellos. Ahí estaba, sentado como un cornudo, viendo y disfrutando el espectáculo; mirando como mi querida esposa, compañera fiel en los últimos catorce años de mi vida, se había transformado en una mujer entregada totalmente a un desconocido y con más ganas que las empleadas conmigo en los últimos años.



Fue una sensación extraña que disparó en mi un sudor frío nada más ver como mi esposa le tomó el miembro, aún no del todo erecto, y empezó a acariciarlo. Se estaba comportando como una auténtica puta. Las caricias de mi esposa eran respondidas por el cubano y sobra decir a donde se dirigían. Alberto, fue en ese momento cuando me convencí, no había vuelta atrás, mi esposa estaba en un plan de puta total, disfrutando y haciendo disfrutar a nuestro nuevo amigo. Yo seguía impasible, sólo mis ojos estaban en funcionamiento. Ya tenía claro que mi papel sería a partir de ahora de mirar ver como disfrutaba mi esposa y admirar como lo hacía su amante. Yo no era un esposo swinger, lo mío es ser un pedazo cornudo y estaba comprobando que mi nueva posición me producía un placer especial que nunca antes había sentido.

No pude quitarme la ropa y tenía una calentura considerable, no recordaba el tiempo que hacía que no lo notaba así. Tuve miedo de sólo rozarme por fuera pues seguramente me hubiera corrido de inmediato.



La sesión transcurrió follándosela de muchas formas diferentes. Empezó, dirigiendo a mi esposa para que se pusiera arriba, dándome el culo y pensé que el rabo del cubano no le entraría al completo pero le entró, toda, absolutamente toda y pronto mi esposa empezó a cabalgar de arriba hacia abajo, con deseo. Por detrás, pude ver la espectacular penetración y como el movimiento hacía que los labios vaginales de Clara engulleran el rabo del cubano. Después de un rato el cubano se puso arriba y mi mujer abrió las piernas como una atleta de gimnasia rítmica, lo hacía para que le entrara toda la polla del cubano. No me lo creía pero estaba ocurriendo y sin saber el número de orgasmos que en esos momentos mi mujer había gozado.

Un momento cumbre, fue cuando el cubano la levantó y la puso a cuatro, de perrito, en posición para que me mirara de frente, directamente a los ojos. Detrás, el cubano de rodillas, empujaba una y otra vez. Carla jadeaba y en unos de esos momentos me dijo: “gracias, te amo”. A su gesto de vicio yo sólo pude responder con una tímida sonrisa. No sabía que mi esposa podía llegar a esa situación. Yo creo que ni ella misma se imaginaba como la mujer que estaba gozando al máximo con un desconocido, delante de su marido y padre de sus hijos.



Después de un buen rato, Clara me ordenó, “ven”. Sólo entonces me puse de mi pie, me acerqué a ella e instintivamente abrí mi pantalón. Mi esposa me hizo una mamada deliciosa acompañada por la cadencia del vaivén que en su cuerpo producían las embestidas de Diego (el nombre de nuestro amigo cubano) No terminé corriéndome en la mamada, antes de que se produjera me retiré y pude contemplar como terminaban ellos, bueno, como terminaba Diego porque mi mujer llevaba varios orgasmos.



Después que Diego terminó, aclaro: en el condón, se levantó y fue al baño. Entonces Clara se giró mirándome y estirándose sus brazos me dijo, “ven mi amor, ahora te toca a ti”. Alberto ese momento fue de un morbo y excitación máxima, como jamás lo había experimentado. Sobra decir que la penetré y que casi no sentía su vagina alrededor de mi polla, unos minutos antes había tenido dentro el pollón de Diego. No sé si por complacerme o porque realmente lo sentía, Clara jadeó y se corrió de forma espectacular, también es verdad que después de todos los orgasmos que le había dado Diego era lógico que todavía siguiera alcanzando esa cota de placer al seguir follando, aunque fuera con su marido. Estaba claro que mi polla le debió de producir una excitación psicológica y no física. Me corrí pero no supuso un placer mayor que el experimentado mientras veía a Clara y al cubano follando. Salió Diego del baño, en silencio mi esposa y yo entramos a ducharnos. El silencio continuó mientras nos fuimos de regreso a casa.



Alberto, por espacio no agrego las demás experiencias, sólo comentarte que hemos estado con cuatro hombres, en trío cornudo, desde entonces. Pero las experiencias han resultado muy positivas ya que Carla ha querido repetir y lo ha hecho porque siempre ha quedado con buen sabor de boca.

Yo, Alberto, nada le puedo prohibir, ella elige, ella decide, ella… La amo con todo mi corazón y sé que soy totalmente correspondido por ella, lo que ella decide yo lo apoyo siempre, sin condiciones. Podrán decir de ella que es pesada, elitista o selectiva; a mi me da igual mientras la vea así, libre y liberal, dueña del poder y con confianza en sí misma como así se ha reflejado en nuestra vida sexual y en todos los demás aspectos de su vida. Carla proyecta un magnetismo especial y actúa siempre con mucha seguridad.

Por cierto, en diez días se va de viaje, de fin de semana, con uno de sus amigos. Yo esta vez lo único que he hecho es comprar el ticket de avión y cuando se vaya, quedarme en casa cuidando de los niños. Le he pedido que haga fotos o videos de esos momentos pero me ha dicho que no me promete nada. Entonces, cuando le pregunté por lo que iba a traer de sus minivacaciones de fin de semana, me respondió: “un bote de lubricante vacío”.

Estamos en contacto.



Alberto, las fotos que te he enviado son reales, cómo podrás comprobar en las que incluyen la dedicatoria. Ahora bien, te puntualizo que en las fotos en las que no está sola no son del día de la primera cita con el cubano, son imágenes tomadas por ella y por mi en nuestra casa, el amigo que sale sí es el cubano y el fotógrafo era yo. La verdad es que debo aplicarme y tomar muchas fotos y videos de nuestros encuentros pero ella no se anima a dejarme dar rienda suelta a mi gusto de documentarlo todo.

8 comentarios:

  1. Probando, probando.... una entrada genial, como siempre!!!!

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  2. Sin duda que es una suerte tener una mujer así. Como también lo es, admitir que una mujer así no puede ser de un hombre solo. En estos casos es mejor aceptar la condición de cornudo y disfrutar de ella que sufrir por ello, en silencio, u organizar broncas sin sentido. Felicidades pareja.

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  3. Roberto, magnifico relato, magnifica experiencia y hermosa esposa, tienes la suerte de ser un cornudo feliz y realizado. Saludos y si viajan a miami, los espero para compartir la ciudad. tauro72860@hotmail.com

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  4. corneadoryucateco19 de mayo de 2015, 10:07

    En verdad que el amarse es la prioridad y que el corneador de ocasión respete eso es lo máximo, un abrazo mi querido cornudo y felicitaciones, que rico sería un dia ser el afortunado corneador y poder disfrutar de tu linda esposa.

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  5. Hola mi estimado amigo cornudo Roberto, te felicito, tienes una esposa deliciosamente hermosa, que bien que cada uno de ustedes encontró su rol, lo mejor es que aprendiste a ser el cómplice de tu esposa y obvio esto solo se logra cuando en la pareja existe amor, como dicen arriba, los corneadores somos transitorios, lo que perdura es la pareja, me encantaría charlar con ustedes, saludos de su amigo Fernando de la Ciudad de México, ferlobiux@hotmail.com

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  6. Roberto te felicito por tener ese valor de dar el paso y convertirte en cornudo, no hay mayor placer sexual que ver a tu esposa disfrutando con otro. en mi caso mi esposa solo ha querido hacerlo con un compadre y quedo tan llena que ahora me pide que la deje ir sola con el. ¿ como hago para que acepte a otro ? cabe aclarar que tenemos una vida sexual muy activa y muy satisfactoria asi como un matrimonio muy fuerte y unido.

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    1. A tus órdenes
      Aldodias32968445@gmail.com

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  7. Hola soy del df sur cerca de six flags pasame tu numero para compartir fotos molko.plcb@gmail.com

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